viernes, 29 de julio de 2005

La hora de la verdad

Ha llegado el momento en que los hombres se distinguen de las gallinas. Es la hora de tomar decisiones. No podemos seguir con el güiri güiri y el nadadito de perro. Los costarricenses tenemos que decidir si queremos el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos o no, y con esa decisión, si queremos seguir participando en la economía mundial o si preferimos aislarnos de ella.

Mucho se ha hablado ya sobre el TLC, y a estas alturas, quien no sabe lo que significa o desconoce sus contenidos, es porque no ha querido enterarse, ya que oportunidades han sobrado. Por supuesto, existen dos grupos bien definidos (a favor y en contra), y entre los extremos, una gran masa de gente indecisa y/o indiferente. Así es en casi todo tema de trascendencia nacional, y pretender que la decisión no se tome hasta que la mayoría entienda bien el tema, es tratar de tapar el sol con un dedo y desconocer la realidad.

La decisión debe de tomarse ya, porque el país es parte de una compleja red de relaciones internacionales diplomáticas y comerciales, y los demás miembros de ese entramado no se van a sentar a esperar a que Costa Rica ponga el huevo. Mis lectores conocen sobradamente mi posición con respecto al TLC (a favor, sin tapujos), pero noten que no hablo aquí de tomar una decisión favorable, sino simplemente de tomar una decisión, para bien o para mal (y estoy claro que lo que es “bien” para mi es “mal” para otros, y viceversa). Si no tomamos la decisión pronto, nuestros socios y nuestros competidores comerciales la tomarán por nosotros. O, más certeramente, asumirán que nuestra indecisión es sinónimo de una decisión negativa, y actuarán conforme a esa suposición.

Hay que entender lo que representa cada una de las posibles decisiones: aceptar o rechazar el TLC. Durante más de 20 años la economía de Costa Rica ha sido impulsada por el sector exportador. En ese período, el sector exportador ha sido, por mucho, el más dinámico de la economía nacional, el que más ha crecido, y el que más inversión extranjera ha generado. Es, en resumen, el que mayores y mejores oportunidades de empleo ha producido para los nacionales. Dentro de este panorama, Estados Unidos se ha constituido en nuestro principal socio comercial, por la cercanía geográfica, por la inmensidad de sus mercados, por el tremendo poder adquisitivo de sus habitantes, y por la cultura consumista imperante en ese país. También es Estados Unidos nuestra principal fuente de inversión extranjera, el país que más turistas envía la nuestro, y de donde obtenemos la mayor parte de nuestras importaciones (que son las que ofrecen variedad y diversidad al consumidor a mejores precios).

Rechazar el TLC equivale a cerrar las puertas a nuestra principal fuente de divisas por turismo, al principal destino de las exportaciones de nuestros productores, y a nuestra principal fuente de inversión extranjera. Esto no es ni exageración, ni amenaza, ni alarmismo; es realidad. Una vez que entre en vigencia el TLC entre Estados Unidos y los países de Centroamérica que lo hayan ratificado (hasta ahora Guatemala, Honduras y El Salvador), los aranceles de importación de esos países centroamericanos empezarán a bajar según lo pactado en el Tratado. Pero no en Costa Rica. Estados Unidos podría entonces concluir que sus productos reciben trato discriminatorio en nuestro país, y acudir a la Organización Mundial del Comercio, con muy altas probabilidades de ganarnos el litigio. En ese caso, nos podrían imponer sanciones comerciales, tales como aranceles de importación para los productos costarricenses, que nos haría menos competitivos.

Otra posibilidad que tiene Estados Unidos es cancelarnos los beneficios de la Iniciativa de la Cuenca del Caribe (ICC). La justificación sería muy sencilla: la ICC es una concesión unilateral de los Estados Unidos hacia los países beneficiarios, mediante la cual Estados Unidos ha abierto buena parte de sus mercados a nuestros productos, sin exigir reciprocidad. El TLC es justamente acerca de darse trato recíproco entre socios comerciales. Habiendo Estados Unidos ofrecido la oportunidad del TLC, y negándose Costa Rica a engancharse, sería fácilmente justificable para los Estados Unidos el cancelar los beneficios de la ICC por falta de reciprocidad, máxime que otros países del área estarían otorgando esa reciprocidad.

Aún asumiendo que Estados Unidos decida no actuar contra Costa Rica de ninguna de las dos forma descritas arriba, el país siempre pagaría una factura alta. Esto porque los empresarios estadounidenses perderán interés en el país porque buena parte de los productos hechos aquí pagarán un impuesto mayor al ingresar a los Estados Unidos que productos similares hechos en países signatarios del TLC. La inversión en nuevas fábricas disminuirá significativamente, algunas de las existentes cerrarán, e incluso los exportadores nacionales perderán clientes en los Estados Unidos. Esto es un hecho, porque ninguna de las empresas norteamericanas que están en el negocio de importación/exportación es una agencia de caridad, y siempre buscarán el producto más barato o el lugar donde puedan producirlo más barato. Y esto será igual si Costa Rica rechaza el TLC que si simplemente no toma la decisión. Porque la indecisión genera inseguridad jurídica.

No solo los inversionistas gringos dejarán de invertir en el país. Empresarios de otros países han escogido establecer operaciones en Costa Rica por la facilidad de acceso al mercado norteamericano. Pero esos inversionistas dejarían de considerar a Costa Rica, ya que otros países del área ofrecerían mejores condiciones de acceso al mercado de los Estados Unidos. Por último, importantes proyectos de inversionistas costarricenses están congelados a la espera de una decisión sobre el TLC. No es lo mismo producir en y para un país con buenas expectativas de crecimiento y de generación de empleo (con lo cual crece el número de personas empleadas y su poder adquisitivo), que hacerlo en un país pequeño con pocas posibilidades de crecimiento al limitarse a producir para el mercado local.

En todo caso, una decisión negativa al menos tiene la virtud de eliminar la incertidumbre. Siendo esa la decisión, los inversionistas nacionales deberán de modificar sus expectativas y por ende sus planes de inversión, pero al menos podrán seguir adelante con sus proyectos, aunque menores que los que hubieran desarrollado en caso de una aprobación del TLC.

Con la ratificación del TLC en Estados Unidos, a Costa Rica le llegó la hora de las decisiones. El ordenamiento jurídico establece que es la Asamblea Legislativa quien tiene la potestad de decidir sobre los tratados comerciales, y por más que critiquemos a esa Asamblea (y mis lectores saben que soy particularmente ácido en mi crítica a ella), somos ante todo respetuosos del estado de derecho y esperamos – exigimos – que se le de la oportunidad de hacerlo.

Ya se acabó el tiempo para las posturas huecas y sin sentido. Ahora es definitivo que el TLC ya no es renegociable, y quienes creen que eso es lo que se debió de hacer, tienen ahora que decidir si prefieren el tratado como está o se oponen a él. Y deben de anunciar su decisión sin medias tintas ni evasivas. Quienes se oponen rotundamente al TLC deben de abstenerse de amenazar con medidas extremas de desestabilización, y someterse al ordenamiento jurídico tratando de que el TLC sea rechazado por los medios que la ley y la Constitución prevén para ello. Quienes apoyamos el TLC y quienes se oponen a él, debemos de prepararnos para aceptar el resultado del proceso democrático, sea cual sea, aunque no lo compartamos. De eso se trata la democracia representativa. Nuestros gobernantes no pueden seguir negándonos el derecho a que el ordenamiento jurídico existente siga su curso y desemboque en la toma de decisiones.

jueves, 28 de julio de 2005

Tropezar dos veces con la misma piedra

Oscar Arias y los incentivos turísticos

Hace unos años, en la década de los años noventas, reventaron sendos escándalos en el país por abusos que fueron descubiertos con los incentivos que otorgaba el estado a las empresas exportadoras (CATs) y a las turísticas (Artículo 11). En el primer caso, empresas que presentaban facturas de exportaciones falsas, recibían incentivos fiscales por esas exportaciones inexistentes. En el segundo, empresas correctamente amparadas a los incentivos fiscales que otorgaba la Ley de Incentivos Turísticos, vendían acciones a un precio menor que el valor fiscal de las mismas, pero reportaban la venta al valor fiscal, con lo cual el inversionista podía deducir de sus impuestos el importe más alto.

Las defraudaciones fueron multimillonarias; en algunos casos, prácticamente se puede decir que el Estado aportó la totalidad de los recursos para la construcción de hoteles que, por supuesto, quedaban en manos privadas. Muchos casos llegaron a juicio, y algunos de los responsables terminaron en la cárcel, o al menos eso quisiéramos creer.

Lo que yo nunca entendí es por qué debe el Estado financiar, mediante incentivos o subsidios directos, actividades empresariales que, si no son rentables, no tienen razón de existir. A principios de los años ochentas, cuando el país aún dependía de cuatro productos tradicionales de exportación (café, banano, azúcar, carne), era justificable incentivar la diversificación. De igual manera, en aquellos años cuando apenas llegaban al país 200.000 turistas anuales, tenía lógica contribuir al desarrollo de la industria turística. Lo que no era justificable es que veinte años más tarde, los mismos incentivos siguieran existiendo.

Lo lógico hubiera sido destinar todos los recursos que se fueron en incentivos, a mejorar la infraestructura productiva y turística, para eliminar así los principales obstáculos que enfrentaban los productores nacionales. Lamentablemente, lo lógico no era lo que servía a los intereses del clientelismo político. El resultado: 25 años después seguimos teniendo una infraestructura deplorable que encarece las exportaciones y dificulta el movimiento de turistas, y un puñado de rateros en las cárceles del país por haber abusado de los incentivos.

El mejor ejemplo de que los “incentivos fiscales” no son necesarios lo constituye el desarrollo turístico de la península de Nicoya. Bastó con que un gobierno ampliara y acondicionara el Aeropuerto de Liberia para la llegada de vuelos internacionales, y que construyera (gracias a una donación extranjera) un puente sobre el Tempisque, para que la región despegara. Empresarios, de los “de a de veras”, vieron las oportunidades y empezaron a construir, ampliar, y remodelar hoteles, restaurantes, etc., y un grupo de ellos se unió para crear un fondo de garantía para la primer aerolínea que estableciera vuelos itinerados a Liberia. Y así llegó Delta primero, más gracias al gringo Patillo de Hacienda Pinilla que al Presidente Pacheco o al Ministro de Turismo, y ahora cuatro o cinco aerolíneas tienen vuelos regulares a Liberia.

Me pongo a pensar en todo lo que hubiera podido hacer Costa Rica con los dineros de los incentivos fiscales (aún los que fueron otorgados en buena lid), y me dan escalofríos. Tal vez tuviéramos un aeropuerto internacional decente sin un administrador/concesionario conflictivo. Tal vez puertos de primera que no fueran ni los más caros ni los más lerdos de Centroamérica. Quizás carreteras decentes con varios carriles para que no tuviéramos que subir el Cambronero ni el Aguacate detrás de un camión de carga a 20 Km/h. Pero lo que se hizo fue socializar el costo y privatizar las ganancias.

