Lo que quiero y lo que no para la Eliminatoria

Hoy empieza la Eliminatoria hacia el Mundial de Brasil 2014, y la verdad no me siento muy optimista. A nuestra Selección le faltan muchas cosas, pero principalmente un verdadero espíritu guerrero.  No por ello voy a dejar de apoyar a La Sele, pero tengo una lista de las cosas que no quiero ver ni escuchar esta noche ni a lo largo del proceso.

No quiero escuchar el disco rayado de los jugadores cuando dan declaraciones derrotistas – antes y después de los juegos. No me salgan con que en el futbol se han acortado las distancias, ese es el discurso de los perdedores. Hombre por hombre somos un poco mejores que El Salvador y bastante más que Guyana, y no estamos muy lejos de México. En actitud, sin embargo, no es difícil que nos superen.

¡Cómo le hace falta a nuestra selección un jugador como el Puro Ureña, o el Chunche, ó – guardando las distancias – Carles Puyol!  Un jugador de esos que son todo pulmón, empuje y coraje. Un jugador de esos que a punta de ganas de ganar contagia a sus compañeros y los impulsa siempre hacia adelante. Lamentablemente tenemos en la selección una mayoría de vedettes que igual les da si pierden que si ganan, siempre y cuando puedan salir a la cancha a exhibir su último peinado de estilista.

No me salgan por favor con que lo importante es puntuar, ese también es el discurso de los perdedores. ¡Qué refrescante – y preocupante – es escuchar a los jugadores salvadoreños en las entrevistas que les han hecho los comunicadores locales!  Nuestros periodistas – igual de derrotistas que los jugadores – les preguntan si lo importante para ellos en este partido inaugural es puntuar. Sin excepción, jugadores y miembros del cuerpo técnico cuscatleco han sido tajantes: “no le quepa la menor duda de que venimos por los tres puntos” ó “nosotros venimos a ganar y no estamos contemplando otro resultado” son respuestas comunes.  Nuestros jugadores, técnico y asistentes, al igual que nuestros periodistas, ya están desde el primer día calculando cuántos puntos tienen que ganar para pasar de ronda dejando los pelos en el alambre. Que si perdemos con México en Costa Rica pero ganamos en Guyana, entonces solo necesitamos empatar en San Salvador… por ahí va la letanía.

Quiero ver a una Sele que salga a buscar todos los partidos. Por supuesto es normal que en algunos juegos sean más cautos que en otros, pero la cautela en el futbol nunca ha sido sinónimo de renunciar a atacar. Sin ofensiva no se puede ganar partidos.

Deseo que nuestros jugadores se acuerden, cada vez que salten a la cancha, de que lo que tienen entre las piernas no es un par de canicas. Que no se orinen en los calzones a la mera vista de una camiseta verde, ni se arruguen por una entrada poco deportiva de las camisetas azules o amarillas. Que se concentren en su trabajo, y no se despisten ni una sola vez hasta que el árbitro pite el final del partido. Que se acuerden de que miles de niños los ven con ilusión, los veneran y los idolatran, y que no es buen ejemplo para ellos que los vean jugar como si llevaran puestas zapatillas de ballet. Y que no se olviden de que el árbitro puede ser un imbécil o equivocarse mil veces, pero una vez que pita ya no hay marcha atrás.  Que no se hagan expulsar como mariguanos en pasillo de colegio secundario.

Por último, quiero ver a una afición comprometida y apoyando a nuestra selección en las buenas y en las malas.  Ya no es tiempo de reclamar por la convocatoria de una perra a la Sele, o por la ausencia del Messitico del equipo de todos.  No quiero ver a la barra en el estadio silbando a sus propios jugadores  o cantando el olé contra los mismos ticos, ni aun cuando el marcador sea adverso. Es la hora de apoyar, de alentar y de empujar a nuestros jugadores a dar lo mejor de sí. Es lo único que nos queda.

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