jueves, 11 de febrero de 2010

Eterno prestigio, estima y honor

Pasadas las votaciones, se supone que hoy todos somos ticos sin distingos de bandera política, bla, bla, bla. Lo que si es cierto es que antes, durante y después todos fuimos, somos y seguiremos siendo ticos, y nuestras pasiones políticas nos seguirán distinguiendo, porque eso nos hace grandes en la democracia. Perdedores, ganadores, y los que no están seguros, todos somos ticos, y debemos celebrar nuestras diferencias sin dejar de buscar coincidencias, por el bienestar del país. Que es, al final de cuentas, lo que nos mueve a apasionarnos cada cuatro años cuando se repite el ciclo electoral. A continuación, algunas de mis impresiones de esta última ronda de votación.

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Los ganadores. Esta vez, hubo varios. Laura Chinchilla es la más evidente. Logró un nivel de apoyo que ni su mentor Osquitar pudo alcanzar – esa abolladura en el ego presidencial es digna de celebrarse – y demostró que su mensaje, que tanto criticamos en este blog y en muchos otros, fue bien escogido. Al final de cuentas, es una muestra de madurez de la población escoger continuar con un rumbo que, si bien no es perfecto, es al menos mucho más claro y mejor que el que el país ha tenido en los últimos 30 años. Hace 4 años Oscar Arias – quien encabeza la lista de personajes menos favoritos del autor de este blog – recibió un país estancado, con el ánimo desinflado y, más que decir que con el rumbo equivocado, tenemos que decir que navegaba a la deriva sin rumbo alguno. Al César lo que es del César.

El otro gran ganador fue Oscar López y el PASE. Ya sea que hayan logrado 3 ó 4 diputaciones, lo lograron literalmente con las uñas, sin dinero, y con una campaña propositiva. Si lo hacen con sabiduría, con una fracción legislativa pequeña el PASE se convertirá en elemento pivotal en el tejemaneje legislativo. El reto para el partido está en convertirse en una opción para un sector más amplio del electorado, y no solo la población discapacitada o adulta mayor.

Por último, la gran ganadora fue la democracia, y no porque hayamos superado otro proceso electoral sin incidentes que lamentar, sino porque dada la holgada victoria de Laura Chinchilla, quedaron en el olvido los insistentes rumores malignos del “santo fraude” que supuestamente se cometió hace cuatro años, y se repitió hace dos años con el TLC, y que se iba a cometer también este año para negar a Ottón Solís la posibilidad de acceder a la Presidencia. Se ha fortalecido el Tribunal Supremo de Elecciones, y de paso han recuperado algo de credibilidad las casas encuestadoras. Este proceso electoral – por la claridad de los resultados, por la impecable organización, por las excelentes opiniones que han dado los observadores internacionales – ha contribuido a elevar el eterno prestigio, la estima y el honor de nuestro país en el concierto de las naciones.

Los Perdedores. Primero en esta categoría – faltaba más – está Ottón Solís. El porcentaje de votos por él alcanzado cayó en alrededor de 13 puntos con respecto a las anteriores elecciones, donde perdió por escasos 20.000 votos. Esta vez Laura Chinchilla casi lo duplicó en porcentaje, y le sacó unos 400.000 votos de ventaja. Ottón Solís quedó convertido así en cadáver político; una especie de José Miguel Corrales que de vez en cuando sigue haciendo algún aleteo, pero que jala más una batería de 1.5 voltios. Al PAC no lo incluyo como gran perdedor, porque si bien su representación legislativa será mucho más pequeña, sigue siendo la segunda fuerza política del país, y sin Ottón de por medio, tiene el partido la oportunidad de reformularse de cara al electorado. Para el PAC, esta debe de ser una derrota de esas que sirven para hacer un alto en el camino, autoanalizarse, y reinventarse para resurgir más fuerte y mejor.

Quizás el más vergonzoso perdedor fue el Frente Amplio y muy en particular su ilustre candidato Eugenio Trejos. Tantos meses nos tuvo en vilo – que si se lanzaba, que si se quedaba en el TEC, que estaba analizando sus probabilidades – y al final no sacó ni siquiera la mitad de 1.5% del voto que el autor de estas líneas se atrevió a aventurar. Tan malo fue su desempeño – menos de 7.000 votos recibidos – que casi casi le ganan los dos candidatos que se retiraron para formar la alianza con el PAC. La pésima escogencia de candidato repercutió en que el FA no alcanzara ni siquiera una segunda diputación, que hubiera recaído en Eva Carazo, la única persona en ese conglomerado de mechudos inconformes que cuenta con el carisma necesario como para haberle levantado un poco el perfil a la izquierda más radical de nuestro país.

