El PAC aspira a eliminar la corrupción. Dean CóRnito también lo desea con fervor. El PAC propone como piedras fundamentales de su filosofía la ética, el respeto mutuo, la responsabilidad individual, y la solidaridad. Dean CóRnito cree que estas son bases sólidas para el desarrollo de un programa. El PAC cree en el desarrollo sostenible. Dean CóRnito es un economista con corazoncito ambientalista, que está convencido de que el desarrollo sólo es posible si es sostenible. Si hay tanta coincidencia, ¿por qué Dean CóRnito no piensa votar por el PAC? A manera de respuesta les presento mi análisis del programa de gobierno del Partido Acción Ciudadana.
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Si tuviera que dar una respuesta corta a mi propia pregunta, esta sería: no voy a votar por el PAC, porque no hay congruencia entre sus objetivos y los medios propuestos para alcanzarlos. En otras palabras, si siguiéramos al pie de la letra el recetario del PAC durante cuatro años, los resultados no serían ni cercanos a los propuestos.
Empecemos por la corrupción. El PAC cree que el problema se supera con programas de concientización de los funcionarios públicos y de la ciudadanía. La palabra corrupción se menciona unas 22 veces en todo el programa, casi todas ellas en el contexto del diagnóstico y de la denuncia. No hay una sola propuesta específica para erradicar la corrupción, y tan sólo algunas muy ingenuas propuestas para prevenirla (por ejemplo, hacer carteles de licitación transparentes. Claro que esto ayudaría, pero ¿cómo se logra? De eso, el programa del PAC no dice nada). Esta ausencia de propuestas es muy extraña viniendo de un partido que se ha presentado como el adalid de la decencia y la transparencia.
Pero lo que más llama la atención es la evidente falta de entendimiento de las causas de la corrupción. Tal vez la frase usada por el Movimiento Libertario en las elecciones del 2002 – donde hay permiso hay chorizo – trivializó el asunto, pero encierra una buena dosis de verdad. Es reconocido que las regulaciones excesivas y engorrosas son el mejor caldo de cultivo para la corrupción: si para arreglar el techo de una casa se requiere la viabilidad ambiental emitida por SETENA con una tardanza de seis meses, lógico es esperar que las personas hagan los arreglos sin permisos, o paguen para acelerar el trámite ya que la gotera encima de la cama no es algo que pueda esperar medio año. Y si, por verificar la viabilidad ambiental de las reparaciones de todas las casas del país, la SETENA se tarda 18 meses para revisar el plan de gestión ambiental de un condominio o el estudio de impacto ambiental de un hotel, ya saben ustedes que el empresario buscará y encontrará la manera de “aceitar la maquinaria”.
Tristemente, el programa de gobierno del PAC revela que en un eventual gobierno de Otón Solís, se creará una cantidad importante de nuevas regulaciones y prohibiciones que vendrán a entrabar aún más la ya de por si difícil tarea de producir en este país. Y no quiero con esto decir que no hagan falta las regulaciones; es cierto que en algunas actividades en este país hacen falta, pero en la inmensa mayoría más bien las hay de sobra. Una cosa es proponer racionalizar las regulaciones (eliminar las que no tienen sentido, simplificar las necesarias, crear las que hacen falta), y otra muy diferente es tener una visión de mundo donde Papá Estado se tiene que meter hasta con mi decisión de dónde comprar los frijoles para el gallo pinto. Y esa es la visión de mundo del PAC plasmada en su programa de gobierno.
La fórmula es muy simple: ausencia de propuestas para erradicar la corrupción + promoción indiscriminada de regulaciones = más corrupción.
Hay más contradicciones en el programa del PAC. Se habla, por ejemplo, de aspirar a “un país con un desarrollo productivo y económico que, en primer lugar, sustente la soberanía y la seguridad alimentaria nacional, pero que a su vez tenga una fuerte oferta exportadora de productos que sean demandados y reconocidos por el mundo del comercio justo...”. Lo que no se da cuenta el redactor de tanta belleza es que si todos los países aspiraran a sustentar la soberanía alimentaria, entonces no habría comercio en productos alimenticios. Es decir, que la oferta exportable de nuestro país se vería seriamente disminuida, al no haber mercados externos para nuestros productos agrícolas e industriales-alimenticios. A manera de ejemplo, los productos tradicionales (café, banano, azúcar y carne) y los productos agropecuarios y del mar representaron el 22.17% ($1,431.6 millones) de las exportaciones totales del país ($6,456.0 millones) entre enero y noviembre del 2005. Si nosotros aplicamos un criterio de soberanía alimentaria, es de esperar que nuestros socios comerciales lo apliquen recíprocamente, pero el programa del PAC no explica que hacer con esos mil cuatrocientos millones de dólares de productos agrícolas que no podremos exportar, ni con los agricultores que los producen. Considere además, estimado lector, que estas cifras NO incluyen las exportaciones industriales alimenticias. Sobre el tema de la soberanía alimentaria escribí un artículo hace casi cuatro meses, titulado “La falacia de la seguridad alimentaria”, que recomiendo leer.
