La campaña del TLC, tanto por parte del Si como del No, ha estado cargada de cinismo y ausente, en buena medida, de civismo. El memorando de Kevin Casas y Fernando Sánchez no es el único episodio infame ni tampoco el más tenebroso que hemos presenciado en esta campaña. La apropiación por parte de la campaña del NO del eslogan “No al miedo” y todos sus derivados, huele a hipocresía, y representa el mayor acto de cinismo que hemos observado desde que Pepe Figueres dijo sin el menor recato que el dinero de la donación para la Sinfónica se lo había gastado en confites.
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El memorando de Kevin Casas y Fernando Sánchez ha sido calificado de muchas cosas, pero en este rincón queremos ser originales y calificarlo de soberana estupidez. En primer lugar, si el memorando fue escrito, como se dice, al calor de la agresión de la que sus autores fueron víctima en un debate en la Universidad Nacional, debieron sus autores saber que nunca es aconsejable hacer las cosas en el momento de mayor enojo y frustración. Si se metieron a jugar en la política, simplemente no hay excusas. Y si lo escribieron, debieron de haber tenido la prudencia de no enviarlo inmediatamente, sino de darse un chance para revisarlo con las cabezas más frías. Probablemente no lo hubieran enviado, y se hubieran ahorrado todo este episodio. Las recomendaciones absurdas y antidemocráticas, tales como amenazar alcaldes con cortarles el suministro de recursos públicos y saturar la campaña con mensajes de miedo, sorprenden viniendo de un intelectual del calibre de don Kevin (de Fernando Sánchez nada decimos porque nada sabemos).
Pero quizás el mayor acto de cinismo relacionado con este affair no fue ni la escritura del memorando, ni la forma ilícita en que fue obtenido para su divulgación (hecho que no ha pasado desapercibido para el autor de estas líneas), sino el momento escogido para anunciar la renuncia de don Kevin. Si la renuncia era por decencia y honor, se hubiera dado inmediatamente después de publicado el memorando. Esperarse hasta quince días después, no solo fue un segundo acto de estupidez, por el daño que causó a la campaña del Sí, sino que resulta más que evidente que la renuncia se dio en el momento en que el gobierno tuvo conocimiento de los resultados de la encuesta que dos días después publicaría La Nación, con ambos campos en un virtual empate luego de que el Sí hubiera disfrutado de una cómoda ventaja pocas semanas antes. Es decir, la renuncia fue el resultado del cálculo político y no de un pretendido y malentendido honor que a la larga resultó más mancillado por el propio cinismo del cálculo politiquero. Si la encuesta hubiera mostrado que el infame memorando no tuvo impacto en las preferencias de los votantes, don Kevin no hubiera renunciado.
Sin embargo, la campaña que ha puesto en circulación calcamonías con mensajes como “¿Diciembre sin aguinaldo? En el Referendum vote NO” y “Diga NO al tráfico del órganos” no tiene ninguna autoridad moral para reclamar la bandera de la decencia y del honor en este torneo electoral. La campaña del NO se ha basado, desde el primer día, en la mentira y el miedo. Nos han querido asustar con una pretendida cesión de nuestro mar territorial a los Estados Unidos, cuando la realidad es que en este Tratado los Estados Unidos reconocen a nuestro país los derechos de soberanía sobre las 200 millas de mar territorial. Nos han querido hacer creer que el TLC elimina o reduce los derechos laborales y las protecciones ambientales, cuando lo cierto es que el TLC reconoce el derecho de cada país a establecer su propia legislación laboral y ambiental, y más bien exige que los estados miembros hagan respetar su propia legislación para evitar caer en la relajación de los derechos laborales ó de los estándares ambientales para promover la inversión extranjera.
La campaña del NO nos ha querido asustar con que el TLC implica la desaparición del ICE, cuando lo único que el TLC exige es la apertura gradual de los mercados de algunos servicios (telefonía celular e internet), bajo el marco legal que el país escoja para hacerlo. De igual manera, pretenden que nos traguemos el cuento de que el INS desaparecerá, cuando el mismo INS ya ha anunciado su incursión en el mercado centroamericano para estar preparados para cuando tengan que enfrentar competencia en el mercado local.