Los únicos incentivos que un Estado debe otorgar en condiciones normales, son mejorar las condiciones para los empresarios, dándoles una buena infraestructura para que puedan sacar su producto al mercado, dándoles seguridad jurídica y respeto a la propiedad privada, claridad reglamentaria y legal, trámites simples, y eliminando los monopolios que encarecen la actividad (como los de seguros, combustibles y telecomunicaciones). Darles condiciones competitivas, claro que sí. Es un imperativo, si se quiere, moral. Pero de ninguna manera debe el Estado coger los recursos de todos los costarricenses y distribuirlos entre empresarios de uno o varios sectores privilegiados, que es lo que ha sucedido en nuestro país mientras asistimos al triste espectáculo del desmantelamiento de la red de solidaridad social.

Resulta que ahora Oscar Arias quiere convertirse en el animal que tropieza dos veces en la misma piedra. El Diario Extra de hoy nos reporta que el Palomo de la Paz ofreció reinstaurar los incentivos fiscales al sector turístico. Es difícil entender bien el artículo, que por una parte asegura que no se trata de incentivos fiscales, pero por el otro cita a don Oscar diciendo textualmente:
“Resulta inevitable referirse a la política de incentivos fiscales al sector. Estoy convencido de que los incentivos fiscales son imprescindibles para el desarrollo turístico”
Hay que reconocer que don Oscar habla de incentivos no fiscales, y parece andar por el rumbo correcto: habla de fortalecer el sistema de parques nacionales y áreas protegidas, programas de formación de recurso humano, y construcción de la infraestructura necesaria para potenciar el desarrollo, entre otras cosas. Pero el doble discurso es muy preocupante, y lleva a Dean CóRnito a preguntarse si no será esta la primera de una serie de ofertas similares que hará a otros sectores productivos, en el mejor estilo de la política clientelista que tanto daño ha hecho al país. Nos preguntamos también si será esta la forma de don Oscar de contrarrestar los populistas ofrecimientos de Ricardo Toledo. Nos preguntamos, en resumen, si habrá por quién votar en el 2006.

Esperamos poder conocer el programa de gobierno de Oscar Arias y ojalá escuchar directamente de él sus planes, en este caso, para la industria turística. Si alguno de mis amables lectores planea asistir al seminario que INCAE organiza para del 4 al 16 de agosto, donde hablarán entre otros Franklin Chang, Rodrigo Gámez, y Oscar Arias, que por favor se lo pregunten y nos reporten de regreso. Sabemos que nos leen en INCAE (aunque nunca nos han dejado comentarios), así que esperamos que esta petición no caiga en oídos sordos.

miércoles, 27 de julio de 2005

Frases célebres

Falta de tiempo, y un gripón de la patada, me llevan a dejarles un rejuntado de frases célebres y no tan célebres que invitan a pensar. Ojalá que sirvan para reflexión y diversión.

Abogados:
Ganar un proceso es adquirir una gallina y perder una vaca. – Proverbio chino.

No se quejen, abogados, que pudo ser peor.

Absurdo:
No hay absurdo que no haya sido apoyado por un filósofo. – Cicerón

No hay absurdo que no haya sido apoyado por un grupo de diputados. – Dean CóRnito

Asambleas:
Es muy raro que una asamblea razone; se apasionan con demasiada rapidez. – Napoleón

Sobre todo cuando sus integrantes no tienen uso de la razón. – Dean CóRnito

Autoridad:
La multitud, cuando ejerce la autoridad, es más cruel aún que los tiranos. – Sócrates

Gran lección, no la perdamos de vista.

Calumnia:
¿De quién dependen las reputaciones? Casi siempre de los que no tienen ninguna. – De Ligne

Para pensar...

Comercio:
El comercio une a los hombres; todo aquello que los une los coliga. El comercio es esencialmente perjudicial para la autoridad. – Napoleón

Razón de peso para empezar a apoyar el TLC.

Hipocresía:
Con la sonrisa inmóvil en los labios se puede ser un vil. – Shakespeare

Haber leído esto antes de las elecciones de 1978...

Ideales:
Nuestros ideales son lo mejor que hay en nosotros; el don de ver cosas como debieran ser, que es lo que nos levanta a la grandeza. – Crane

Que no nos venza la desesperanza. No dejemos que el pesimismo nos carcoma, saquemos a Costa Rica adelante.

Prensa:
La prensa no es la opinión pública. – Bismarck

No confundamos los conceptos, ni dejemos que nos manipulen.

Promesas:
El más lento en prometer es siempre el más seguro en cumplir. – Levy

Ergo, el más ligero para prometer es siempre el menos confiable para cumplir. ¿Oyó, Toledo?

Resolución:
La sabiduría más verdadera es una resuelta determinación. – Napoleón

Cuando males desesperados demandan tomar una resolución rápida, la desconfianza es cobardía y la prudencia locura. – Johnson

Un mensaje de La Suiza Centroamericana para Abel Pacheco.

Responsabilidad:
Si no somos responsables por los pensamientos que pasan por nuestro cerebro, al menos somos responsables por los que hacemos nuestros. – Newcomb.

Al que le caiga el guante que se lo plante.

Sabiduría, habilidad, virtud:
Sabiduría es conocer lo que debe de hacerse, habilidad es saber cómo debe de hacerse, y virtud hacerlo. – Starr

Tres cualidades ausentes en nuestro Presidente.

martes, 26 de julio de 2005

Hoy nació el toledismo

Esas fueron las palabras del lujoso candidato presidencial de PUSC, Ricardo Toledo, cuando La Nación le pidió su opinión sobre la ausencia de “importantes” figuras de su partido en la Asamblea que lo ratificó como candidato. Debemos entonces preguntarnos: ¿qué es el toledismo? ¿Quién es Ricardo Toledo? Tal vez si logramos contestar esta segunda pregunta, podamos entender mejor qué es el toledismo.

Basado en lo que dicen los periódicos de hoy, y una entrevista que Toledo ofreció a Informa-tico, de la cual me enteré gracias al blog de nuestra asidua lectora Sirenacanta, me temo que la respuesta no nos va a gustar.

Hoy por hoy, Ricardo Toledo es diputado, de esos que miden su desempeño por el número de leyes que proponen, y no por la calidad de sus propuestas ni por lo que ellas hagan por el avance del país. Anteriormente fue Ministro de la Presidencia, tan bueno tan bueno que tuvo que renunciar y volver a su curul no sin antes haber embarcado al país y al fisco en una negociación secreta con los sindicatos, donde les ofreció oro, cielo y tierra a cambio de una supuesta paz social que nunca se podrá alcanzar desde una posición de debilidad. Anteriormente fue Gerente de Correos de Costa Rica, y hay que reconocerle que convirtió una entidad que dejaba pérdidas en una mucho más eficiente y que produce ganancias. Pero el proyecto, que como Gerente de Correos anunció con bombos y platillos, para rotular todas las calles y avenidas de las ciudades del país de manera que fuera posible dar direcciones razonables (y no “de donde estuvo el palo de mangos de Chicho 300 varas al oeste”), nunca dio frutos.

Ricardo Toledo es “bachiller” en Derecho. O sea, nada. Porque en este país para ejercer el Derecho es necesario ser Licenciado. Como quien dice, no terminó la carrera. Además, según él mismo, tiene estudios de maestría en administración de negocios. Otra vez más, nada. Porque tener estudios de maestría no es lo mismo que haberse graduado de un programa de Maestría. Don Ricardo puede haber cursado un trimestre de una maestría, lo cual bastaría para que no mienta al afirmar que tiene estudios de maestría. Pero es una verdad a medias, que es lo mismo que una mentira completa.

Don Ricardo dice ser socialcristiano, que “basa todo [su] pensamiento en las encíclicas papales, como la Rerum Novarum y la doctrina social de la Iglesia”. Dudo que se las haya leído, porque don Ricardo es además xenófobo, y no veo como encaja eso con la doctrina social de la Iglesia. En sus propias palabras:
“En el momento que llegue a ser presidente de la República, aunque me digan xenófobo, que no lo soy, voy a cerrar las fronteras.”
Para eliminar la inflación, don Ricardo Toledo dice que hay que mejorar la canasta básica. “Debemos cambiar algunos productos e incluir servicios.” Con eso, se podrá mejorar la composición de la canasta y también su medición, pero no hay nada en esta receta que vaya a atenuar la inflación. En su beneficio, hemos de decir que reconoce la necesidad de reducir la deuda pública y eliminar las deudas del Banco Central, pero de su discurso no se desprende que entienda lo que dijo ni que tenga ideas para lograrlo. Dice que el Plan Fiscal generará los recursos para rebajar estas deudas, pero eso nunca se va a lograr si un Presidente populista se propone regalar una computadora a cada muchacho que se gradúe del colegio, que es otra de las geniales ideas de Toledo. Además, ya hemos demostrado en otros artículos (#1, #2) que el Plan Fiscal no es más que un engaño, y que nada garantiza que los recursos que tal vez genere se vayan a destinar a eliminar o reducir las deudas públicas. Y don Ricardo no hace más que ayudarnos a demostrar la veracidad de nuestra afirmación.

Don Ricardo Toledo cree que la educación no está bien como está. En eso, La Suiza Centroamericana está 100% de acuerdo. Pero la solución que propone don Ricardo es de antología: “pegar” el INA al Ministerio de Educación y que todo bachiller salga del colegio con un oficio aprendido, como peluquero o cocinera, o con una especialidad técnica. O sea, don Ricardo quiere, en el mejor de los casos, un país de empleados de línea de producción de una fábrica extranjera de Zona Franca, y en el peor de los casos, un país de empleados de salón de belleza o restaurante. No queremos con esto decir que alguno de esos oficios sea indigno; simplemente que no debe de ser esa la máxima aspiración nacional. Este tema también lo hemos analizado extensamente en otro artículo.

En otro orden de cosas, Toledo se compromete a que el 5% de los nombramientos que hagan las entidades públicas en un eventual gobierno suyo serán para personas entre los 18 y los 25 años y personas mayores de 50 años. Siendo que ambos grupos de edad representan no menos del 30% de la fuerza laboral del país, será que don Ricardo les está prometiendo más desempleo aún?

Su pensamiento en materia de política y relaciones internacionales es acorde con lo que se espera de un hombre con su preparación. Con respecto al viraje a la izquierda que se ha dado en América del Sur en los últimos años, Ricardo Toledo piensa que “aparecen algunas gentes con ideas un poco extrañas y llegan al poder porque hay un deterioro de la imagen de los partidos políticos tradicionales”, de lo cual culpa a los medios de comunicación. El diablo repartiendo escapularios, porque si de ideas raras vamos a hablar, basta con leer este artículo para saber quién es la madre de todas las rarezas.

Pero las cosas no se quedan ahí. Toledo cree que “América Latina no ha sido inteligente”. Dice que “no ha habido reformas fiscales importantes y los países colapsan.” Don Ricardo se va a hacer merecedor de un Premio Nobel en economía por descubrir que si los países no hacen una reforma fiscal importante, colapsan. No importa lo que esa reforma haga, no importa que los impuestos ahoguen la capacidad productiva de personas y empresas, no importa que la reforma fiscal no haga nada por reestructurar el gasto público ineficiente, irresponsable, superfluo o duplicado. Lo importante es hacer una reforma fiscal, no lo que esa reforma logre. Haber sabido que era tan fácil.