“En el PAC creemos en la acción ciudadana, porque creemos en la gente, en su capacidad de influir en los procesos de toma de decisiones y de actuar en la construcción de su futuro, el de su comunidad y el del país.” Pero no se dan cuenta de la contradicción con muchos de sus otros postulados, en cuenta el de la soberanía alimentaria, que se reducen a no creer en la capacidad de las personas para hacer bien sus escogencias, y por ende el PAC propone limitarlas porque un grupo de iluminados desde el Gobierno sabrá mejor que la ciudadanía lo que a ésta conviene. Así, la “amenaza” de que “mientras un agricultor nacional no haya vendido toda su cosecha, no importaremos un solo grano de producto”, equivale a obligar al ciudadano a consumir productos de inferior calidad a mayor precio. Porque si la importación es prohibida y la venta está garantizada, no faltará quien se le ocurra sembrar papas en Guanacaste, arroz en las laderas del volcán Poás, o uvas en las faldas del Irazú, al costo que sea y con la calidad que sea.
El PAC critica en su programa a otros partidos que representan más de lo mismo. Dice textualmente que “en esta campaña electoral, hay quienes proponen regresar al pasado como si éste no hubiera generado desigualdad, pobreza y deterioro ambiental”. Eso es cierto, pero ya que estamos en el tema de las contradicciones, no puedo dejar de hacer la observación de que las propuestas del PAC representan un retorno a las políticas de los años 50s, 60s y 70s y, peor aún, de la “década perdida” de los años 80s. En fin, es una propuesta que los franceses han dado por llamar “dirigiste”, que se ha querido traducir al español como “dirigista” a falta de una mejor palabra: el Estado interviene en todo y dirige las decisiones del sector privado y de los ciudadanos como si ellos no fueran capaces de hacerlo por si sólos. El plan del PAC habla de la responsabiilidad personal: de darle a las personas el acceso garantizado a las herramientas que necesita para producir, pero dejar que los resultados dependan de los esfuerzos de cada uno. Yo estoy plenamente de acuerdo con ese enunciado, pero el “dirigismo” es más bien una contradicción. ¿Cómo van a hacer que mis resultados dependan de mi esfuerzo si el Estado me va a decir qué producir y dónde, y qué consumir y de dónde?
Una labor difícil pero necesaria para todo partido político, sobre todo uno que se precia de basarse en sólidos principios éticos, es encontrar un equilibrio entre no hacer promesas de campaña que no planea cumplir, y no decir nada con tal de evitar hacer esas promesas. El Programa de Gobierno del PAC no encuentra ese equilibrio, y falla – como es de esperarse – del lado de no decir nada en aras de no hacer promesas politiqueras. Así, el programa está lleno de frases como “apoyar los programas de limpieza de playas y reducción de la contaminación fluvial”, ó “apoyar las iniciativas de fomento al gobierno digital”, que no dicen qué debemos de entender por “apoyar”. ¿Se trata de un apoyo moral? ¿Estará dispuesto un gobierno del PAC a destinar recursos del Presupuesto Nacional a esos fines? Si la respuesta es si, entonces, ¿cuánto? ¿cuándo? ¿cómo?. Si hay algo que lamento es citar a Oscar Arias, pero tiene mucha razón cuando dice que los estadistas no hacen promesas, asumen compromisos. Hay una diferencia grande entre ofrecer placas de taxi y bonos de vivienda para comprar votos, y ofrecer soluciones específicas a problemas apremiantes de la comunidad o de la población en general. Otón Solís no ha tenido la madurez para reconocerla, y mucho tememos que una vez en el gobierno tampoco se atreva a resolver problemas específicos de comunidades específicas para no ser acusado de hacer política tradicional. El problema es que el país no aguanta otros cuatro años más de inacción e indecisión gubernamental.
Lo que he encontrado en el programa de gobierno del PAC es una colección de propuestas de buena voluntad, pero muchas sin asidero en la realidad. Por ejemplo, proponen la creación de un Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana no remunerado. La pregunta es, si el PAC no logra ni siquiera conseguir la cantidad de voluntarios que necesita para tener un fiscal por mesa de votación el día de las elecciones – y esta no es una crítica a la capacidad organizativa del PAC exclusivamente, ya que los demás partidos y el mismo Tribunal Supremo de Elecciones están en la misma encrucijada – entonces ¿de dónde proponen sacar gente para todos estos Consejos y Comités voluntarios que requerirán del compromiso y trabajo continuo de sus miembros (a diferencia de los fiscales de mesa, cuyo trabajo se limita a un par de días y ya)?
