Hay gente que con tal de ver su nombre en algún periódico de relativa importancia se deja escribir lo primero que se le atraviese por la mente, sin reflexionarlo. Tal es el caso del politólogo Alberto Cortés Ramos, en la sección Contrapunto de El Financiero, edición N° 670, del 2 de junio de 2008 (página 43).
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Asegura don Alberto que “con la apertura de telecomunicaciones culminan 20 años de desmantelamiento del Estado de bienestar…”. La afirmación, si bien discrepamos de ella, es merecedora de una sana discusión. Lamentablemente, los argumentos presentados por este señor Cortés son en el mejor de los casos incoherentes.
Dice para empezar que la apertura no se hizo antes porque había fuerte oposición ciudadana fundamentada en la sospecha de “grandes intereses económicos y corrupción”. Esta apreciación es muy probablemente correcta. Lo que no es correcto es mencionar en la misma frase, como lo hace el Sr. Cortés, el caso de Alcatel, como si los hechos denunciados (y aún no probados, por incompetencia de la Fiscalía General) fueran resultado de la apertura. La corrupción detectada en el ICE hasta la fecha es producto del modelo de proveedor único vigente en el país desde hace muchas décadas, y no de una apertura que aún NO SE HA DADO. Alcatel, una empresa francesa, es un proveedor más del ICE, como los muchos que siempre han existido desde las épocas de las catacumbas socializantes de nuestro “Estado benefactor”. ¿O es que acaso alguien cree que el ICE produce turbinas para la generación hidroeléctrica, motores para la generación termoeléctrica, centrales telefónicas, o antenas de telefonía celular? El ICE tiene y ha tenido toda la vida proveedores externos, y al poseer un mercado cautivo por su posición monopolística en Costa Rica, es blanco muy atractivo de ofertas “no tradicionales” de los potenciales proveedores que no tienen otra manera de ingresar al mercado.
El Sr. Cortés pasa a presentar algunos ejemplos de lo que según él es el “fracaso del modelo” aperturista. En primer lugar, hace referencia a un tema obligado y puesto de moda por el manual del nuevo “progre” sigloveintiunero: la crisis alimentaria. Yo me pregunto, al igual que Julio Rodríguez en su columna de hoy en La Nación, ¿cómo es que en 20 años de “desmantelamiento del Estado de bienestar” nunca habíamos tenido una crisis alimentaria, y cómo es que la última gran crisis de esa naturaleza sucedió hace más de 30 años, sin neoliberalismo ni aperturismo?
El segundo ejemplo en la lista de don Alberto Cortés es la “apertura del sector energético”. Dice que “aumentó la dependencia del petróleo en un contexto de alza”. Hay que reconocer que fue un error permitir la importación de petróleo cuando nuestro país era autosuficiente en la producción y posterior refinación de crudo gracias a nuestro monopolio estatal RECOPE. No sé en qué momento se nos ocurrió compartir nuestros depósitos de petróleo con las empresas extranjeras como BP, Amoco, y las demás que extraen el crudo de nuestro subsuelo. Realmente lamentable.
Realmente lamentable resulta que alguien pretenda culpar al modelo de apertura económica de la dependencia del petróleo, cuando a estas alturas del siglo XXI la humanidad no ha logrado desarrollar un sustituto viable. ¿O es que mejor hubiera sido imponer medidas draconianas como prohibir la importación de carros e impedir el desarrollo económico, con tal de no depender de un malvado producto extranjero?
Otra afirmación falaz del Sr. Cortés es que con la apertura en telecomunicaciones “se obliga la ICE a eliminar el subsidio cruzado que permitió que las actividades más rentables y los sectores con mayor capacidad subsidiarán [sic] a las actividades menos rentables”. Uno esperaría que un politólogo como don Alberto, con sus 42 años a cuestas, estuviera un poquito más enterado del acontecer nacional. Porque resulta que el subsidio cruzado del que habla don Alberto no fue eliminado ni por la apertura comercial ni por el TLC con Estados Unidos, sino por la ley que creó a la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos, Ley de la República N° 7593, que data de 1996, hace doce años, al establecer el principio del servicio al costo, mediante el cual únicamente aquellos costos incurridos en la producción y comercialización del servicio regulado pueden ser trasladados a las tarifas. El artículo 32 de la citada ley lo dice expresamente:
“No se aceptarán costos de las empresas reguladas:
a. […]
b. Las erogaciones innecesarias o ajenas a la prestación del servicio público.
c. Las contribuciones, los gastos, las inversiones y deudas incurridas por actividades ajenas a la administración, la operación o el mantenimiento de la actividad regulada.