Entonces, ¿qué es el Toledismo? Como se ha podido ver, es una mezcla de ocurrencias populistas y xenofóbicas de un tipo dicharachero y sin ninguna preparación para dirigir los destinos del país. No se por qué, pero me suena a que ya tuvimos un Presidente así. ¿Quién sería? Ah, si, excepto por lo de xenófobo (cada quien tiene que agregar un toque de estilo personal), se llama Abel Pacheco. Otros cuatro años más de lo mismo, POR FAVOR NO.

Hoy nació el Toledismo. Afortunadamente, esta es la crónica de una muerte anunciada. Del 5 de febrero del 2006 no pasa. Y consigo se llevará a la tumba al Partido Unidad Social Cristiana, que si alguna vez tuvo una oportunidad de levantarse, con este candidato la desperdició.

miércoles, 20 de julio de 2005

Desastre social

Cuando un gobierno no tiene rumbo, los sectores más vulnerables de la sociedad son los que terminan pagando los platos rotos. Hemos dicho hasta la saciedad que el actual es un gobierno sin rumbo que actúa con el más absoluto desprecio por los más necesitados. Los periódicos de los últimos días vienen llenos de nuevos ejemplos de ello. Vamos a mencionar solamente dos, que retratan de cuerpo entero al desgobierno de Abel Pacheco.

La Nación de hoy nos informa que el Ministerio de Salud anda como loco viendo de donde saca 146 millones de colones para combatir el dengue. Es increíble que no puedan luchar contra una enfermedad por pinches 146 millones, que para efectos gubernamentales no son nada. Más se reparte en premios de la lotería en dos fines de semana. Más increíble aún es que estemos a fines de julio, y sea apenas ahora que las autoridades de Salud se dan cuenta de que tienen que hacer algo al respecto de esta epidemia que ha afectado ya a unas 9.000 personas en lo que va del año, cuando en todo el año pasado entero se enfermó esa misma cantidad de gente de dengue.

Ojo lo que dice La Nación al respecto:
“Sobre las causas del retroceso, la Ministra mencionó que hubo problemas internos, como la falta de dinero para viáticos del personal encargado del plan de combate del dengue, además de que se agotó el insecticida y solo recientemente lograron reponerlo.”
Sabiendo que esta enfermedad ataca todos los años, y que todos lo años hay que fumigar y hacer campaña de prevención, ¿cómo puede la Ministra salir con semejante estupidez? ¿Dónde está la sensibilidad de las autoridades presupuestarias que niegan los recursos para los viáticos del personal encargado de una tarea tan delicada? ¿Y qué sanción le pusieron al encargado de proveeduría que permitió que el insecticida se acabara?

Pero lo peor de todo es la caballada – ya nos tiene acostumbrados a ellas – con que salió el Presidente. Dice don Abel que es que “la gente bajó la guardia cuando sintió que la enfermedad estaba controlada”. En mi humilde opinión, la única gente que puede creer que una enfermedad que ataca a 9.000 personas en un año está controlada – cuando hace cuatro o cinco años se consideraba un fracaso si en número de casos anuales llegaba a 5.000 – son los ineptos que el Presidente tiene trabajando para él.

El segundo tema que vamos a comentar es el desastre con las becas para los estudiantes más pobres. La Nación de ayer nos informó que fue suspendido el giro de becas a 60.000 estudiantes pobres. La razón de la suspensión es un pleito de gatos entre la Tesorería Nacional y el Fondo Nacional de Becas (FONABE). Como si dejar a los 60.000 estudiantes más pobres del país sin sus exiguas becas no fuera desastre suficiente, la suspensión se da justo en julio, cuando los estudiantes regresan de sus vacaciones de medio período, que es tradicionalmente el momento de mayor deserción estudiantil de todo el ciclo lectivo. El año pasado 16.000 alumnos no regresaron a las aulas después de las vacaciones, y eso que el año pasado no suspendieron el giro de las becas.

Los “desertores” rara vez regresan a estudiar, con lo cual la suspensión de las becas puede condenar a miles de niños a una vida de ignorancia y pobreza extrema por dejarlos sin acceso a las oportunidades laborales bien remuneradas.

En La Suiza Centroamericana no tenemos los elementos suficientes para saber si este desmadre es culpa de la Tesorería, del FONABE, o de ambos. Lo que si sabemos es que el que esta disputa haya llegado al extremo de que la Tesorería haya dejado de girar fondos al FONABE es culpa de un Ministro y un Presidente que no tienen idea del trabajo que se supone deberían hacer, ni tampoco corazón.

Porque si es cierto lo que dice la Tesorería, en el sentido de que existen múltiples informes y pronunciamientos de la Contraloría y la Procuraduría exigiendo que los dineros de las becas ingresen a la caja única del Estado y no a un fideicomiso del FONABE, si esto es cierto y la directiva del FONABE reiteradamente se ha negado a cumplir con lo ordenado, entonces hace meses debieron de haber suspendido y reemplazado a esos directivos, y no haber dejado que la situación llegara al extremo de dejar a los niños más pobres sin sus becas.

Y si lo que dice la Tesorería no es cierto, y la decisión de no girar los recursos al FONABE obedece a alguna necedad fiscalista, entonces es hora de que caigan los jerarcas, no sólo de la Tesorería, sino también todos aquellos “superiores” que hayan avalado la decisión de la Tesorería.

En un país que se precie de decente, con la educación de los pobres no se juega. Hacerlo, es carecer de cabeza y de corazón, la peor combinación en un político.

martes, 19 de julio de 2005

La máquina asesina

La semana pasada viví un evento tan traumático, que no fue sino hasta hoy que pude sentarme a escribir sobre él. Intenté pasar por una calle que acostumbro tomar para dirigirme a mi oficina, pero la calle estaba cerrada. A la distancia pude observar a la máquina asesina y los peones que alegremente la ayudaban.

En esa calle había un hueco. No era un hueco cualquiera, era mi huequito. A ese huequito yo lo ví nacer, cuando el sentido de circulación en esa avenida todavía era oeste-este, hace más de quince años. Durante varios años, tres veces por semana tenía yo la suerte de pasar por ahí y saludar a mi huequito. A ese huequito yo lo vi crecer, y me encariñé con él. Otros conductores pasaban insultándolo, y mi huequito les escupía de esa agua café que en época lluviosa le llenaba su pancita. A veces les hacía alguna travesura, como robarles un piñoncito o reventarles una llanta. Pero no a mi. Conmigo siempre fue respetuoso, porque yo pasaba saludándolo. El tiempo pasó volando, y mi huequito llegó a la edad madura. Entonces, a mi huequito lo vi reproducirse. Se veía tan contento rodeado de sus tres retoñitos, redonditos y siempre sonrientes.

Una vez llegó la máquina asesina y enterró a mi huequito con sus pequeños. Dichosamente, se trató de un trabajo mal hecho, y mi huequito volvió a surgir. A sus pequeños, sin embargo, no los volví a ver. La soledad no le vino bien a mi huequito, que en los últimos años sufría de una obesidad incapacitante. Eran cada día más los conductores que pasaban ofendiendo a mi amigo, y poco o nada lo que yo pude hacer por él. Pero era mi amigo, y por eso me dolió ver que una vez más lo enterraban en vida. Dice la canción que cuando un amigo se va, queda un espacio vacío. En este caso, tristemente, quedó un espacio relleno. Ni una cruz, ni una lápida, nada que marque el lugar donde descansa mi amigo el huequito.

En la vida del conductor promedio de Costa Rica, son muchos los huecos que llega a conocer. Es imposible no encariñarse con ellos. Algunos nos recuerdan un romance pasado, otros nos recuerdan rutas y rutinas que acostumbrábamos usar; otros más, lugares y personas que solíamos visitar. Los carros de los más experimentados ya manejan en piloto automático, zigzagueando para evitar golpear a los huecos conocidos. No puede uno más que sentir nostalgia al ver desaparecer a alguien que lo ha acompañado durante tantos años.

Yo le agradezco a Dios que mi mamá vive en una calle poco transitada, porque la probabilidad de que lleguen a tapar los pozos que han crecido en esa calle es remota. Y cada vez que la visito, mis amigos los huequitos me llenan de memorias agradables. Yo estaba ahí cuando llegó la cuadrilla del AyA y rompió toda la calle. Yo jugué durante semanas en la zanja con mis amigos, hasta que volvió la cuadrilla, puso unas tuberías, y tapó el hueco de cien metros con tierra. Yo ví esa tierra lavarse con las primeras lluvias. También estuve ahí seis años después, cuando llegaron a asfaltar la zanja. Dichosamente fue otro trabajo mal hecho, porque a tres semanas de haber iniciado el invierno, la calle se volvió a llenar de huecos. Ahí me enseño mi papá a manejar, y si no hubieran estado mis amigos los huecos para apoyarme y vitorearme, nunca habría dominado la principal destreza que necesita todo conductor en Costa Rica: dar un golpe brusco de manivela sin perder el control del carro.

Hoy, para dicha de mi psicólogo, tuve una experiencia que me llenó de fe nuevamente en la raza humana. Al pasar por la Avenida San Martín, unos 300 metros al oeste de la Bomba La Castellana, me topé de frente con un viejo amigo. Le ví rebosante y muy feliz, estaba acompañado de un par de gemelitos recién nacidos, con caras de angelitos. Espero que esta vez no venga la máquina asesina a matar las ilusiones de este viejo amigo.

lunes, 18 de julio de 2005

Popurrí informativo

Día de nuevas revelaciones de corrupción, y ya da pereza comentarlas. Lo más sorprendente de todo – tristemente hemos perdido la capacidad de asombro ante los actos de corrupción – es lo elemental de los errores que cometen los supuestos corruptores y corrompidos, facilitando su descubrimiento. Uno se imagina que para dormir medianamente tranquilos harían las cosas con cuidado y evitarían dejar rastros, pero no. Dicen, y el dichito nunca me ha gustado, que a los tontos ni Dios los quiere.

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Hay errores que matan. En la página 4A de la versión impresa de La Nación de hoy, donde detallan las denuncias de supuesta corrupción contra la empresa canadiense que maneja el relleno sanitario de La Uruca y contra el Alcalde de San José y otros funcionarios municipales, aparece al pie de página una relación cronológica de eventos relacionados con la contratación de esta empresa. Uno de los “eventos” habla de “supuestos pagos de $45,300 a nueve altos funcionarios de la Municipalidad de San José” en diciembre de 1999. Esta entrada viene ilustrada con una fotografía... de don Miguel Ángel Rodríguez y don Rogelio Pardo (exMinistro de Salud durante la Administración Rodríguez). Me leí las tres páginas enteras que La Nación dedicó al caso EBI – Municipalidad de San José, y en ninguna parte mencionan al exPresidente ni al exMinistro. Freud diría que los traicionó el inconsciente. Yo no creo que los traicionó.