Hay mucho más que podría decir del programa de gobierno del PAC, y si me llegara a alcanzar el tiempo antes de las elecciones, entonces escribiré un artículo más, específicamente sobre su programa económico, que sigue la misma tónica de contradicción e incongruencia entre medios y fines del resto del programa. Definitivamente, el PAC no está preparado para gobernar.
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Si tuviera que dar una respuesta corta a mi propia pregunta, esta sería: no voy a votar por el PAC, porque no hay congruencia entre sus objetivos y los medios propuestos para alcanzarlos. En otras palabras, si siguiéramos al pie de la letra el recetario del PAC durante cuatro años, los resultados no serían ni cercanos a los propuestos.
Empecemos por la corrupción. El PAC cree que el problema se supera con programas de concientización de los funcionarios públicos y de la ciudadanía. La palabra corrupción se menciona unas 22 veces en todo el programa, casi todas ellas en el contexto del diagnóstico y de la denuncia. No hay una sola propuesta específica para erradicar la corrupción, y tan sólo algunas muy ingenuas propuestas para prevenirla (por ejemplo, hacer carteles de licitación transparentes. Claro que esto ayudaría, pero ¿cómo se logra? De eso, el programa del PAC no dice nada). Esta ausencia de propuestas es muy extraña viniendo de un partido que se ha presentado como el adalid de la decencia y la transparencia.
Pero lo que más llama la atención es la evidente falta de entendimiento de las causas de la corrupción. Tal vez la frase usada por el Movimiento Libertario en las elecciones del 2002 – donde hay permiso hay chorizo – trivializó el asunto, pero encierra una buena dosis de verdad. Es reconocido que las regulaciones excesivas y engorrosas son el mejor caldo de cultivo para la corrupción: si para arreglar el techo de una casa se requiere la viabilidad ambiental emitida por SETENA con una tardanza de seis meses, lógico es esperar que las personas hagan los arreglos sin permisos, o paguen para acelerar el trámite ya que la gotera encima de la cama no es algo que pueda esperar medio año. Y si, por verificar la viabilidad ambiental de las reparaciones de todas las casas del país, la SETENA se tarda 18 meses para revisar el plan de gestión ambiental de un condominio o el estudio de impacto ambiental de un hotel, ya saben ustedes que el empresario buscará y encontrará la manera de “aceitar la maquinaria”.
Tristemente, el programa de gobierno del PAC revela que en un eventual gobierno de Otón Solís, se creará una cantidad importante de nuevas regulaciones y prohibiciones que vendrán a entrabar aún más la ya de por si difícil tarea de producir en este país. Y no quiero con esto decir que no hagan falta las regulaciones; es cierto que en algunas actividades en este país hacen falta, pero en la inmensa mayoría más bien las hay de sobra. Una cosa es proponer racionalizar las regulaciones (eliminar las que no tienen sentido, simplificar las necesarias, crear las que hacen falta), y otra muy diferente es tener una visión de mundo donde Papá Estado se tiene que meter hasta con mi decisión de dónde comprar los frijoles para el gallo pinto. Y esa es la visión de mundo del PAC plasmada en su programa de gobierno.
La fórmula es muy simple: ausencia de propuestas para erradicar la corrupción + promoción indiscriminada de regulaciones = más corrupción.
Hay más contradicciones en el programa del PAC. Se habla, por ejemplo, de aspirar a “un país con un desarrollo productivo y económico que, en primer lugar, sustente la soberanía y la seguridad alimentaria nacional, pero que a su vez tenga una fuerte oferta exportadora de productos que sean demandados y reconocidos por el mundo del comercio justo...”. Lo que no se da cuenta el redactor de tanta belleza es que si todos los países aspiraran a sustentar la soberanía alimentaria, entonces no habría comercio en productos alimenticios. Es decir, que la oferta exportable de nuestro país se vería seriamente disminuida, al no haber mercados externos para nuestros productos agrícolas e industriales-alimenticios. A manera de ejemplo, los productos tradicionales (café, banano, azúcar y carne) y los productos agropecuarios y del mar representaron el 22.17% ($1,431.6 millones) de las exportaciones totales del país ($6,456.0 millones) entre enero y noviembre del 2005. Si nosotros aplicamos un criterio de soberanía alimentaria, es de esperar que nuestros socios comerciales lo apliquen recíprocamente, pero el programa del PAC no explica que hacer con esos mil cuatrocientos millones de dólares de productos agrícolas que no podremos exportar, ni con los agricultores que los producen. Considere además, estimado lector, que estas cifras NO incluyen las exportaciones industriales alimenticias. Sobre el tema de la soberanía alimentaria escribí un artículo hace casi cuatro meses, titulado “La falacia de la seguridad alimentaria”, que recomiendo leer.