Parece que ya se está haciendo costumbre en los círculos más recalcitrantes del NO achacar las culpas de todos los males – reales o percibidos – al TLC y a la apertura comercial. Lástima que al hacerlo no consideren las realidades cronológicas que refutan sus cansinas y sesgadas afirmaciones.
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Asegura don Alberto que “con la apertura de telecomunicaciones culminan 20 años de desmantelamiento del Estado de bienestar…”. La afirmación, si bien discrepamos de ella, es merecedora de una sana discusión. Lamentablemente, los argumentos presentados por este señor Cortés son en el mejor de los casos incoherentes.
Dice para empezar que la apertura no se hizo antes porque había fuerte oposición ciudadana fundamentada en la sospecha de “grandes intereses económicos y corrupción”. Esta apreciación es muy probablemente correcta. Lo que no es correcto es mencionar en la misma frase, como lo hace el Sr. Cortés, el caso de Alcatel, como si los hechos denunciados (y aún no probados, por incompetencia de la Fiscalía General) fueran resultado de la apertura. La corrupción detectada en el ICE hasta la fecha es producto del modelo de proveedor único vigente en el país desde hace muchas décadas, y no de una apertura que aún NO SE HA DADO. Alcatel, una empresa francesa, es un proveedor más del ICE, como los muchos que siempre han existido desde las épocas de las catacumbas socializantes de nuestro “Estado benefactor”. ¿O es que acaso alguien cree que el ICE produce turbinas para la generación hidroeléctrica, motores para la generación termoeléctrica, centrales telefónicas, o antenas de telefonía celular? El ICE tiene y ha tenido toda la vida proveedores externos, y al poseer un mercado cautivo por su posición monopolística en Costa Rica, es blanco muy atractivo de ofertas “no tradicionales” de los potenciales proveedores que no tienen otra manera de ingresar al mercado.
El Sr. Cortés pasa a presentar algunos ejemplos de lo que según él es el “fracaso del modelo” aperturista. En primer lugar, hace referencia a un tema obligado y puesto de moda por el manual del nuevo “progre” sigloveintiunero: la crisis alimentaria. Yo me pregunto, al igual que Julio Rodríguez en su columna de hoy en La Nación, ¿cómo es que en 20 años de “desmantelamiento del Estado de bienestar” nunca habíamos tenido una crisis alimentaria, y cómo es que la última gran crisis de esa naturaleza sucedió hace más de 30 años, sin neoliberalismo ni aperturismo?
El segundo ejemplo en la lista de don Alberto Cortés es la “apertura del sector energético”. Dice que “aumentó la dependencia del petróleo en un contexto de alza”. Hay que reconocer que fue un error permitir la importación de petróleo cuando nuestro país era autosuficiente en la producción y posterior refinación de crudo gracias a nuestro monopolio estatal RECOPE. No sé en qué momento se nos ocurrió compartir nuestros depósitos de petróleo con las empresas extranjeras como BP, Amoco, y las demás que extraen el crudo de nuestro subsuelo. Realmente lamentable.
Realmente lamentable resulta que alguien pretenda culpar al modelo de apertura económica de la dependencia del petróleo, cuando a estas alturas del siglo XXI la humanidad no ha logrado desarrollar un sustituto viable. ¿O es que mejor hubiera sido imponer medidas draconianas como prohibir la importación de carros e impedir el desarrollo económico, con tal de no depender de un malvado producto extranjero?
Otra afirmación falaz del Sr. Cortés es que con la apertura en telecomunicaciones “se obliga la ICE a eliminar el subsidio cruzado que permitió que las actividades más rentables y los sectores con mayor capacidad subsidiarán [sic] a las actividades menos rentables”. Uno esperaría que un politólogo como don Alberto, con sus 42 años a cuestas, estuviera un poquito más enterado del acontecer nacional. Porque resulta que el subsidio cruzado del que habla don Alberto no fue eliminado ni por la apertura comercial ni por el TLC con Estados Unidos, sino por la ley que creó a la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos, Ley de la República N° 7593, que data de 1996, hace doce años, al establecer el principio del servicio al costo, mediante el cual únicamente aquellos costos incurridos en la producción y comercialización del servicio regulado pueden ser trasladados a las tarifas. El artículo 32 de la citada ley lo dice expresamente:
“No se aceptarán costos de las empresas reguladas:
a. […]
b. Las erogaciones innecesarias o ajenas a la prestación del servicio público.
c. Las contribuciones, los gastos, las inversiones y deudas incurridas por actividades ajenas a la administración, la operación o el mantenimiento de la actividad regulada.