Ejemplos del cinismo en el bando del NO son abundantes. Por un lado, los autoproclamados defensores del medio ambiente y de la cultura nos tienen sucias todas las paredes de todas las ciudades y pueblos del país con grafitis con proclamas que ponen en duda la institucionalidad democrática del país, y nos tienen empapeladas, en abierta violación de las leyes nacionales, todas las ciudades y cuanto poste de alumbrado público existe con hermosos volantes con logotipos del tan discutido corazón del NO. Tan defensores de la cultura son, que hasta las ruinas de la Basílica de Cartago fueron víctima del vandalismo del NO. Por otro lado, tenemos al diputado Oscar López fomentando el miedo como estrategia de campaña con su “denuncia” de que el tráfico de órganos sería un negocio de las clínicas privadas de aprobarse el TLC. El mismo diputado López, del Partido Accesibilidad SIN EXCLUSIÓN, ha intentado acallar a don Jorge Manuel Dengo, creador del ICE y durante más de medio siglo uno de sus principales defensores, con el argumento de que como Benemérito de la Patria debe de mantenerse fuera de la discusión. En realidad, el que don Jorge Manuel opine que el TLC no pone en peligro ni al ICE ni al modelo de solidaridad social resulta inaceptable para López simplemente porque esa opinión no es de su agrado.
Mención especial en este capítulo merece Monseñor Ignacio Trejos, arengando a las hordas del NO con mensajes como que los que voten por el Sí no tienen corazón, y que la escogencia de este domingo 7 de octubre es entre Dios y Satanás. Vaya domingo siete. Lo que yo quisiera saber es qué va a decir Monseñor en misa el domingo 14 a sus feligreses que hayan votado por el Sí. ¿Será que en confesión los va a condenar a las llamas eternas del infierno? La verdad, si ese es uno de los principales dirigentes religiosos, ¡qué asco me da! Ojo, no se me malinterprete: creo firmemente en el derecho de los religiosos de tener y expresar su opinión, pero una cosa muy distinta es valerse de su hábito para mal informar y atemorizar a sus feligreses.
El rey del cinismo, sin embargo, es el sempiterno candidato Otón Solís. Don Otón nos ha repetido hasta la saciedad el cuento de que no se opone al libre comercio, sino a este TLC, y que por ende hay que renegociarlo. Como “prueba irrefutable” de la posibilidad de renegociarlo, don Otón ha hecho varios viajes a Washington a reunirse con senadores y congresistas, en su mayoría de segunda categoría, quienes le han manifestado su anuencia a hacerlo. No es el objetivo de este artículo discutir si el tratado es renegociable; lo que si es necesario mencionar es que si las amistades de don Otón son el senador que se autodefine como socialista y su compañero de viaje a Costa Rica, nos debe de resultar más que claro que el objetivo de don Otón es una renegociación en la que no haya libre comercio. Porque los ilustres invitados del PAC han sido claros, una y otra vez, que se oponen a cualquier tratado comercial donde empresas americanas tengan la posibilidad de crear fuentes de empleo fuera de los Estados Unidos, que es justamente una de las principales ventajas del TLC que ya tenemos firmado con Estados Unidos. Pero lo peor de todo es que apenas unos días antes de la traída a Costa Rica de los dos representantes del Legislativo norteamericano para participar en actos de la campaña en contra del TLC, eran los mismos dirigentes del PAC los que estaban denunciando ante el Tribunal Electoral la supuesta intromisión en asuntos internos de Costa Rica de otro extranjero, el embajador de los Estados Unidos en Costa Rica.
En La Suiza Centroamericana no condonamos las intromisiones de extranjeros de ningún bando: no aceptamos las injerencias de Hugo Chávez, ni las de Daniel Ortega, como tampoco las del embajador gringo ni las de los dos diputados amigos del PAC. Pero hay que tener una cáscara bien gruesa para traer a esos dos gringos apenas unos días después de denunciar al otro gringo por hacer lo mismo. Don Otón Solís no sólo es el rey del cinismo, es además el “tonto útil” de los sindicatos gringos que de ninguna manera quieren ayudar a nuestro país, y más bien buscan, a través de presiones y contribuciones a senadores y congresistas como Bernie Sanders y Michael Michaud, y de Nancy Pelosi y de Harry Reid, y con la ayuda de sus cómplices entre los sindicatos ticos, afectar el desarrollo económico de una región tan necesitada como la centroamericana.