“En el PAC creemos en la acción ciudadana, porque creemos en la gente, en su capacidad de influir en los procesos de toma de decisiones y de actuar en la construcción de su futuro, el de su comunidad y el del país.” Pero no se dan cuenta de la contradicción con muchos de sus otros postulados, en cuenta el de la soberanía alimentaria, que se reducen a no creer en la capacidad de las personas para hacer bien sus escogencias, y por ende el PAC propone limitarlas porque un grupo de iluminados desde el Gobierno sabrá mejor que la ciudadanía lo que a ésta conviene. Así, la “amenaza” de que “mientras un agricultor nacional no haya vendido toda su cosecha, no importaremos un solo grano de producto”, equivale a obligar al ciudadano a consumir productos de inferior calidad a mayor precio. Porque si la importación es prohibida y la venta está garantizada, no faltará quien se le ocurra sembrar papas en Guanacaste, arroz en las laderas del volcán Poás, o uvas en las faldas del Irazú, al costo que sea y con la calidad que sea.
El PAC critica en su programa a otros partidos que representan más de lo mismo. Dice textualmente que “en esta campaña electoral, hay quienes proponen regresar al pasado como si éste no hubiera generado desigualdad, pobreza y deterioro ambiental”. Eso es cierto, pero ya que estamos en el tema de las contradicciones, no puedo dejar de hacer la observación de que las propuestas del PAC representan un retorno a las políticas de los años 50s, 60s y 70s y, peor aún, de la “década perdida” de los años 80s. En fin, es una propuesta que los franceses han dado por llamar “dirigiste”, que se ha querido traducir al español como “dirigista” a falta de una mejor palabra: el Estado interviene en todo y dirige las decisiones del sector privado y de los ciudadanos como si ellos no fueran capaces de hacerlo por si sólos. El plan del PAC habla de la responsabiilidad personal: de darle a las personas el acceso garantizado a las herramientas que necesita para producir, pero dejar que los resultados dependan de los esfuerzos de cada uno. Yo estoy plenamente de acuerdo con ese enunciado, pero el “dirigismo” es más bien una contradicción. ¿Cómo van a hacer que mis resultados dependan de mi esfuerzo si el Estado me va a decir qué producir y dónde, y qué consumir y de dónde?
Una labor difícil pero necesaria para todo partido político, sobre todo uno que se precia de basarse en sólidos principios éticos, es encontrar un equilibrio entre no hacer promesas de campaña que no planea cumplir, y no decir nada con tal de evitar hacer esas promesas. El Programa de Gobierno del PAC no encuentra ese equilibrio, y falla – como es de esperarse – del lado de no decir nada en aras de no hacer promesas politiqueras. Así, el programa está lleno de frases como “apoyar los programas de limpieza de playas y reducción de la contaminación fluvial”, ó “apoyar las iniciativas de fomento al gobierno digital”, que no dicen qué debemos de entender por “apoyar”. ¿Se trata de un apoyo moral? ¿Estará dispuesto un gobierno del PAC a destinar recursos del Presupuesto Nacional a esos fines? Si la respuesta es si, entonces, ¿cuánto? ¿cuándo? ¿cómo?. Si hay algo que lamento es citar a Oscar Arias, pero tiene mucha razón cuando dice que los estadistas no hacen promesas, asumen compromisos. Hay una diferencia grande entre ofrecer placas de taxi y bonos de vivienda para comprar votos, y ofrecer soluciones específicas a problemas apremiantes de la comunidad o de la población en general. Otón Solís no ha tenido la madurez para reconocerla, y mucho tememos que una vez en el gobierno tampoco se atreva a resolver problemas específicos de comunidades específicas para no ser acusado de hacer política tradicional. El problema es que el país no aguanta otros cuatro años más de inacción e indecisión gubernamental.
Lo que he encontrado en el programa de gobierno del PAC es una colección de propuestas de buena voluntad, pero muchas sin asidero en la realidad. Por ejemplo, proponen la creación de un Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana no remunerado. La pregunta es, si el PAC no logra ni siquiera conseguir la cantidad de voluntarios que necesita para tener un fiscal por mesa de votación el día de las elecciones – y esta no es una crítica a la capacidad organizativa del PAC exclusivamente, ya que los demás partidos y el mismo Tribunal Supremo de Elecciones están en la misma encrucijada – entonces ¿de dónde proponen sacar gente para todos estos Consejos y Comités voluntarios que requerirán del compromiso y trabajo continuo de sus miembros (a diferencia de los fiscales de mesa, cuyo trabajo se limita a un par de días y ya)?
