Cuando las decisiones de política pública se toman al taran-tantán – sin
estudios serios ni respaldo en la
evidencia científica – no queda más que inventarse una que otra estadística
para justificarlas. Tomo aquí una página del librillo de Juan Carlos Hidalgo, que
desde la semana pasada emplazó al Viceministro de Paz para que revele la fuente u origen de algunas estadísticas que ha usado acerca de la proporción de crímenes violentos cometidos
con armas legalmente inscritas, y la traslado al tema de la Restricción
Vehicular, que ha vuelto a la palestra gracias a un artículo en cambiopolitico.com del Lic. Luis Diego Vargas, ex Secretario Técnico del Consejo Nacional de Concesiones, otro en La Nación del Ing. Hector Arce Cavallini, Presidente de la Asociación de Ingenieros Civiles del MOPT, y el seguimiento que le ha dado el diario digital crhoy.com.
De acuerdo con un reportaje de crhoy.com de hace tres meses,
el Ministro de Ambiente René Castro declaró vía correo electrónico “que a
pesar de no tener una incidencia en la factura de combustibles, ellos seguirán
abogando por la medida, debido a que baja la contaminación en un 16% y reduce
el combustible por presa (por automóvil) en un 10% o 20%”. Según el mismo
reportaje, el Ministro no revela la fuente de los datos. El periodista más bien
refiere a un informe presentado por la Sectorial de Energía del Ministerio de
Ambiente y Energía a la Defensoría de los Habitantes en el 2009, donde reconoce
su imposibilidad de determinar el efecto de la restricción vehicular en la
factura petrolera.
Un impacto del 10% al 20% en el consumo de combustibles, como lo
asegura don René, es demasiado significativo como para que no pueda ser medido por
los profesionales de MINAEM. Sería también francamente sorprendente que baje “la
contaminación en un 16%” –aseveración del Ministro – cuando estudios serios e
imparciales realizados por investigadores de prestigiosas instituciones académicas
europeas y latinoamericanas (ver más adelante), demuestran de manera
concluyente que programas similares aplicados en otras ciudades de
Latinoamérica obtuvieron los resultados opuestos.
Mientras el gobierno, inmune a la evidencia científica, anda viendo
cómo hace para ampliar la restricción o llevarla a otras ciudades de la GAM,
los propios ingenieros del MOPT claman por la exclusión de la carretera de Circunvalación de la zona de restricción vehicular. Es cierto que los profesionales del MOPT
están muy devaluados en la actualidad, pero no es como para ignorarlos por
completo. Muchas de las fallas del Ministerio se deben a mala organización y
peor gestión, y no a incapacidad o falta de conocimientos de los ingenieros.
Tiene razón don Héctor cuando afirma que abrir la Circunvalación
permitiría a la gente circular por una vía rápida para evitar el casco central
de San José, con lo cual se reduciría el gasto de combustibles, la emisión de contaminantes,
y la congestión en vías secundarias utilizadas por la gente para “capearse” la
restricción. Sin embargo ignora una realidad aún más grave: el problema de la
restricción vehicular no es uno de diseño del área de restricción, sino que yace en el concepto mismo de la
restricción. La exclusión de la carretera de Circunvalación sería mejor que
mantenerla dentro de la zona restringida, pero lo óptimo sería eliminar la
restricción vehicular por completo.
En abril del año pasado escribí dos artículos en este blog donde demostré
que el programa de restricción vehicular carece de sustento técnico, y sus objetivos son incongruentes con los objetivos de política económica del gobierno. Estudios citados en el primero de esos artículos y, como dije anteriormente, realizados
por investigadores de prestigiosas universidades
europeas y latinoamericanas, han demostrado de manera concluyente que programas
similares aplicados (en algunos casos desde hace más de 20 años) en México DF,
Santiago de Chile, Sao Paulo (Brasil) y Bogotá (Colombia) han tenido los
siguientes efectos, contrarios a los deseados:
- La flota vehicular tiende a crecer.
- Se produce una desmejora y envejecimiento relativos de la flota vehicular.
- Se incrementan los patrones de uso de los vehículos.
Producto de lo anterior, los programas de restricción vehicular de las
ciudades citadas han obtenido resultados contrarios a los postulados:
- Crece la congestión vehicular.
- Aumenta el consumo de combustible.
- Aumenta la contaminación.
Entonces, señor Ministro Castro, dado que las cifras que usted utiliza
para justificar mantener el programa de restricción vehicular (¿acaso también
para ampliarlo o llevarlo a Heredia y Alajuela?) contradicen los resultados científicamente obtenidos de todos los programas similares existentes en nuestro subcontinente, lo emplazo para que nos diga cuál es la fuente
de sus estadísticas, cuándo se hicieron las mediciones, y cuál fue la
metodología empleada. ¿Se midió la contaminación únicamente en el casco central
de San José, o se midió también en la periferia de la zona de restricción? ¿Se
tuvo la precaución de controlar las mediciones de contaminación y consumo de
combustibles para eliminar estadísticamente el efecto de reformulaciones en los
combustibles, tecnologías limpias y eficientes en los vehículos más recientes,
la adopción del gas líquido como combustible para buena parte de la flota
autobusera, o el efecto de la revisión técnica vehicular? ¿Son verdaderamente confiables
sus cifras?
La experiencia nos dice que no hay herramienta mejor que la
transparencia y el escrutinio público, académico y profesional, de un juego de
cifras, para validarlas. Los ciudadanos
estamos a la espera de respuestas satisfactorias.
Cierto. En mi caso, el día de restricción saco un Chevrolet V8, carburado del 77 que hay en casa... Es un carro barato que estaba sin uso y con la restricción se puso al día. Ahora se saca una vez por semana... Mas contaminación, mas consumo, pero pierdo mas si me quedo a pié... Y estoy seguro que hay muchas historias similares.
ResponderBorrarComo decía Deming: en Dios confío. Los demás, tráiganme datos.
ResponderBorrarDiay sí, a sacar a Destartalado una vez por semana...
ResponderBorrarYo creo que la mejor inversión que pueden hacer es completar como se debe la circunvalación, empezando por poner puentes en La Guacamaya, Zapote, La Bandera y Guadalupe...
Si el Alcalde Diamante quiere comenzar a solucionar el tránsito en pleno Chepe, ahora que se inventó bulevares por todo lado, que comience multando eficazmente al montón de carebarros que se parquean por todo lado en raya amarilla... ese es el colesterol de las vías josefinas...(y es "del malo").
Diay, y los comentarios?
ResponderBorrarDiay, puse esta carambada de disqus que se supone es la tapa del perol, y se me perdieron todos los comentarios que se supone no iban a desaparecer.... Estoy tratando de recuperarlos... pero mi habilidad tecnológica es bastante limitada!!
ResponderBorrarLos adelantos son atrasos, decía mi agúela...
ResponderBorrarMae, ojo a este podcast...
ResponderBorrarhttp://www.freakonomics.com/2012/10/11/the-cobra-effect-a-new-freakonomics-radio-podcast/