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El memorando de Kevin Casas y Fernando Sánchez ha sido calificado de muchas cosas, pero en este rincón queremos ser originales y calificarlo de soberana estupidez. En primer lugar, si el memorando fue escrito, como se dice, al calor de la agresión de la que sus autores fueron víctima en un debate en la Universidad Nacional, debieron sus autores saber que nunca es aconsejable hacer las cosas en el momento de mayor enojo y frustración. Si se metieron a jugar en la política, simplemente no hay excusas. Y si lo escribieron, debieron de haber tenido la prudencia de no enviarlo inmediatamente, sino de darse un chance para revisarlo con las cabezas más frías. Probablemente no lo hubieran enviado, y se hubieran ahorrado todo este episodio. Las recomendaciones absurdas y antidemocráticas, tales como amenazar alcaldes con cortarles el suministro de recursos públicos y saturar la campaña con mensajes de miedo, sorprenden viniendo de un intelectual del calibre de don Kevin (de Fernando Sánchez nada decimos porque nada sabemos).
Pero quizás el mayor acto de cinismo relacionado con este affair no fue ni la escritura del memorando, ni la forma ilícita en que fue obtenido para su divulgación (hecho que no ha pasado desapercibido para el autor de estas líneas), sino el momento escogido para anunciar la renuncia de don Kevin. Si la renuncia era por decencia y honor, se hubiera dado inmediatamente después de publicado el memorando. Esperarse hasta quince días después, no solo fue un segundo acto de estupidez, por el daño que causó a la campaña del Sí, sino que resulta más que evidente que la renuncia se dio en el momento en que el gobierno tuvo conocimiento de los resultados de la encuesta que dos días después publicaría La Nación, con ambos campos en un virtual empate luego de que el Sí hubiera disfrutado de una cómoda ventaja pocas semanas antes. Es decir, la renuncia fue el resultado del cálculo político y no de un pretendido y malentendido honor que a la larga resultó más mancillado por el propio cinismo del cálculo politiquero. Si la encuesta hubiera mostrado que el infame memorando no tuvo impacto en las preferencias de los votantes, don Kevin no hubiera renunciado.
Sin embargo, la campaña que ha puesto en circulación calcamonías con mensajes como “¿Diciembre sin aguinaldo? En el Referendum vote NO” y “Diga NO al tráfico del órganos” no tiene ninguna autoridad moral para reclamar la bandera de la decencia y del honor en este torneo electoral. La campaña del NO se ha basado, desde el primer día, en la mentira y el miedo. Nos han querido asustar con una pretendida cesión de nuestro mar territorial a los Estados Unidos, cuando la realidad es que en este Tratado los Estados Unidos reconocen a nuestro país los derechos de soberanía sobre las 200 millas de mar territorial. Nos han querido hacer creer que el TLC elimina o reduce los derechos laborales y las protecciones ambientales, cuando lo cierto es que el TLC reconoce el derecho de cada país a establecer su propia legislación laboral y ambiental, y más bien exige que los estados miembros hagan respetar su propia legislación para evitar caer en la relajación de los derechos laborales ó de los estándares ambientales para promover la inversión extranjera.
La campaña del NO nos ha querido asustar con que el TLC implica la desaparición del ICE, cuando lo único que el TLC exige es la apertura gradual de los mercados de algunos servicios (telefonía celular e internet), bajo el marco legal que el país escoja para hacerlo. De igual manera, pretenden que nos traguemos el cuento de que el INS desaparecerá, cuando el mismo INS ya ha anunciado su incursión en el mercado centroamericano para estar preparados para cuando tengan que enfrentar competencia en el mercado local.
