Hugo Rafael Chávez Frías no fue un militar destacado, y sus últimas
decisiones así lo reflejan. Sabiéndose
enfermo de cáncer, escogió dar la lucha equivocada. Ganó, y con creces, la
batalla electoral, pero perdió la guerra contra el cáncer. En la hora de su muerte, no está demás analizar algunos aspectos salientes de su gestión.
No comparto las manifestaciones de júbilo de unos, ni los elogios post
mortem de otros – como si todo hubiera sido miel sobre hojuelas en la historia de los últimos
12 años en Venezuela. Ciertamente, no
todo fue malo en la era chavista. Enfermo y disminuido, Hugo Chávez logró en
octubre una victoria contundente – su tercera consecutiva – contra una oposición
por primera vez unida, y no fue producto de la casualidad ni de la manipulación
de los resultados de la votación. Chávez tenía una gran base de fieles
seguidores, que se vieron beneficiados por sus políticas. Políticas que algunos
podremos llamar populistas pero que, sin lugar a dudas, fueron de gran impacto
socio económico.
La Venezuela pre-Chávez es un buen espejo para la Costa Rica de hoy en
día y el rumbo que lleva. Una democracia liberal al borde de la atrofia, con
una creciente brecha de ingresos, y segmentos cada día más importantes de la
población que se sienten marginados y olvidados por el Estado, el Gobierno, y
la Sociedad. El caldo de cultivo perfecto para las aventuras revolucionarias
populistas.
A Chávez hay que
reconocerle una genuina vocación social. Utilizó una parte de la enorme riqueza petrolera de Venezuela para favorecer a esas masas abandonadas, y ellos le agradecieron con un respaldo casi fanático. Campañas de erradicación del analfabetismo, subsidios a los
combustibles, planes de embellecimiento de los espacios públicos, construcción
de viviendas de interés social, programas sociales y ayudas económicas de toda
naturaleza; las famosas “misiones bolivarianas” beneficiaron a agricultores, adultos mayores,
menores en situaciones de riesgo social, analfabetas, indígenas, y cualquier otro
grupo vulnerable de la sociedad venezolana. En alguna medida, Chávez vino a devolver
a los desposeídos la atención que “el sistema” les había dejado de brindar en
los últimos lustros de la democracia liberal.
No todo lo que brilla, sin embargo, es oro. Hugo Chávez le hizo un flaco favor a la sociedad
venezolana al promover la polarización mediante un discurso incendiario que buscaba
despertar las más bajas pasiones de la gente. Chávez también le hizo un enorme
daño a la economía venezolana, al dilapidar alrededor de novecientos ochenta
mil millones de dólares provenientes de la venta del petróleo en las más
variopintas y cuestionables causas internacionales. Porque una cosa es promover
el “socialismo del siglo XXI” en países que bien podríamos describir como “failed states”, como Nicaragua y
Ecuador, y otra muy distinta es haberse aliado con regímenes que representan
todo lo contrario del socialismo, como el del genocida Bashar Assad en Siria, o
la teocracia absoluta de Irán, donde mujeres, homosexuales y demás minorías carecen de
derechos y acceso a los beneficios que el propio Chávez extendió a la población
vulnerable de su país.
Cuando Hugo Chávez llegó al poder por vez primera, el barril de
petróleo se transaba por debajo de los $20. Al poco tiempo dicho precio se
disparó, y ha permanecido por encima de los $100 durante muchos años. A pesar de ello, el crecimiento de la
economía venezolana fue raquítico bajo el mando del “Comandante Presidente”, y
alcanzó el dudoso honor de convertirse en el país de mayor inflación de América
Latina. El daño causado a la economía
venezolana tomará muchísimo tiempo en ser reparado.
Por último, y no menos importante, Hugo Chávez le causó un grave
perjuicio a la libertad de expresión y a los derechos individuales en
Venezuela. Canceló licencias a
estaciones de televisión y radio, impuso una veda a la divulgación de
información negativa acerca de su gestión presidencial, y llegó al extremo de
perseguir judicialmente a periodistas por haber divulgado acontecimientos en
apariencia inocuos – tales como eventos
de la naturaleza – antes de que lo hiciera la agencia oficial de noticias.
En fin, el precio que tuvo y todavía tendrá que pagar Venezuela por este
intento de sacar del bajo fondo a sus desposeídos, es y será muy alto. La Venezuela post-Chávez – una vez que
empiecen las luchas intestinas por el poder – se parece más a cualquiera de los
“failed states” que atrajo a su
órbita, que al tigre brasileño que con sensibilidad y sin estridencia, se ha
convertido en apenas una década en actor de primer nivel en el escenario
mundial.
