sábado, 27 de octubre de 2007

La Caperucita Tica

Había una vez una pequeña nación, buena y buen portada, que vivía a la orilla del Bosque de las Oportunidades. Ese país se llamaba Caperucita Blanca Azul y Roja. Al otro lado del bosque vivía su abuelita, la señora Sueños de Desarrollo.

Seguir leyendo...



Caperucita Blanca Azul y Roja era pequeña y ordenada, aplicada en su educación, y solidaria con sus amigos, los demás países democráticos. Lamentablemente, con el paso de los años, su madre, la señora Gobierno de Turno, fue descuidando la educación de Caperucita y esta fue perdiendo sus valores.

A través del tiempo, la señora Gobierno de Turno fue perdiendo la visión, hasta quedar prácticamente ciega, pudiendo únicamente distinguir sombras en la distancia. Un día, creyendo que veía a su madre, la señora Sueños de Desarrollo, venir en su dirección a través del Bosque de Las Oportunidades, Gobierno de Turno envió a Caperucita en busca de su abuela. El Bosque de las Oportunidades escondía muchos tesoros, pero también muchos peligros disfrazados de oportunidades.

Caperucita inició con mucha ilusión su travesía por el Bosque de Las Oportunidades, buscando a Sueños de Desarrollo. En el camino iba recogiendo buenas ideas y oportunidades, pero por ir tan concentrada en ello, pronto perdió el norte. Se salió del camino, quedándose en el lecho de flores de la discusión eterna de las oportunidades, y perdió de vista que su objetivo era encontrar a su abuelita, Sueños de Desarrollo. Al tomar el camino equivocado, empezaron a aparecer toda clase de peligros, pero al venir disfrazados de oportunidades, la Caperucita Blanca Azul y Roja no supo distinguirlos. De pronto apareció el lobo feroz, el señor Dinero Fácil, y disfrazado de abuelita, se llevó a Caperucita a una cueva oscura pero acogedora.

En la cueva, el lobo feroz explicó a Caperucita que si le enseñaba sus piernas, él le daría un premio a cambio. Caperucita, creyendo que alcanzar sus Sueños de Desarrollo era más fácil de lo que creía, rápidamente accedió a la petición del lobo. Este invitó a algunos de sus amigos, Grupos de Interés y Dádivas de Taiwán entre ellos, quienes ofrecieron más premios a Caperucita a cambio de mayores concesiones. Con las faldas arriba para enseñar las piernas al lobo, no pasó mucho tiempo hasta que Caperucita estaba entre las sábanas en plena orgía con Dinero Fácil, Grupos de Interés, Donaciones de Taiwán, y sus demás amigos.

Contrario a lo que muchos podrían creer, a Caperucita Blanco Azul y Roja le gustó tanto lo que recibía, que siguió haciendo visitas cada vez más seguidas a sus nuevos “amigos” del bosque. Sus amigos de la infancia, viendo que la Caperucita se había convertido en una ninfómana insaciable, cambiaron ingeniosamente el orden de las letras de su nombre y empezaron a referirse a ella como la Careputica Blanca Azul y Roja.

Las promesas de Dinero Fácil fueron nublando el juicio de la Careputica, que cada vez comprometía más la búsqueda de Sueños de Desarrollo, a cambio de unas monedas obtenidas con poco esfuerzo. Sin embargo, de sus nuevos amigos del bosque, el favorito de Careputica siempre fue Dádivas de Taiwán, quien era tan bueno en la cama, que igual se revolcaba con Caperucita, con varias de sus compañeritas de la Escuela de Centroamérica, y con su madre, la señora Gobierno de Turno. Tanta era la hombría de Dádivas de Taiwán, que para todas alcanzaba y no existían celos entre ellas.

Unos años después, trascendió que había en el bosque un lobo más grande y poderoso, de quién se decía que tenía una sorpresa tan grande entre las piernas, que Dádivas de Taiwán parecería como una pequeña provincia de un gran imperio al lado de este nuevo lobo. La señora Gobierno de Turno, habiéndose olvidado por completo de su madre Sueños de Desarrollo desde la primera vez que se revolcó con Dádivas de Taiwán hace 20 años, se dedicó en secreto y con mucho sigilo a buscar a este nuevo lobo. No quería que la Careputica se enterara hasta que el hecho estuviera consumado, porque conocía del cariño que ella sentía por Dádivas de Taiwán. A fin de cuentas, algo de lo aprendido por la pequeña Caperucita muchos años antes había quedado en ella, y aunque andaba en malas andanzas con Dádivas de Taiwán, lo apreciaba por provenir al igual que ella de una buena familia, la Familia de las Democracias.