Ejemplos del cinismo en el bando del NO son abundantes. Por un lado, los autoproclamados defensores del medio ambiente y de la cultura nos tienen sucias todas las paredes de todas las ciudades y pueblos del país con grafitis con proclamas que ponen en duda la institucionalidad democrática del país, y nos tienen empapeladas, en abierta violación de las leyes nacionales, todas las ciudades y cuanto poste de alumbrado público existe con hermosos volantes con logotipos del tan discutido corazón del NO. Tan defensores de la cultura son, que hasta las ruinas de la Basílica de Cartago fueron víctima del vandalismo del NO. Por otro lado, tenemos al diputado Oscar López fomentando el miedo como estrategia de campaña con su “denuncia” de que el tráfico de órganos sería un negocio de las clínicas privadas de aprobarse el TLC. El mismo diputado López, del Partido Accesibilidad SIN EXCLUSIÓN, ha intentado acallar a don Jorge Manuel Dengo, creador del ICE y durante más de medio siglo uno de sus principales defensores, con el argumento de que como Benemérito de la Patria debe de mantenerse fuera de la discusión. En realidad, el que don Jorge Manuel opine que el TLC no pone en peligro ni al ICE ni al modelo de solidaridad social resulta inaceptable para López simplemente porque esa opinión no es de su agrado.
Mención especial en este capítulo merece Monseñor Ignacio Trejos, arengando a las hordas del NO con mensajes como que los que voten por el Sí no tienen corazón, y que la escogencia de este domingo 7 de octubre es entre Dios y Satanás. Vaya domingo siete. Lo que yo quisiera saber es qué va a decir Monseñor en misa el domingo 14 a sus feligreses que hayan votado por el Sí. ¿Será que en confesión los va a condenar a las llamas eternas del infierno? La verdad, si ese es uno de los principales dirigentes religiosos, ¡qué asco me da! Ojo, no se me malinterprete: creo firmemente en el derecho de los religiosos de tener y expresar su opinión, pero una cosa muy distinta es valerse de su hábito para mal informar y atemorizar a sus feligreses.
El rey del cinismo, sin embargo, es el sempiterno candidato Otón Solís. Don Otón nos ha repetido hasta la saciedad el cuento de que no se opone al libre comercio, sino a este TLC, y que por ende hay que renegociarlo. Como “prueba irrefutable” de la posibilidad de renegociarlo, don Otón ha hecho varios viajes a Washington a reunirse con senadores y congresistas, en su mayoría de segunda categoría, quienes le han manifestado su anuencia a hacerlo. No es el objetivo de este artículo discutir si el tratado es renegociable; lo que si es necesario mencionar es que si las amistades de don Otón son el senador que se autodefine como socialista y su compañero de viaje a Costa Rica, nos debe de resultar más que claro que el objetivo de don Otón es una renegociación en la que no haya libre comercio. Porque los ilustres invitados del PAC han sido claros, una y otra vez, que se oponen a cualquier tratado comercial donde empresas americanas tengan la posibilidad de crear fuentes de empleo fuera de los Estados Unidos, que es justamente una de las principales ventajas del TLC que ya tenemos firmado con Estados Unidos. Pero lo peor de todo es que apenas unos días antes de la traída a Costa Rica de los dos representantes del Legislativo norteamericano para participar en actos de la campaña en contra del TLC, eran los mismos dirigentes del PAC los que estaban denunciando ante el Tribunal Electoral la supuesta intromisión en asuntos internos de Costa Rica de otro extranjero, el embajador de los Estados Unidos en Costa Rica.
En La Suiza Centroamericana no condonamos las intromisiones de extranjeros de ningún bando: no aceptamos las injerencias de Hugo Chávez, ni las de Daniel Ortega, como tampoco las del embajador gringo ni las de los dos diputados amigos del PAC. Pero hay que tener una cáscara bien gruesa para traer a esos dos gringos apenas unos días después de denunciar al otro gringo por hacer lo mismo. Don Otón Solís no sólo es el rey del cinismo, es además el “tonto útil” de los sindicatos gringos que de ninguna manera quieren ayudar a nuestro país, y más bien buscan, a través de presiones y contribuciones a senadores y congresistas como Bernie Sanders y Michael Michaud, y de Nancy Pelosi y de Harry Reid, y con la ayuda de sus cómplices entre los sindicatos ticos, afectar el desarrollo económico de una región tan necesitada como la centroamericana.
A mí lo que me da es una tremenda pena ver que en un país donde nos llenamos la boca "rajando" con los altísimos niveles de educación de nuestro culto pueblo, donde cualquier taxista formal tiene un MBA y cualquier pirata es bachiller en Psicología, todavía a estas alturas del juego hay gente que dice que está indecisa porque no ha recibido suficiente información.