Parece que ya se está haciendo costumbre en los círculos más recalcitrantes del NO achacar las culpas de todos los males – reales o percibidos – al TLC y a la apertura comercial. Lástima que al hacerlo no consideren las realidades cronológicas que refutan sus cansinas y sesgadas afirmaciones.
Qué lástima que se desaprovechen esos espacios para hacer el rídiculo y no para ofrecer argumentos válidos, que personalmente, creo que los hay.
ResponderBorrarWow, y ese es un politólogo...
ResponderBorrarQUE BUEN POST
ResponderBorrarEs muy fácil tratar de engañar gente, poniendo títulos que hagan parecer que se conoce de un tema. El problema no es que mientan, sino que la mayoría de la gente que lee, por la falta de conocimiento del tema, terminan creyendoles..
ResponderBorrarBuen post Dean..
Tuanis
Muchas gracias a todos por sus comentarios.
ResponderBorrarSole, curiosamente usé esa misma frase en un borrador inicial (desaprovechar los espacios para hacer el ridículo), pero luego decidí ser a bit more polite. ¿Lo podés creer de mi?
Terox, es que en este país cualquiera saca un título como sacar un muñequito de una caja de Confléis...
Bienvenido don Alejandro; esperamos seguir viéndolo por aquí, y ojalá aportando como sabemos usted puede hacerlo.
H3dicho, ese es un problema seriesísimo. En las escuelas no enseñan a a gente a ser crítica, a formar su propia opinión, y como resultado la gente se termina creyendo cualquier babosada que vea escrita. Yo vivo enseñando a mis hijos a no creer todo lo que leen, y hasta he tenido la paciencia de buscar entradas incorrectas en Wikipedia para ilustrarles la importancia de siempre leer las cosas, como dicen en inglés, con un granito de sal...
Dean, pero a mí me cuadra mucho Wiki. Es rápido y fácil de usar, y como es pública, es de esperar que se corrija sola, más temprano que tarde... ¿Ud la ve muy "pulguienta"?
ResponderBorrarWiki es rápido y fácil de usar, y ese es el gran atractivo, pero justamente porque es público y cualquier patas vueltas puede meter o modificar una entrada, es que hay que tenerle mucho cuidado. No te puedo decir que esté muy pulguienta la enciclopedia, porque de los centenares de miles de entradas habré visto en mi vida 100. Lo que si te puedo decir es que en temas que rayan en lo ideológico o hasta en lo político/pasional, las entradas cambian demasiado frecuentemente por parte de gente con agendas políticas a quienes no interesa que prevalezca LA verdad sino SU verdad.
ResponderBorrarAh, si, eso es cierto. Por ejemplo la entrada de Chemita, parece que él mismo la escribió, jajaja. Ahora, muchas veces hay advertencias que el contenido tal o cual ha sido objetado por subjetivo o algo así...
ResponderBorrarMe parece que sería conveniente que dejaran que el propio Alberto Cortés se defendiera.
ResponderBorrarYo no tengo argumentos para defender o atacar a Cortés o pues no tengo disponible el texto original, sobre el cual evaluar sus aciertos o desaciertos.
Lo que si me parece terrible, es que se le esté aplicando el "argumento del muñeco de paja"(straw man argument). Es decir, lo que se está atacando no es a Alberto Cortés, sino a la caricatura de Alberto Cortés. En tanto la temática tiene muchas aristas como para reducirla a la caricatura que aquí se hace, considero conveniente comunicarse con el señor Cortés, y pedirle un debate público de sus ideas, que puede hacerse en las instalaciones de la UCR, por ejemplo. Considero conveniente una discusión cara a cara, pues les dará la posibilidad de evitar estas argumentaciones de caricatura.