Doña Gobierno de Turno encontró al nuevo lobo, que no resultó ser lobo sino dragón, conocido por sus amigos como el Dragón Chino. Sigilosamente, y conociendo de su reputación, don Dragón enseñó a la señora de Turno su miembro, y le ofreció entregárselo completo si tan sólo le conseguiera que la Careputica le diera la espalda a Dádivas de Taiwán y se metiera en la cama con don Dragón. A doña Gobierno de Turno no le molestó pasar de madre a proxeneta y, valiéndose de las promesas de Dinero Fácil, que estaba celoso por la relación especial de la Careputica con Dádivas de Taiwán, no le costó mucho convencer a su hija de las bondades que ofrecía el Dragón Chino.

Para demostrárselo, y exigir a don Dragón cumplir su promesa de permitir a la Careputica y a Gobierno de Turno disfrutar de sus proezas sexuales, doña Gobierno de Turno inició un periplo por el lejano oriente del Bosque de las Oportunidades, cuyos resultados están a la vista de todos. Como la Careputica se ha convertido en una vividora que depende de otros para resolver sus problemas, don Dragón muy amablemente se ha ofrecido a costear una cirugía plástica (la remodelación del Estadio Nacional), un tratamiento para mejorar sus vías circulatorias superiores (la carretera a San Carlos que don Dádivas de Taiwán dejó a medio camino cuando recibió la bofetada), un subsidio para los hijos abandonados de la Careputica (los damnificados de las inundaciones), y además prometió un préstamo por $250 millones para que doña Gobierno de Turno pueda sacar sus comisiones para mantener su estilo de vida cuando se pensione dentro de dos años y medio.

¡Achará la Caperucita Blanca Azul y Roja!

viernes, 5 de octubre de 2007

No coma cuento: ¡razone!

Cuando salga a votar, hágalo conociendo los hechos. La Iniciativa de la Cuenca del Caribe es una ley permanente de los Estados Unidos y no va a desaparecer porque Costa Rica rechace o apruebe el TLC. Eso es cierto, pero sólo es parte de la verdad.

Seguir leyendo...



En el año 2000 el Congreso de los Estados Unidos aprobó una extensión indefinida de los beneficios de la ICC, que hasta entonces eran temporales y dependían de renovaciones periódicas por parte del Legislativo norteamericano. La ICC otorga entrada a los Estados Unidos sin impuestos a una gran cantidad de productos de los países de la cuenca del Caribe, incluida Costa Rica. También hay una cantidad importante de bienes producidos aquí que no están incluidos entre los beneficiados por la ICC.

También en el año 2000 los Estados Unidos aprobaron por primera vez extender los beneficios de la ICC a dos categorías de productos hasta entonces excluidos, y de particular interés para Costa Rica: atún y textiles. Esta inclusión, sin embargo, se hizo con carácter temporal, y el trato aduanero preferencial para esos productos vence el próximo año. No hay garantía de que los beneficios a los textiles y al atún sean renovados, y si no lo son, ello implicará grandes pérdidas de empleos e inversiones en nuestro país.

Por otra parte, si bien la ICC es una ley permanente, es potestad del Presidente de los Estados Unidos incluir y excluir países de la posibilidad de obtener los beneficios de la ley. No se lo dice el autor de estas líneas, a quien no tiene usted por qué creer. Lo dice la misma ley:.

"(B) The President may, after the requirements of subsection (a)(2) and paragraph (2) have been met--

(i) withdraw or suspend the designation of any country as a CBTPA beneficiary country"

TRADUCCIÓN:

“(B) El Presidente podrá, después de que los requisitos de la subsección (a)(2) y párrafo (2) hayan sido cumplidos--

(i) retirar o suspender la designación de cualquier país como país beneficiario de la CBTPA]”

Otra cosa importante que establece el “U.S.-Caribbean Trade Partnership Act of 2000”, que es la ley que dio caracter "permanente" al Caribbean Basin Trade Partnership Act (que es lo que conocemos en español como Ley de la Iniciativa de la Cuenca del Caribe) dice que para que un país continue siendo beneficiario, tiene que cumplir una serie de requisitos. Entre ellos, "participate in negotiations toward the completion of the FTAA or another free trade agreement" (participar en las negociaciones tendientes a completar el ALCA u otro tratado de libre comercio). No es necesario un acto de fe para comprender que si un país participa en dichas negociaciones y luego se retira del acuerdo, está violando el espíritu de dicha "exigencia".