ResponderBorrarSi Da Vinci en la antiguedad hubiera tenido la cantidad de información científica que hemos tenido sobre el TLC a nuestra disposición en los últimos tres años, seguramente habría mandado un hombre a la luna con 500 años de anticipación.
Nunca una ley, o tratado, ni siquiera la Constitución Política ha sido tan desmenuzada tratando de encontrarle pelos a la sopa. Y pelos en la sopa tiene hasta la misma Constitución, por aquello de los fariseos de carrera y aficionados que hoy se rasgan las vestiduras y despotrican contra el TLC.
Información ha sobrado; lo que nos ha faltado a los ticos y en este referendum está quedando demostrado, es capacidad intelectual para pensar. Si alguien dice que se van a robar el agua con el TLC, le creemos. Si un doctorcito inventa que podremos comprar órganos en la pulpería, le creemos. Solo falta que alguien diga que vamos a regalar la Isla del Coco para que construyan una base de la NASA o un campo de pruebas nucleares. Y si lo dijeran, le creemos.
Que patéticos que somos los ticos. No sabemos, no queremos , pensar. Nos dolería el craneo si usamos la cabeza para algo más que leer el resultado del partido del domingo o de la lotería.
Y de esta estupidez colectiva, se están aprovechando los sánganos, vividores, sindicalistas, comunistillas trasnochados, que quieren convertirnos en títeres del populismo barato de Venezuela, tan de moda hoy día
Yo realmente siento pena ajena de ver que realmente somos tercermundistas, pero mentales
Uy Mae, que color!!
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Ambos han estado mal. El Sí no estuvo a la altura. La campaña de los corazones y el retraso del Presidente al actuar y botar a Kevin Casas y a Fdo Sanchez fueron los detonantes del crecimiento del NO.
ResponderBorrarPero, eso sí, concuerdo plenamente con el cinismo absoluto del NO. La mala lectura del tratado, el miedo que le han metido a la gente y simplemente las metiras y las "yucas" que le meten a la pobre gente humilde son algo que solo puede ser llamado INFAME.
Los argumentos del NO son falaces, sin embargo, la mitad del pueblo los acepta. Ahora ¿Qué podemos pedirle al tico, cuando tenemos rectores como Eugenio Trejos del Tec? Realmente da pena verlo hablar y reaccionar. Su discurso es violento y demagogo. Hasta ha rayado en xenofobia.
Pase lo que pase, nos esperan tiempos difíciles. Simplemente porque como humanos estamos dejando mucho que desear y como ciudadanos hemos perdido el norte y nos hemos dejado arrastrar por quienes -en aras de ganar poder político- están dispuestos a arruinar a un país para ganar votos.
Algo anda muy mal en nuestro interior. Hoy vivimos las consecuencias de la corrupción de nuestros líderes, de la pobreza que no pudimos solventar a tiempo, de la toma de la educación y los servicios por sindicalistas que buscan servirse primero y servir después. Hoy pagamos la factura y padecemos la posibilidad de quedar fuera de un TLC que hace lógica comercial y que hubiera solventado muchos problemas económicos para miles de ticos.
Yo lo que me pregunto es cuánto afectará todo ese cinismo en caso de que gane el sí. Todavía falta mucho para que el TLC pueda funcionar y de lejos se ha visto que el presidente no sabe negociar. Hasta parece novato.
ResponderBorrar¿Nos servirá el TLC si no se puede abrir el ICE, o el INS? ¿Nos servirá el TLC si el gobierno ni siquiera puede hacer trabajar los muelles?¿Vamos a firmar el sí al TLC para después no poder aplicarlo porque no se puede negociar?
Repito, no hay negociadores en el gobierno.
El único camino viable a los mercantilistas comerciales y políticos es que el sí gane con contundencia. De lo contrario no les veo un buen futuro.
Ahora que si por la culpa de Casas el sí pierde, se acabó el gobierno. Nos quedamos stand by hasta nuevo aviso.
Costa Rica fue la que se quedó sin negociadores, no el gobierno. Costa Rica se polarizó y es muy difícil harmonizar posiciones tan distintas. Antes cuando se hablaba de dos posiciones similares era más sencillo y así fue como creció Costa Rica. Así funcionan la mayoría de las democracias exitosas del mundo, desde dos posiciones contrarias pero similares.