La gran salvada. Como en el béisbol, apúntenle un “save” a don Luis Fishman. Su campaña nunca fue por la Presidencia, sino por mantener vigente a su partido por otros cuatro años, hasta que puedan disfrutar de la segunda venida de su mesías narizón. Como me lo dijo una persona que estuvo muy involucrada en la campaña del PUSC, la idea del menos malo fue una medida desesperada para despertar a los calderonistas de hueso colorado y a algunos abstencionistas e indecisos, y que se decidieran a votar por el PUSC. Cuando lanzaron esa campañita que ofendió las sensibilidades nacionales, las encuestas los ponían por debajo del margen de error. Hoy, con 5 ó 6 diputados, el PUSC respira y, si se la saben jugar bien, podrán convertirse en protagonistas de las principales decisiones que se tomen en el país en los próximos cuatro años.

Agradecimiento a Dios, parcial. Es inconcebible que en nuestro país pueda participar en política un partido de carácter confesional, y cuyo emblema es el pescadito cristiano. Ya sobre esto nos habíamos quejado hace cuatro años – existe una prohibición constitucional para usar símbolos religiosos en la política nacional – así que no voy a profundizar más por ahora.

Aunque no tenemos nada en contra de la candidata del Partido Renovación Costarricense, la Sra. Mayra González, y por el contrario, en el ámbito privado la admiramos, damos gracias infinitas al cielo porque no más de 13.000 costarricenses cayeron en esa trampa teocrática.

El agradecimiento a Tatica es parcial, porque lamentablemente en las votaciones para diputados, los partidos confesionales (Renovación Costarricense y Restauración Nacional) tuvieron un mejor desempeño, y cada uno logró llevar un calientasillas a la Asamblea: el mercader de almas e iglesias, Justo Orozco, y el escalador de monumentos Carlos Avendaño. Dios nos coja confesaos.

La oportunidad desperdiciada. A Otto Guevara se le quemó el pan en la puerta del horno. Le pasó las de la hiena que huele la sangre del león herido y lo ataca. Nunca hay que fiarse de un felino herido, y con sus ataques don Otto logró despertar a la periquera. El panorama sería muy distinto si el Movimiento Libertario se hubiera podido aferrar al 30% que le daban las encuestas un par de semanas antes de las elecciones. Con todo, el Movimiento Libertario se demostró a si mismo que con un mejor manejo de la campaña, se puede posicionar como una alternativa viable en Costa Rica. Con 9 ó 10 diputados, y aún con el 21% de la votación presidencial, el crecimiento con respecto a las elecciones anteriores es significativo. Si la fracción legislativa logra hacer un papel decoroso, el ML será una fuerza a considerar en el 2014.

El quiebre del voto. Si bien el quiebre del voto afectó a los tres partidos que quedaron en los primeros lugares (PLN, PAC, ML), Liberación Nacional es un caso patético. Ganó la votación presidencial en 79 de 81 cantones, y sin embargo, no logró traducir tan abrumador respaldo en votos para sus diputados. Todo parece indicar que el PLN tendrá una fracción menor que la actual, y que enfrentará un congreso muy dividido y no muy dispuesto a plegarse a sus deseos. Definitivamente al gobierno no le resultará fácil lograr alianzas como la que le permitió manejar la Asamblea casi a su antojo en los primeros tres años del gobierno de Oscar Arias. Por el bien del país, ojalá que el gobierno llegue verdaderamente dispuesto al diálogo, y que las fracciones de oposición no asuman una posición talibánica que impida la formación de alianzas de oportunidad, alianzas estratégicas, pasajeras o duraderas. Ya es hora de que el país aprenda a convivir con una Asamblea fraccionada.

La tarea pendiente. Costa Rica tiene que encontrar la manera de “producir” una alternativa política capaz de asumir el poder dentro de cuatro años. La continuidad puede ser buena, el continuismo sin límite es una amenaza a la democracia. A veces hacen falta estadistas como Luis Alberto Monge quien, entendiendo esto, fue uno de los principales impulsores que tuvo Rafael Ángel Calderón Fournier para crear el PUSC. La gente se queja irreflexivamente del bipartidismo; pero la alternancia en el poder es infinitamente mejor que una “dictadura de partido” ocasionada por la incapacidad de la oposición de unirse o plantear una opción viable. Hasta ahora, ni el PAC ni el ML se han constituido en esa carta de salvación para la democracia.

miércoles, 10 de febrero de 2010

Si la teoría de precios es buena para el ganso…

Primer fin de semana. Carretera a Caldera colapsa por la cantidad de vehículos. Tramos inmensamente largos y puentes tremendamente caros, a un carril por sentido. Cuarenta años de espera. Y a nadie se le ocurrió actualizar el diseño. Un verdadero sinsentido. Pero es la mejor carretera que tiene Costa Rica. Que viva la Pepa.