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Preocupa faltante de recolectores de café, sobre todo en Pérez Zeledón. Y sin embargo, el candidato presidencial de Pérez Zeledón, aquel cuya familia está en el negocio de financiar a los “isidreños” que desean emigrar hacia los Estados Unidos, anda proponiendo renegociar el TLC con Estados Unidos para incluir la libre migración. Con soluciones así, ¿quién necesita problemas?

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Se reduce grupo de asesores de Pacheco. Dos palabras: se nota.

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Presidente Pacheco instaura Junta de Notables del TLC. Anunció su creación el 26 de abril, pero no reveló los nombres de sus miembros sino hasta el 15 de junio, 50 días después. Y apenas los juramentó ayer, 17 de julio, después de mentirnos descaradamente al decirnos hace más de dos semanas que ya habían empezado a trabajar, y que lo sabía por el correo de las brujas. En total, 82 días perdidos a causa de la ineptitud e indecisión de quien nos gobierna. Ahora estos cinco señores tendrán 60 días para pronunciarse, con la posibilidad de solicitar un prórroga no definida. Y mientras tanto el país sigue esperando decisiones para poder avanzar.

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MOPT dañó estación prestada de RITEVE. La pregunta no es cómo se dañó (es evidente, si no hay dinero ni para escaleras de emergencia, menos para el mantenimiento de algo que ni siquiera es propio), sino por qué tres años después de que RITEVE donó el equipo para que el MOPT tuviera su propia estación de inspección para los vehículos de la flota estatal, ésta no se ha instalado? ¿A qué se han dedicado las autoridades del MOPT todo este tiempo? ¿Y la Contraloría, detrás del palo como siempre? Ojalá la nueva Contralora sepa cambiar actitudes en su institución.

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Diputados regresan con dos prioridades: clavarnos más impuestos, y decretarse un nuevo receso. Dios me oiga en esto último.

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A propósito de este gobierno y estos diputados, los invito a ver el Kleverómetro instalado desde ayer en la columna derecha de este blog. Ahí se enterarán cuánto tiempo más tendremos que soportar esta lacra. Se agradece a nuestro fiel lector, Klever, quien nos dio la idea de instalar el contador, lo cual no hubiera sido posible sin la generosa y desinteresada contribución de otro fiel lector, Mamá Pitufo, quien nos hizo llegar el código javascript sin el cual este autor estaría rascándose la cabeza aún en busca de cómo desarrollarlo.

viernes, 15 de julio de 2005

El silencio presidencial

Todo un récord. En lo que va de julio, no hemos escrito ninguna crítica al Presidente de la República y sus acostumbradas salidas. Lo habían mantenido con bozal y muy bien controlado, hasta que se escapó de la jaula tempranito en la mañana del incendio en el Calderón, y sus asesores no estaban cerca – ni siquiera estaban despiertos – cuando el hombre profirió la yeguada de la semana. Y del mes, porque si sigue igual de disciplinado que en la mayor parte de la primer quincena, en La Suiza Centroamericana vamos a tener que buscar nuevo oficio.

No es que andemos buscándole pelos en la sopa. Le reconocemos el esfuerzo que ha hecho por mantenerse calladito, y por eso no le dedicamos el usual sainete el día de la abelada. Nos sentimos mejor de vivir en un país donde por 15 días consecutivos el Presidente no ofende nuestra inteligencia. Pero nos aburrimos tremendamente... así que para distraernos haremos algunas conjeturas. ¿Qué o quién habrá provocado el silencio presidencial?

El martes 28 de junio, día de su última yeguada registrada, aquella de que sabía por el correo de las brujas que la Junta de Notables ya estaba trabajando (y no), en los Chances salió el número 07. El siguiente martes, 5 de julio, salió el 17. El domingo 3 de julio salió en la Lotería Nacional el 27. ¿Ven el patrón? Números terminados en 7. Lamentablemente, el domingo 10 de julio, día del último sorteo antes de la fecha del incendio, salió el 22 con la serie 828. Ningún 7 por ninguna parte. Y, sácatelas, yeguada presidencial. Dichosamente el martes 12 de julio (el sorteo fue al final de la tarde, o sea, después del incendio en el Calderón), salió el número 75 con la serie 777. Un montón de sietes por todas partes, que esperamos suman al Presidente una vez más en el silencio. Esperemos que no le moleste no haber pegado terminación. Por cierto, pueden consultar los resultados de los sorteos de Chances haciendo click aquí y los de la Lotería haciendo click aquí.

El siete es un número de enorme significado cabalístico. Yo no se nada de Cábala, pero les prometo que me voy a poner a estudiarla, porque en el mes de junio La Suiza Centroamericana publicó 7 artículos criticando al Presidente. Pero lo más sorprendente de todo es que en nuestro post del martes 21 de junio le enviamos un recado al señor Presidente, a través de la persona que ha tenido el gusto de monitorear a La Suiza Centroamericana desde Casa Presidencial, pidiéndole que se dejara de payasadas y nos mostrara algo más de respeto. La última yeguada presidencial registrada antes de los pelos en la sopa, fue justamente el 28 de junio. ¿Ya vieron el patrón? Pasaron siete días desde nuestro mensaje hasta el inicio del período de silencio autoimpuesto. Además, por si no lo habían notado, 21 es 3 veces 7, y 28 es 4 veces 7. Además, 4 veces 7 más 3 veces siete es igual a 7 veces 7. Y fueron dos semanas exactas de silencio, es decir, 14 días. 14=2x7. Siete hasta en la sopa. ¿Será por eso que escogió el tema de la sopa para romper el silencio?

Tengo fuertes sospechas de que todo esto tiene que ver con el número 7. Si Madona o algún otro gurú de la Cábala me lee, este autor y sus lectores le agradecerán un comentario.

jueves, 14 de julio de 2005

La educación y la lógica

Uno de mis autores favoritos es Leonardo Garnier. Cuando se trata de temas económicos, usualmente nuestras opiniones difieren, y algunas veces difieren radicalmente. Pero da gusto leerlo y escucharlo, porque sus exposiciones son claras y coherentes, producto de un razonamiento lógico, fácil de seguir. Si la mayor parte de las veces no llegamos a idénticas conclusiones, es porque nuestros puntos de partida – las premisas que cada uno da como válidas – son diferentes.

Para una persona que disfruta del intercambio de ideas, es sabroso hacer el ejercicio intelectual de partir de premisas en las que uno no cree, y llegar a las mismas conclusiones que su interlocutor. Y eso es lo que me pasa cada vez que leo a, o discuto con, don Leonardo. Lamentablemente, muchas veces uno discute con personas que, por no entender o conocer los principios de la lógica clásica, no pueden justificar sus propias conclusiones porque ellas no tienen sustento en las premisas utilizadas. Este es un tema en el que Leonardo Garnier y Dean CóRnito coincidimos plenamente. Las siguientes palabras son un extracto de la columna Sub/versiones de don Leonardo, de hoy:
“...a la hora de razonar, no logran pasar de una mera sumatoria de argumentos, impresiones y datos inconexos y hasta contradictorios, de donde saltan a una conclusión que les parece razonable más por intuición o prejuicio que porque realmente tenga sustento.”
La columna trata, aunque con un enfoque distinto, sobre ese defecto de la educación costarricense que yo he comentado varias veces (ver por ejemplo El Plan B); el hecho de que no brinda al educando las herramientas necesarias para poder formar opinión propia, para ser analítico y crítico, y para hacer investigación independiente.

Pueden leer la columna – y les recomiendo hacerlo – en la página web de Leonardo Garnier, o alternativamente en La Nación de hoy.

Cobardes asesinos II

Como que si los mismísimos terroristas quisieran resolver la disputa que se armó en torno a mi comentario de hace una semana titulado Cobardes asesinos, el día de ayer los terroristas islamistas cometieron el más vil y grotesco acto de cobardía. En un atentado en Bagdad, Iraq, explotaron un coche-bomba en una calle donde un par de soldados del ejército invasor gringo repartían confites. El resultado: 32 niños iraquíes y un soldado gringo muertos.

Ya lo decía yo en mi anterior comentario: la lucha de estos fanáticos no es contra Estados Unidos, ni se origina en la invasión gringa de Iraq. Ellos luchan contra todos aquellos que no piensan como ellos. Si no, ¿por qué matar 32 inocentes niños iraquíes musulmanes cuyo único “delito” fue aceptar dulces del invasor?

A mi nadie me va a poder convencer de que estos 32 niños muertos son lo que los gringos llaman “collateral damage” cuando sus propias bombas matan civiles inocentes. Si en aras de matar un enemigo (el soldado gringo), en la retorcida mente de esos cobardes asesinos es justificable sacrificar 32 niños inocentes, hijos de los propios hermanos de los perpetradores, entonces es más que claro que los objetivos de esos malnacidos no son de bien. Su lucha no es contra los gringos, su lucha no es contra la invasión, su lucha no es por la liberación de Iraq, su lucha no es por la autodeterminación. Su lucha es por el poder, por el poder absoulto para poder terminar con todos los que no actúen, piensen, sientan o crean igual que ellos.

Nunca antes fue tan claro que el fin NO justifica los medios. Los terroristas de cualquier denominación son unos asesinos cobardes, y quienes los justifican son unos grandes tontos. Cada vez que ellos matan, la cosa es conmigo, contigo, y con todos.

(PD: les recomiendo leer este artículo de la exDefensora de los Habitantes, Sandra Piszk, en La Nación de hoy.)

miércoles, 13 de julio de 2005

Infierno en la torre

Antenoche murieron 19 personas, entre asfixiadas y carbonizadas, en un incendio en los pisos 4 y 5 del Hospital Calderón Guardia. Para este momento, supongo que mis lectores conocen todos los detalles, como resultado de la amplia cobertura que le han dado todos los medios de comunicación nacionales a esta tragedia. Tres enfermeras que no salieron por quedarse ayudando a los pacientes; 16 pacientes, casi todos de la unidad de Neurocirugía, que no podían movilizarse por sus propios medios ni con la ayuda voluntariosa pero casual de quienes emprendían la huída.

Quisiera decir “una tragedia sin precedentes”, pero mentiría. No hace mucho, apenas en el año 2000, se quemó el Hogar de Ancianos de Tilarán, Guanacaste, donde murieron 18 viejitos. Las circunstancias fueron muy similares: carencia de planes de evacuación, salidas de emergencia inexistentes o inadecuadas, ausencia de infraestructura de detección temprana del fuego, inoperancia del sistema “fijo” de combate al fuego, construcciones con materiales altamente inflamables, etc.

Estoy seguro de que ninguna autoridad, ni del hospital ni de la CCSS ni del Ministerio de Salud, quiso que esto sucediera. Probablemente algunos incurrieron en negligencia, pero ese es un vocablo para que los abogados utilicen en el momento oportuno. Hoy, no se trata de buscar culpables. Se trata de honrar la memoria de estos 37 fallecidos.

