lunes, 17 de septiembre de 2012

La independencia necesaria

Es común alrededor de estas fechas que nos preguntemos qué significa ser independientes, si nuestro país verdaderamente lo es, o qué debemos de hacer para lograrlo. Es claro que, políticamente hablando, hace 191 años dejamos de depender de un poder externo que podía, en última instancia, tomar decisiones vinculantes para nuestro país – por entonces una mera colonia – y para nuestro futuro.  Sin embargo, no es a la dependencia política ni económica a lo que me refiero con el título de este artículo. Si queremos crecer y prosperar como sociedad y como país, debemos de independizarnos de una fuerza mucho más poderosa y subyugante que cualquier potencia extranjera o ideología importada o impuesta: la de nuestras propias ataduras mentales.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

La restricción vehicular y la cocción de estadísticas

Cuando las decisiones de política pública se toman al taran-tantán – sin estudios serios ni respaldo  en la evidencia científica – no queda más que inventarse una que otra estadística para justificarlas. Tomo aquí una página del librillo de Juan Carlos Hidalgo, que desde la semana pasada emplazó al Viceministro de Paz para que revele la fuente u origen de algunas estadísticas que ha usado acerca de la proporción de crímenes violentos cometidos con armas legalmente inscritas, y la traslado al tema de la Restricción Vehicular, que ha vuelto a la palestra gracias a un artículo en cambiopolitico.com del Lic. Luis Diego Vargas, ex Secretario Técnico del Consejo Nacional de Concesiones, otro en La Nación del Ing. Hector Arce Cavallini, Presidente de la Asociación de Ingenieros Civiles del MOPT, y el seguimiento que le ha dado el diario digital crhoy.com.

lunes, 3 de septiembre de 2012

La ordinariez como revulsivo

Confieso que mi primera reacción cuando vi el nuevo spot de Fernando Berrocal, versión Pulpería, fue una carcajada profunda, mezcla de sorpresa por lo gráfico y ordinario del mensaje, con una buena dosis de identificación con el predicamento del personaje. A diferencia de la mayoría de las reacciones que hasta ahora he visto en redes sociales, la mía no fue de indignación, sino de “esto merece un buen análisis”. Les recuerdo, queridos cuatro gatos que me leen, que no soy liberacionista, nunca he votado por un candidato verdiblanco, y no voy a manchar mi inmaculado record de “oposicionista” en el 2014. Pero lo de Fernando Berrocal se las trae.