Dos sondeos realizados entre el 27 y el 31 de enero, publicados el día de hoy por La Nación y Al Día respectivamente, revelan un importante cambio en las preferencias del electorado de cara a la votación de este domingo. El autor de estas líneas, que reconoce la falibilidad de las encuestas, continúa creyendo en ellas por razones que han sido explicadas abundantemente en anteriores artículos ("De encuestas, fraudes, y la falacia de composición", "A propósito de las encuestas"), por lo cual no profundizará en ellas. Quisiera, eso sí, aventurar algunos comentarios a la luz de los resultados de las encuestas publicadas el día de hoy.
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Mucha alharaca han hecho quienes han pretendido desvirtuar las anteriores encuestas – que daban un margen holgado a Oscar Arias y que, de haberse mantenido las preferencias según lo revelado por dichas encuestas, prácticamente descartaban la posibilidad de una segunda ronda – cuestionando la validez de las metodologías, la honradez de las empresas encuestadoras, y la sinceridad del costarricenses al responder. Supongo que el día de hoy estarán sintiendo cosquilleos en sus calzoncillos tratando de encontrar la excusa para salir a proclamar a los cuatro vientos la validez de las nuevas encuestas que dejan abiertas de par en par las puertas de la segunda ronda. Espero que sean congruentes con sus posiciones anteriores.
Higadito aparte, las nuevas encuestas demuestran una tendencia que también se dio en las elecciones de hace cuatro años: en las últimas semanas, el candidato del PLN cayó en picada, mientras que el PAC tenía un repunte sorprendente. Con la diferencia, nada despreciable, de que en aquel entonces el del PLN iba (y terminó) en segundo lugar, mientras que Otón Solís iba (y terminó) en tercer lugar, mientras que ahora el candidato del PLN (o de lo que queda de ese partido) va en primero y Solís en segundo. En el 2002 quedó la sensación de que si la campaña hubiera durado un par de semanas más, el PAC hubiera alcanzado el segundo lugar y el boleto a la segunda ronda. No me atrevo a conjeturar qué hubiera pasado en un enfrentamiento entre Abel Pacheco y Otón Solís, pero sospecho que la historia hubiera sido diferente. En el 2006, la pregunta es si al PAC le alcanzará el tiempo, ó si nuevamente será un caso de lo que en inglés llaman “too little, too late”, que en versión española podríamos traducir, no literalmente, como un caso de “la historia se repite”.
Según la encuesta de Unimer para La Nación, el apoyo a Oscar Arias cayó en siete puntos porcentuales en el tiempo transcurrido entre la anterior encuesta (efectuada entre el 15 y el 23 de enero) y la publicada el día de hoy (efectuada entre el 27 y el 31 de enero). Al mismo tiempo, el respaldo a Otón Solís subió en poco más de cinco puntos porcentuales. En el nuevo escenario, Oscar Arias obtendría un 42.6%, versus 31.5% para Otón Solís. Si las encuestas son correctas, la diferencia entre ambos candidatos se habría acortado de 23 puntos a 11 puntos porcentuales. Este es un cambio muy grande en un período de tiempo muy corto.
De acuerdo con la consulta de Demoscopía para Al Día (no fue una encuesta formal, sino una “votación experimental”), Oscar Arias habría perdido 2.5 puntos porcentuales con respecto a la anterior encuesta, mientras que Solís habría crecido en 1.9%., y el resultado sería 43% contra 26% a favor del primero. Antes de que se disparen a decir que estos resultados no concuerdan con los de Unimer (ni en términos absolutos para Solís, ni con respecto a la fortaleza de la tendencia decreciente de Arias), permítanme hacer un par de aclaraciones. En primer lugar, la anterior encuesta de Demoscopía se realizó entre el 16 y el 21 de enero, posiblemente antes del repunte que tuvo Arias según las encuestas publicadas el fin de semana recién pasado. Si a mediados de enero Arias estaba en 45.5% (Demoscopía), y hacia la tercer semana estaba en 49% (Unimer, CID-Gallup), pero a fin de mes había caído a 43% (Demoscopía, Unimer), entonces es lógico que Unimer (que hizo dos consultas más cercanas en tiempo) encontrara un desplome mayor que Demoscopía (que hizo sus consultas con más separación temporal). Como dicen, entre más alto, más fuerte es el golpe al caer. El segundo factor a considerar, y nada despreciable, es que la segunda consulta de Demoscopía fue una “votación experimental” y no una encuesta tradicional, y en razón de las diferentes metodologías, la comparación de cifras se debe de hacer con mucha cautela.
Lo más interesante de estos movimientos, en mi humilde opinión, es que de continuar la tendencia descubierta por estas nuevas encuestas en el tiempo transcurrido desde el 31 de enero (fecha en que se “cerraron” ambas), hasta el 5 de febrero, sería muy factible que ningún candidato alcanzara el 40% de los votos. Eso nos pondría de nuevo en una segunda ronda. En el fútbol nacional, pocas veces el campeón de Apertura repite en el Clausura. No se si se pueda hacer una analogía con la política.