A mis amigos en la Izquierda que hoy lloran su partida – y me refiero
a mis verdaderos amigos, y no a aquellos que uno llama amigos de manera proverbial
al escribir – les recuerdo lo que siempre me han dicho cuando he intentado
hablar de Chile o ponerlo como ejemplo positivo de cualquier cosa. Chile pagó
un precio incalculable con Pinochet para llegar adonde hoy se encuentra. De la
misma manera, Venezuela tendrá que pagar un precio terrible por el paso de
Chávez, y aún no llega a estar en una situación que pueda ser utilizada como
ejemplo de nada bueno.
Los abusos de poder no tienen signo político; de derecha o de
izquierda son igualmente nocivos, y deberían de ser repudiados por todo aquel
que se precia de progresista.
Lastima que Hugo Chavez perdio oportunidades historicas de llevar a Venezuela por el camino que Brasil tomo y llego en los ultimos años, usando los recursos del petroleo en real inversión social, infraestructura, salud y educación. Las politicas populistas y de reivindicacion social, sin duda volcaron a su favor a una poblacion desatendida y olvidada, pero con resultados de compras de conciencia, regalos y mendicidad, que convirtieron a ese pueblo en dependiente de las dadivas del gobierno, en vez de invertir en su educación y preparación real.
ResponderBorrarTal vez a largo plazo (ojalá no muy largo) algo bueno salga de eso, como salió de Pinochet (conozco chilenos que admiten que ese periodo les enseñó disciplina), igual que en la Alemania de postguerra...
ResponderBorrarPor lo pronto, veo que Capriles maneja un discurso inclusivo y no beligerante... y eso ya es bueno... vamos a ver como reacciona el oficialismo...
Lo grave del asunto es que al morir en
ResponderBorrarmandato aun sin que la economía colapsara hace que sus seguidores lo endiosaran como ya
esta sucediendo hasta lo embalsaman como Lenin o Mao par de bichitos a los que
se les une Chávez, en un caso mas latino tipo Eva Perón.
Hubiese sido mas sano que la economía
entrara en crisis con Chávez para así desenmascarar
un modelo que de ninguna forma era sostenible, 14 años todo un record.
Si hubiese colapsado la economía con Chávez
cierto el guevazo muy duro pero creo que la recuperación a largo
plazo seria mejor, ahora la sociedad estará polarizada mínimo 40 años, dirán que colapso porque no estuvo Chávez
liderando la vara.
Como diría un dialogo de una famosa serie de semana santa: el soldado romano al ver la tumba vacía
exclama: Ya todo termino!!!
Y el Fariseo responde No….ahora todo comienza…
Creo que tendremos Chávez hasta el fin de
nuestras vidas naturales, que gueba pobre Venezuela.
Le faltó el logro, póstumo, de la elección de un Papa latinoamericano...
ResponderBorrarEs interesante como algunas personas que no tienen argumentos
ResponderBorrarpara basar sus tesis, tratan de ridiculizar a quienes sí los tiene para basar
las suyas, cuando éstos no comulgan con los suyos, y después Larry me acusa de “hablar
con el hígado”.
Terox, el “logro póstumo” de Chávez del Papa latino, no se
ve en un foro de corte político, se ve en uno eclesiástico, con miras a la
beatificación de Chávez.
Argumentos tengo de sobra... el que parece no tolerar un artículo
ResponderBorrarequilibrado, como el del post, es Ud... El maniqueísmo de su comentario es lo que quería resaltar en el mío...
Por ejemplo, a cada rato dice Ud
que Estados Unidos compra el petróleo venezolano... yo pregunto, si es
tan odiado el imperio ¿por qué se lo vende Venezuela? Ud sólo ve la cara
de la moneda que quiere ver...
¿Por qué no comenta la inflación o la tasa de homicidios o la división tan radical de la sociedad venezolana?
Bla, bla, bla ¿y los argumentos?
ResponderBorrarPorque si está hablando de desempleo,
violencia y homicidios y división radical de la sociedad, realmente no sé de
qué país de Europa me está hablando (hay muchos en esas y peores condiciones) o
¿acaso usted me habla de EEUU? Porque si ese es el caso le faltó mi amigo.
Ajá, hasta de leer se olvidó... clarito hablo de "sociedad venezolana"... y por fin no me dijo qué hace una República Bolivariana vendiendo su oro negro al Imperio...
ResponderBorrarLe reitero mi pregunta ¿y los argumentos? Porque en esas
ResponderBorrarcondiciones que usted menciona hay un montón de países “desarrollados” y no
creo que usted quiera igualar a Venezuela con, por ejemplo EEUU. Por otro lado,
no creo que Venezuela tenga tantos pobres como esa nación del norte (46.2
millones), ni tanta violencia, ni tantas armas en manos de civiles, etc.; Ve - esos
son argumentos -
¿Quiere comparar porcentajes? ¿O le gustan los números absolutos? Para esa gracia, podemos decir que en Costa Rica hay muchos menos pobres que en USA... ¿no? ¿Esas son sus respuestas? Como buen chavista...
ResponderBorrarY bueno, ¿no me ha dicho por qué Chávez le vendía petróleo al Diablo?
