A como van las cosas en nuestro país, pronto este titular podría ser
una realidad. ¿Quiere mandarse a su novio/a? Presente copia certificada de su
cédula, hoja de delincuencia, carnet de salud, constancia salarial y certificación
de no deudas con la CCSS. ¿Tiene un ojo
café y el otro azul? Solicitud denegada.
¿Ha padecido usted, o cualquiera de sus familiares por consanguinidad o
por afinidad hasta la sétima generación, de cáncer, diabetes, comunismo u
homosexualidad? Prohibido coger. ¿Su coeficiente intelectual es inferior a
101? Pensándolo bien, esto último podría
ser bueno; evitaría que la mayoría de los diputados perpetúen su simiente.
La última ocurrencia de algunos “padres de la patria” es la de exigir licencias para tener mascotas. Ojo: no están hablando de licencias para operar criaderos de mascotas, centros
de adiestramiento, ni para su comercialización, lo cual sería atendible y
entendible. Estamos hablando de que
Charlie Brown necesite permiso del Estado para tener a Snoopy.
Ya hay un proyecto de ley, y ni siquiera se sabe cuáles serán los
requisitos para la obtención de la licencia de tenencia de mascotas. Aparte de
un curso de una tarde que impartirá el SENASA (Servicio Nacional de Salud
Animal), institución que admite no tener los recursos para enfrentar la
potencial demanda, ¿qué más vendrá? ¿Certificación de ingresos para asegurar de
que usted le pueda comprar alimentos Purina a su zaguate? ¿Examen médico como
el de la licencia de conducir? ¿Valoración psicológica como la que hacen a
los candidatos a policía? ¿Certificación emitida por un ingeniero agrónomo de
que en el jardín de su casa no se usan pesticidas peligrosos para su gato? ¿A
cuál otro colegio profesional se le ocurrirá un requisito para llenar los
bolsillos de sus profesionales?
Volvamos por un minuto al curso del SENASA. ¿Alguien verdaderamente
cree que en un curso de una tarde se aprende lo necesario para el cuido de una
mascota? Hace chorrocientos años tenemos el famoso curso de educación vial para
obtener la licencia de conducir. ¿Acaso manejamos bien en Costa Rica? Todo lo
contrario; somos unos perfectos cretinos al volante, y mil cursos de educación vial no cambiarán esa realidad. ¿Asegura un curso de un par de horas, o el
examen médico/psicológico, que los psicópatas sean filtrados y no puedan
obtener su licencia? Definitivamente no.
Lo que se logrará, si es que algún día se aprueba este maravilloso
proyecto de ley – como si no hubiera mil cosas más urgentes que hacer en aras
de nuestro país –, es que tener perro de manera legal sea un privilegio
reservado para los ricos, únicos que podrán hacerle frente a los gastos que
implicará el cumplimiento de todos los requisitos que al par de equinos
responsables de la redacción de esta ley se les pueda ocurrir. Como resultado de ello, centenares sino miles
de animales abandonados se quedarán en las calles ó, en el mejor de los casos,
en los refugios, sin posibilidad de ser adoptados por familias amorosas y con
la mejor disposición de rescatarlos.
Estoy seguro de que los cuadrupediputados ni siquiera se sentaron a
pensar quién va a encargarse de imponer el cumplimiento de la ley, ni con qué
recursos. ¿Será que de ahora en más los policías se dedicarán a perseguir
ciudadanos de bien en los parques y aceras para cerciorarse de que cuentan con
licencia para tener mascotas, desviando recursos escasos y valiosos de la
persecución de los verdaderos criminales que hacen de nuestras vidas diarias un
terrible calvario? Si ni siquiera son
capaces de detener a los criminales que portan armas clandestinas y sin
permisos…
Esa confianza ciega en que con la sola emisión de un documento por
parte del Estado se puede garantizar el bienestar de las personas o de los
animales no tiene asidero en la realidad. Como decía Otto Guevara – quizás lo
más inteligente que llegó a decir en su fallida carrera por llegar a Zapote – “donde
hay permiso hay chorizo”. Pronto vamos a
tener funcionarios públicos vendiendo talonarios de formularios, gavilanes
vendiendo permisos falsos, psicólogos certificando por cinco mil colones que un
paciente al que nunca han visto es más bondadoso que la madre Teresa de Calcuta,
y hasta una Asociación Nacional de Propietarios de Mascotas Pirata bloqueando
las calles con los excrementos de sus animalitos para exigir la equiparación de
sus derechos con los de los propietarios permisionarios.
No puede ser que porque se de a conocer los casos de un par de
degenerados capaces de sodomizar a un perrito callejero o de tener mascotas
demacradas encerradas en jaulas donde no se pueden ni voltear, se tenga que
imponer un trámite ridículo y engorroso al 73% de los costarricenses que
tenemos mascotas, brindándoles un hogar cálido y un ambiente acogedor. Por favor,
ya basta de animaladas.
Muy bien, deberían poner licencia para ser diputado
ResponderBorrarMae, si de verdad quieren hacer algo bueno, que pongan una ley dura en contra de la crueldad contra los animales... y si se necesita plata, con gusto le pago un impuesto al guaro o a los cigarros...
ResponderBorrarMuy acertado el comentario. Lo que generalmetne se hace en otros países, y es muy bueno apra evitar tanto abandono de mascotas, es exigir que sean inscritas en la Municipalidad donde uno vive. Y que se les implante un microchip cuando nacen.
ResponderBorrarPero esta idea de un permiso es un absurdo. Y más cuando me imagino que sería igual que el calvario para sacar la licencia de conducir: me imagino el único galpón que pondría SENASA a donde debería uno ir a presentar los papeles y los timbres. Una estupidez total.
Por cierto me pueden explicar cuál es la obsesión en este bendito país por tener documetnos originales? Es algo muy latino. El año pasado fui a solicitar la cédual de identidad por medio del Consulado. Me enviaron por e-mail el formulario de una página del Registro Civil. Yo, creyendo cándidamente que era un trámite simple, imprimí el formulario, lo llené y aporté las fotos, y lo envié. Por supuesto, eso no es así. Tuve que ir a final al consulado, a 800 km donde vivo, A llenar un Fomrulario ORIGINAL, cuya unica diferencia era el papel y que las letras eran de color Azul. Y tenía que hacerlo frente al cónsul.
Lo más absurdo de todo es que uno debe incluir la huella digital. SI eso es así, para qué firmarlo frente a un testigo? Acaso el Registro Civil de Costa Rica cree que hay una banda de falsificadores de cédulas que anda cortádole dedos a ticos y luego pidiendo las cédulas?
Hasta en eso estamos mucho peor que Nicaragua, por Dios.