Estamos
siendo bombardeados por descubrimientos casi diarios de corrupción, tanto en el
sector público como en el privado, denunciados a veces por la prensa
tradicional, pero cada día más por valientes blogueros como el Chamuko y
don Roberto Mora. ¿Hasta dónde llega la corrupción en nuestro
país? ¿Dónde nace y cómo se puede
prevenir? Son preguntas que no tienen respuestas sencillas, y no pretendemos
dárselas de ninguna manera que se pueda considerar definitiva. Pero vale la pena
intentarlo.
Constantemente
nos quejamos de la corrupción que se da en el sector público – obras que se
construyen sin planos ni supervisión adecuada,
ingenieros que reciben dádivas por contratar a proveedores, consultorías
de imagen para cuyas licitaciones se invita a ferreterías a participar, altísimos
funcionarios que cobran comisiones para adjudicar multimillonarias
contrataciones, contratación de amigos para no desempeñar ninguna función, etc.
También es común escuchar las manifestaciones de indignación por la corrupción
corporativa – compañías que deben decenas o centenares de millones de colones
al fisco o a la seguridad social, sin que eso les impida seguir ganando jugosas
licitaciones con el Estado costarricense,
empresas que construyen casas en terrenos inestables y estafan a la
gente con su ilusión de conseguir una vivienda propia, fábricas que obtienen
utilidades enormes botando sus desechos tóxicos en los ríos y quebradas de
nuestro país, etc.
Otra forma
de corrupción es la política, que a veces tiene más que ver con la corrupción
de los principios que con intercambios ilícitos de dinero: partidos
políticos que inventan contratos ficticios para cobrar gastos inexistentes de
campaña, un partido creado para defender y avanzar las causas liberales en
Costa Rica pero no apoya proyectos como la fecundación in-vitro ni la igualdad
de derechos de las poblaciones “sexualmente diversas”, otro partido que se crea
para dar “accesibilidad sin exclusión” siempre y cuando no se trate de homosexuales
ni de personas con discapacidad reproductiva, un tercer partido que aún pretende
portar la máscara de la socialdemocracia progresista pero se pliega sin
ruborizarse a las exigencias en materia social de los más conservadores sectores
del establishment mundial, y esos
tres partidos que se confabulan para poner a un retrógrada homofóbico y machista mercader de almas al frente, ni
más ni menos, que de la Comisión de Derechos Humanos del Primer Poder de la República, a cambio de unos inmorales votos para
proyectitos de ley de su antojo…
Más difícil
es, sin embargo, ver la viga en ojo propio, que la paja en el ojo ajeno. La Nación nos ha removido la conciencia el
día de ayer con un reportaje que revela que la mitad de los costarricenses reconocemos haber adquirido productos de contrabando o pirateados en el último año, lo cual no deja de ser otra forma de corrupción: el importador
honesto no tiene forma de competir con el contrabandista, las finanzas públicas
se ven afectadas, y luego nos encanta quejarnos de la magra asignación
presupuestaria para áreas como educación y seguridad, donde definitivamente
tenemos un déficit, sino de recursos, definitivamente sí de resultados
palpables y tangibles. Esto lo que nos revela es que la corrupción es un mal
generalizado en nuestro país, aunque sea mucho más fácil denunciar al
funcionario público o al empresario corrupto del día que poner las barbas
propias en remojo.
¿Y de dónde
viene todo esto? La misma edición de
ayer de La Nación nos da un principio de respuesta. En nuestra opinión, la corrupción generalizada
sólo puede ser disminuida o erradicada de dos formas: por la fuerza, a la Singapur, lo cual no es compatible
con el modelo democrático liberal que intentamos practicar, o mediante una
campaña sostenida de educación en valores y civismo. Esto último no es sencillo ni da resultados
de la noche a la mañana, pero debe de empezar en las escuelas y colegios del
país y sostenerse durante al menos dos generaciones (hasta que los niños que
ingresan al sistema educativo provengan de hogares conformados por padres que
ya han sido educados en el programa de valores cívicos mencionado). Ups. ¿Dónde
dije que debe de empezar? ¿En las
escuelas? Claro, donde depositamos a nuestros hijos de 5 a 8 horas al día,
cuando están más despiertos y en mejores condiciones de absorber lo que se les
enseña. ¿En las escuelas? Digo, ¿en las mismas escuelas donde maestros y directores falsifican los datos de matrícula para obtener un aumento salarial y estafar así al fisco?
Señoras y
señores, ahí empieza el problema. Por eso estamos como estamos.
Yo tengo una duda: consumimos productos de contrabando porque compramos una camiseta del Barca hecha en China que cuesta 10 dólares y no la original que cuesta 140 (y probablemente está hecha también en China)? Cuál es el país que más produce copias ilegales de productos? Si fuéramos consecuentes no deberíamos romper relaciones con un país que no respeta los derechos de autor o impedir esas importaciones? Y otra cosa más: la persona que paga 1000 pesos por comprar una copia de La Sirenita, tendrá el dinero para pagar los 30 mil que le costaría el dvd? es decir, sustituye una cosa por la otra? o el que compra contrabando jamás hubiera comprado el original por falta de dinero para eso? Solo pregunto...
ResponderBorrarAutojustificarse es una reacción muy humana. Pero que es un robo, es un robo.