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Hace unos diez años, cuando los peajes de la General Cañas y de la carretera a Escazú estaban colapsados por la cantidad de vehículos y la poca cantidad de casetas de cobro, algún neófito de la política se atrevió a sugerir cobrar tasas de peaje diferenciadas dependiendo de la hora y la cantidad de vehículos en circulación por la carretera: el peaje sería más caro en las horas pico para desincentivar el uso de la carretera y así descongestionarla parcialmente. Toda clase de argumentos – no razones – fueron esbozados para explicar al bisoño político por qué su propuesta era una soberana animalada; al final privó el populismo por sobre las razones y la solución encontrada fue dejar de cobrar el peaje en las horas de mayor circulación.

Es cierto que con esa medida se logró agilizar el paso por el peaje, pero nada más que eso. La congestión, que antes se formaba por culpa de la caseta del peaje, se trasladó al semáforo del cruce del aeropuerto, y al cuello de botella incomprensible que existe en la salida de la Bernardo Soto hacia Alajuela. El Estado dejó de percibir una cantidad importante de recursos por dejar pasar de manera gratuita a decenas de miles de vehículos cada día, y no se logró modificar los patrones de consumo y uso vehicular de la ciudadanía, con lo cual se gasta más en combustibles 100% importados y se produce mayor contaminación ambiental.

El novicio proponente de semejante despropósito tenía razón. Si el peaje fuera significativamente más caro durante las horas pico, algunas personas lo pagarían, otras buscarían rutas alternas, y otras más buscarían la manera de cambiar su rutina para evitar pasar por las casetas de cobro justo a la hora más cara. El consumo de combustible disminuiría, el patrón de uso de las carreteras de pago se tornaría más extensivo y menos intensivo, y la emisión de contaminantes también bajaría.

Es ampliamente reconocido el poder que tienen los precios para enviar señales a los consumidores; señales con el potencial de modificar actitudes y patrones de consumo. Cuando la carne de res sube de manera desproporcionada, la gente tiende a consumir más pollo y menos bistec. Es una verdad tan evidente, que hasta Hugo Chávez – a quien no podemos tildar de paladín del capitalismo – se vale de ella. Ante la crisis energética que enfrenta Venezuela (manda güevo), el gobierno socialista bolivariano de Chávez ha puesto en práctica un plan de emergencia según el cual si una familia o empresa disminuye su consumo eléctrico entre un 10% y un 20%, su facturación disminuirá en un 25%; si la disminución del consumo supera el 20%, el descuento será del 50%, y si por el contrario el consumo crece entre 10% y 20%, la facturación se duplicará, y se triplicará si el consumo crece en más de un 20%. Teoría de precios elemental y simple.

Volviendo al principio de este artículo, a raíz de la tremenda congestión vehicular que se presentó en la carretera a Caldera durante el primer fin de semana de operación – y que se espera se repita para el Carnaval de Puntarenas y para el regreso de Semana Santa – el Ministro de Obras Públicas explicó que uno de los mecanismos que prevé el contrato es justamente aumentar el peaje en las horas pico para desincentivar el uso de la carretera en esos momentos. Hoy el Viceministro – su Viceministro – sale a desmentir al Ministro, y habla de otras opciones (que no son soluciones de corto plazo, como construir más casetas de cobro), pero lo más grave es que propone “levantar las agujas” (es decir, permitir el paso libre de cobro) como una alternativa a considerar incluso antes de la de rebalancear los peajes como lo establece el contrato. Populismo puro y simple.

La pregunta que me hago es, si la teoría de precios es buena para el ganso, ¿por qué no lo es para la gansa?

viernes, 5 de febrero de 2010

Libertario light, pero en las 3 papeletas

Quienes me conocen o han tenido la paciencia de seguir leyéndome después de cuatro años, saben que para las elecciones anteriores viví una agonía intelectual y espiritual en búsqueda de una propuesta y un candidato por el que valiera la pena votar. En aquella ocasión mi voto se decidió en las últimas horas. Este año las cosas fueron diferentes, y estaba decidido a dar mi apoyo al Movimiento Libertario desde los albores de la campaña. Aquí explico, para los cuatro gatos que puedan sentir curiosidad y para mi esposa, por qué.

