Mi querida y laureada amiga Solentiname me había pedido hace varias semanas que me refiriera a Petrocaribe (ver octavo comentario), el programa mediante el cual Venezuela ofrece petróleo en condiciones aparentemente favorables a los países, supongo, de la región latinoamericana. No lo había hecho, más que de pasadita en algún comentario a algún post, porque no tenía gran cosa que decir. Pero ahora el siempre ocurrente Presidente de la República Bolivariana de Venezuela se las ha ingeniado para darnos tema para hablar, y no le podíamos fallar. Aquí va.
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Hace unas semanas nuestro Gobierno anunció que solicitaría el ingreso de Costa Rica a Petrocaribe, programa mediante el cual un porcentaje de las compras de petróleo que Costa Rica haga a Venezuela sería financiado a 25 años plazo a una tasa de interés del 1% anual, con dos años de gracia. El porcentaje financiado dependerá del precio del petróleo al momento de la compra. Pero el precio de venta será el de mercado, no uno preferencial. Si por ejemplo el petróleo llega a superar los $150 por barril, el 70% de la factura sería financiada; si el precio está entre $100 y $150 por barril, el porcentaje a financiar bajaría al 60%. El porcentaje restante sería pagado a 3 meses sin intereses. No cabe duda de que las condiciones de pago de Petrocaribe son interesantes, sobre todo si las comparamos con las condiciones actuales: pago a ocho días sin intereses. Pero no por ello son beneficiosas para el país.
Los bienes de consumo deberían de ser pagados por quien los consume cuando los consume. Una hogaza de pan se compra de contado y no hay alternativa. Un aparato de televisión se puede financiar a un par de años, pero no mucho más que eso. No tendría sentido, y por eso no existe, un financiamiento a 15 ó 20 años plazo para una licuadora. Por otra parte, los bienes de inversión, aquellos que incrementan la capacidad productiva o la situación patrimonial del adquiriente, pueden ser financiados a largo plazo porque en general están diseñados para ser aprovechados durante un tiempo largo sin que se produzca la obsolescencia del activo (casas de habitación), o porque están diseñados para producir durante un período prolongado un flujo de ingresos que permitirá el pago de la deuda (maquinaria industrial). Por eso uno encuentra financiamiento hipotecario a 25 ó 30 años plazo, mientras que el financiamiento para maquinaria puede oscilar entre los 5 y los 15 años o más, dependiendo de la vida útil del equipo. El petróleo y sus derivados son bienes de consumo, y como tales deben de ser pagados al momento de ser consumidos. Es una inmensa irresponsabilidad, y una tremenda injusticia, endosar a una futura generación la factura de nuestros excesos energéticos de hoy.
A pesar de lo anterior, el copetudo José Merino del Río y su séquito de nuevos progres sigloveintiuneros, incluido el contingente ubicado en la Casa Amarilla y encabezado por el también copetudo Canciller, promueven con ardor y entusiasmo la incorporación de Costa Rica a Petrocaribe. Convencidos están de que la oferta venezolana es magnánima, beneficiosa, inocente e incondicionada. Resulta que, así como los nuevos progres han acusado a los negociadores del TLC con Estados Unidos de haber vendido las joyas de la corona a cambio de espejitos (sin haberlo demostrado hasta ahora), son ellos quienes han vendido los intereses supremos del país a cambio de bisutería barata. Porque la oferta venezolana no es beneficiosa, ni es magnánima. Ni siquiera es lo mejor que Venezuela nos podía ofrecer, y aquí tenemos la prueba.
Hugo Chávez, que apenas hace unos pocos meses andaba a los pescozones con el Rey y el Primer Ministro españoles, y que raudo y veloz amenazó con nacionalizar o expropiar los activos de españoles en Venezuela después de que el Rey lo mandara a callar por bocazas, hoy da una nueva muestra de esa doble personalidad que lo ha distinguido durante mucho tiempo. Nadie como él es tan capaz de decir hoy Si y mañana No a lo mismo, y por supuesto que después de haber sido convidado a pasar un regio rato en el nada revolucionario palacio estival de la Isla de Mallorca, es hoy el mejor amigo que los españoles podrían añorar. Y por eso ha ofrecido a España, un país con un nivel de ingreso promedio de $30.587 anuales (PIB per cápita en el 2007 según el Banco Mundial), petróleo garantizado a $100 por barril mientras esté por encima de ese precio en el mercado. Y en una muestra de fraternal solidaridad bolivariana, ofrece a Costa Rica (PIB per cápita según el BM de $8.295), lo mismo que a Nicaragua (PIB per cápita según el BM de $2.130) y que a Honduras (PIB per cápita según el BM de $3.320), petróleo a precios de mercado para que lo paguen nuestros hijos y nietos en el futuro.