Hay mucho más que podría decir del programa de gobierno del PAC, y si me llegara a alcanzar el tiempo antes de las elecciones, entonces escribiré un artículo más, específicamente sobre su programa económico, que sigue la misma tónica de contradicción e incongruencia entre medios y fines del resto del programa. Definitivamente, el PAC no está preparado para gobernar.
(Solicito disculpas a mis pacientes lectores por no haberles cumplido con la prometida serie sobre los programas de gobierno y las personalidades de los candidatos, pero múltiples ocupaciones y enredos han reducido mi precioso tiempo-blog. No quería, sin embargo, dejar de publicar al menos este comentario antes de las elecciones, para lo que sirva.)
Dean,
ResponderBorrarHace un par de meses escribí este comentario sobre el programa económico del PAC:
En primer lugar no debe mezclarse la política de gasto público con la política fiscal. No tiene nada que ver. Claro que cuando no hay nada que decir sobre reforma fiscal, mejor se habla de temas menores pero muy rimbombantes.
La estructura del programa habla de principios, objetivos y propuestas. Los principios son generalidades de sobra conocidas, como que uno de los mayores problemas es el déficit público o la inflación. En cuanto a los objetivos más generalidades: reducir el déficit público y la inflación, por ejemplo, lo que se llama “la carta a los Reyes Magos”. Las propuestas etéreas y variopintas, desde que los ministros viajen menos hasta la diversificación de los destinos de las exportaciones.
Entrando en el tema del gasto público, resulta muy curioso que se pretenda recortar el gasto mediante la reducción de partidas como “compra de licores, comidas y regalos” -imagino que ese debe ser el gran “cáncer” del presupuesto del Estado-, sin embargo se pretenden crear un montón de nuevas instituciones, incluido un nuevo ministerio, lo cual supondrá nuevos funcionarios, nuevos edificios y más gastos en definitiva.
En materia fiscal se pretende recaudar un 40 por ciento más de impuestos mejorando la función de inspección. Esto es tanto como decir que el fraude fiscal actual asciende a un 80 por ciento, ya que en cuatro años se pretenden obtener una recaudación tan elevada simplemente mejorando los sistemas recaudatorios, ¿de dónde han sacado esas cifras?. Lo más lamentable de este apartado es que la única propuesta sobre impuestos que realmente se hace es que “se reducirán los impuestos a las rentas más bajas cuando el equilibrio presupuestario lo permita”. En mi tierra esto se llama un “brindis al sol”.
En el resto de apartados ni siquiera podemos ver promesas claras. En materia financiera mucho intervencionismo y ayudas para todos. ¿Se pueden dar ayudas y reducir el déficit público a la vez?.
Lo peor de todo es la política comercial, en donde sólo aparece el famoso NO AL TLC que tantos votos le reportará y una frase grandilocuente y vacía: "Firmaremos tratados comerciales que no pongan en peligro la soberanía nacional, las políticas medioambientales o de protección social".
Me reitero, el PAC será una bancada necesaria en la oposición, el Gobierno, afortunadamente a la vista del programa, les queda muy muy lejos.
Lo que dijo Stalke respecto a los subsidios que dan otros gobiernos a sus agricultores, yo lo veo más bién como una ventaja.
ResponderBorrarLa ciencia no está en "fortalecer" áreas fácilmente imitables, que a la larga lo que produce es una situación de privilegio y despilfarro. Más bien, creo que el secreto es utilizar sus subsidios a nuestro favor (adquiriendo producto más barato), y nosotros cambiar a actividades de mayor valor agregado o a actividades donde podamos ser competitivos.
Además no me saco de la cabeza que las condonaciones de deuda que reciben muy frecuentemente los monopolistas del agro, no son más que subsidios encubiertos.
Por último, basar nuestra economía en la producción agrícola y las pymes no tiene mucho sentido en pleno año 2006.
Ay Costa Rica!! Cuidado una torta mañana!!!
Lo de pakithor... es su opinión! no es costarricense auqneu vive aca y le parece que es mejor apra el país! Lo respeto!
ResponderBorrarStalke... concuerdo en la mayoría con ud! pero eso si creo que lo de la autonomía alimentaria es una UTOPIA!!!!!! En lo que dice rigo si otros gobiernos quieren subsidiar el arroz que los ticos nos comemos bienvenido!! aunque no me caigan nada bien los gringuitos!!
Pero cuando habla de que no es posible que en el 2006 la economía esté basada en PYMES... don Rigo ud se equivoca, las economías más desarrolladas del mundo están basadas en las PYMES, las Mega empresas (INTEL) se vienen para los paises en desarrollo (pero esto tampoco es malo es una etapa del desarrollo) y los paises que se desarrollan (aclaro que desarrollarse no es enriquecerse, no es lo mismo) basan su economía en empresas medianas y pequeñas que ayudan a distribuir mejor la riqueza!
