Alguna vez leí que siempre hay un motivo, aunque desconocido para las partes, por las que diferentes personas entran en tu vida en diferentes etapas. Algunas personas tienen un impacto en tu vida por una temporada y luego de cumplir su misión “desaparecen”, mientras que otras entran en tu vida para nunca más dejarte. Mi queridísima amiga Solentiname, autora de Anchas Alamedas, sin lugar a dudas uno de los mejores blogs de Costa Rica, apareció de la nada en mi vida hace unos ocho años, para nunca más salir de ella. El motivo, como en todo camino largo, está aún por descubrirse, pero tengo mis sospechas de que Sole es una especie de ángel de la guarda (aunque ninguno de los dos cree en cuentos chinos) que entró a mi vida con la misión de protegerme el trasero cada vez que meto las de andar, o más bien para prevenir que lo haga. Esta semana Sole emprendió un viaje de diez semanas a Alemania y, como la voy a extrañar, quise aprovechar la oportunidad para honrar a quien honor merece.
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Sole apareció en mi vida por primera vez cuando fue enviada por su jefe a una reunión en mi oficina, en la que necesitaba la asesoría de algún abogado competente. Con su metro ochenta y pico de estatura y su nada reservada personalidad, fue imposible no notarla de inmediato. Los detalles salen sobrando, pero tengo que decir que Sole demostró ser mucho más que una abogada competente. Conocía las leyes, reglamentos y contratos pertinentes con propiedad, y sus opiniones y consejos siempre fueron los que terminaron prevaleciendo, pero además se involucró como si de un asunto personal se tratara. A lo largo del tiempo, Sole se convirtió no sólo en mi consejera legal, sino también en mi “asesora de imagen”, mi coach para enfrentar entrevistas e interrogatorios difíciles, mi cómplice, mi confidente, y mi defensora pública número uno. Y mientras apenas nos conocíamos, ella me dio todos esos servicios sin cobrarme un cinco ni pasarme una factura por las horas extras que me dedicó.
No hicieron falta el par de años de intenso trabajo conjunto para que nos hiciéramos amigos, y amigos de verdad. Al poco tiempo descubrimos que en nuestras diferencias, teníamos más en común de lo que cualquiera se pudo imaginar. Ella izquierdosa y felizmente soltera, yo liberaloso y felizmente casado, descubrimos que cuando las personas tienen buenas intenciones, lo demás son diferencias de método, no de objetivos. Y nos dimos cuenta de que teníamos muchos intereses y aficiones compartidos, desde lo oscuro y plagado de tabúes, hasta lo más cotidiano y socialmente aceptable, pasando por la lectura y la escritura, la literatura latinoamericana, el humor y sus variantes internacionales, la imitación de acentos, etc. Con Sole recorrimos los pasillos del Museo del Sexo en Manhattan, y nos lamentamos de no poder coincidir en Berlín para visitar juntos el museo del sexo de esa ciudad. Ni siquiera sabemos si existe, pero toda ciudad que se precie de cosmopolita ha de tener uno. Con Sole hemos intercambiado libros de Cortázar, o de Skármeta, o quién sabe de cuáles otros, hemos disfrutado recitales, vacilado en pelones, conspirado para reunir a la hoy difunta Sociedad de los Blogueros Muertos bajo el velo del secreto del Cuartel de la Boca del Monte, y compartido nuestra afición por la comida china.
Sole es de esas personas multifacéticas y multi-talentosas con las que resulta imposible aburrirse. Se gana la vida como abogada, y lo hace muy bien, pero NO ES abogada. Sole es experta en sexología, coautora de varios libros sobre ese tema y conductora de un excelente programa de televisión, pero lo hace por hobby y no por dinero. Sole también es experta en algo que ni sé cómo se llama, pero que tiene que ver con la comunicación implícita en el lenguaje corporal de las personas. Sobre todo, Sole es una excelente escritora que podría fácilmente ser publicada pero, como lo definió su novio Marcelo, cuando se graduó de Blogger a WordPress decidió poner su blog en un dominio .org porque no le interesa lucrar con el asunto. Aunque en Costa Rica es poco conocida en esta faceta – nadie es profeta en su tierra – Sole ha recibido premios internacionales por algunos de sus cuentos cortos.
