El periódico
La Nación de hoy viernes 25 de mayo de 2012 trae dos ejemplos de algo que
debería de estar a todas luces proscrito por el manual de ética del periodismo,
si es que algo así existe. Me refiero a la curiosa necesidad que sienten los reporteros de La Nación – y de otros medios, aunque hoy no les traiga ejemplos
específicos – de (¿des?)calificar a ciertas personas sobre las cuales informan,
adosándoles adjetivos absolutamente innecesarios para el fondo y la lectura de
la noticia.
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