Honrar la memoria de estas personas no es algo que se logre con misas, esquelas, indemnizaciones, ni lutos nacionales. Honrar su memoria se consigue aprendiendo las lecciones y poniendo el aprendizaje en práctica. Nuestra idiosincrasia nos lleva a buscar culpables. Tal vez sea necesario. Pero antes de que empiece la cacería de brujas, aseguremos el norte y no nos desviemos. Aprendamos las lecciones implícitas en esta tragedia y busquemos las soluciones que permitan evitar un evento similar en el futuro.

¡Qué triste que 18 viejitos tuvieran que morir, hace cinco años la próxima semana, para nada! ¡Qué lamentable que sus muertes no hubieran servido para salvar las vidas de los 19 de ayer! Honrar su memoria es tomar las medidas necesarias para evitar la próxima tragedia.

Yo espero que “las autoridades” pongan las barbas en remojo, tanto las del sector Salud como las del área económica. Esta no es una crítica al actual gobierno; los defectos del edificio de Hospital Calderón Guardia fueron advertidos por los bomberos desde 1995. Diez años, tres gobiernos diferentes, quién sabe cuántos Ministros de Salud, Presidentes Ejecutivos de la CCSS, Gerentes del Hospital, y nada se hizo. El llamado de atención es para “la clase política” en general. Insisto, tienen que ponerse a pensar en serio.

Yo, que he trabajado en el sector público, conozco las limitaciones presupuestarias de las instituciones. ¡Qué difícil ha de ser para un administrador bien intencionado de la Caja escoger entre usar el dinero para comprar nuevos equipos que van a salvar vidas desde el primer día, o usarlo para construir unas escaleras de emergencia y un sistema de detección del fuego que tal vez algún día, en una eventualidad, puedan salvar vidas! Esa es la realidad cotidiana de los administradores públicos. Lo triste es que nuestros políticos no han querido despertar a la realidad de que esa NO es la escogencia que deben de hacer. No es entre máquinas de hemodiálisis y escaleras de emergencia que hay que escoger. La verdadera escogencia es entre las actividades que es imperativo que el estado desarrolle, y aquellas en las que es mejor dejar que otros gasten el dinero para poder destinar el presupuesto público a lo verdaderamente esencial.

La Caja Costarricense del Seguro Social es una de esas instituciones que desarrollan una labor esencial del Estado, y por ende no debe de someterse a tanta limitación presupuestaria. Si es necesario construir un nuevo hospital en Liberia (para atender una eventual tragedia en el Aeropuerto Internacional), ampliar el de Coto Brus, remodelar el Calderón y el San Juan de Dios (que tiene partes construidas hace más de 100 años), reemplazar el chiquero de Heredia, y además hace falta equipo y personal para todos los hospitales, clínicas y EBAIS, entonces esas son inversiones que se deben de hacer, y se deben de hacer ya. No podemos permitir que se sigan dejando para cuando alcance el dinero, porque las necesidades siguen creciendo.

Por supuesto que los responsables del manejo fiscal me saldrán a decir que ellos no pueden permitir aumentar el déficit fiscal, y lo que yo propongo cuesta mucho dinero. Y por supuesto que tienen razón. Lo que pasa es que no hay que aumentar el déficit fiscal para hacerlo. Esa es la realidad a la que tienen que despertar. El estado tiene que deshacerse de actividades no esenciales que demandan un gasto público importante, de manera que ese gasto se pueda destinar a lo verdaderamente esencial.

¿Qué valor tienen esas 19 vidas perdidas ayer? ¿Cómo podemos tan siquiera empezar a ponerles precio? No podemos, y por eso tenemos que hacer lo que sea necesario para evitar la próxima tragedia. Costa Rica se lo debe a estas 37 víctimas y a sus familiares.

martes, 12 de julio de 2005

Amarillismo imperdonable

Contrario a lo que piensa la mayoría de la gente, desde hace varios años soy de la opinión de que el Diario Extra es un periódico serio que muy hábilmente se empaqueta en una presentación liviana y algo sensacionalista para llamar la atención de los potenciales lectores. Para nadie es un secreto que el Diario Extra no pretende ser la lectura de referencia de las élites intelectuales ni culturales, y en la medida en que sirve para informar a las clases populares del acontecer nacional, debe de ser tomado en serio.

La cobertura de los hechos noticiosos (distingámoslos así de los “sucesos”) que hace el Diario Extra es, por lo general, bastante equilibrada y – cosa difícil de alcanzar en toda obra humana – razonablemente objetiva. Muchas veces, además, publican noticias que otros medios ni se molestan en mencionar.

El Diario Extra es el periódico más leído del país. No es el de mayor tiraje, pero circula de unas manos a otras. Más gente lee cada copia del Diario Extra que sale a la calle que de cualquier otro periódico. Es por esa razón que los funcionarios públicos más inteligentes no cometen el error de despreciar o ignorar al Diario Extra; es donde su mensaje alcanza mayor difusión.

Pero el fin NO justifica los medios. Si bien en La Suiza Centroamericana no tenemos ningún problema con la presentación liviana y algo sensacionalista del Diario Extra, nos parece que siempre se deben de observar en la práctica cotidiana ciertos límites que imponen la decencia y el respeto a la vida humana. Nada tiene de malo anunciar en primera plana con letras inmensas y rojas que un sujeto recibió 36 puñaladas en el ojo izquierdo y no lo perdió (a pesar de que luego en letra negra y pequeña se aclare que lo que no perdió fue el puñal). Pero poner a vista del mundo entero una sangrienta foto del cuerpo destrozado de una persona que murió en un horripilante accidente de tránsito, eso no tiene perdón, y no importa si la foto está en primera plana o escondida en una página interior del periódico. Imagínense lo que puede sentir la familia de la persona que perdió la vida en esas circunstancias al ver esas imágenes. Suficiente dolor produce perder un ser querido en la flor de la juventud; no hay que multiplicarlo con semejante falta de sensibilidad.

Lamentablemente, eso fue exactamente lo que hizo el Diario Extra el día de ayer. En un accidente en el que un vehículo cayó a un barranco, una mujer sacó la cabeza por la ventana y la pegó contra un árbol. Lo que quedó fue una masa sangrienta irreconocible donde alguna vez estuvo la cabeza de la señora. Perdonen, mis estimados lectores, los asquerosos detalles, pero la impresión que me causó la foto es indescriptible. Les advierto, a quienes quieran satisfacer algún impulso morboso, que la foto es espeluznante; en realidad no recomiendo verla.

Al publicar esta foto (y, para colmo de males, en primera plana, tanto en la versión digital como en la impresa), el Diario Extra definitivamente cruzó la tenue línea que separa una estrategia de mercadeo que no cuestionamos, de los más bajos impulsos amarillistas alimentados en iguales dosis por el deseo de vender más periódicos a cualquier precio y la necesidad de satisfacer una enfermiza fascinación nauseabunda con la sangre y el morbo.

lunes, 11 de julio de 2005

Las preguntas de Carazo

El retrógrada diputado Rodrigo Alberto Carazo – orgulloso de su condición – distribuyó mediante un comunicado de prensa el cuestionario que envió a la nueva Contralora General de la República el pasado 28 de junio. Las preguntas son tan atinadas para determinar la idoneidad de la escogida, que las siguientes son las respuestas que a Dean CóRnito le hubiera gustado ver.
1. ¿Dónde y con quienes vive usted?
Vivo en Escazú con mi esposo e hijos. ¿Quiere darse una vueltica a tomarse un cafecito? De antemano le advierto que soy una corrupta; reconozco haber recibido dádivas del sector privado. Específicamente, mi esposo paga la hipoteca y no me cobra por vivir en la casa.

2. En su vecindario.... ¿participa usted en algún tipo de organización local?
Si, como no, soy la Presidenta del Comité de Orgías Vecinales.

3. ¿Quién en su familia consanguínea o por afinidad labora para la Administración Pública en qué cargo y en cual entidad?
Nadie es tan bruto. ¿Por que? ¿Usted no tiene familiares que hayan sido Presidente de la República, Defensor de los Habitantes, diputado o ministro?

4. Usted o su cónyuge, ¿mantienen a la fecha operaciones crediticias hipotecarias con alguna entidad financiera (pública o privada) ?
Y usted qué cree, que la plata crece en árboles? ¿O que todos somos Carazo y papito nos regaló un chozón por el Country Club o un fincón en San Ramón?

5. Usted o su cónyuge, ¿mantienen a la fecha operaciones comerciales (tarjetas de crédito, cuentas corrientes) en establecimientos comerciales o bancarios?
Con la inseguridad de hoy en día, cree que teniendo la oportunidad de portar una tarjeta de crédito vamos a andar con efectivo en la bolsa? ¿O es que los funcionarios públicos no pueden tener chequera?

6. Usted o su cónyuge ¿son fiadores en operaciones crediticias a favor de familiares o terceras personas?
Hoy no fío, mañana si. Pero, ¿por qué la pregunta? ¿Tiene algún problema con el que le pueda ayudar?

7. Las operaciones crediticias que le vinculan a usted ¿en qué situación se encuentran?
Que me vinculan con qué o con quién? Especificando, papá, que no me gustan las cortinas de humo.

8. Usted o su cónyuge ¿mantienen algún tipo de actividad económica de venta de servicios profesionales o de asesoría, o de carácter comercial en amplio sentido, o algún ejercicio de la docencia?
Diay, pito, qué espera, que nos muramos de hambre?

9. ¿En qué situación mantiene usted el pago de impuestos por servicios municipales, impuestos sobre bienes inmuebles, impuesto sobre la renta u otros?
Pregúntele a Tributación Directa y a la muni de Escacho. Supongo que en bienes inmuebles estoy más al día que el Nachito y la Pilarica.

10. ¿Aceptaría hacer uso de vehículo discrecional que asigna la Contraloría General de la República? ¿En qué condiciones?
Claro, con el salario de mierda y los clavos que me voy a echar encima, usted todavía pretende que use mi carro propio. ¡Sia tonto, papá! ¿En qué condiciones? Pues espero que esté en buenas condiciones, porque qué gacho que la Contralora se ande quedando botada a cada rato.

11. ¿Aceptaría que se le asigne chofer para que le traslade y que además de las horas de jornada ordinaria devengue horas extras por estar a su servicio?
¿Pero qué pretende, que el pobre hombre bretee horas extra de a gratis?. Aterrizando, pito, que me está haciendo perder mucho tiempo.

12. ¿Daría usted charlas, conferencia o asesorías en el país o en el exterior?. Si lo hace usted en tiempo no remunerado, ¿estaría dispuesto(a) a recibir honorarios por su participación en eso eventos?
¿Con cuál tiempo? Si los diputados como usted me van a tener inundada con cuestionarios inútiles. ¿O será que usted cree que yo estoy postulando para candidata a diputada de su partidillo?

13. ¿Participa usted o su cónyuge en el capital social de alguna empresa mercantil? Sírvase detallar lo consecuente y si la sociedad o sociedades son propietarias de bienes inmuebles indíquelo?
Esa información está en la Declaración Anual Jurada de Bienes, que he rendido los últimos tres años a la Contraloría General de la República como me correspondía por ser funcionaria pública (Directora del Consejo Nacional de Concesiones). Para eso existe esa declaración.