Sole, se podría decir, es la mamá putativa de La Suiza Centroamericana. Aunque no es responsable de nuestros contenidos (buena parte del tiempo estamos en desacuerdo), Sole fue quien me enseñó lo que era un blog, palabra que ni había oído yo mencionar en marzo del 2005, y quien me impulsó a crear el mío propio. Como les había comentado antes, compartimos la afición por la escritura – con abismales diferencias de temas, género y sobre todo calidad – y antes del advenimiento del blog, Sole era casi la única lectora de mis escritos, que por lo demás quedaban condenados al olvido en alguna carpeta en el disco duro de mi computadora. De manera que a Sole debemos la existencia de Dean CóRnito, y más de una vez la he utilizado como filtro y autocensura previa cuando he considerado impublicable lo que he escrito. Y más de una vez me ha parado justo antes de meter los escarpines. Otras veces, más bien, me ha picado para regar un poquito más de ácido en mis escritos.
Sole es de esas personas que, si uno tiene el honor de contarla entre sus amigos, estará a tu lado apoyándote sin importar las circunstancias. Por eso, y mucho más, mi eterno agradecimiento a ella.
En las Anchas Alamedas se puede encontrar verdaderas joyas de muy agradable lectura, que van desde lo chistoso hasta lo muy serio y, cómo no decirlo, unas deliciosas crónicas de los viajes que ha hecho Sole desde que bloguea. De manera que, ahora que se nos fue para Alemania por diez semanas, estamos seguros de tener excelente y constante material, que verdaderamente recomiendo leer.
Auf Wiedersehen, Sole.
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Sole apareció en mi vida por primera vez cuando fue enviada por su jefe a una reunión en mi oficina, en la que necesitaba la asesoría de algún abogado competente. Con su metro ochenta y pico de estatura y su nada reservada personalidad, fue imposible no notarla de inmediato. Los detalles salen sobrando, pero tengo que decir que Sole demostró ser mucho más que una abogada competente. Conocía las leyes, reglamentos y contratos pertinentes con propiedad, y sus opiniones y consejos siempre fueron los que terminaron prevaleciendo, pero además se involucró como si de un asunto personal se tratara. A lo largo del tiempo, Sole se convirtió no sólo en mi consejera legal, sino también en mi “asesora de imagen”, mi coach para enfrentar entrevistas e interrogatorios difíciles, mi cómplice, mi confidente, y mi defensora pública número uno. Y mientras apenas nos conocíamos, ella me dio todos esos servicios sin cobrarme un cinco ni pasarme una factura por las horas extras que me dedicó.
No hicieron falta el par de años de intenso trabajo conjunto para que nos hiciéramos amigos, y amigos de verdad. Al poco tiempo descubrimos que en nuestras diferencias, teníamos más en común de lo que cualquiera se pudo imaginar. Ella izquierdosa y felizmente soltera, yo liberaloso y felizmente casado, descubrimos que cuando las personas tienen buenas intenciones, lo demás son diferencias de método, no de objetivos. Y nos dimos cuenta de que teníamos muchos intereses y aficiones compartidos, desde lo oscuro y plagado de tabúes, hasta lo más cotidiano y socialmente aceptable, pasando por la lectura y la escritura, la literatura latinoamericana, el humor y sus variantes internacionales, la imitación de acentos, etc. Con Sole recorrimos los pasillos del Museo del Sexo en Manhattan, y nos lamentamos de no poder coincidir en Berlín para visitar juntos el museo del sexo de esa ciudad. Ni siquiera sabemos si existe, pero toda ciudad que se precie de cosmopolita ha de tener uno. Con Sole hemos intercambiado libros de Cortázar, o de Skármeta, o quién sabe de cuáles otros, hemos disfrutado recitales, vacilado en pelones, conspirado para reunir a la hoy difunta Sociedad de los Blogueros Muertos bajo el velo del secreto del Cuartel de la Boca del Monte, y compartido nuestra afición por la comida china.