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Dean CóRnito no es hombre de un partido. Aunque en el pasado participó en campañas políticas y trabajó en un gobierno, otros candidatos del mismo partido le dieron la gloriosa oportunidad de hacer cosas como poner a su sobrino (entonces de 3 añitos) a manchar su dedo y ponerlo en la casilla que más le apeteciera, o de anular su voto en otra ocasión. Dean CóRnito, probablemente a diferencia de la mayoría de los votantes, vota por la que considera la mejor propuesta, y no por la tradición de sus abuelos ni por quién tenga más posibilidades de ganar. Y para determinar cuál propuesta es la mejor, Dean tiene la mala costumbre de leerse los programas de gobierno de los principales partidos y de aquellos que de alguna u otra forma capturan su atención.

En mi perfil bloguero me declaro liberal, progresista, y librepensador. Liberal, no se confunda, no es lo mismo que neoliberal, ni que mercantilista, que es lo que representan hoy en día el PLN, el PUSC, y en alguna medida y con diferente matiz, el PAC. El mercantilista toma medidas del ideario liberal, y las aplica selectivamente a los sectores que desea favorecer, comprar o beneficiar. El liberal propone aplicar esas medidas a toda la población, sin privilegios odiosos, sin discriminación, sin crear distorsiones como las que comentaba en mi post de ayer.

Soy también progresista, pero sin el bagaje cultural que arrastra la palabra. Progresar es avanzar al tiempo que se mejora, no sostener ideales añejos y resentimientos ajenos con camiseta roja y barba oficial de candado. Soy progresista porque creo que la solidaridad social no es incompatible con el liberalismo, y es una obligación de cada uno de nosotros como individuo, y del Estado como la máxima expresión de organización de una sociedad de individuos.

Librepensador, en alguna medida, porque me considero pragmático, no dogmático. Si algo no me gusta del ideario liberal, no tengo problema en desecharlo de mi propuesta, de la misma manera que adopto cualquier propuesta que me convenza, proveniente de otras fuentes.

Por todo lo anterior, nunca antes me sentí cómodo con ese Movimiento Libertario dogmático e intransigente de sus primeros años. Pero justamente lo que tanto han criticado en esta campaña a Otto Guevara – el que haya moderado sus planteamientos – es lo que me hace encontrar atractiva la propuesta del ML de cara a las elecciones del 2010.

No estoy de acuerdo con la totalidad de la propuesta libertaria, pero también tengo la certeza de que, en la remota eventualidad de que Otto Guevara llegue a la Presidencia en estas elecciones, el Congreso estará tan dividido y será tan mayoritariamente no libertario, que los elementos más inquietantes de su ideario jamás llegarán a ver la luz del día. Pero su propuesta, sobre todo en el campo económico, del crecimiento, de la reducción de la inflación, y sobre todo de la reducción de la pobreza, es la más coherente de las que cinco que me leí (PLN, PAC, ML, PUSC, y FA).

Es difícil vender la idea de que uno verdaderamente se preocupa por sacar de la pobreza a los centenares de miles de costarricenses que la viven y la sufren a diario cuando uno no puede ofrecerles 20 láminas de zinc, un camión de block de concreto, o créditos subsidiados que al final terminan en manos de todos menos de los pobres que los necesitan. Desde el descalabro vivido a principios de la década de 1980, llevamos ya 30 años ensayando y repitiendo políticas de disminución de la pobreza que nada logran. El único período en que hubo una pequeña disminución – lamentablemente no sostenida ni sostenible – de la pobreza, al principio de la segunda Administración Arias, se debió más al sano crecimiento de la economía durante casi tres años consecutivos, que a cualquier programa del IMAS, del INVU, del INA, o a cualquier política gubernamental. Únicamente el crecimiento sostenido de la economía va a producir una disminución tangible de la pobreza, y la experiencia así lo ha demostrado.

Quien estas líneas escribe es economista, y sabe que cíclicamente se presentan períodos de recesión, de manera que no se engaña soñando con un camino dorado de crecimiento ininterrumpido. Pero también entiende que Costa Rica ha desperdiciado tremendas oportunidades, como cuando el resto del mundo crecía a ritmo vigoroso durante más de una década casi sin interrupción, y nuestro país caminaba como un Vocho con una basura en el carburador. Ese ritmo de Vocho chocho lo debemos a lo que ayer refería como la maraña de políticas sectoriales clientelistas contrapuestas entre sí, e individualmente inconsistentes con el objetivo nacional de crecimiento.