Se concluye de este análisis que la ICC puede seguir existiendo independientemente del resultado del Referendum y que, simultáneamente, Costa Rica puede quedarse afuera. Si usted iba a votar NO creyendo que Costa Rica va seguir disfrutando de los beneficios de la ICC, sepa que la única forma segura de seguir obteniendo ventajas como las de la ICC es entrando en el TLC. Lo demás son meras conjeturas.

El futuro de sus hijos y de nuestro país es demasiado importante como para dejarlo en manos del azar o de los humores del Presidente de turno de los Estados Unidos. Piénselo bien. Costa Rica necesita el TLC. Salga a votar. En el Referendum vote SI.

lunes, 1 de octubre de 2007

NO al cinismo

La campaña del TLC, tanto por parte del Si como del No, ha estado cargada de cinismo y ausente, en buena medida, de civismo. El memorando de Kevin Casas y Fernando Sánchez no es el único episodio infame ni tampoco el más tenebroso que hemos presenciado en esta campaña. La apropiación por parte de la campaña del NO del eslogan “No al miedo” y todos sus derivados, huele a hipocresía, y representa el mayor acto de cinismo que hemos observado desde que Pepe Figueres dijo sin el menor recato que el dinero de la donación para la Sinfónica se lo había gastado en confites.

Seguir leyendo...



El memorando de Kevin Casas y Fernando Sánchez ha sido calificado de muchas cosas, pero en este rincón queremos ser originales y calificarlo de soberana estupidez. En primer lugar, si el memorando fue escrito, como se dice, al calor de la agresión de la que sus autores fueron víctima en un debate en la Universidad Nacional, debieron sus autores saber que nunca es aconsejable hacer las cosas en el momento de mayor enojo y frustración. Si se metieron a jugar en la política, simplemente no hay excusas. Y si lo escribieron, debieron de haber tenido la prudencia de no enviarlo inmediatamente, sino de darse un chance para revisarlo con las cabezas más frías. Probablemente no lo hubieran enviado, y se hubieran ahorrado todo este episodio. Las recomendaciones absurdas y antidemocráticas, tales como amenazar alcaldes con cortarles el suministro de recursos públicos y saturar la campaña con mensajes de miedo, sorprenden viniendo de un intelectual del calibre de don Kevin (de Fernando Sánchez nada decimos porque nada sabemos).

Pero quizás el mayor acto de cinismo relacionado con este affair no fue ni la escritura del memorando, ni la forma ilícita en que fue obtenido para su divulgación (hecho que no ha pasado desapercibido para el autor de estas líneas), sino el momento escogido para anunciar la renuncia de don Kevin. Si la renuncia era por decencia y honor, se hubiera dado inmediatamente después de publicado el memorando. Esperarse hasta quince días después, no solo fue un segundo acto de estupidez, por el daño que causó a la campaña del Sí, sino que resulta más que evidente que la renuncia se dio en el momento en que el gobierno tuvo conocimiento de los resultados de la encuesta que dos días después publicaría La Nación, con ambos campos en un virtual empate luego de que el Sí hubiera disfrutado de una cómoda ventaja pocas semanas antes. Es decir, la renuncia fue el resultado del cálculo político y no de un pretendido y malentendido honor que a la larga resultó más mancillado por el propio cinismo del cálculo politiquero. Si la encuesta hubiera mostrado que el infame memorando no tuvo impacto en las preferencias de los votantes, don Kevin no hubiera renunciado.

Sin embargo, la campaña que ha puesto en circulación calcamonías con mensajes como “¿Diciembre sin aguinaldo? En el Referendum vote NO” y “Diga NO al tráfico del órganos” no tiene ninguna autoridad moral para reclamar la bandera de la decencia y del honor en este torneo electoral. La campaña del NO se ha basado, desde el primer día, en la mentira y el miedo. Nos han querido asustar con una pretendida cesión de nuestro mar territorial a los Estados Unidos, cuando la realidad es que en este Tratado los Estados Unidos reconocen a nuestro país los derechos de soberanía sobre las 200 millas de mar territorial. Nos han querido hacer creer que el TLC elimina o reduce los derechos laborales y las protecciones ambientales, cuando lo cierto es que el TLC reconoce el derecho de cada país a establecer su propia legislación laboral y ambiental, y más bien exige que los estados miembros hagan respetar su propia legislación para evitar caer en la relajación de los derechos laborales ó de los estándares ambientales para promover la inversión extranjera.

La campaña del NO nos ha querido asustar con que el TLC implica la desaparición del ICE, cuando lo único que el TLC exige es la apertura gradual de los mercados de algunos servicios (telefonía celular e internet), bajo el marco legal que el país escoja para hacerlo. De igual manera, pretenden que nos traguemos el cuento de que el INS desaparecerá, cuando el mismo INS ya ha anunciado su incursión en el mercado centroamericano para estar preparados para cuando tengan que enfrentar competencia en el mercado local.