Sole es de esas personas multifacéticas y multi-talentosas con las que resulta imposible aburrirse. Se gana la vida como abogada, y lo hace muy bien, pero NO ES abogada. Sole es experta en sexología, coautora de varios libros sobre ese tema y conductora de un excelente programa de televisión, pero lo hace por hobby y no por dinero. Sole también es experta en algo que ni sé cómo se llama, pero que tiene que ver con la comunicación implícita en el lenguaje corporal de las personas. Sobre todo, Sole es una excelente escritora que podría fácilmente ser publicada pero, como lo definió su novio Marcelo, cuando se graduó de Blogger a WordPress decidió poner su blog en un dominio .org porque no le interesa lucrar con el asunto. Aunque en Costa Rica es poco conocida en esta faceta – nadie es profeta en su tierra – Sole ha recibido premios internacionales por algunos de sus cuentos cortos.
Sole, se podría decir, es la mamá putativa de La Suiza Centroamericana. Aunque no es responsable de nuestros contenidos (buena parte del tiempo estamos en desacuerdo), Sole fue quien me enseñó lo que era un blog, palabra que ni había oído yo mencionar en marzo del 2005, y quien me impulsó a crear el mío propio. Como les había comentado antes, compartimos la afición por la escritura – con abismales diferencias de temas, género y sobre todo calidad – y antes del advenimiento del blog, Sole era casi la única lectora de mis escritos, que por lo demás quedaban condenados al olvido en alguna carpeta en el disco duro de mi computadora. De manera que a Sole debemos la existencia de Dean CóRnito, y más de una vez la he utilizado como filtro y autocensura previa cuando he considerado impublicable lo que he escrito. Y más de una vez me ha parado justo antes de meter los escarpines. Otras veces, más bien, me ha picado para regar un poquito más de ácido en mis escritos.
Sole es de esas personas que, si uno tiene el honor de contarla entre sus amigos, estará a tu lado apoyándote sin importar las circunstancias. Por eso, y mucho más, mi eterno agradecimiento a ella.
En las Anchas Alamedas se puede encontrar verdaderas joyas de muy agradable lectura, que van desde lo chistoso hasta lo muy serio y, cómo no decirlo, unas deliciosas crónicas de los viajes que ha hecho Sole desde que bloguea. De manera que, ahora que se nos fue para Alemania por diez semanas, estamos seguros de tener excelente y constante material, que verdaderamente recomiendo leer.
Auf Wiedersehen, Sole.
Lo felicito por darle el reconocimiento que ella se merece, siempre es bueno resaltar las cosas buenas de las personas.
ResponderBorrar"Con su metro ochenta y pico de estatura y su nada reservada personalidad, fue imposible no notarla de inmediato"
Fijo que con solo la estatura màs su personalidad es imposible realmente que pase desapercibida por las demas personas que la conocen.
Salu2 de WOLVERINE.
PD: Siempre hay personas que dejan su huella en nuestras vidas.
Y yo que me iba a quejar de que me estoy derritiendo en Madrid del puto calor y me encuentro esto y termino llorosa de emocion, pensando en lko inmerecido de los piropos y en el hermano mayor que te convertiste para mí... UN abrazo y en efecto, hasta que nos volvamos a ver.
ResponderBorrarHace bastante tiempo ya, y después de visitar muchos sitios de la blogosfera nacional, que el tuyo y el de Sole son los únicos blogs a los que permanezco suscrito, por la enorme calidad de ambos y por ser ambos magistrales exponentes de esas nobles artes que son la ironía, el sarcasmo y el humor negro. Ahora que lo pienso y basado en sus escritos resultaría imperdonable que no fueran amigos.
ResponderBorrarGracias, Wolverine; no es difícil hacer el reconocimiento cuando es verdaderamente merecido!!!
ResponderBorrarSole, nada de caritas. Y nada de que los piropos son inmerecidos. You know better!!!
LFC, su comentario verdaderamente me halaga, muchas gracias por dedicarnos su tiempo. Siéntase en libertad de comentar más a menudo!!!