ResponderBorrarTodo lo que ha hecho Costa Rica hasta ahora tiene sentido. Pero su pecado ha sido la polarización. Las causas son tantas. Desde las positivas como la revalorización de las tierras por efecto de la llegada de turistas e inversionistas extranjeros, hasta las ultra negativas como la desaparición del PUSC por causas de corrupción.
Pero el tema que es la negociación no puede darse cuando los actores se satanizan entre sí.
Aunque les suene ridículo a algunos. ¿Ustedes saben que los empresarios ven a Oscar Arias como un socialdemócrata progresista? ¿Saben ustedes que los empresarios le temen porque saben que después del TLC viene la reforma fiscal? Y esa reforma fiscal está planteada para reversar la tendencia de ensanchamiento de la brecha de clases. Pero si la figura del presidente y del gobierno se sataniza por completo, es imposible negociar. Ni la madre Teresa podría negociar con Ottón Solís. Uno de los políticos más obtusos, populistas y demagogos de los últimos tiempos. Si el pueblo rechaza o aprueba por poco este Tratado comercial lo que se pierde no es solo la gobernabilidad, se pierde la confianza en el país. Los inversionistas pierden la confianza en Costa Rica. Es como meter la plata en un banco que tiene un rótulo de "se vende" en la puerta. La confianza en Costa Rica y las ganas que tengan los inversionistas de arriesgar su plata en un país donde mañana podrían gobernar gente como Solís, Epsy Campbell o Merino del Río, es un tema que nos debe preocupar. Yo no soy inversionista, pero comprendo que si lo fuera, me iría a meter mi plata a otro lado. Y los que nos quedamos jodidos somos los que solo tenemos un trabajo. Los inversionistas quedan con el mismo dinero y felices en otro lado y nosotros buscando qué hacer. No creo que eso se esté tomando en cuenta. Las sacadas de clavo son peligrosas y generalmente afectan a quienes son mas débiles.
Siento que la tendencia que se ha separado del rumbo que lleva Costa Rica es la tendencia de la izquierda. Ottón Solís debe volver al centro y allí atraer a Arias. No va a llevarlo a la izquierda, es absurdo. Y esto le costará a Costa Rica mucho sufrimiento innecesario. Siento que el mensaje de la izquierda está dado. Siento que las soluciones están en la mesa. Y quien no haya leído el plan nacional de desarrollo que lo lea. Ahí hay muchas de las respuestas. El TLC es solo uno de los pasos.
Finalizando, creo que le estamos haciendo daño al país al polarizarlo, siento que el mensaje social ha sido ya entendido por el gobierno y creo que incluso ya lo ha tratado de implementar. O es que nadie se da cuenta de que el tipo de cambio no se mueve desde hace meses. Y eso es un pleito que da el presidente contra los exportadores. O es que nadie se da cuenta que estamos en medio de una crisis petrolera sin precedentes y que Costa Rica ni se ha dado cuenta. Imaginen esta crisis petrolera si todavía tuviéramos la Costa Rica de Carazo (y la que sigue queriendo Carazo). Nos hubiéramos hundido. Gracias a Dios diversificamos exportaciones, diversificamos mercados, atrajimos al turismo, gracias a Dios se dió el tal Ajuste Estructural que tanto han satanizado, de lo contrario tendríamos hoy (con esta crisis petrolera) índices de pobreza del 50% como en 1982, y tendríamos desempleo y hambre.
Las cosas no son tan sencillas como las pintan.
Ojalá aprendamos de nuevo a pactar y a negociar racionalmente. Por el bien de nuestros hijos.
si su corazon dice NO... pida consejo a otro organo como el cerebro y vote SI.
ResponderBorrarQue buenos comentarios, y muy gracioso el ultimo del anonimo.
ResponderBorrarDe verdad que lo que me da miedo es que nos estamos paseando en el pais, no podria concordar mas con lo anteriormente expuesto por todos, es una lastima, tal vez tengamos que irnos de esta tierra si empieza a seguir el camino que todos tememos claramente expresado aca.
Mucha suerte compañeros, y ojala que las cosas salgan bien y que Dios nos cuide.