jueves, 28 de abril de 2005

El flamante Presidente Legislativo

Esta ha sido, sin lugar a dudas, la peor Asamblea Legislativa desde que tenemos memoria. Y de los tres años transcurridos, ninguno peor – por improductivo – que el que termina la próxima semana.

En un artículo anterior habíamos argumentado que no debemos valorar el trabajo de los diputados por la cantidad de leyes que aprueben, sino por su trascendencia, coherencia y calidad. Y utilizando esta vara de medición, los resultados de la actual legislatura son tristes. Altas eran las expectativas (TLC, Paquetazo Fiscal), magros los resultados.

Ahora resulta que el flamante Diputado Presidente del Congreso en esta tercera legislatura quiere buscar la reelección. Las siguientes son cinco razones (por razones de espacio no doy más) por las que los otros 56 diputados deberían de votar por él este 1º de mayo:

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Si los diarios hubieran reportado que bajo el mandato del Sr. Gerardo González la Asamblea no aprobó ninguna ley nueva, deberíamos de considerarlo un buen candidato. Pero lamentablemente bajo su mandato se aprobaron 28 leyes intrascendentes, de esas que únicamente sirven para complicar la vida de los ciudadanos sin producir ningún beneficio real.

Considerando además que hace un año el hoy Presidente Legislativo anunció con bombos y platillos que en su período de mando se iba a aprobar el Paquetazo Fiscal y se iba a avanzar en la agenda paralela del TLC, y siendo que su plataforma de campaña fue ofrecer computadoras nuevas a los diputados que votaran por él, mejores comidas en el cafetín del Congreso, y no hacer uso de los gastos confidenciales, hoy debemos analizar su gestión a la luz de sus promesas.

Por la boca muere el pez. El Paquetazo Fiscal sigue más entrabado que hipopótamo en arenas movedizas; de la agenda paralela ni siquiera podemos decir que murió porque la triste realidad es que ni siquiera llegó a ver la luz del día; si le compró o no computadoras a los diputados no lo sabemos, pero sabemos que la diferencia no se ha notado; y justamente en estos días un diputado de sonrisa permanente denunció que don Gerardo si ha tenido “gastos confidenciales” a pesar de su promesa en contrario, usando parte de la plata para comprar una guitarra para cantarle “Feliz Cumpleaños” a los demás diputados. En cuanto a la comida no sabemos que pasó (no acostumbramos comer en el cafetín del Congreso), pero al menos la bebida ha mejorado sustancialmente, siendo que durante este año se compraron para el Plenario 559 botellas de licor (casi 10 por diputado), entre vino, whiskey, ron y vodka. Pensándolo bien, eso explica las intervenciones en el Plenario de una buena cantidad de Diputados.

Por lo tanto, es hora de pasarle la factura al Diputado Presidente y mandarlo a la relativa llanura de su curul. Usemos su guitarra para cantarle viajera. En este caso, más vale malo desconocido. Démosle oportunidad a otro diputado o diputada de dirigir el Congreso. Cualquiera. Ninguno puede ser peor. Probablemente tampoco sea mejor. Pero eso nos daría tema para otro artículo en el futuro.

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