BorrarSole, tu pregunta es muy válida y me dejó pensando buena parte del fin de semana... tanto así que voy a tratar de escribir un "post" para contestarte, porque tocás una serie de temas muy interesantes y que quedarían forzadamente reducidos en este espacio. Yo no mencioné "propiedad intelectual" en este artículo porque tengo una posición medio ambivalente al respecto, pero tu comentario lo enlaza perfectamente con lo que yo escribí y a huevo me tendré que referir a eso...
BorrarJorge, tiene usted toda la razón. 160 dólares por una camiseta, de cualquier equipo, es un robo- ;)
BorrarAquí es donde extraño el botón de Like, para ponerle a tu último comentario, Sole!!!
BorrarMuy interesante su comentario. Solo pondría una objeción cuando afirma que corrupción política es "un partido creado para defender y avanzar las causas liberales en Costa Rica pero no apoya proyectos como la fecundación in-vitro ni la igualdad de derechos de las poblaciones “sexualmente diversas"". No caigamos en el juego de tildar de corrupción algo que es en el fondo una diferencia de pensamiento respecto a materias de política.
ResponderBorrarEl matrimonio homosexual no es un derecho humano. Cualquier pareja de un mismo sexo tiene derecho a convivir como le plazca, pero la definición de matrimonio es algo que la sociedad como un todo debe tomar. Así como en nuestro país la poligamia no es permitida, mientras que en otros países lo és, es claramente una definición que se basa en las costumbres de la sociedad. Si se quieren cambiar esas costumbres, el mecanismo en el sistema democrático es la discusión parlamentaria o el plebiscito. En cualquiera de las dos sufirría una estrepitosa derrota.
Ahora, respecto al tema de la corrupción, creo que no hay que ser tan autoflagelante ni cínico. Como ije en otro comentario y fuí tildado de equivalencia moral, pero en otros países hay escándalos de corrupción mucho peores que en nuestro país. Y no hablo de países del Tercer Mundo. Hablod de países como Australia, Japón o Bélgica. El código de ética que unos diputados quieren traer de gran Bretaña surgió de un escándalo de corrupción que se destapó hace unos años allá, donde parlametnarios usaban sus gastos discrecionales en una infinidad de usos indebidos y que en parte prvocó la caída del anterior gobierno.
Siendo que la corrupción siempre estará presente en una Democracia (después de todo, cualquier promesa electoral, aún ante grupos que se consideren merecedores de ayuda, puede interpretarse como compra de votos), la cuestión no es erradicarla del todo, sino minimizarla a lo mínimo posible. Eso significa crear mecanismos apropiados de incentivos y resguardos para hacer que tanto funcionarios públicos como privados, ambos con su propios intereses individuales, actúen en pos del bien común.
Eso no es nda fácil y no selimita a promulgar leyes contra la corrupción. Milton Friedman decía que en materia de políticas públicas, hay que diseñar sistemas no pensando que la gente buena va a ser electa, sino que hay ue diseñar pensando que gente mala va a ser electa, y por ende siempre hay que ponerse en el peor de los escenarios.
Un ejemplo práctico es otro caso que no menciona Dean, peo que fue producto de la ley anti-tabaco recientemente aprobada: que bajo el pretexto de que ahora es prohibido fumar en restaurantes, mucha gente de vivaza sale con el pretexto de ir a fumar y deja abandonada la mesa y no paga la cuenta. Uno pensaría que eso es producto de la viveza del tico. Pero en realdiad esto pasa en todo el mundo. Para evitar eso, lo que han hecho en otros países donde se ha prohibido el fumado en lugares públicos como restaurantes es habilitar una sección dentro del restaurante, aislada del resto, pero con plena ventilación, para que los fumadores vayan a fumar allá y así evitar que se escapen sin pagar. Esa simple solución puede aplicarse al país.
De la misma forma, la auditoría sorpresa del Ministerio de Educación debería ser práctica común en la administración pública, dejando de lado los ridículos relcamos de los sindicatos, que se creen angelitos ellos mismos o sus afiliados. Esa idea es bastante absurda. Somos después de todo seres humanos con nuestras virtudes pero también nuestras faltas. Peresumir otra cosa es insensato.
Jorge, una diferencia de pensamiento respecto a ciertos temas es lo que tenemos usted y yo, y eso es normal y hasta sano. Pero un partido que dice promover la filosofía libertaria corrompe sus principios cuando no apoya las causas que su propio ideario establece como propias.
BorrarEn fin, cada quien tiene la libertad de pensar como quiera, pero no es correcto que un partido se adueñe de la etiqueta libertaria para promover algo que es más cercano a la ideología socialcristiana. Si usted no quiere llamar a eso corrupción, tendremos que coincidir en que como mínimo constituye publicidad engañosa. ¿No le parece?
Qué tirada... como en la Biblia, tendrá que perecer toda una generación (cuando menos!) para medio componer la vara... aún así, sé del caso de un carajo que tuvo que aceptar una multa de más de 300 mil pesos para no darle un ejemplo a su hija adolescente que iba en el carro (la multa se la hicieron por meterse en un lugar donde no había vía, pero por haber un choque o algo así, muchos carros se iban desviando, el mae fue el salado!). Tal vez el más incrédulo fue el tráfico, que se quedó sin su mordida...
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