viernes, 24 de junio de 2005

Como el cangrejo

Hoy fui a hacer unas vueltas en Migración. Les tengo dos anécdotas, que retratan con precisión el lastimero estado en que se encuentra la administración pública por culpa de un gobierno sin rumbo.
1. Ya no se otorgan citas de pasaporte por teléfono.
Eso decía un rótulo pegado en las paredes. Recuerdo que hace unos 6 años (creo que don Juan Rafael Lizano era Ministro de Gobernación en esa época) el gobierno hizo un gran esfuerzo por modernizar la entrega de pasaportes, y entre las medidas adoptadas la más novedosa fue la de permitir hacer citas por teléfono. Recuerdo haber pensado que era deplorable que en el umbral del siglo XXI no se permitiera hacer citas por Internet, pero Migración apenas estaba entrando a la era de la telefonía. Estamos hablando de 1999, no de 1950. Aún sin acceso desde Internet, fue maravilloso poder hacer una cita y llegar a sacar el pasaporte a una hora decente sin tener que haber hecho fila desde las 4 de la madrugada. Y el pasaporte lo entregaban el mismo día si la cita era antes de las 2:00 pm, o a la mañana siguiente para las citas de la tarde.

Ahora, en el 2005, ya no se otorgan citas de pasaporte por teléfono. Otra vez sacar pasaporte es un desmadre, hay que hacer fila desde horas en que todos menos el guarda deberían de estar durmiendo, y de seguro hay otra vez coyotes en las filas, vendiendo espacios por 5.000 pesos o más, dependiendo de qué tan adelante se encuentre el zaguate aullador. Quién sabe cuánto se tardan en entregar los pasaportes, pero a juzgar por lo que ha salido en la prensa en los últimos tiempos, debe de contarse en semanas, no en horas ni en días.

Este es el “progreso” que el actual gobierno nos ha traído. En vez de continuar con las cosas buenas que heredaron, en vez de profundizar los cambios iniciados, en vez de habilitar más líneas de recepción de solicitudes y de entrega de documentos, se dedicaron a ver pasar las manecillas del reloj mientras la demanda de pasaportes crecía.
2. Imposible atrapar criminales extranjeros
No fui a Migración a sacar pasaporte. Fui a pedir una certificación de entradas y salidas. La primer sorpresa que me llevé, después de haber cruzado el edificio entero de extremo a extremo (ya que la ventanilla de certificaciones de entradas y salidas es casi la última desde la entrada), es que es necesario pegar un timbre fiscal de 10 colones en el formulario, y el timbre no lo venden en el edificio. Hay que salir y volver a cruzar el edificio entero. Por diez colones. ¡DIEZ COLONES! Estoy seguro de que es más caro imprimir el maldito timbre que lo que se recauda. Máxime que quien lo vende se gana una comisión. ¿Por qué siguen existiendo estas estupideces en nuestro país? El tiempo que me tomó salir del edificio, comprar el timbre y volver a hacer fila para presentar la solicitud con el timbre adherido, vale mucho más que los cochinos 10 colones. Pero eso no fue lo peor.

Hace como cinco años había tenido que hacer una gestión similar, y la certificación la entregaban en tres días si se trataba de los movimientos migratorios de máximo cinco años, y en una semana si las entradas y salidas por certificar excedían los cinco años. Hoy cualquier certificación tarda dos semanas. ¡DOS SEMANAS! Por Dios. Para cuando me entreguen la certificación, el maldito criminal ya se habrá ido del país, no sin antes haber estafado a una buena cantidad de babosos.

Ese es el “progreso” que nos ha traído el actual gobierno. No hay palabras...

3 comentarios:

  1. Dean, hace unos años un amigo austríaco y yo nos preguntábamos, haciendo fila en Migración, cómo era posible el admirable nivel de alfabetismo en Costa Rica (en especial, comparándolo con los países vecinos). Tres horas después, aún sin avanzar, cuando yo ya me terminaba de leer "El castillo" de Kafka y él su libro, nos miramos sonriendo al imaginar la respuesta: El gobierno obliga a sus habitantes a instruirse literariamente durante los procesos burocráticos.

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  2. Eso sí que es verle el lado amable a las cosas. Aunque algunos pocos ratones de biblioteca siempre llevamos un libro bajo el brazo para leer hasta en el semáforo, entre la fauna urbana observada ayer en Migración, vi gente escuchando radio, ojeando Chavespectáculos (un folletín semipornográfico muy popular por estos rumbos), comiendo vigorón y cuanta porquería ofrecen los vendedores ambulantes en los alrededores, peinándose, sacándose los mocos, despulgándose, etc., pero leer.... ¿qué es eso?

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  3. Tal vez no era Chavespectáculos, porque no le vi la portada, pero era algo muy parecido...

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