Una cosa debería de estar clara, y es que los resultados de estas nuevas encuestas pueden provocar nuevas reacciones entre el electorado. Aunque a muchos les cueste creerlo, existe mucha gente que vota “estratégicamente”; es decir, gente cuya decisión depende de un cálculo de las posibilidades reales de ganar de cada candidato. Así las cosas, gente que tal vez estaba pensando votar anti-Arias pero no necesariamente por Otón Solís, podría cambiar su decisión y darle el apoyo “de último minuto” al PAC. Lo mismo podría suceder con gente que se iba a abstener de votar “porque ya todo estaba decidido e iban a ganar los mismos de siempre”. Otra posibilidad, muy real también, es que las nuevas cifras despierten a los pericos, que dejarían el triunfalismo de lado y saldrían a votar en masa. Es probable que se de una combinación de ambos efectos. Los resultados finales dependerán de qué tan fuerte se mantenga la tendencia decreciente de Oscar Arias, y de la organización de los partidos el día de las elecciones. Si fuera por lo primero, Dean CóRnito cree que esta paloma no se levanta ni con Viagra; si por lo segundo, lleva alguna ventaja el PLN. Habrá que esperar a los resultados finales para saber cuál pudo más.
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Mucha alharaca han hecho quienes han pretendido desvirtuar las anteriores encuestas – que daban un margen holgado a Oscar Arias y que, de haberse mantenido las preferencias según lo revelado por dichas encuestas, prácticamente descartaban la posibilidad de una segunda ronda – cuestionando la validez de las metodologías, la honradez de las empresas encuestadoras, y la sinceridad del costarricenses al responder. Supongo que el día de hoy estarán sintiendo cosquilleos en sus calzoncillos tratando de encontrar la excusa para salir a proclamar a los cuatro vientos la validez de las nuevas encuestas que dejan abiertas de par en par las puertas de la segunda ronda. Espero que sean congruentes con sus posiciones anteriores.
Higadito aparte, las nuevas encuestas demuestran una tendencia que también se dio en las elecciones de hace cuatro años: en las últimas semanas, el candidato del PLN cayó en picada, mientras que el PAC tenía un repunte sorprendente. Con la diferencia, nada despreciable, de que en aquel entonces el del PLN iba (y terminó) en segundo lugar, mientras que Otón Solís iba (y terminó) en tercer lugar, mientras que ahora el candidato del PLN (o de lo que queda de ese partido) va en primero y Solís en segundo. En el 2002 quedó la sensación de que si la campaña hubiera durado un par de semanas más, el PAC hubiera alcanzado el segundo lugar y el boleto a la segunda ronda. No me atrevo a conjeturar qué hubiera pasado en un enfrentamiento entre Abel Pacheco y Otón Solís, pero sospecho que la historia hubiera sido diferente. En el 2006, la pregunta es si al PAC le alcanzará el tiempo, ó si nuevamente será un caso de lo que en inglés llaman “too little, too late”, que en versión española podríamos traducir, no literalmente, como un caso de “la historia se repite”.
Según la encuesta de Unimer para La Nación, el apoyo a Oscar Arias cayó en siete puntos porcentuales en el tiempo transcurrido entre la anterior encuesta (efectuada entre el 15 y el 23 de enero) y la publicada el día de hoy (efectuada entre el 27 y el 31 de enero). Al mismo tiempo, el respaldo a Otón Solís subió en poco más de cinco puntos porcentuales. En el nuevo escenario, Oscar Arias obtendría un 42.6%, versus 31.5% para Otón Solís. Si las encuestas son correctas, la diferencia entre ambos candidatos se habría acortado de 23 puntos a 11 puntos porcentuales. Este es un cambio muy grande en un período de tiempo muy corto.
De acuerdo con la consulta de Demoscopía para Al Día (no fue una encuesta formal, sino una “votación experimental”), Oscar Arias habría perdido 2.5 puntos porcentuales con respecto a la anterior encuesta, mientras que Solís habría crecido en 1.9%., y el resultado sería 43% contra 26% a favor del primero. Antes de que se disparen a decir que estos resultados no concuerdan con los de Unimer (ni en términos absolutos para Solís, ni con respecto a la fortaleza de la tendencia decreciente de Arias), permítanme hacer un par de aclaraciones. En primer lugar, la anterior encuesta de Demoscopía se realizó entre el 16 y el 21 de enero, posiblemente antes del repunte que tuvo Arias según las encuestas publicadas el fin de semana recién pasado. Si a mediados de enero Arias estaba en 45.5% (Demoscopía), y hacia la tercer semana estaba en 49% (Unimer, CID-Gallup), pero a fin de mes había caído a 43% (Demoscopía, Unimer), entonces es lógico que Unimer (que hizo dos consultas más cercanas en tiempo) encontrara un desplome mayor que Demoscopía (que hizo sus consultas con más separación temporal). Como dicen, entre más alto, más fuerte es el golpe al caer. El segundo factor a considerar, y nada despreciable, es que la segunda consulta de Demoscopía fue una “votación experimental” y no una encuesta tradicional, y en razón de las diferentes metodologías, la comparación de cifras se debe de hacer con mucha cautela.