Porque, a
ResponderBorrardiferencia de muchos de sus detractores,
él
no era un tonto. -Saludos-
Ah, y los números, o mejor dichos las matemáticas y mejor
aún: la estadística, es una ciencia formal que estudia la recolección, análisis
e interpretación de datos.
Estudio, análisis, interpretación, argumentos, palabras que
parece que usted no conoce bien. Investigue en dónde están las ciudades más
violentas, los civiles más armados, el por qué la primera economía mundial (que
ya pronto cederá el paso a china) no tiene ni siquiera un seguro social. Pero siga
durmiendo de ese lado, que por más que usted y muchos quieran, el sol no se
puede tapar con un dedo.
Entonces ¿qué argumenta Ud? ¿aumentó o no la violencia en Venezuela? ¿tiene una economía sana o no? Y si quiere comparar, pues compare... pero con numeritos...
ResponderBorrarY bueno, entonces quedamos en que la dignidad bolivariana se acaba porque "no somos tontos"...
Mi querido Terox pensemos por un momento como piensa usted: -De
ResponderBorrarqué dignidad habla usted, de la del gobierno de Venezuela que le vende petróleo
a un gobierno (no pueblo, no confundamos la gordura con la hinchazón) que lo
único que quiere es exprimir a todos los que pueda, o la de EEUU que le sigue
comprando a Venezuela, a pesar de que desearía “apearse” a sus gobernantes. ¿Dónde
está la dignidad Yankee?- -Son ellos
quienes deberían dejar de comprar y hacer negocios con los “malos” (según ellos,
según usted Terox) ¿Acaso no son los llamados a ser los “libertadores del mundo”?
¿Por qué entonces hacen negocios con los “malos”?
Como puede ver, esa sería su forma de pensar mi querido
Terox, pero lamento informarle que en el mundo no hay ni malos, ni buenos (sólo
intereses creados) los unos interesados en exprimir lo más posible, los otros
en no dejarse exprimir, el problema es que el maniqueista aquí es usted y no yo,
no hay buenos y malos (a lo sumo malos y perores) o, como decía un ilustre “hombre
pez” por ahí, menos malos, pero lo que sí es verdad es que la historia ha
demostrado (por eso hay que estudiar Terox) que los papeles se “voltean” y el
poder pasa de manos, de quienes lo ostentaban a quienes lo deseaban. Esto lo
saben muy bien los que ahora lo tienen y por eso luchan por no soltarlo, ya que
una vez que lo pierdan, ellos van a estar del lado de la tortilla que da al
bracero, van a romper sus vestiduras, se van a hacer las víctimas y van a
luchar (como lo hacen ahora los que no lo tienen, los oprimidos: los malos) por
volverlo a recuperar y, amigo Terox, este es un círculo viciosos de nunca
acabar.
En este momento histórico los déspotas, los opresores: los “buenos”
ya sabemos quiénes son y los marginados, los beligerantes, lo que no quieren
ser oprimidos: los “malos” a esos también los conocemos, sólo queda tomar
partido por alguno de ellos, o ser neutral; la mayoría tomará partido por los
poderosos, los ricos: los “buenos”, porque es lo más fácil y menos problemático,
pero yo no, yo defiendo a los “malos”, porque, como dijo nuestro ilustre Premio
Nobel de la paz, “los ricos se defienden solos”, perdón, los “buenos”.
¿Y sabe Ud como yo pienso? Parece que lo sabe mejor que yo... Precisamente como no todo es blanco y negro es que resulta difícil de tragar que todo haya sido bueno en la época Chavista, ¿por qué es tan difícil de aceptar? Igual que Dean (no Larry, no confunda) acepta que Chávez trajo al tapete el tema de los pobres (y con éxito, si revisamos índices de desigualdad y tasas de probreza), ¿por qué resulta tan difícil aceptar las cosas negativas que también produjo? ¿Cómo mejorar si ni siquiera se quiere discutir los problemas, argumentando que peor son en EEUU?
ResponderBorrarY bueno, volviendo al punto del petróleo... que yo recuerde, fue Chávez quién con su retórica que tanto le gusta a Ud, y que yo encuentro de lo más chabacana y vulgar (qué distinto de Fidel!) dijo que el presidente de EEUU era el Diablo... no al revés... ¿a quién entonces le toca dejar de hacer tratos con el pisuicas?
Mi querido Terox, vea de lo que
ResponderBorrarse preocupa usted: “Dean (no Larry, no confunda)” :)
pero he de decir al respecto que, efectivamente es Larry y no Dean, el
confundido es usted, aunque Daen y Larry, Larry y Dean, it is Fine; Larry Fine.
¿Y eso fue todo lo que pudo replicar a mi comentario?
ResponderBorrar¿Para qué gastar pólvora en zopilotes? :)
ResponderBorrarSobre todo cuando no tiene ni pólvora ni bala ni nada... asustar con la vaina vacía se llama esa figura...
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