Ejemplos del cinismo en el bando del NO son abundantes. Por un lado, los autoproclamados defensores del medio ambiente y de la cultura nos tienen sucias todas las paredes de todas las ciudades y pueblos del país con grafitis con proclamas que ponen en duda la institucionalidad democrática del país, y nos tienen empapeladas, en abierta violación de las leyes nacionales, todas las ciudades y cuanto poste de alumbrado público existe con hermosos volantes con logotipos del tan discutido corazón del NO. Tan defensores de la cultura son, que hasta las ruinas de la Basílica de Cartago fueron víctima del vandalismo del NO. Por otro lado, tenemos al diputado Oscar López fomentando el miedo como estrategia de campaña con su “denuncia” de que el tráfico de órganos sería un negocio de las clínicas privadas de aprobarse el TLC. El mismo diputado López, del Partido Accesibilidad SIN EXCLUSIÓN, ha intentado acallar a don Jorge Manuel Dengo, creador del ICE y durante más de medio siglo uno de sus principales defensores, con el argumento de que como Benemérito de la Patria debe de mantenerse fuera de la discusión. En realidad, el que don Jorge Manuel opine que el TLC no pone en peligro ni al ICE ni al modelo de solidaridad social resulta inaceptable para López simplemente porque esa opinión no es de su agrado.

Mención especial en este capítulo merece Monseñor Ignacio Trejos, arengando a las hordas del NO con mensajes como que los que voten por el Sí no tienen corazón, y que la escogencia de este domingo 7 de octubre es entre Dios y Satanás. Vaya domingo siete. Lo que yo quisiera saber es qué va a decir Monseñor en misa el domingo 14 a sus feligreses que hayan votado por el Sí. ¿Será que en confesión los va a condenar a las llamas eternas del infierno? La verdad, si ese es uno de los principales dirigentes religiosos, ¡qué asco me da! Ojo, no se me malinterprete: creo firmemente en el derecho de los religiosos de tener y expresar su opinión, pero una cosa muy distinta es valerse de su hábito para mal informar y atemorizar a sus feligreses.

El rey del cinismo, sin embargo, es el sempiterno candidato Otón Solís. Don Otón nos ha repetido hasta la saciedad el cuento de que no se opone al libre comercio, sino a este TLC, y que por ende hay que renegociarlo. Como “prueba irrefutable” de la posibilidad de renegociarlo, don Otón ha hecho varios viajes a Washington a reunirse con senadores y congresistas, en su mayoría de segunda categoría, quienes le han manifestado su anuencia a hacerlo. No es el objetivo de este artículo discutir si el tratado es renegociable; lo que si es necesario mencionar es que si las amistades de don Otón son el senador que se autodefine como socialista y su compañero de viaje a Costa Rica, nos debe de resultar más que claro que el objetivo de don Otón es una renegociación en la que no haya libre comercio. Porque los ilustres invitados del PAC han sido claros, una y otra vez, que se oponen a cualquier tratado comercial donde empresas americanas tengan la posibilidad de crear fuentes de empleo fuera de los Estados Unidos, que es justamente una de las principales ventajas del TLC que ya tenemos firmado con Estados Unidos. Pero lo peor de todo es que apenas unos días antes de la traída a Costa Rica de los dos representantes del Legislativo norteamericano para participar en actos de la campaña en contra del TLC, eran los mismos dirigentes del PAC los que estaban denunciando ante el Tribunal Electoral la supuesta intromisión en asuntos internos de Costa Rica de otro extranjero, el embajador de los Estados Unidos en Costa Rica.

En La Suiza Centroamericana no condonamos las intromisiones de extranjeros de ningún bando: no aceptamos las injerencias de Hugo Chávez, ni las de Daniel Ortega, como tampoco las del embajador gringo ni las de los dos diputados amigos del PAC. Pero hay que tener una cáscara bien gruesa para traer a esos dos gringos apenas unos días después de denunciar al otro gringo por hacer lo mismo. Don Otón Solís no sólo es el rey del cinismo, es además el “tonto útil” de los sindicatos gringos que de ninguna manera quieren ayudar a nuestro país, y más bien buscan, a través de presiones y contribuciones a senadores y congresistas como Bernie Sanders y Michael Michaud, y de Nancy Pelosi y de Harry Reid, y con la ayuda de sus cómplices entre los sindicatos ticos, afectar el desarrollo económico de una región tan necesitada como la centroamericana.