14. ¿Cuál es el valor tributario de los inmuebles de su propiedad o de la de su cónyuge? ¿Dónde están situados y cuál es su área?
Vea, papito: como los diputados se autoeximieron de la obligación de presentar las declaraciones juradas a la Contraloría, le voy a dar el beneficio de la duda. Toda esa información está en la Declaración Jurada, así que no perdamos más el tiempo.

15. ¿Ha recibido usted en los últimos cuatro años, remuneraciones distintas a su salario?. ¿Declaró esos ingresos como gravables?. ¿Utilizó usted factura timbrada?
La respuesta es que siempre declaro mis ingresos y lo hago por las vías que permite Tributación Directa. Y si no fuera así, ¿cree usted que sería tan rebruta de admitirlo en este cuestionario?

16. ¿Tiene usted o su cónyuge personal a su servicio (incluyendo servicio doméstico)?. ¿Se han registrado como patronos ante la Caja Costarricense de Seguro Social? En caso de servidoras domésticas, ¿cuál es el salario que reportan a la Caja?
Diay, muchachito, yo soy una mujer que trabaja. ¿Qué esperaba, que no tuviera porta? Por cierto, le pago 85.000 colones, y eso es lo que reporto a la Caja. ¿Por qué? ¿Necesita brete? Tal vez para mayo del próximo año necesitemos un mayordomo/jardinero.

17. ¿Está usted en disposición de aportar copia de su última declaración de impuesto sobre la renta, del pago del impuesto sobre bienes inmuebles y servicios municipales, y planillas de la Caja Costarricense de Seguro Social.
A usted no, gran payaso. Tal vez a alguien más serio y menos resentido si.

18. ¿Podría usted ser ponente en un seminario o congreso cuya actividad y desarrollo no sea posible en idioma español?
Mire, con la tecnología de traducción que existe hoy en día, yo podría ser ponente en seminarios que se conduzcan en zulu, en farsi y en romaní. Si lo que quiere saber es si hablo otros idiomas, ¿por qué no me lo pregunta directamente?

19. ¿Tiene usted a la fecha alguna participación con un bufete u oficina profesional que esté relacionada con la Contraloría General de la República?
Llevo tres años siendo Secretaria Técnica del Consejo Nacional de Concesiones (se nota que no lee usted los periódicos), así que estoy completamente desligada de las actividades privadas.

20. ¿Mantiene usted algún tipo de vínculo profesional con empresas comerciales las cuales, regularmente o con frecuencia significativa, tengan como giro de actividad la venta de bienes o servicios a la Administración Pública?
Nuevamente, llevo tres años siendo Secretaria Técnica del Consejo Nacional de Concesiones, así que estoy completamente desligada de las actividades privadas.

21. ¿Considera usted que el Contralor General requiera de gastos de representación y por qué monto?
Es posible que sean necesarios los gastos de representación, habrá que ver las necesidades cuando entre a la Contraloría. El monto, será el que esté establecido por reglamento, ni un centavo más.

22. Tratándose de invitaciones para viajar al exterior ¿con qué criterio seleccionaría las mismas para decidir su asistencia?
Las invitaciones no se escogen, se reciben. De ahí en adelante habrá que ver si las acepto o declino. Supongo que si el tema me interesa, es de utilidad para la institución, y tengo tiempo, la aceptaré. ¿Por qué? ¿Usted cómo selecciona sus viajes?

23. ¿Propiciaría usted normas reglamentarias con gastos de viaje (transporte), viáticos, u otros extremos para el Contralor General de la República?
Si no existen, por supuesto que sí. ¿O prefiere que viaje sin reglamentos y entonces pueda cobrar lo que se me venga en gana? En todo caso, le informo que existe un Reglamento de viáticos para viajes que cubre a todos los funcionarios públicos, desde el Presidente de la República hasta el jardinero del CNP.

24. En viajes oficiales como Contralor General de la República ¿se haría acompañar por otra persona?. ¿Quién pagaría las erogaciones del acompañante?
Si son de lunes a miércoles, viajaría con mi amante. Si el viaje involucra jueves o viernes él no me podría acompañar porque son los días que le cumple a su esposa. Por supuesto, esperaría que el Estado pague los gastos. Disculpe, ¿hay una partida para condones?

domingo, 10 de julio de 2005

La diferencia entre eficacia y eficiencia

Cuando hace unos días solicité una certificación de movimientos migratorios en la Dirección General de Migración y Extranjería, no me imaginé lo que iba a pasar al recoger los documentos. Como mencioné en un post que escribí entonces, me pareció que el plazo de dos semanas para elaborar la certificación era exagerado. En la boleta de recepción de documentos, me anotaron la fecha en que debía de retirar los documentos (quince días después de solicitados), con la indicación de que los podía retirar a partir de las 2:00 p.m. del día señalado.

El viernes por la mañana fui a Migración a hacer otras vueltas no relacionadas, y al terminar, a eso de las 11:00 a.m., decidí averiguar si ya podía retirar la certificación, siendo que era el día indicado pero no todavía las 2:00 p.m. De muy mala manera, la señora que atiende al público en la Ventanilla 7 de Migración me indicó – después de buscar infructuosamente mis documentos – que ni siquiera habían empezado a elaborar la certificación, y que volviera a las 2:00 p.m. porque no tenían obligación de entregarme los papeles ni un minuto antes. Le pregunté – cosa que la puso aún de peor humor – si era posible que en tres horas hicieran lo que no habían hecho en quince días. La pregunta era retórica, no buscaba una respuesta, pero salí de ahí regañado y con el rabo entre las piernas.

A las 2:00 p.m. me volví a presentar y, para mi sorpresa, la certificación estaba lista y esperándome. No importa que ocupó 6 páginas, razón por la que tuve que salir del edificio a comprar 6 timbres de 5 colones cada uno (ya no los venden adentro). Ni que no hay manera de saber de antemano el número de páginas como para llegar con los timbres listos. Me prometieron la certificación para hoy a las 2:00 p.m., y hoy a las 2:00 p.m. estuvo lista. Eso, mis amigos, es eficacia: la capacidad de lograr el resultado esperado. Sin embargo, es tremendamente ineficiente.

Eficiencia es la capacidad de lograr el resultado esperado al menor costo posible. Evidentemente, la elaboración de una certificación de movimientos migratorios toma menos de tres horas (estoy seguro de que los funcionarios de Migración paran para almorzar), de manera que lo eficiente sería entregar las certificaciones el mismo día o a más tardar al día hábil siguiente. Si bien el uso de recursos de Migración es igual si se toman quince días o un día para entregarla (recordemos que elaborarla toma menos de tres horas), la pérdida de tiempo del usuario es una pérdida para la sociedad. Si agregamos la posibilidad de que el criminal que Dean CóRnito quería denunciar se haya ido del país en el lapso de los 15 días, y que mientras tanto haya podido estafar a un número importante de ciudadanos, el costo social crece exponencialmente.

¿Por qué, si elaborar la certificación toma menos de tres horas, pasan 15 días desde la solicitud hasta que empiezan a trabajar en ella? Me dirán que hay una presa de solicitudes sin atender. Pero, ¿cómo y cuándo se formó esa presa? ¿Y por qué? Y, si existe esa presa, ¿por qué no ponen temporalmente un funcionario adicional para sacar la presa, de manera que cada vez se vaya disminuyendo el plazo de entrega de las certificaciones?

viernes, 8 de julio de 2005

Los temores de Oscar Arias

Oscar Arias anda desesperado. En los últimos días ha dicho a la prensa que está considerando o podría considerar como compañeros de fórmula al Fiscal General, Francisco Dall’Anesse, al Presidente de la Corte Suprema de Justicia, Luis Paulino Mora, y a Franklin Chang. ¿Será que no encuentra otra forma de estar presente en las noticias?

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Los dos primeros negaron enfáticamente tener interés o haber recibido propuestas. Más aún, el Presidente de la Corte señaló que por ley ningún magistrado puede aspirar a la Presidencia o Vicepresidencia de la República si no ha renunciado a su puesto al menos 12 meses antes de las elecciones (dichosamente ya estamos a menos de un año). Franklin Chang, en lenguaje de astronauta, dijo que la política no está en su radar. Como lo sabemos inteligente, confiamos en que no se dejará atraer por las mieles de la política.

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¿En qué estará pensando don Oscar? ¿Sería un honor – como dice él – poner de Vicepresidente a una persona que lleva 37 años fuera del país, y que salió del país a los 18 años para nunca más residir aquí? ¿Qué conocimiento puede tener don Franklin de la situación o las necesidades del tico promedio? Dice don Oscar que Chang sería un excelente imán para la inversión extranjera. En eso estamos de acuerdo, pero, por qué Vicepresidente? Sería más adecuado ofrecerle un título de embajador sin cartera, ad honorem, y brindarle las facilidades para que hable en nombre de Costa Rica en aras de atraer inversión. Como decía mi tío abuelo, cuando uno quiere un vaso de leche, no se compra la vaca entera.

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Esto es lo que los políticos conocen como soltar un globo al aire. Soltar un rumor para medir la reacción de la gente. ¿Creerá la gente que don Oscar es más honesto por insinuar que quiere al Fiscal General de Vicepresidente? De crear esa sensación es que se trata justamente este “globito”. De que la gente lo perciba como una persona honesta, moderna, a tono con el avance tecnológico, en fin, progresista.

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Yo creo que don Oscar más bien está asustado, y anda buscando cómo dar un golpe de efecto. Pero, si es así, ¿a qué le teme? ¿Será a la alianza de partidillos retrógradas promovida por José Miguel Corrales y José Miguel Villalobos? ¿Debemos entonces de preocuparnos los ciudadanos de avanzada, aún los que no apoyamos a Oscar Arias? Porque, en honor a la verdad, asusta que una alianza de anacrónicos como Corrales, Villalobos, José Merino del Río, Humberto Arce, Humberto Vargas y demás fauna del mismo zoológico pueda llegar a sacar una representación importante en la Asamblea y nos condene a otros cuatro años sin avance.

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Para las elecciones de 1978, una coalición de partiduchos que solos no hubieran llegado a Aguantafilo se formó, con un candidato disidente de Liberación Nacional, que tenía una sonrisa muy bonita. Los resultados fueron desastrosos. La situación de hoy es preocupantemente parecida; nada más cambie 2006 por 1978 y Corrales o Solís por Carazo, y haga sus numeritos.

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Si los retrógradas presentan un frente común, ¿no será hora de que los defensores del progreso empecemos a pensar en una respuesta adecuada?

jueves, 7 de julio de 2005

Cobardes asesinos

Hoy los cobardes terroristas islamistas explotaron 7 bombas en Londres. Mataron 37 personas e hirieron a más de 700. El lector podrá ver las noticias en la tele o leerlas en los periódicos, y de igual manera podrá escuchar o leer los comentarios de los analistas diplomáticos y militares, etc. Yo quiero comentar sobre algunos comentarios que hoy mismo leí en otros blogs. Los primeros en comentar fueron, como siempre, los “tontos útiles” que se oponen a las intervenciones militares de Estados Unidos (con la ayuda de Gran Bretaña) en Irak y Afganistán . Y no son tontos por oponerse, que yo también me opongo. Son tontos porque son los primeros en denunciar las atrocidades de los gringos, pero se deshacen en excusas para los malditos terroristas.