El Movimiento Libertario tiene la única propuesta seria y comprobada para reducir la inflación, el más grosero y regresivo de los impuestos, y requisito sine qua non para pretender reducir la pobreza. Dean CóRnito no cree que la dolarización sea necesaria para eliminar la inflación, ni es gran fanático de esa medida. Pero durante 30 años nadie ha demostrado tener la voluntad política – los conocimientos abundan – para atacar el problema de la inflación en su raíz y, si mis colegas economistas metidos a políticos se siguen negando a hacerlo, la dolarización les quitará de encima el tener que tomar la decisión: las decisiones de política monetaria – principal causante de la inflación crónica como la nuestra – dejarían de ser una potestad de los políticos sin voluntad política para acabar con ese flagelo. En este sentido, la propuesta del PLN está diseñada para volver a los niveles usuales de inflación (por encima del 10% anual), mientras que la del PAC depende, una vez más, de la escasa o nula voluntad política para lograr su cometido.

También el Movimiento Libertario tiene la única propuesta capaz de provocar un aumento significativo en la recaudación de impuestos, que es una meta claramente manifestada por otros dos candidatos: Laura Chinchilla y Ottón Solís. Hoy nos reporta La Nación que la evasión en el Impuesto sobre la Renta se estima en alrededor de un 65%; sigamos subiendo la tasa del impuesto y estaremos creando un incentivo aún mayor para la evasión. Como lo decía en mi post de ayer, no podemos pretender que con un sistema fiscal que contiene suficientes lagunas legales para que el grueso de la recaudación recaiga en unos pocos centenares de contribuyentes vaya a ser posible aumentar la recaudación de manera significativa. Esa cantidad de lagunas legales – los loopholes que llaman los gringos – hace que la labor de fiscalización de Hacienda sea titánica y virtualmente imposible, y por eso esfuerzos significativos por controlar la evasión, como el realizado en los primeros 3 años de la Administración Arias, rinden efectos de corto plazo y poca monta.

La propuesta libertaria llama a simplificar el sistema tributario, de manera que todos los ingresos se traten de la misma manera, y con una tasa baja y única. Hoy en día, para citar algunos ejemplos, una misma persona puede tener ingresos de diversas fuentes – salario, servicios profesionales, intereses, dividendos – y cada una de esas categorías recibe un tratamiento fiscal distinto. Eso se presta a confusión, y ya lo dice el dicho: en río revuelto ganancia de pescadores. Si bien en lo personal no creo en un flat tax (una tasa única de impuestos) – porque la parte progresista en mi me dice que hay que retener alguna medida de progresividad para que el que más puede y más se ha beneficiado del desarrollo económico también contribuya proporcionalmente más que los demás – no creo que una Asamblea con mayoría PLN-PAC llegue a aprobar semejante modificación. Pero veo con buenos ojos que el gobierno la plantee, para que el resultado final sea un sistema talvez no completamente flat, pero si con pocos estratos de cobro, tasas bajas, y sobre todo una amplia base tributaria. Eso facilitaría la labor de fiscalización, permitiría aumentar la recaudación, y por paradójico que pueda sonar, estimularía el crecimiento económico.

Tendría mucho más que decir, pero el espacio que me autoimpongo para mis ya de por sí usualmente largos posts se me agota. Voto por la única propuesta que se atreve a proponer soluciones de verdad y no parches temporales. Las intenciones manifiestas en los programas políticos de los demás partidos son indudablemente buenas, pero las políticas propuestas por ellos no guardan una relación de causalidad con los objetivos establecidos. Voto por el único planteamiento lógicamente consistente, que traza una clara conexión entre los fines deseados y los medios que permitirán alcanzarlos. Voto, en resumen, por el único partido que puso atención a Einstein, y propuso no seguir haciendo más de lo mismo. Hay que darle una oportunidad.

jueves, 4 de febrero de 2010

Special-Interest Economics

En Costa Rica le llamamos clientelismo. En inglés, la frase es más explicativa. Se habla de special-interest politics cuando se legisla en beneficio de unos cuantos, sobre todo cuando esos “unos cuantos” son poderosos gremios patronales u obreros (CAT’s, incentivos al empresario turístico, convenciones colectivas, etc.), porque se está legislando a favor de grupos de presión que representan intereses especiales, para diferenciarlos del interés nacional. Eso es lo que proponen los programas económicos del PLN y del PAC: beneficiar a grupos de intereses especiales, que son los clientes de sus respectivos partidos.