¡Chingo’e concepto de solidaridad!
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Hace unas semanas nuestro Gobierno anunció que solicitaría el ingreso de Costa Rica a Petrocaribe, programa mediante el cual un porcentaje de las compras de petróleo que Costa Rica haga a Venezuela sería financiado a 25 años plazo a una tasa de interés del 1% anual, con dos años de gracia. El porcentaje financiado dependerá del precio del petróleo al momento de la compra. Pero el precio de venta será el de mercado, no uno preferencial. Si por ejemplo el petróleo llega a superar los $150 por barril, el 70% de la factura sería financiada; si el precio está entre $100 y $150 por barril, el porcentaje a financiar bajaría al 60%. El porcentaje restante sería pagado a 3 meses sin intereses. No cabe duda de que las condiciones de pago de Petrocaribe son interesantes, sobre todo si las comparamos con las condiciones actuales: pago a ocho días sin intereses. Pero no por ello son beneficiosas para el país.
Los bienes de consumo deberían de ser pagados por quien los consume cuando los consume. Una hogaza de pan se compra de contado y no hay alternativa. Un aparato de televisión se puede financiar a un par de años, pero no mucho más que eso. No tendría sentido, y por eso no existe, un financiamiento a 15 ó 20 años plazo para una licuadora. Por otra parte, los bienes de inversión, aquellos que incrementan la capacidad productiva o la situación patrimonial del adquiriente, pueden ser financiados a largo plazo porque en general están diseñados para ser aprovechados durante un tiempo largo sin que se produzca la obsolescencia del activo (casas de habitación), o porque están diseñados para producir durante un período prolongado un flujo de ingresos que permitirá el pago de la deuda (maquinaria industrial). Por eso uno encuentra financiamiento hipotecario a 25 ó 30 años plazo, mientras que el financiamiento para maquinaria puede oscilar entre los 5 y los 15 años o más, dependiendo de la vida útil del equipo. El petróleo y sus derivados son bienes de consumo, y como tales deben de ser pagados al momento de ser consumidos. Es una inmensa irresponsabilidad, y una tremenda injusticia, endosar a una futura generación la factura de nuestros excesos energéticos de hoy.
A pesar de lo anterior, el copetudo José Merino del Río y su séquito de nuevos progres sigloveintiuneros, incluido el contingente ubicado en la Casa Amarilla y encabezado por el también copetudo Canciller, promueven con ardor y entusiasmo la incorporación de Costa Rica a Petrocaribe. Convencidos están de que la oferta venezolana es magnánima, beneficiosa, inocente e incondicionada. Resulta que, así como los nuevos progres han acusado a los negociadores del TLC con Estados Unidos de haber vendido las joyas de la corona a cambio de espejitos (sin haberlo demostrado hasta ahora), son ellos quienes han vendido los intereses supremos del país a cambio de bisutería barata. Porque la oferta venezolana no es beneficiosa, ni es magnánima. Ni siquiera es lo mejor que Venezuela nos podía ofrecer, y aquí tenemos la prueba.
Hugo Chávez, que apenas hace unos pocos meses andaba a los pescozones con el Rey y el Primer Ministro españoles, y que raudo y veloz amenazó con nacionalizar o expropiar los activos de españoles en Venezuela después de que el Rey lo mandara a callar por bocazas, hoy da una nueva muestra de esa doble personalidad que lo ha distinguido durante mucho tiempo. Nadie como él es tan capaz de decir hoy Si y mañana No a lo mismo, y por supuesto que después de haber sido convidado a pasar un regio rato en el nada revolucionario palacio estival de la Isla de Mallorca, es hoy el mejor amigo que los españoles podrían añorar. Y por eso ha ofrecido a España, un país con un nivel de ingreso promedio de $30.587 anuales (PIB per cápita en el 2007 según el Banco Mundial), petróleo garantizado a $100 por barril mientras esté por encima de ese precio en el mercado. Y en una muestra de fraternal solidaridad bolivariana, ofrece a Costa Rica (PIB per cápita según el BM de $8.295), lo mismo que a Nicaragua (PIB per cápita según el BM de $2.130) y que a Honduras (PIB per cápita según el BM de $3.320), petróleo a precios de mercado para que lo paguen nuestros hijos y nietos en el futuro.
¡Chingo’e concepto de solidaridad!