Lo más interesante de estos movimientos, en mi humilde opinión, es que de continuar la tendencia descubierta por estas nuevas encuestas en el tiempo transcurrido desde el 31 de enero (fecha en que se “cerraron” ambas), hasta el 5 de febrero, sería muy factible que ningún candidato alcanzara el 40% de los votos. Eso nos pondría de nuevo en una segunda ronda. En el fútbol nacional, pocas veces el campeón de Apertura repite en el Clausura. No se si se pueda hacer una analogía con la política.
Una cosa debería de estar clara, y es que los resultados de estas nuevas encuestas pueden provocar nuevas reacciones entre el electorado. Aunque a muchos les cueste creerlo, existe mucha gente que vota “estratégicamente”; es decir, gente cuya decisión depende de un cálculo de las posibilidades reales de ganar de cada candidato. Así las cosas, gente que tal vez estaba pensando votar anti-Arias pero no necesariamente por Otón Solís, podría cambiar su decisión y darle el apoyo “de último minuto” al PAC. Lo mismo podría suceder con gente que se iba a abstener de votar “porque ya todo estaba decidido e iban a ganar los mismos de siempre”. Otra posibilidad, muy real también, es que las nuevas cifras despierten a los pericos, que dejarían el triunfalismo de lado y saldrían a votar en masa. Es probable que se de una combinación de ambos efectos. Los resultados finales dependerán de qué tan fuerte se mantenga la tendencia decreciente de Oscar Arias, y de la organización de los partidos el día de las elecciones. Si fuera por lo primero, Dean CóRnito cree que esta paloma no se levanta ni con Viagra; si por lo segundo, lleva alguna ventaja el PLN. Habrá que esperar a los resultados finales para saber cuál pudo más.
creo que es importante hacer una diferencia: no es lo mismo poner en duda la validez de una encuesta -como instrumento-, su credibilidad o su pertinencia, que cuestionar la forma en que se interprentan y utilizan los datos, por parte de los diferentes medios de comunicación.
ResponderBorrarpor mi parte, siempre me ha apasionado la estadística, desde afuerita, y las encuestas me merecen respecto por cuanto las considero instrumentos útiles y confiables bajo determinadas circunstancias idóneas.
sin embargo, con sus resultados se pueden hacer mil cosas, y desde un titular, se interpreta la información de una u otra forma, alterando notablemente la percepción que, de ese instumento, tendrá el lector final... o el elector.
eso si que es procupante.
personalmente, creo tanto en las encuestas anteriores, como en estas dos recientes. pero también creo que costa rica atraviesa una coyuntura socio-política que simplemente no se puede medir con matemáticas, quizá -acaso- se podría vislumbrar desde una perspectiva sociológica.
todo ese contexto pesará este domingo sobre cada ciudadano, y ahí, donde no tiene que responderle nada a nadie, es donde se va a decidir todo.
interesante no, será un domingo apasionante.
Xtian, sobre eso que decís de cómo manipulan algunos medios de información los resultados de las encuestas con objetivos espúreos, escribí un post en agosto del año pasado que te recomiendo leer: A propósito de las encuestas. Por lo que escribiste en tu comentario, me parece que opinamos bastante parecido al respecto.
ResponderBorrarDomingo interesante y apasionante, sin lugar a dudas. Y eso que no juega el Monstruo, jejeje.
Hace rato que no opino por acá, pero es interesante de como los medios de comunicación y los resultados maravillosos de las encuestas cambian muchas cosas.
ResponderBorrarEste será un domingo interesante, igual, hay que pensar que según las escuentas (si es que fueran un porcentaje representativo de la población) que hace teletica dice que mucha gente quebrará el voto...
Qué irá a pasar!!!
Este Lunes, acá tendremos mucho de que leer!
Hace tres semanas diagnostiqué que La Nación estaba buscando la segunda ronda por intereses comerciales y político-económicos. Si leemos las ediciones de este periódico en ese periódo de tiempo veremos cómo Ottón ha sido mucho más vituperado por el diario que Arias. La crítica ácida, mordaz y parcial de la plaza pública del domingo en La Nación fue una señal más, dado que sirvió al PAC para pagar una página completa al día siguiente resaltando los titulares y la delirante columna que acompañaba el artículo.
ResponderBorrarAnoche Telenoticias se unió, como venía haciendo desde la semana pasada, a la fiesta anti-Arias y realizó un reportaje en el que daba por casi segura una segunda vuelta.
Curiosamente hace un mes con Arias en el 41% nadie hablaba de 2ª ronda. Hoy con el 42% se apunta "por primera vez".
Por eso La Nación y Telenoticias, ni cuando están a favor, ni cuando están en contra. Son pura basura.
Saludos.