Murdock y la teología del odio

Como ya todos sabrán, este lunes recién pasado nuestro amigo Chamuko denunció, primero en Facebook y luego en su blog El Infierno en Costa Rica que un miembro de la Fuerza Pública costarricense aparecía en un perfil en Facebook con banderas y otros símbolos nazis, y haciendo el saludo nazi.  Inmediatamente La Nación recogió la denuncia, y en cuestión de horas el Viceministro de Seguridad, Celso Gamboa, había convocado a conferencia de prensa, anunciando que se abriría una investigación y mientras tanto el sujeto, Ronald Javier Herrera Borges, Murdock para sus amigos, quedaba suspendido.  Al día siguiente, el Ministro Mario Zamora anunciaba el despido inmediato de Herrera, con responsabilidad patronal, por pérdida de confianza.

De lo que he podido ver en redes sociales y en los comentarios que dejan los ciudadanos en las versiones online de algunos diarios nacionales, la inmensa mayoría de la gente reaccionó con horror a la noticia, desaprobación a la ideología nazi o neonazi que el tal Murdock dice seguir, y apoyo a la decisión del Ministro Zamora, todo lo cual es muy reconfortante.  Sin embargo, no deja de ser preocupante que alguna gente, en su inmensa mayoría bien intencionada pero terriblemente mal informada, haya manifestado cosas como que al tipejo en cuestión no se le debió despedir por pensar diferente ya que eso es discriminación y, peor aún, que no ha hecho nada malo y por tanto no se le puede castigar.  Un torombolo se dejó comentar en La Nación que el tal Murdock no había matado a nadie.

Empecemos por decir que neo-nazismo es una ideología que pretende revivir el nazismo alemán original, y toma muchos de sus elementos principales, tales como racismo, xenofobia, antisemitismo, anti-homosexualidad, fascismo y, por supuesto, nacionalismo. Ronald Herrera parece creerse un skinhead neonazi (a juzgar por sus múltiples tatuajes, que muestro a continuación), movimiento que promueve la supremacía de la raza blanca mezclada con una dosis especial de antisemitismo.

Como se podrá entender, es un sinsentido monumental que un muchacho latino y moreno se crea neonazi o skinhead, o cualquier combinación resultante. En algunas partes de Europa Oriental, los verdaderos neonazis  le partirían el hocico en media calle a Murdock por “negro”, y lo mismo le pasaría en algunos estados del sur de Estados Unidos a manos de los supremacistas blancos. Sus preferencias políticas son producto de la más abyecta ignorancia. Sin embargo, en el caso que nos ocupa, a la ignorancia se le suman otros elementos que hacen del ex -policía una persona sumamente peligrosa.

Las fotos que aparecían en los dos perfiles de Facebook de don Ronald Javier pintan el cuadro de una persona desequilibrada, posiblemente violenta, y con inclinación a caer en excesos alcohólicos que lo podrían hacer perder control de sí mismo y llegar a actuar sobre la base de la teología del odio que promueve la errada y peligrosa ideología neonazi que dice adherir.

Las fotos de su hija bebé jugando con una pistola más grande que ella misma – si es real o de juguete no cambia la situación – nos revelan a un hombre que no entiende la diferencia entre lo que es bueno y lo que es malo para su hija, amén de un padre que rinde culto a la violencia. Noten por favor la decoración de pared en la tercera foto.

En otras fotos, el Sr. Herrera rinde culto al dios-guaro, arrodillándose ante la góndola de licor de algún establecimiento comercial, y creándole un altar en su propia casa, adornado con la ubicua esvástica que nos parece indicar que ambos son elementos inseparables e indisolubles de su particular teología del odio.

Hasta este punto he pretendido demostrar que una persona de tan malas costumbres y poco juicio, nada tiene que hacer en la policía de nuestro país.  Pero si usted es de los que creen que la vida privada de las personas no debería de influenciar la decisión de darles o no empleo – como dijo otro torombolo por ahí, que mientras no le haya hecho nada malo él le ofrecería una oportunidad de trabajo – entonces pensemos en lo que implica ser oficial de policía. 

Esta persona de inclinaciones violentas y poco juicio, recibió todo tipo de entrenamiento policial y paramiltar, aprendió a usar armas del más grueso calibre existente en nuestro país, y probablemente adquirió conocimientos suficientes sobre el modus operandi policial como para poder planear un atentado burlando la acción de sus ahora ex -compañeros de trabajo. ¿No me lo cree? Vea las siguientes fotos.

Murdock como antimotines:

Recibiendo entrenamiento (probablemente en Murciélago):

Disparando lo que parece ser una ametralladora Browning M2, calibre 50:

Cargando lo que parece ser una ametralladora M60, calibre 60:

  

Manipulando lo que parece ser un rifle automático M16:

Y para demostrar cómo la ignorancia se mezcla con la violencia, en las siguientes fotos Murdock posa orgulloso con una ametralladora Galil y una subametralladora Uzi respectivamente, ambas de manufactura israelí, lo cual debería de ser una herejía para un neonazi que se respete:

Para terminar con las fotos, hay otro grupo de imágenes que nos dan a entender que lo de Murdock no es un fenómeno aislado, ni estamos ante un “llanero solitario”.  En la ideología de la estupidez, Ronald Javier Herrera Borges es acompañado por otros cuantos imbéciles como él. Además, si se fijan en los rasgos del muchacho que aparece hasta la derecha en las fotos 2 y 3 a continuación, y lo unen a la observación de que las últimas dos fotos son en el Aeropuerto Juan Santamaría, tenemos que preguntarnos si Murdock y su grupito de “morenazis” estarán recibiendo apoyo, recursos y/o entrenamiento de organizaciones en el exterior.

Quisiera recordar a mis lectores que don Anders Behring Breivik no había hecho nada malo antes de matar a 77 personas en Noruega el pasado verano, como tampoco lo habían hecho los neonazis chilenos que asesinaron brutalmente al joven Daniel Zamudio simplemente por ser homosexual.  Ahora permítame preguntarle: si tuviera usted un problema y acudiera a la policía para que le ayudara a resolverlo, ¿quisiera usted que don Ronald Javier Herrera, alias Murdock, sea quien lo atienda? ¿Sería ese el policía que quisiera usted en su casa para que lo proteja del grupo de cabezas rapadas que hacen escándalo y fuman mariguana en media calle de su vecindario? 

En conclusión, no se trata de limitar la libertad de expresión a un individuo medio perturbado y bastante desequilibrado. Se trata, más bien, de que la apología del terror y la teología del odio no debieran tener cabida en el discurso ni en la función pública en una democracia liberal.  Por ello, la mayoría de los países de Europa, Chile, Colombia y Argentina, entre otros, cuentan con leyes anti-discriminación que proscriben la ideología y la simbología nazi.  Ya va siendo hora de que nuestro país se ponga al día en esa materia. 

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