El otro día salí a cenar con mi señora, y mientras estábamos en el restaurante hubo una pequeña emergencia en su familia (que no vive en Costa Rica). Ahí descubrimos que nuestros celulares no tienen activado el servicio de llamadas internacionales. Sepa Judas por qué. Ese es uno de esos servicios que deberían de estar activados automáticamente al adquirirse la línea, y que quienes no lo deseen llamen a cancelarlo. O, como mínimo, se le debería de preguntar al cliente que va a comprar una línea si desea activar el servicio internacional.
Hoy me llegó la factura de mi celular. Se me hizo curioso que en ninguna parte viene un número de teléfono de servicio al cliente donde pueda uno llamar en caso de que tenga algún problema con la factura o con el servicio. En el dorso del recibo vienen una serie de anuncios, uno de los cuales lo insta a uno a hacer llamadas internacionales desde su celular. Dice textualmente: “Recuerde que sus llamadas internacionales no le cuestan más si las realiza desde un teléfono celular. ¡Atrévase y llame ya!”. Finalmente, aparece una leyenda que dice: “Más información en el 124”.
De manera que llamé al 124, pero la señorita que me atendió me dijo que no tenía idea de lo que había que hacer para activar el servicio, y que mejor llamara al 115. Por si acaso, también al reverso del recibo telefónico viene un banner que dice: “Solicite todos nuestros servicios” y trae un simbolito de un teléfono, al lado del cual aparece el número 115. De manera que llamé al 115, que está estrenando una nueva contestadora digital con un menú indescifrable, en el que me perdí tres veces. El menú es tan espeso que sólo un técnico en telecomunicaciones podría entender para qué sirve cada una de las opciones. Y lo más triste es que, una vez escogida una opción, no hay manera de volver al menú principal, a no ser que uno cuelgue y vuelva a marcar. Que fue lo que hice, dos veces más, hasta que finalmente logré que me contestara un ser humano. Pero, ¡adivinen qué!
En el 115 pueden activar el servicio de llamadas internacionales para un teléfono fijo, pero no para uno celular. No tienen acceso a la información del servicio celular. No importa que la propaganda de ellos mismo dice “solicite TODOS nuestros servicios”; en realidad son todos menos los que el usuario llame a pedir. Eso es así por Ley de Murphy. Después de una divertida conversación de esas que Dean CóRnito verdaderamente disfruta (ver ejemplo haciendo click aquí), la amable señorita me sugirió llamar al 193.
Los primeros quince intentos fueron fallidos; el 193 daba tono de ocupado. Finalmente me contestó una máquina muy simpática que me informó que los autómatas, eh, perdón, los agentes de servicio al cliente estaban todos ocupados y que me esperara en línea. Eso hice, por ocho minutos, hasta que finalmente me atendió un homo sapiens. En realidad no estoy seguro de la parte de sapiens, pero dejémoslo así. Era una persona de sexo masculino. Después de exponerle mi predicamento y describirle mi vía crucis con estación en el 124, el 115, y ahora el 193, el amable individuo me informó que para solicitar la activación de llamadas internacionales hay que presentarse en una agencia del ICE con la cédula del titular. El trámite no se puede hacer por teléfono.
De paso les cuento que en la misma llamada aproveché para cambiar la dirección postal a la que me envían la cuenta. Eso si se puede hacer por teléfono, sin que el ICE necesite verificar que la persona que llama es el verdadero interesado. Si el titular del teléfono no vuelve a recibir las cuentas porque alguien le gastó una broma (o algo peor), eso no es problema del ICE. Pero si todo lo que la persona quiere hacer es habilitar la posibilidad de hacer llamadas al exterior, para eso si es necesario que le vean a uno la jacha. Báilenme ese trompo en la uña.