Gracias
Pakithor,
ResponderBorrarTe agradezco mucho la contribución, ya que definitivamente no tuve tiempo para escribir sobre el programa económico del PAC. Estoy muy de acuerdo con tu análisis, aunque creo que el mío hubiera sido algo más crítico ;-)
Stalke,
No tiene nada de curioso que haya ignorado algunos puntos del programa del PAC. Hice un comentario de 3 páginas en Word, de un documento de más de 120 páginas; no podía referirme a absolutamente todo. Claro que hay cosas buenas en el programa del PAC, como lo que mencionás de la eliminación de la ley 4-3 y lo de los nombramientos por concurso de antecedentes y sin injerencia política. Pero eso no es suficiente para merecer la Presidencia de la República; es más, para eso el PAC va a tener una importante fracción legislativa que podrá impulsar esos cambios desde la Asamblea, para lo cual estoy seguro que contarán con el apoyo de varios partidos, incluido el PUSC convertido en fracción minoritaria, y el Libertario.
Con respecto al origen de la corrupción, yo mismo puse en mi post que tal vez Otto Guevara lo trivializó con la frase de que donde hay permiso hay chorizo, con lo cual quise dar a entender que no es así de sencillo. Pero la frase encierra mucha verdad. Estoy de acuerdo que muchas veces la corrupción se da por regulaciones mal hechas, y ese es justamente el punto. Mi experiencia como ex – funcionario público me dice que los funcionarios públicos tienden a crear trámites engorrosos por dos motivos: para justificar su trabajo, y para crearse oportunidades de enriquecimiento. Y eso sucede a pesar de las buenas intenciones de sus superiores. Mi temor es que un gobierno enamorado de las regulaciones termine secuestrado por los funcionarios de carrera (de Servicio Civil), que son los que realmente tienen el sartén por el mango.
Con respecto a seguridad alimentaria, qué cree usted más probable? ¿Una catástrofe natural o un embargo económico en contra de Costa Rica? ¿De cuántos embargos tenemos noticia en los últimos 100 años? ¿De cuántos terremotos, huracanes, tsunamis y sequías? Vea usted que ni siquiera si bajo un gobierno de Otón Solís este país diera un viraje estilo Hugo Chávez (a quien Otón ha criticado dura y correctamente) seríamos víctimas de un embargo. ¿Acaso Venezuela lo ha sido? ¿Chile, Argentina, Brasil, Uruguay, todos con sus nuevos gobiernos de nueva izquierda, han sido sometidos a un embargo?
Más aún, justamente el mayor riesgo está en que los agricultores se pongan a producir lo que el gobierno les dice, en vez de lo que es razonable producir (ya sea por sus conocimientos, o por que el consumidor lo demanda, o porque sus tierras son aptas para ello), máxime cuando es un gobierno que les va a crear señales confusas (tal como lo mencioné en el post, una política de soberanía alimentaria como la que define el programa del PAC permitiría a un agricultor sembrar uvas en el volcán Irazú). El costo al que usted se refiere de cambiar a los agricultores de cultivo o de trabajo, es mayor cuando el agricultor se ha dedicado a producir lo que el gobierno le dijo que produjera porque algún funcionario público tuvo la iluminación divina de ordenarlo desde un escritorio, que cuando se han dejado guiar más o menos por las señales del mercado.
Por último, esa inflexibilidad del PAC que usted menciona como virtud (“Ser estricto en el cumplimiento de las normas, por pequeñas que parezcan”) es lo que más me preocupa. No me malinterprete, yo no creo en el relativismo moral. Lo que pasa es que cuando un partido se obsesiona con los gastos en galletas, licor y viajes, es porque no tiene una buena perspectiva del bosque, de la situación macro. Porque esos gastos no representan ni el 1% del presupuesto nacional. El frío no está en las cobijas, y un gobierno que pretende crear nuevos ministerios, autoridad nacional del agua, comités y comisiones por todas partes, va a disparar el déficit fiscal a niveles insospechados, aún sin galletitas ni café.
Comparto la opinión de Rigo y de Víctor con respecto a los subsidios extranjeros, que sean los impuestos gringos los que benefician al consumidor tico me parece una genialidad. Además, mil por mil correcto Rigo: las condonaciones de deudas (y los miles de millones de colones que se van a las “corporaciones de fomento” agropecuario) son una manera velada de subsidiar a los agricultores. No necesitamos volver a los años en que el CNP compraba la cosecha nacional y dejaba que se pudriera en sus bodegas, aunque eso exactamente propone el PAC.