A esos fanáticos de escritorio, si es que los hay por aquí, les recuerdo que los ataques no fueron contra Bush ni contra Blair, que estaban cómodos y seguros en Escocia, muy lejos de Londres. Los ataques fueron contra civiles inocentes de un país que da refugio a millones de musulmanes (y no les prohíben taparse la cabeza, como en Francia). El comentario que me sulfuró, y por el que escribo estas líneas, fue de una imbécil española regodeándose por el daño infligido a los británicos, atribuidos por ella a las actitudes guerreristas de Blair. ¿Será que ya no recuerda el 11 de marzo del año pasado en Madrid? ¿Tan corta es la memoria de los pueblos?

Que viva el ICE – va de nuevo

El otro día salí a cenar con mi señora, y mientras estábamos en el restaurante hubo una pequeña emergencia en su familia (que no vive en Costa Rica). Ahí descubrimos que nuestros celulares no tienen activado el servicio de llamadas internacionales. Sepa Judas por qué. Ese es uno de esos servicios que deberían de estar activados automáticamente al adquirirse la línea, y que quienes no lo deseen llamen a cancelarlo. O, como mínimo, se le debería de preguntar al cliente que va a comprar una línea si desea activar el servicio internacional.

Hoy me llegó la factura de mi celular. Se me hizo curioso que en ninguna parte viene un número de teléfono de servicio al cliente donde pueda uno llamar en caso de que tenga algún problema con la factura o con el servicio. En el dorso del recibo vienen una serie de anuncios, uno de los cuales lo insta a uno a hacer llamadas internacionales desde su celular. Dice textualmente: “Recuerde que sus llamadas internacionales no le cuestan más si las realiza desde un teléfono celular. ¡Atrévase y llame ya!”. Finalmente, aparece una leyenda que dice: “Más información en el 124”.

De manera que llamé al 124, pero la señorita que me atendió me dijo que no tenía idea de lo que había que hacer para activar el servicio, y que mejor llamara al 115. Por si acaso, también al reverso del recibo telefónico viene un banner que dice: “Solicite todos nuestros servicios” y trae un simbolito de un teléfono, al lado del cual aparece el número 115. De manera que llamé al 115, que está estrenando una nueva contestadora digital con un menú indescifrable, en el que me perdí tres veces. El menú es tan espeso que sólo un técnico en telecomunicaciones podría entender para qué sirve cada una de las opciones. Y lo más triste es que, una vez escogida una opción, no hay manera de volver al menú principal, a no ser que uno cuelgue y vuelva a marcar. Que fue lo que hice, dos veces más, hasta que finalmente logré que me contestara un ser humano. Pero, ¡adivinen qué!

En el 115 pueden activar el servicio de llamadas internacionales para un teléfono fijo, pero no para uno celular. No tienen acceso a la información del servicio celular. No importa que la propaganda de ellos mismo dice “solicite TODOS nuestros servicios”; en realidad son todos menos los que el usuario llame a pedir. Eso es así por Ley de Murphy. Después de una divertida conversación de esas que Dean CóRnito verdaderamente disfruta (ver ejemplo haciendo click aquí), la amable señorita me sugirió llamar al 193.

Los primeros quince intentos fueron fallidos; el 193 daba tono de ocupado. Finalmente me contestó una máquina muy simpática que me informó que los autómatas, eh, perdón, los agentes de servicio al cliente estaban todos ocupados y que me esperara en línea. Eso hice, por ocho minutos, hasta que finalmente me atendió un homo sapiens. En realidad no estoy seguro de la parte de sapiens, pero dejémoslo así. Era una persona de sexo masculino. Después de exponerle mi predicamento y describirle mi vía crucis con estación en el 124, el 115, y ahora el 193, el amable individuo me informó que para solicitar la activación de llamadas internacionales hay que presentarse en una agencia del ICE con la cédula del titular. El trámite no se puede hacer por teléfono.

De paso les cuento que en la misma llamada aproveché para cambiar la dirección postal a la que me envían la cuenta. Eso si se puede hacer por teléfono, sin que el ICE necesite verificar que la persona que llama es el verdadero interesado. Si el titular del teléfono no vuelve a recibir las cuentas porque alguien le gastó una broma (o algo peor), eso no es problema del ICE. Pero si todo lo que la persona quiere hacer es habilitar la posibilidad de hacer llamadas al exterior, para eso si es necesario que le vean a uno la jacha. Báilenme ese trompo en la uña.

miércoles, 6 de julio de 2005

¡Qué hueso!

Al diputado Miguel Huezo (PUSC, Puntarenas) lo agarraron con las manos en la masa. O, mejor dicho, en el botín político.

Cuando renunció don Helio Fallas al Ministerio de Vivienda hace un par de semanas, escribimos una nota que concluyó de la siguiente forma:

Don Helio es uno de esos técnicos que siempre hará, y en este caso siempre hizo, todos los esfuerzos por escoger los beneficiarios que más necesitan de una vivienda de interés social, sin importarle su color político. Eso es inaceptable para un diputado en año electoral. De hecho, uno de los diarios arriba mencionados reportó que el Diputado Miguel Huezo (del PUSC, por supuesto) hizo la siguiente declaración:

“Don Helio cumplió su ciclo. No hay que quitarle el mérito de que luchó por la transparencia en los trámites, pero se quedó ahí, el año pasado hubo un superávit en vivienda y eso es imperdonable”.

Traducción al castellano castizo:

“En un año electoral, la transparencia y la prudencia son un estorbo. Necesitamos un Ministro político, no técnico, que se atreva a asignar viviendas a nuestros partidarios para pagar favores y/o comprar votos”.

Hoy nos reporta La Nación que este mismo diputado Huezo envió una carta a la Cámara Costarricense de la Construcción, en representación de una supuesta Comisión de Vivienda de la fracción legislativa del PUSC, en la que indica que en lo sucesivo, ese grupo de diputados decidirá cómo y a quién se entregarán los bonos de vivienda, con base “en las recomendaciones de los grupos sociales organizados y los representantes populares electos”. Para que el diputado más Huezo no quede solo en el ridículo, gustosos compartimos con nuestros lectores los nombres de los demás miembros de esa comisión: Carmen Gamboa, Rocío Ulloa Solano, Mario Redondo Poveda, Marco Tulio Mora, Francisco Sanchún y Federico Vargas.

Atrás quedaron los esfuerzos que se venían haciendo desde hace siete años por asegurar que únicamente los más necesitados recibieran las ayudas estatales diseñadas para los pobres. Hace unos años el IMAS había creado el SIPO, Sistema de Información de la Población Objetivo, una base de datos de “elegibles” para recibir los diferentes tipos de subsidios (bonos escolares, bonos de vivienda, etc.). Los criterios para ingresar al SIPO estaban claramente definidos, y para lograrlo, una familia debía de aportar información socio-económica que demostrara su condición, y su solicitud debía de ser avalada por un(a) trabajador(a) social del IMAS previa entrevista con la familia solicitante. La intención era que la escogencia de beneficiarios en los diversos programas de combate a la pobreza se hiciera de manera objetiva, sin intromisiones de naturaleza política.

Al carajo la institucionalidad. Buscándole el “lado amable”, tal vez podamos reducir un poco el déficit fiscal cerrando el Ministerio de Vivienda, el INVU, el BANHVI, el IMAS y algunas otras instituciones, que serán sustituidas por comisiones ad-hoc de diputados que decidirán a quién otorgar los beneficios. Los ticos pagaremos impuestos para que los diputados del partido de gobierno distribuyan a su antojo migajas a sus electores, y posiblemente se repartan millones entre ellos.

Considerando que este es el mismo diputado Huezo que adquirió fama cuando confesó en el plenario haber garroteado a su esposa y haber sido golpeado por ella con un tarro de aerosol, y que la única otra vez que había sido noticia fue cuando se le acusó de nepotismo (siete de sus familiares han sido nombrados en puestos del Ministerio de Educación desde que es diputado), la competencia por el título de peor diputado del año se está poniendo complicada. En dos meses y medio de existencia de La Suiza Centroamericana ya tenemos cuatro postulantes: Miguel Huezo, Rodrigo Alberto Carazo, Gloria Valerín, y Gerardo González. Estamos seguros de que habrán más.

Una recomendación

Por falta de tiempo no he podido comentar una noticia que salió en La Nación de hoy sobre cómo ha caído la imagen internacional de Costa Rica en el último año. Dichosamente nuestro amigo Beto escribió en su blog un excelente comentario al respecto, que les recomiendo leer.
Hacer click aquí
para ver el post de Beto.

martes, 5 de julio de 2005

La doble moral de Gloria Valerín

Hace apenas un par de días hablábamos de la cultura y educación de la diputada Gloria Valerín, que se distingue por sus opiniones mesuradas, sus declaraciones conciliatorias y sus respetuosas relaciones con el mundo. Hoy vamos a hablar de otro aspecto más de su agradable personalidad.

La diputada Valerín es siempre la primera en denunciar cualquier negociación política entre diferentes partidos, tildándolos de contubernios, pactos oscuros, engaños al pueblo, etc. Es particularmente ácido su ataque cuando la negociación es entre el PLN y el PUSC, como en el caso de la elección de la nueva Contralora. De una persona que hace carrera denunciando estos arreglos políticos, lo último que uno esperaría es que busque ese mismo tipo de “contubernio” para su beneficio personal. Pero eso es exactamente lo que hizo.

Nos informa La Prensa Libre que el diputado y candidato presidencial del PUSC, Ricardo Toledo, denunció que el año pasado la señora Valerín le solicitó interceder ante Oscar Arias para asegurar su elección como magistrado de la Sala IV (Constitucional). Si el asunto se hubiera quedado en una denuncia de Bucarancito Toledo, La Suiza Centroamericana no se hubiera molestado en comentarlo, ya que le creemos tanto como a Abel Pacheco. Pero resulta que doña Gloria Valerín reconoce haber solicitado la “bendición” de Oscar Arias.