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Todos nuestros gobernantes de los últimos 15 años se han quejado de la ingobernabilidad” pero ninguno ha hecho – ni propuesto – nada para atacar el problema en su raíz y de manera integral. La razón por la que este país se ha vuelto tan complicado de gobernar, y la razón por la que Costa Rica no logra alcanzar tasas sostenidas de crecimiento económico a lo largo de suficientes años como para lograr una verdadera reducción de la pobreza, es que no existe una política integral de Estado para lograr ese desarrollo. La política económica, en vez de ser un cuerpo coherente de medidas tendientes a lograr objetivos comunes, es una maraña de políticas sectoriales diseñadas para beneficiar a los intereses especiales, que no son coherentes entre si ni con el objetivo nacional de crecimiento, desarrollo, y reducción de la pobreza. Lo triste es que nos sigan proponiendo más políticas de esas – sectoriales, discriminatorias, clientelistas – como si nos fueran a sacar del atolladero. Como bien lo dijo Albert Einstein: “Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo.”

Hay que empezar por entender que un error no se corrige con otro. Así por ejemplo, una calle en mal estado porque su base no fue bien compactada, no se arregla con un parche en la carpeta asfáltica. El parche es un error, porque se gasta dinero en una solución que no es duradera, y se sustrae de la posibilidad de corregir el error primigenio, que fue la mala compactación de la base. El segundo error, en todo caso, no corrige al primero. El caso de las políticas sectoriales no concebidas dentro de un plan armonizado para alcanzar objetivos de interés nacional es exactamente igual. El error de regalar a grandes empresarios el dinero de los contribuyentes para que construyan grandes hoteles – con mis impuestos los construyeron, pero las ganancias son de unos pocos (que por cierto no me incluyen) – no se resuelve dando un subsidio al diesel a los pescadores de la playa donde se construyó el hotel. Es como un pegar un parche encima de otro.

Ejemplos de estas políticas distorsionantes abundan en Costa Rica: el régimen de Zonas Francas, las convenciones colectivas, el Depósito Libre Comercial de Golfito, y en el pasado, algunos de los ya mencionados arriba que terminaron en sendos escándalos de corrupción: certificados de abono tributario, incentivos para el desarrollo turístico, etc. Tomemos como ejemplo las zonas francas de exportación.

El sector más dinámico de la economía costarricense desde la década de los 80s lo ha sido el exportador, y muy especialmente las zonas francas. Estas industrias, que juntas colocan alrededor del 55% de las exportaciones nacionales, y cuyas ventas representan alrededor del 15% del PIB, no pagan impuestos aquí. Nada, cero, nulo. Ottón Solís dijo en los debates televisados que no pretende eliminar las zonas francas, pero que hay que dar subsidios y exoneraciones similares a la micro y pequeña empresa, a los agricultores, a los pescadores, a las empresas de mujeres y de jóvenes emprendedores. Lo que está proponiendo es terminar por recargar la totalidad de la recaudación del país en unas tal vez 400 empresas grandes, exonerando a todo el resto de los productores. Es imposible incrementar la recaudación, como don Ottón desea, con una base tan pequeña de contribuyentes. Si por el contrario, se exoneraran los ingresos por debajo de cierto nivel (para no golpear a los más pobres de la sociedad), y se pusieran impuestos más bajos pero cobrados a todos los demás productores sin excepciones, entonces la base tributaria crecería y la recaudación también. Se eliminaría la distorsión de que el sector más dinámico de la economía nacional no contribuya al financiamiento de las obras (sociales, de infraestructura, etc.) que todos esperamos que el Estado lleve a cabo, y de las cuales ellas son las primeras beneficiadas. Y no se crearía una nueva distorsión como la que propone el PAC.

Además de lo anterior, el programa de gobierno del PAC está abundantemente salpicado de propuestas para crear fondos especiales para ofrecer financiamiento subsidiado a los sectores vulnerables (ya mencionados) de la economía costarricense. Lo malo es que no se ataca el problema de fondo: las tasas de interés en Costa Rica son altas en buena medida porque la inflación es alta (también hay un elemento de ineficiencia en la intermediación financiera). Pero en la medida que no se ataque la inflación con una política coherente (que no es la que propone el PAC), los fondos subsidiados introducirán más distorsiones en la economía nacional. Los bancos, ya sea estatales o privados, al verse obligados a financiar a importantes sectores de la economía con tasas de interés ruinosas, tendrán que aumentar las tasas de interés para las demás actividades productivas, para la vivienda, y para el consumo, para así compensar las pérdidas. Si bien nadie en su sano juicio puede oponerse a la noción de fomentar las iniciativas productivas de los sectores vulnerables, no es creando nuevas distorsiones que se obtendrán los beneficios. Los fondos subsidiados usualmente son abusados por personas o empresas que no los necesitan, y en la medida que el crédito en general para los consumidores se encarezca, se dificultará la venta de los productos de estos productores considerados vulnerables. De fondos de reconversión y fideicomisos mal utilizados, condonaciones fraudulentas de deudas de agricultores y ganaderos, e iniciativas similares que terminaron chocando contra la pared está plagada la historia económica de Costa Rica de los últimos 60 años.

