jueves, 21 de mayo de 2009

Ridículo futbolístico

Para quien ha leído este blog con alguna frecuencia, no es secreto que Dean CóRnito es saprissista hasta la médula. Para quien esto escribe, existe una gran diferencia entre ser un fiel seguidor – un hincha, como dirían en Suramérica – y ser un fanático. Yo soy lo primero, pero nunca lo segundo. Y en esa condición, quiero aportar mis dos dedos de frente a la discusión de moda: la suspensión de la final del campeonato nacional y la desgracia que tenemos por dirigencia en el futbol de nuestro país.


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Yo no soy abogado ni experto en reglamentos del futbol. Por eso, antes de escribir estas líneas hice algunas averiguaciones. Al final de cuentas, si es para dar una opinión desinformada, mi aporte no es necesario. Repasemos entonces los hechos. A tres jugadores de Liberia Mía les mostraron la quinta tarjeta amarilla durante su primer juego de semifinal. Eso, automáticamente, los suspendía para su siguiente partido, el segundo y último de la semifinal, tal y como lo ratificó el Tribunal Disciplinario un día después. Existe una regla que dice que ninguna sanción que acarree una suspensión inferior a tres partidos es apelable. Liberia, sin embargo, apeló, y algún órgano de la Unafut decidió suspender la sanción mientras se resolvía la apelación. Se dice que el órgano de la Unafut que tomó esa decisión no era el facultado para hacerlo, pero yo de eso no entiendo nada, así que me abstengo de opinar. Se dice además que hubo presiones indebidas de parte de dirigentes de la Unafut para que se suspendiera la sanción de los tres jugadores liberianos, y eso llevó a la renuncia de dos miembros del Tribunal Disciplinario. Les recomiendo leer las cartas de renuncia de estas dos personas; hablan por si solas.

Algunos fanáticos – de otros equipos – han opinado en cuanto foro han podido, que Saprissa carece de autoridad moral para cuestionar la alineación de los 3 jugadores liberianos, ya que en el pasado Saprissa hizo lo mismo que Liberia al apelar sendas sanciones a Walter Centeno (para que pudiera jugar una final contra la Liga) y al entrenador Justin Campos. Lo que pasa es que no es lo mismo: Saprissa apeló, en ambos casos, suspensiones de 3 ó más juegos, que son permitidas por el reglamento. Liberia apeló suspensiones de un partido, que el reglamento establece como inapelables.

A pesar de tener Saprissa la razón legal para su proceder, el otro hecho relevante que no podemos perder de vista es que mi equipo amado decidió jugar el partido contra Liberia, a pesar de que alineó a los 3 suspendidos, y lo perdió. Y aunque como fanático podría encontrar mil explicaciones y razones por las cuales Saprissa debería de estar en la final (es, por mucho, el equipo con más puntos acumulados en el torneo), como amante del futbol tengo que reconocer que las reglas son que quien gana la semifinal pasa a la final. Al participar en el segundo juego de la semifinal, Saprissa validó las actuaciones de Liberia y, aunque terminemos el campeonato con 10 puntos más que los liberianos, yo, como saprissista de corazón no quiero que mi equipo juegue una final que no se ganó en la cancha. Pero hay más.

Como amante del futbol, aun si Saprissa hubiese ganado su semifinal, no quisiera yo que mi equipo cohoneste la corrupción de la dirigencia de la Unafut participando en la final de un torneo que, a todas luces, ha quedado completamente viciado y desprestigiado. Y esta, para mí, es una razón aún más fuerte para no jugar la final.

Soy costarricense antes que saprissista, y más que saber quién vaya a resultar campeón en este torneo corrompido por la dirigencia corrupta, me interesa lo que pase con la Selección Nacional. En pocas semanas tenemos que enfrentar a Estados Unidos y a Trinidad, y el atraso en la celebración de la final del torneo local va a afectar la preparación de la Sele para esos partidos. Heredia, Liberia y Saprissa son los equipos que más jugadores aportan a la Tricolor. En mi opinión, este torneo ha quedado carente de toda validez. Lo que procede es declararlo desierto, y permitir a Kenton convocar a los jugadores que necesite para que por lo menos mantengamos viva la ilusión de llegar a otro Mundial. Y ojalá que para el próximo campeonato la bola de ratas que copan la Unafut hayan renunciado y permitan que nuevos aires soplen para el futbol nacional.