In my previous article I wrote about the power struggle between Sunnis and Shiites. In the comments section of the Spanish version, my dear and loyal reader Terox posed a very good question: how do the Shiites pretend to dominate the Middle Eastern scene, being that they represent no more than 15% of the Muslims of the world? For the sake of answering the question, allow me to re-state it: how does the Islamic Republic of Iran pretend to become the dominant force in a region many times its own size and largely hostile to it? The answer to both questions lies in the strategy, geo-politics, and the fact that the Middle East conflict is a lot more complex than a simple confrontation between Sunnis and Shiites or another one between Palestinians and Israelis.
viernes, 25 de marzo de 2011
martes, 22 de marzo de 2011
The USA are losing the Middle East
Note from the Editor: This entry was originally published in Spanish - the official language of this blog - on Monday, March 14, 2011, before the U.N. sanctioned military operation taking place now in Libya. Since first published last week, this blog has been receiving visitors from never before recorded places, such as Qatar and Israel. One of my Middle Eastern readers requested that I translate this and my other post on the Iranian strategy, so a wider audience could gain access to it. Your wish is my command. The Iranian strategy article will be translated and posted soon, so keep coming back.
A little under four years ago, in an article written while Israel was fighting a war against Hezbollah in southern Lebanon, I posited that it was “an extension of the war between Sunnis and Shiites, where the Sunnis remain comfortably quiet while the Israelis do the dirty work that they needed someone to do for them.” What started three months ago in northern Africa as a popular revolt that demanded freedom and democracy in a region of the world better known as a laboratory for all kinds of satrapies, has been taken over in the past few weeks by other forces – which stray far from the reforming spirit that characterized the initial protests that resulted in the downfall of the Tunisian and Egyptian regimes – in order to extend the power struggle between Sunnis and Shiites in the Middle East.
A little under four years ago, in an article written while Israel was fighting a war against Hezbollah in southern Lebanon, I posited that it was “an extension of the war between Sunnis and Shiites, where the Sunnis remain comfortably quiet while the Israelis do the dirty work that they needed someone to do for them.” What started three months ago in northern Africa as a popular revolt that demanded freedom and democracy in a region of the world better known as a laboratory for all kinds of satrapies, has been taken over in the past few weeks by other forces – which stray far from the reforming spirit that characterized the initial protests that resulted in the downfall of the Tunisian and Egyptian regimes – in order to extend the power struggle between Sunnis and Shiites in the Middle East.
jueves, 17 de marzo de 2011
La estrategia de Irán
En mi anterior artículo hablé de la lucha de poder entre sunitas y chiítas. Con mucho tino y razón, mi estimado y fiel lector Terox preguntó cómo pretenden los chiítas dominar la región si, como expliqué, representan si acaso un 15% de los musulmanes del mundo. Para efectos de responderle, me permito ampliar la pregunta: ¿cómo pretende la república de Irán convertirse en la fuerza dominante de una región muchas veces más grande que ella misma (ver mapa aquí), y que en buena medida le es hostil? La respuesta a ambas interrogantes está en la estrategia, la geopolítica, y el hecho de que el conflicto del Medio Oriente es mucho más complejo que un simple enfrentamiento entre sunitas y chiítas u otro entre palestinos e israelíes.
lunes, 14 de marzo de 2011
EEUU está perdiendo el Medio Oriente
Hace más de cuatro años, en un artículo titulado Medio Oriéntese, escrito al calor de la guerra que entonces libraba Israel contra Hezbolá en el sur del Líbano, planteé que se trataba de “una extensión de la guerra entre sunitas y chiítas, donde los sunis muy cómodamente callan mientras los israelíes hacen el trabajo sucio que ellos necesitaban que alguien hiciera.” Lo que hace tres meses empezó en el norte de África como una revuelta popular que exigía libertad y democracia en una zona del mundo que se distingue como laboratorio de toda clase de satrapías, ha sido aprovechado en las últimas semanas por otras fuerzas – que distan mucho del espíritu reformador que caracterizó a esas primeras protestas y que llevaron a la caída de los regímenes de Túnez y Egipto – para extender la lucha de poder entre sunitas y chiítas en el Medio Oriente.
miércoles, 9 de marzo de 2011
Ni muy muy, ni tan tan…
El fallo de La Haya ha sido sacado de proporción por prácticamente todo el mundo: Laura Chinchilla y su equipo, Daniel Ortega, quienes lo festejaron, y quienes lo lamentaron. Un análisis pausado me ha convencido de que el resultado es bueno para Costa Rica, pero no da para celebraciones desenfrenadas ni aspavientos a vista y paciencia de la población cortesía de los medios de comunicación colectiva. Todo en su debida dimensión.
viernes, 4 de marzo de 2011
Costa Rica, China y los cables de Wikileaks
Tiene más carne un taco’e queso que los cables de Wikileaks que La Nación está dando a conocer en estos días. La información que están “revelando en exclusiva” no vale ni siquiera el boleto de avión que llevó a Gianina Segnini a Londres a recoger el disco encriptado que los representantes de don Julian Asange le entregaron. ¿Ahora se viene a dar cuenta La Nación que el país relegó los derechos humanos por el dinero de China? En La Suiza Centroamericana lo venimos advirtiendo desde junio de 2007, tres años a.W.
miércoles, 2 de marzo de 2011
Ticoleaks Day One: ¡Qué decepción!
A pesar de toda la alharaca que han hecho hoy bloggeros, twitteros, políticos, periodistas y cualquier hijo de vecino en nuestro país, las primeras revelaciones de Wikileaks en La Nación han sido bastante decepcionantes. Nada sustancial (where's the beef?), nada excepcional, ni nada que no supiéramos de antemano sin necesidad de cables diplomáticos del Departamento de Estado en Guachipelín Guachinton.
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