Laura Chinchilla propone, por ejemplo, “identificar y atender de manera prioritaria la racionalización de los trámites que tienen mayor impacto sobre las micro, pequeñas y medianas empresas nacionales, por una parte, y sobre la inversión extranjera directa, por la otra.” Una vez más, se crean distorsiones a favor de los pequeños productores nacionales y de los inversionistas extranjeros. Se castiga, en otras palabras, a los grandes productores nacionales sobre los que se recarga la recaudación de impuestos. No abogo, entiéndase bien, por joder ni al pequeño empresario ni al empresario extranjero, sino por beneficiar (en este caso con la racionalización de trámites) a todos los productores por igual. Laura, la igual que Ottón, considera indispensable incrementar la recaudación, pero estrangulando a aquellos sectores que aportan la mayor parte de los tributos no se va a alcanzar el objetivo.

En materia cambiaria, la propuesta de Laura Chinchilla y el PLN es prácticamente la definición de special-interest economics. En cuanto al sistema de bandas proponen “evolucionar hasta convertirse en un sistema de flotación administrada, en el que una intervención del Banco Central basada en reglas claras y transparentes evite las fluctuaciones abruptas del tipo de cambio nominal, pero en el que el valor real de la moneda pueda ajustarse en función de las circunstancias…”. En español castizo, están proponiendo pasar a un sistema en el que el Banco Central manipule el tipo de cambio, ya no mediante un acuerdo de Junta Directiva como se hacía cuando las minidevaluaciones, sino ahora interviniendo en el mercado. El problema con esto es que el tipo de cambio (que no es otra cosa que el precio del dólar) nunca debe de ser un objetivo en si, porque determinarlo artificialmente en un nivel “en función de las circunstancias” obliga al Banco a estar haciendo emisiones de dinero que atizan la inflación. Esa es, justamente, la razón por la que se decidió abandonar el sistema de las minidevaluaciones, y permitir que el tipo de cambio fluctúe dentro de las bandas. En realidad, lo que nos quieren decir con esta propuesta es que si el colón se revalúa, como ha sucedido en los últimos meses, para el exportador se vuelve más difícil exportar. Y eso es manejar la política cambiaria en función de los intereses y necesidades del exportador, y no en función del interés nacional. Ya un destacado economista – que recientemente anunció su adhesión a Laura Chinchilla – lo dijo sin tapujos en una entrevista con La Nación: basta leer los primeros dos párrafos de la respuesta a la primera pregunta.

Las propuestas en materia económica tanto del PAC como del PLN son “más de lo mismo”, aunque con diferentes énfasis. El PAC propone crear distorsiones que favorezcan a sus clientes electorales – los sectores que considera vulnerables (y que se han quedado por fuera de la piñata de incentivos históricamente creados por el PLN) –, mientras que el PLN propone mantener y profundizar las distorsiones que han creado a través de la historia sus gobiernos, con alguna complicidad de los del PUSC, para favorecer a su clientela política.

Ninguno de los dos partidos propone erradicar el problema de raíz, eliminando las distorsiones que hacen al país ingobernable y que impiden lograr un crecimiento económico parejo y sostenible. Ambos partidos son proponentes del nadadito de perro, y la única diferencia entre ellos es quién resultará beneficiado en el juego de la ruleta de los incentivos y los privilegios. Por eso ninguno merece mi voto.