Cuando hubo una vacante en la Sala IV, doña Gloria NO participó en el concurso público convocado por la Asamblea Legislativa de la que ella es miembro. Sin embargo, pretendía elegirse en el puesto mediante – ¡O, Dios mío! – un pacto entre el PUSC y el PLN, obviando las recomendaciones de la Comisión de Nombramientos de la Asamblea. Entre esa situación y la de la nueva Contralora hay varias diferencias, y ninguna deja bien parada a Gloria Valerín:
  1. Doña Gloria es diputada y quiso aprovechar su puesto y sus influencias en beneficio propio; doña Rocío no.
  2. Doña Gloria fue su principal impulsora para el puesto que pretendía; a doña Rocío aparentemente le propusieron ser Contralora sin que ella se hubiera movido para lograrlo.
  3. Doña Gloria no reunía los requisitos para ser magistrado de la Sala IV; doña Rocío parece ser una persona idónea para el puesto de Contralora.
  4. A doña Rocío la eligieron, a doña Gloria gracias a Dios no. Como dijo la diputada Valerín a La Prensa Libre: “no fui nombrada porque no represento los intereses de ese señor”. Y de ahí su rencor contra su propio partido (el PUSC), contra Oscar Arias, y contra muchos diputados que a pesar de sus propias limitaciones reconocieron que doña Gloria no reunía los requisitos para el puesto.
Como dijimos el otro día (ver Popurrí noticioso), a algunos diputados, doña Gloria incluida, “la democracia les gusta sólo cuando están en mayoría. Cuando pierden una votación, el sistema no les gusta y recurren a los más viles instrumentos para impedir la decisión de las mayorías”.

Doña Gloria, una pregunta: si es bueno para el ganso, no debería de ser bueno para la gansa también?

lunes, 4 de julio de 2005

Reflejos de una mala educación

Constantemente tenemos oportunidad de comprobar el deplorable estado en que se encuentra la educación en Costa Rica, y varias veces lo hemos comentado en La Suiza Centroamericana. Los exabruptos de algunas diputadas, la carencia de argumentos de algunos políticos, las amenazas de algunos sindicalistas, la mala ortografía que plaga los blogs costarricenses; todos son temas que en una u otra ocasión han sido comentados en estas páginas. Hoy les traigo dos ejemplos de la melcocha verbal que se hacen muchos costarricenses cuando tratan de expresarse, en forma verbal o por escrito. Se trata de dos “ilustres desconocidos” (al menos para la mayoría de las personas) cuyas declaraciones o redacciones reproducen los diarios de hoy.

He de aclarar antes de proceder que no soy lingüista ni filólogo. No conozco los nombres de las diferentes partes de una oración o de una palabra, ni siquiera me se los nombres de los diferentes tiempos gramaticales. Digamos que una vez que aprendí a escribir, a usar correctamente el lenguaje, se me olvidó la teoría, así que me disculpan lo empírico de las observaciones.

El primer caso que les traigo es el del Lic. Jorge Barquero Cerdas, coordinador de Contratación Administrativa y Área de Logística de la Unidad Estratégica de Negocios – Telefonía Pública del ICE. El Diario Extra reproduce parte de una nota que este señor dirige a su jefe inmediato (el director de la UEN – TP), sobre una contratación que está a punto de vencer. Dice textualmente:
“Tal y como informé en reunión de niveles 1 y áreas de apoyo el día 8 de junio del presente año, los trámites para ejercer la opción de compra tanto de los 15 mil teléfonos virtuales; así como de su lector óptico no se ha podido ejecutar la tramitología por carecer de lo siguiente: no hay contenido presupuestario para atender el pago de los impuestos de internamiento por un lado y no se tienen el contenido previsto en Arquiaf para el año 2006 para obtener la opción de compra de esas contrataciones y de su mantenimiento, esto a partir de su recepción, según propuesta aceptada por la empresa arrendante”.
Esto merece ser desmenuzado. “... Los trámites para ejercer la opción de compra tanto de los 15 mil teléfonos virtuales; así como de su lector óptico no se ha podido ejecutar la tramitología...” En primer lugar, el punto y coma se usa para separar ideas diferentes en una misma oración, no para proporcionar un descanso en una oración muy larga (para lo cual se usaría la coma). De manera que el punto y coma está sobrando. Pero ese es el menor de los males. Concentrémonos en el mensaje que quiere enviar el autor de la nota: “Los trámites para ejercer la opción de compra [...] no se ha podido ejecutar la tramitología”. ¿Ah? Según el diccionario de la Real Academia Española, tramitología es el “arte o ciencia de resolver, perfeccionar o facilitar los trámites”. A veces la gente se quiere adornar con palabras sofisticadas para apantallar a sus jefes, pero en este caso don Jorge Barquero usó una palabra que no correspondía. En redacción, lo aconsejable es la simplicidad. Mejor hubiera sido decir: Los trámites para ejercer la opción de compra de los quince mil teléfonos virtuales con sus respectivos lectores ópticos no se han podido ejecutar.

Sigamos. “... No se ha podido ejecutar la tramitología por carecer de lo siguiente: no hay contenido presupuestario para atender el pago de los impuestos de internamiento...”. Es decir, que no pudieron hacer los trámites por carecer de que no hay contenido presupuestario. No soy experto en el arte de la doble negación, pero me parece que esta frase dice que para poder hacer los trámites es necesario que no haya contenido presupuestario. ¿Cómo? Eso si que son buenas noticias. Que por favor le avisen al Presidente de la República, que lleva tres años de no hacer nada quejándose de la falta de recursos, que el Sr. Barquero del ICE acaba de descubrir que el requisito necesario para “ejecutar” – es decir, para hacer – es que no hayan recursos. Esta vez, en otro intento por adornarse, el Sr. Barquero dijo lo contrario de lo que pretendía. Mejor hubiera sido: Los trámites no se han podido ejecutar por carecer de contenido presupuestario para pagar los impuestos de internamiento.

Hay más. “... No se tienen el contenido previsto en Arquiaf para el año 2006 para obtener la opción de compra de esas contrataciones y de su mantenimiento.” La palabra “contenido” es en singular, lo correcto hubiera sido decir que “no se tiene el contenido”. La segunda parte de la frase presenta otra genialidad: “No se tienen el contenido […] para obtener la opción de compra…”. La opción de compra se obtuvo desde que se firmó el contrato original de arrendamiento. Ahora, al vencimiento del contrato, lo que corresponde es ejercer la opción, como el mismo Sr. Barquero lo dice correctamente al inicio de su párrafo.

Si este señor Barquero hubiera aprendido a redactar en la escuela, entonces hubiera dicho algo así:
“Tal y como informé en reunión de niveles 1 y áreas de apoyo el día 8 de junio del presente año, los trámites para ejercer la opción de compra de los 15 mil teléfonos virtuales y sus respectivos lectores ópticos no se han podido ejecutar por la falta de contenido presupuestario para el pago de los impuestos de internamiento y para efectuar la compra de esos equipos y su mantenimiento a partir de su recepción, según propuesta aceptada por la empresa arrendante”.
El segundo ejemplo es más sencillo, y tal vez perdonable por tratarse de declaraciones verbales hechas de manera espontánea, sin guión. Vale la pena, en todo caso, analizarlo. Se trata de la opinión de la Lic. Roxana Salazar, Directora Ejecutiva para Costa Rica de Transparencia Internacional, con respecto a la forma en que se escogió a la nueva Contralora General de la República (si es que algún día la juramentan). Nos informa La Prensa Libre que la Sra. Salazar dijo así:

“Contra la señora Aguilar Montoya nosotros no tenemos nada en contra.”

¿Será entonces que contra la señora Aguilar Montoya Transparencia Internacional tiene algo a favor?

domingo, 3 de julio de 2005

Lo cortés no quita lo valiente

Lo vulgar, sí.

¡Qué tristeza da ver la clase de gente que llega hoy a la Asamblea Legislativa! En la actual legislatura tenemos de todo, desde escaladores de monumentos públicos y apoyadores de movimientos sediciosos, hasta cadáveres resucitados, retrógradas anacronistas, y pachucos groseros y vulgares.

De este último grupito (los PGV), la principal exponente es, sin lugar a dudas, la diputada Gloria Valerín. La verdad, me dan ganas de no volver a ver los telenoticiarios ni escuchar los radionoticieros para evitarme el asco que siento al escucharla. No se si criticar a esos medios por lo que pareciera una fascinación morbosa con la chabacanería, o si más bien agradecerles el favor que nos hacen al ventilar y exponer su vulgaridad (y permitirnos así ver quién es quién).

Gloria Valerín es una diputada independiente, no es una “yeswoman” que acepte la línea de partido fácilmente. Eso, ante la descomposición de los partidos hoy en día, es algo definitivamente positivo. Lo lamentable es que sustituya la línea de partido con la vulgaridad, que confunda independencia con grosería. Dean CóRnito no es ningún puritano, todo lo contrario. En su vida privada tiende a usar a menudo lenguaje que su padre usualmente reprobaría. La diferencia está en saber ponerse a la altura de, y respetar, el foro en que uno habla. No se trata de mojigatería.

Cuando Gloria Valerín dice que los demás diputados están molestos con ella porque ella “dice la verdad” (ver entrevista en La Nación del sábado 2 de julio haciendo click aquí), nos cuesta mucho creerle. A mis lectores les consta que no soy ningún defensor de los diputados, mucho menos del actual Presidente Legislativo, hacia quien doña Gloria enfila sus sapos y culebras en esta ocasión. Pero cuando una persona que salió de las entrañas de la izquierda más radical para instalarse cómodamente en el gobierno de Miguel Ángel Rodríguez Echeverría (¿recuerda alguien que a don Miguel Ángel se le “acusaba” de neoliberal?), período durante el cual nunca dijo esta boca es mía en materia ideológica, aprovechando esa plataforma para alcanzar una diputación y luego llegar a la Asamblea a destapar el rojillo que escondió durante los años previos, no podemos creerle que en su boca habite la verdad. Menos aún cuando para expresarse recurre a la vulgaridad y a la chabacanería para enmascarar una evidente falta de argumentos sólidos.

No tiene empacho doña Gloria en reconocer su vulgaridad. Cuando la periodista de La Nación le pregunta si “usó calificativos fuertes en el plenario para dirigirse al Presidente del Congreso”, al menos no lo niega, sino que responde como niña de 5 años buscando una excusa ante sus papás: “Es que él ...”. El resto de la respuesta es irrelevante.

Más adelante en la misma entrevista nos vuelve a demostrar que no sólo es una ordinaria de baja calaña, sino que se enorgullece de ello:
“¿Consideraría usted cambiar su actitud, bajar el tono, ser más comedida?
No, no, no, no, no. Yo no he hecho nada, no tengo nada de que arrepentirme.”
No ha hecho nada. Nada bueno, tal vez. Porque desde que se sentó en su silla de diputada le ha sobrado el tiempo para faltarle el respeto a la ciudadanía, a la investidura del Presidente de la Asamblea Legislativa, a la Asamblea Legislativa misma, a la Sala Constitucional, y a todos quienes no pensamos como ella. No tiene nada de qué arrepentirse, porque ser pachuca es su naturaleza.

Lo bueno de la entrevista es que concluyó con su afirmación de que no tiene intenciones de seguir en la política. Suficiente daño le ha hecho ya al país, a la Asamblea Legislativa, a su partido, y a las mujeres decentes que pretenden demostrar que – dada la oportunidad – pueden ser mejores de lo que hemos sido los hombres hasta ahora.

Doña Gloria, hágase un favor, y reconsidere la respuesta que dio a La Nación. ¿No cree que si fuera más comedida sus palabras tendrían mejor eco? Lo cortés no quita lo valiente. Lo vulgar, sí.