Con respecto a las PYMES, estoy con Víctor, me parecen un aspecto fundamental del desarrollo económico, y como lo dijeron por ahí, contribuyen a una mejor distribución de la riqueza. El error del planteamiento del PAC, y tal vez por ahí iba el comentario de Rigo, es que parece declararle la guerra a las grandes empresas. Yo si creo que el gobierno puede y debe fomentar las PYMES, pero eso no requiere eliminar las grandes empresas ni impedir o dificultar su trabajo. En todo caso, Rigo, y por si sos el Rigo que creo que sos, fijate que la plataforma libertaria también se basa en las PYMES. Cuando Otto Guevara habla de la gente pulseadora, cuando busca y obtiene el apoyo de taxistas piratas y de pequeños comerciantes agobiados por el exceso de trámites, cuando habla de simplificar y reducir la burocracia, ¿qué está haciendo sino reconociendo que esta gente pulseadora, pequeños empresarios que han logrado lo que tienen “a puro huevo”, son la base de la economía?
Debo admitir que no fui muy claro.
ResponderBorrarEfectivamente las PYMES tienen un rol básico en el desarrollo de cualquier nación. De hecho cuando escribía pensaba más en la propuesta del PAC de graduar una generación completa de productores de chayotes orgánicos y conductores de botes turísticos, mientras por otro lado desalientan a las grandes compañías y gravan zonas francas. (Y no quiero pensar en los profesionales que ya estamos graduando que quién sabe que harán cuando no entremos al TLC.)
El caso es no des-estimular negocios de ningún tipo; mas bién, dar libertades de producir y comercializar lo que mejor pueda a cualquier compañía o persona, eliminando trabas y requisitos estúpidos (solo los estúpidos), mejorando la eficiencia tributaria y financiera, y -por el amor de Dios- mejorando la infraestructura nacional (más general: calidad del gasto).
Ha, Dean. En mi última visita a LSCA los agentes de inmigración me reconocieron como amigo del presidente, por lo que no me pidieron papeles. Pero si, soy yo.
No me parece responsable siquiera emitir un comentario ya que me según mi criterio se parte de varias falacias y muy serias (me permito copiar algunas) por lo tanto no estaríamos partiendo de la realidad sino de la perspectiva de alguien que no es necesarimente cierta pero que quiere tomar como real.
ResponderBorrarYa varios comentarios han evidenciado la presencia de estos enunciados engañosos.
Además para ser un comentario de 3 páginas tiene más falacias de las que puedo soportar, algunos ej:
- .... los funcionarios públicos tienden a crear trámites engorrosos por dos motivos: para justificar su trabajo, y para crearse oportunidades de enriquecimiento.
- ... el gobierno puede y debe fomentar las PYMES, pero eso no requiere eliminar las grandes empresas ni impedir o dificultar su trabajo
PARA UD QUE ES IMPEDIR O DIFICULTAR EL TRABAJO DE LAS GRANDES EMPRESAS
- ...basar nuestra economía en la producción agrícola y las pymes no tiene mucho sentido en pleno año 2006
- ...si siguiéramos al pie de la letra el recetario del PAC durante cuatro años, los resultados no serían ni cercanos a los propuestos
CLARIVIDENTE Y TODO...
-...una visión de mundo donde Papá Estado se tiene que meter hasta con mi decisión de dónde comprar los frijoles para el gallo pinto. Y esa es la visión de mundo del PAC plasmada en su programa de gobierno.
TODO ES POR UN ESTADO SOLIDARIO DOND LA PRIORIDAD ES EL Q MENOS OPORTUNIDADES TIENE
-...La fórmula es muy simple: ausencia de propuestas para erradicar la corrupción + promoción indiscriminada de regulaciones = más corrupción
NO ES TAN SENCILLO COMO LAS SEUDO ENCUESTAS DE 2+2=4, HAY MUUUCHOS FACTORES MAS EN JUEGO
-... Lo que no se da cuenta el redactor de tanta belleza es que si todos los países aspiraran a sustentar la soberanía alimentaria, entonces no habría comercio en productos alimenticios.
AHH PQ EL PAIS PRODUZCA LA MAYORA PARTE DE LO Q SE COME SE ACABA EL COMERCIO... NO SABIA YO.
-...que se reducen a no creer en la capacidad de las personas para hacer bien sus escogencias, y por ende el PAC propone limitarlas porque un grupo de iluminados desde el Gobierno sabrá mejor que la ciudadanía lo que a ésta conviene
A TRAVÉS DEL DIALOGO, NO IMPOSICION QUE ES LO HEMOS VIVIDO HASTA HOY
-... equivale a obligar al ciudadano a consumir productos de inferior calidad a mayor precio. Porque si la importación es prohibida y la venta está garantizada, no faltará quien se le ocurra sembrar papas en Guanacaste, arroz en las laderas del volcán Poás, o uvas en las faldas del Irazú, al costo que sea y con la calidad que sea.