Hoy me llegó la factura de mi celular. Se me hizo curioso que en ninguna parte viene un número de teléfono de servicio al cliente donde pueda uno llamar en caso de que tenga algún problema con la factura o con el servicio. En el dorso del recibo vienen una serie de anuncios, uno de los cuales lo insta a uno a hacer llamadas internacionales desde su celular. Dice textualmente: “Recuerde que sus llamadas internacionales no le cuestan más si las realiza desde un teléfono celular. ¡Atrévase y llame ya!”. Finalmente, aparece una leyenda que dice: “Más información en el 124”.
De manera que llamé al 124, pero la señorita que me atendió me dijo que no tenía idea de lo que había que hacer para activar el servicio, y que mejor llamara al 115. Por si acaso, también al reverso del recibo telefónico viene un banner que dice: “Solicite todos nuestros servicios” y trae un simbolito de un teléfono, al lado del cual aparece el número 115. De manera que llamé al 115, que está estrenando una nueva contestadora digital con un menú indescifrable, en el que me perdí tres veces. El menú es tan espeso que sólo un técnico en telecomunicaciones podría entender para qué sirve cada una de las opciones. Y lo más triste es que, una vez escogida una opción, no hay manera de volver al menú principal, a no ser que uno cuelgue y vuelva a marcar. Que fue lo que hice, dos veces más, hasta que finalmente logré que me contestara un ser humano. Pero, ¡adivinen qué!
En el 115 pueden activar el servicio de llamadas internacionales para un teléfono fijo, pero no para uno celular. No tienen acceso a la información del servicio celular. No importa que la propaganda de ellos mismo dice “solicite TODOS nuestros servicios”; en realidad son todos menos los que el usuario llame a pedir. Eso es así por Ley de Murphy. Después de una divertida conversación de esas que Dean CóRnito verdaderamente disfruta (ver ejemplo haciendo click aquí), la amable señorita me sugirió llamar al 193.
Los primeros quince intentos fueron fallidos; el 193 daba tono de ocupado. Finalmente me contestó una máquina muy simpática que me informó que los autómatas, eh, perdón, los agentes de servicio al cliente estaban todos ocupados y que me esperara en línea. Eso hice, por ocho minutos, hasta que finalmente me atendió un homo sapiens. En realidad no estoy seguro de la parte de sapiens, pero dejémoslo así. Era una persona de sexo masculino. Después de exponerle mi predicamento y describirle mi vía crucis con estación en el 124, el 115, y ahora el 193, el amable individuo me informó que para solicitar la activación de llamadas internacionales hay que presentarse en una agencia del ICE con la cédula del titular. El trámite no se puede hacer por teléfono.
De paso les cuento que en la misma llamada aproveché para cambiar la dirección postal a la que me envían la cuenta. Eso si se puede hacer por teléfono, sin que el ICE necesite verificar que la persona que llama es el verdadero interesado. Si el titular del teléfono no vuelve a recibir las cuentas porque alguien le gastó una broma (o algo peor), eso no es problema del ICE. Pero si todo lo que la persona quiere hacer es habilitar la posibilidad de hacer llamadas al exterior, para eso si es necesario que le vean a uno la jacha. Báilenme ese trompo en la uña.
Mae, que salidas las tuyas. Casi te aseguro que lo tuyo es un caso de excepción. Lo tuyo casi me parece que te lo soñaste después de haber estado leyendo a Kafka... Luego me vas a salir con que el ICE, o Rac$a, o el INS necesitan reformas, o competencia abierta o alguna barrabasada parecida!
ResponderBorrar;0)
¡Me extraña! ¿Qué te hace pensar semejantes herejías?
ResponderBorrar;o)
Todo ese enredo te lo hubieras ahorrado si llamás al 193. El trámite sí puede hacerse por teléfono. I've been there.
ResponderBorrarPerdón... no lo había terminado de leer o lo leí anoche muy tarde y con sueño. Retiro lo dicho.
ResponderBorrarQué dicha que la fiesta estuvo buena anoche... jejejeje.
ResponderBorrar