Sí pude leer las siempre bufonescas columnas de Julio Rodríguez y por fin he podido leer algo en lo que estoy 100% de acuerdo. Al inicio de la columna aquí mencionada, Rodríguez dice: "trato de entender, pese a mis escasas luces". De verdad que estoy de acuerdo, más que escasas son esasisimas sus luces, que son más bien tinieblas que pretenden ser intelectuales. Y la prueba más evidente es que este individuo, es incapaz de entender lo particular de la situación económica actual. No se trata de una crisis alimentaria a secas, se trata de peor crisis de las materias primas de la historia, de los precios inéditos del petróleo. Asimismo, se quedó perdido en las las trasnochadas reyertas de la guerra fría, pues tanto las autoridades políticas de Washington, neoconservadores como Fukuyama y el padre ideológico de neoliberlalismo como Friedman han reconocido sus lamentables errores. En contracorriente a lo que está sucediendo en el mundo, Costa Rica entra tarde en un TLC con EE.UU., que ha demostrado ser la economía "desarrollada" más ineficiente y desastrosa del mundo. Y a los hechos me remito. La economía estaudinense se encuentra en la peor estanflación de su historia como lo han recocido algunos de sus grandes sustentadores como G. Soros y Warren Buffet (-más confiables que bufón de Julio Rodríguez-. Se estima en cerca de un billón de dólares las pérdidas(FMI), aunando a una guerra más cara que la segunda guerra mundial(-de tres a cinco billones de dólares y pagada más de una tercera parte con deuda externa-), la quiebra del sistema financiero, una deuda inmobiliaria a través de las hipotecas que se ha triplicado en los últimos diez años (US$ 12 billones), la mayor deuda comercial de la historia y déficit fiscal escandaloso (U$ 400.000 millones), con una inflación imparable (-el barril de crudo va camino a los U$ 200 que predijo Hugo Chávez y esto es culpa, no por aumento de la demanda(-se cae la principal tesis que sustentan los ideólogos del libre mercado-) de los capitales especulativos que encontraron libre licencia para entrar en Costa Rica con el TLC-), la caída en picada del dólar(-si los chinos deciden no invertir más en títulos y bonos chatarra del tesoro de EE.UU., se desploma de una vez por todas como patrón mundial de divisas y se desploman grandes sectores de su economía, por no decir todos-), un desempleo que si sigue el ritmo actual, podrá llegar a más de un millón de personas desempleadas, solo en el 2008, la eventual quiebra de múltiples municipios, esto ante las disminución de ingresos que se da ante la disminución récord de los precios en las casas y esto a su vez ante la crisis hipotecaria y en general una economía blanda que tiene en picada incluso a las grandes corporaciones oligopólicas que han controlado el mundo.
La crisis alimentaria, es producto del capitalismo especulativo, que es la superlativa expresión de las leyes del libre mercado(-sus políticas especulativas son totalmente legales-). Se trata de una nueva burbuja de los "commodities" que cuando estalle habrá llevado a millones a la miseria y habrá matado millones de niños de hambre alrededor del mundo, propiciada por el estallido de la burbuja inmobiliaria y propiciada por el estallido de la burbuja punto-com.
Así que ojalá que los nuevos suplidores privados de electricidad, a partir de la "apertura" del ICE, le puedan hacer llegar la energía suficiente para que a Julio Rodríguez alguna vez en su vida le lleguen las luces.
Anónimo: este es un foro abierto donde cualquiera puede venir a opinar cuando así lo quiera, y de la manera que considere conveniente. Esta definición incluye a don Alberto Cortés, quien es colega bloguero (además de otros títulos que ostenta), y conoce la dinámica de estas cosas. Por eso enlazamos su blog en nuestro artículo, que es la manera de seguirse el rastro entre blogueros. Los debates en la UCR quedarán para otros, ya que este autor no siente ninguna inclinación por figurar públicamente.
ResponderBorrarCon respecto a su opinión de Julio Rodríguez, ¿por qué no lo invita a un debate público? Digo, en este rincón cibernético no somos "fans" de don Julio ni somos sus defensores. Es más, casi nunca lo citamos, porque nos cuesta estar de acuerdo con él. Este no es el lugar para venir a echarse un pleito con el Sr. Rodríguez que, sospecho, ni siquiera sabe de nuestra existencia.
Por último, con respecto a sus opiniones, como es evidente de la lectura de este blog, pues estamos en casi total desacuerdo, pero se las respeto. Únicamente quiero referirme a la afirmación con que arranca su penúltimo párrafo: "La crisis alimentaria, es producto del capitalismo especulativo, que es la superlativa expresión de las leyes del libre mercado". Es extraño entonces que en países socialistas hayan sufrido en diferentes épocas crisis alimentarias, incluyendo a Cuba en la década anterior, cuando surgieron reportes de que el pueblo comía hasta pasto y hierbas que encontraran creciendo de forma silvestre, lo cual produjo por un tiempo severos problemas de malnutrición. No señor, las crisis alimentarias, que desgraciadamente son periódicas, son fenómenos muy complejos como para reducirlos a dos líneas de retórica ideológica.
En todo caso, muchas gracias por su aporte.