CLARIVIDENCIA NUEVAMENTE... INSISTO ES UN MODELO SOLIDARIO si yo puedo comprarte a vos las papas para ayudarte pq no tenes muchos recursos, lo hago, aunque me salgan más baratas las papas de la empresa canadiense q reporta miles de colones de gananacias al año.
-...justamente el mayor riesgo está en que los agricultores se pongan a producir lo que el gobierno les dice, en vez de lo que es razonable producir
Y EL DIALOGO??
- ... el Estado interviene en todo y dirige las decisiones del sector privado y de los ciudadanos como si ellos no fueran capaces de hacerlo por si sólos
COORDINACION Y DIRECCION PARA AYUDARLE AL QUE MENOS OPORTUNIDADES TIENE: MODELO SOLIDARIO
-...es citar a Oscar Arias, pero tiene mucha razón cuando dice que los estadistas no hacen promesas, asumen compromisos.
NO LO DICE OSCAR ARIAS, LO DIJO JBQ la agencia de publi
Anónimo, la verdad es que no tiene sentido la discusión con usted si me considera un irresponsable por emitir un comentario, y espero que en un eventual gobierno del PAC no haya tanta intolerancia hacia quienes tenemos opiniones distintas. Si no, para qué cararean tanto el diálogo?
ResponderBorrarY ya que hablo del diálogo, nada más quisiera preguntar qué diantres tiene que ver el diálogo con mi decisión de qué consumir y cuándo comprarlo o de qué producir. Es ese nivel de intervencionismo estatal el que me preocupa. El diálogo es para resolver problemas y buscar soluciones a situaciones que atañen a la sociedad como un todo. Papi Estado no tiene nada que hacer metiéndose a dirigir mis escogencias personales, porque eso es coartar mis libertades personales.
Saluditos,
Dean, dije q la irresponsabilidad sería mía al dar un comentario sobre su percepción (nunca suya) pues la considero llena de falacias y por lo tanto estaría hablando de algo que para mi no es real. La expresión de sus percepciones son su derecho inalienable, además soy yo quien ingreso a su página por lo tanto no estoy en la posición de reclamarle sus ideas, sino simplemente poner las mías.
ResponderBorrarY en cuanto a que tiene que ver el diálogo en relación a qué es lo que ud quiere consumir, pues en que sería bueno que dialogara aunqe sea un día cn los productores y agricultores para ver si luego de una conversación de esas no termina uno prefiriendo comprarle los chayotes al señor de la feria contribuyendo con alguien q no tiene las mismas oportunidades que uno, a que comprarlos en automercado para darle más plata a alguien que de por si la tiene. Lo que hace el Estado es ya que a muchos no les da la solidaridad y el corazón para hacerlo, tratar de ayudar a esos que viven sin las mismas comodidades q ud y yo. Le repito, es un modelo de desarrollo solidario.
Anónimo, le agradezco la aclaración y me disculpo entonces por haber malinterpretado sus palabras (e intenciones).
ResponderBorrarYo si creo en un Estado Solidario. En lo que no creo es en un Estado que se mete a decirle a uno lo que no tiene que decirle. Porque conozco casos en que agricultores se han metido a producir, por ejemplo, palmito, porque algún oficial del gobierno les dijo que se vende muy bien en Estados Unidos. Y después de que medio Guápiles se sembró de palmito, un par de años después, a la hora de la primera cosecha, el Estado no apareció por ninguna parte para ayudarles a colocar el producto en el mercado gringo, y tuvieron que terminar malbaratando el palmito en el mercado local.
Y no estoy diciendo que vender en el mercado local sea malo, lo que estoy diciendo es que esos pobres agricultores guapileños inundaron el mercado local con producto que no se suponía que se iba a vender aquí, con lo que los precios se fueron para abajo (como consumidor, eso me hace feliz, pero no cuando sucede por intervención estatal), y la mitad de Guápiles se quedó en la calle. Y este es un caso real, de muchos que hay.
Me parece bien que el Estado brinde asesoría al agricultor para, por ejemplo, tecnificar la producción para hacerla más eficiente y permitirle producir más o a un costo menor. Pero no me parece para nada aceptable que el Estado le diga qué producir y después le lleve a la quiebra, y que para salvarle la tanda después le cobren impuestos a todos los ticos, pero en especial a los más pobres, para que el CNP pueda comprar su producción que no pudo vender porque papá Estado lo embarcó en la primera mitad y lo dejó solo en la segunda.
Hay una diferencia entre Estado Solidario y Estado Intervencionista y Dirigista. Lo que el plan de gobierno del PAC dice desear es lo primero, lo que realmente propone es lo segundo.