TOP TEN: Razones para NO votar por Frente Amplio

A petición del público, y para que no se nos acuse de sólo hablar de los candidatos de la sondeocracia ;-)

10. El amarillo vómito de su bandera me provoca náuseas.
9. Frente amplia… la mía, y si no vean la foto en mi Perfil.
8. Oí un discurso de José Merino, pero de seguro hablaba en gallego, porque no le entendí un carajo.
7. Eva Carazo se rehúsa a hacer campaña en traje de Eva.
6. Rolando Araya no les dio su adhesión.
5. Si el FA gana, los sindicatos del ICE se debilitarían, porque todos los miembros del gabinete de gobierno saldrían de allí.
4. Primero me orino en el río.
3. Eric Lonis está con Solís, Wanchope con Laura, Medford con Guevara. Ninguno de mis hérores está con el Frente Amplio.
2. El candidato a Regidor de mi pueblo es un pintaparedes y sólo verlo da miedo.
1. No tengo la más puta idea de quién es su candidato presidencial.

martes, 2 de febrero de 2010

TOP TEN: Razones para votar por…

Laura Chinchilla

10. Es hermafrodita: tiene corazón de mujer pero huevos de hombre.
9. Me recuerda a doña Yaya, y doña Yaya era un cagón de risa.
8. Es la candidata de Oscar Arias, él ha sido lo mejor para Costa Rica, y ella es la única que nos garantiza su continuidad.
7. Cuando me quiera ir de vacaciones, podré dejar a los roquillos de mis tatas tirados en la Red Nacional de Cuido.
6. Quiero que termine de privatizar la policía, como ya lo hizo con la policía bancaria.
5. Su propuesta de aumentar los recursos para Seguridad en un 50% prácticamente equivale a hacer crecer ese presupuesto al ritmo de la inflación esperada, con un crecimiento real de menos de 4% a lo largo de cuatro años. Así segurito se resuelve el problema de inseguridad.
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4. El Estado de la Nación está equivocado; las becas de Avancemos sólo se dan a familias que las necesitan (por ejemplo para poder hacer frente al pago del marchamo de sus carros último modelo, siempre y cuando hayan votado verdiblanco).
3. Su candidato a diputado en el primer lugar por San José es Guillermo Zúñiga, el exministro de Hacienda. En tres palabras, eso quiere decir: Paquete Fiscal seguro.
2. Es la candidata del periódico La Nación.
1. Es la tenémelaburra de Rodrigo Arias.


Ottón Solís

10. Pobrecito, ya va por el tercer intento.
9. Tiene el apoyo de Robando Arraya y de Walter “el Premio Nóbel” Muñoz.
8. Tiene el apoyo de la Internacional Socialista Cuántica.
7. Va a cortarle la luz a Mc Donald’s y va a cerrar el chusmero de Barceló Playa Tambor.
6. Es un santurrón, y mi abuelita le prende velitas todas las noches.
5. Siete de cada diez de mis amigos, colegas y familiares piensa votar por Ottón.
4. En las encuestas de Facebook, Twitter y La Suiza Centroamericana, Ottón va ganando.
3. No creo en las encuestas, y sí creo que CID-Gallup, Borge & Asociados y Unimer tienen un complot para robarle las elecciones a Ottón.
2. Tengo una finca en Guanacaste ideal para producir trigo para garantizar la seguridad alimentaria nacional.
1. En mi pueblo apoyamos al C.S. Herediano, al PAC, y a cualquier cosa que sea representada por los gloriosos colores rojiamarillos.


Luis Fishman

10. Quiero ver la cara de Abel Pacheco cuando se anuncie su victoria.
9. Es más feo que Chiricuto, y me da cosita.
8. Nos va a poner a bretear como polacos.
7. Va a promover el Benemeritazgo para Rafael Angel Calderón Fournier.
6. Ha demostrado en campaña su capacidad para unir a los costarricenses, empezando por los mismos socialcristianos.
5. Tiene la mejor página web de todos los candidatos.
4. Vote por uno, obtenga dos por el mismo precio.
3. Mi doña aparece en el anuncio de las embarazadas cantando gospel.
2. Ottón Solís lo considera el menos malo de sus contrincantes.
1. El menos malo es el peor.


Otto Guevara

10. Si gana, va a trasladar Casa Presidencial al Mall San Pedro.
9. Quiero unos boxers con el logo del cambio (Ya!).
8. Piñera, Martinelli, Guevara: la Santísima Trinidad.
7. El periódico La Nación no lo quiere ver ni en pintura. Y eso habla bien de él.
6. A los otros 3 candidatos que participaron en el debate de Repretel los une un temor irracional hacia Otto. Si 3 políticos tradicionales tiemblan, es porque el hombre se las trae.
5. No se si será el mejor Presidente, pero definitivamente será el Presidente más guapo.
4. Soy pirata y quiero una placa de taxi.
3. Quisiera ver la cara de Oscar Arias cuando se anuncie su triunfo.
2. Dos palabras: Libertario “light”.
1. El detector de mentiras.