Iba hoy para mi reunión de los segundos martes de cada mes, con un cliente que pasa de viaje las otras 3 semanas, cuando me topé con una hermosura de obra pública y una imagen de esas que valen más que mil palabras. Aprovechando la presa causada por la obra, saqué mi celular y pude tomar una única foto de la evidencia del crimen (ver abajo) antes de que el carro de atrás me hiciera recordar la profesión de mi madre.
Yo no soy ingeniero ni nada que se le asemeje, pero he leído, visto y contratado lo suficiente para saber que al construir una calle, se abre una “gaveta” en el suelo, se ponen varias capas de distintos materiales (lo que generalmente llaman base y sub-base), y por último se pone la carpeta asfáltica o superficie de rodamiento. El grosor de cada una de esas capas, y el tipo de materiales a utilizar, depende de varios factores, tales como la calidad del suelo subyacente y la cantidad, tipo y peso del tránsito esperado en la vía. Las capas que uno no ve – la base, sub-base y quién sabe si hay otras – se diseñan para que la carretera reúna las condiciones necesarias para soportar el tránsito. Es decir, se sustituye el suelo natural por otros materiales que le darán a la vía la rigidez, flexibilidad, capacidad de drenado y soporte necesarios.
En la obra en cuestión – la sustitución de alguna tubería – resulta evidente que a la hora de reparar la calle, lo único que los constructores están haciendo es reponer la superficie de rodamiento o carpeta asfáltica. A simple vista, se nota que el hueco lo rellenaron con tierra, y el asfalto lo están poniendo encima de ella. Es de esperar que después de que pasen por ahí un par de buses cargados hasta la carameduele o algunos camiones de carga pesada, la tierra se compacte y el asfalto se hunda. Alternativamente, apenas empiecen las lluvias en un par de semanas, el agua que se filtre provocará el lavado de la tierra subyacente y el consecuente hundimiento del asfalto.
En la foto (hacer click para agrandar) se puede observar cómo la nueva carpeta asfáltica tiene un grosor variable, dependiendo de las deformidades de la tierra con que rellenaron el hueco. No creo que esa sea la mejor técnica constructiva, pero tal vez algún ingeniero civil nos pueda iluminar con un comentario inteligente. También se puede notar, y esto es lo más importante, cómo en la parte donde todavía no han colocado asfalto hay dos franjas: una, donde está parado un obrero con chaleco y una pala, de color gris probablemente de algún tipo de lastre que compone la base de la calle, y otra franja un poco más oscura y profunda, donde cavaron el hueco para sacar la tubería. Esta segunda franja es de color café, y evidencia la presencia de tierra. Es posible que el hueco haya sido rellenado con el mismo material que salió de él. El problema es que cuando se saca lastre y tierra (las tuberías usualmente van por debajo de la estructura de la calle, por lo que necesariamente sale tierra) y luego se echa todo junto para rellenar, el lastre se contamina y pierde las características físicas que lo hacen ideal para usar en la base de una calle.
Costa Rica no es el único país del mundo donde de vez en cuando resulta necesario romper una calle para arreglar algo de lo que yace debajo de su estructura. Pero con trabajos de esta naturaleza, no es de extrañar que seamos de los pocos donde las reparaciones duran menos que los trabajos realizados.
Yo no soy ingeniero ni nada que se le asemeje, pero he leído, visto y contratado lo suficiente para saber que al construir una calle, se abre una “gaveta” en el suelo, se ponen varias capas de distintos materiales (lo que generalmente llaman base y sub-base), y por último se pone la carpeta asfáltica o superficie de rodamiento. El grosor de cada una de esas capas, y el tipo de materiales a utilizar, depende de varios factores, tales como la calidad del suelo subyacente y la cantidad, tipo y peso del tránsito esperado en la vía. Las capas que uno no ve – la base, sub-base y quién sabe si hay otras – se diseñan para que la carretera reúna las condiciones necesarias para soportar el tránsito. Es decir, se sustituye el suelo natural por otros materiales que le darán a la vía la rigidez, flexibilidad, capacidad de drenado y soporte necesarios.
En la obra en cuestión – la sustitución de alguna tubería – resulta evidente que a la hora de reparar la calle, lo único que los constructores están haciendo es reponer la superficie de rodamiento o carpeta asfáltica. A simple vista, se nota que el hueco lo rellenaron con tierra, y el asfalto lo están poniendo encima de ella. Es de esperar que después de que pasen por ahí un par de buses cargados hasta la carameduele o algunos camiones de carga pesada, la tierra se compacte y el asfalto se hunda. Alternativamente, apenas empiecen las lluvias en un par de semanas, el agua que se filtre provocará el lavado de la tierra subyacente y el consecuente hundimiento del asfalto.
En la foto (hacer click para agrandar) se puede observar cómo la nueva carpeta asfáltica tiene un grosor variable, dependiendo de las deformidades de la tierra con que rellenaron el hueco. No creo que esa sea la mejor técnica constructiva, pero tal vez algún ingeniero civil nos pueda iluminar con un comentario inteligente. También se puede notar, y esto es lo más importante, cómo en la parte donde todavía no han colocado asfalto hay dos franjas: una, donde está parado un obrero con chaleco y una pala, de color gris probablemente de algún tipo de lastre que compone la base de la calle, y otra franja un poco más oscura y profunda, donde cavaron el hueco para sacar la tubería. Esta segunda franja es de color café, y evidencia la presencia de tierra. Es posible que el hueco haya sido rellenado con el mismo material que salió de él. El problema es que cuando se saca lastre y tierra (las tuberías usualmente van por debajo de la estructura de la calle, por lo que necesariamente sale tierra) y luego se echa todo junto para rellenar, el lastre se contamina y pierde las características físicas que lo hacen ideal para usar en la base de una calle.
Costa Rica no es el único país del mundo donde de vez en cuando resulta necesario romper una calle para arreglar algo de lo que yace debajo de su estructura. Pero con trabajos de esta naturaleza, no es de extrañar que seamos de los pocos donde las reparaciones duran menos que los trabajos realizados.
En la reciente cosntruida carretera de Moravia a Coronado han hecho un sin fin de huecos y en cada uno de ellos esa ha sido la tecnica, tire la tierra, pavimente y jale como si fuera el entierro de un tio... Creo que la carretera no tiene ni 4 años y es basicamente una montaña rusa llena de subidas y bajadas. Todo por ahorrarse unos cuantos milloncitos aca y alla y repartirlos por ahi y aca.
ResponderBorrarEl "ahorro" es un decir, se lo ahorran (¿roban?) en el corto plazo, y en el largo plazo la calle se deteriora más rápido y termina saliendo más caro a la sociedad...
ResponderBorrar¿Qué andabas haciendo por La Alondra (por cierto, que antes tenía otro nombre)?
ResponderBorrarEl pie de foto podría decir "lo barato sale caro". Sería interesante que CONAVI o alguien se inventara algo para cobrarle al que metió el tubo los costos de reparación, apenas aparezca el hueco... hubiera sugerido un inspector de obra (nombrado por CONAVI) pero de antemano se imagina uno el chorizo, las mordidas, y demás yerbas... el otro día comentaba con mi tata que el objetivo principal de los empleados gubernamentales es evitar exponerse a que lo acusen de algo... si nada funciona y/o sale carísimo, es irrelevante, mientras se cumplan los procedimientos...
¿Qué es La Alondra? Tal vez si me decís el nombre de antes... porque me agarraste en curva.
ResponderBorrarEvidentemente tu tata conoce bien a los funcionarios públicos, porque esa es una de las definiciones más acertdadas que he leído de su actitud hacia su trabajo!!!
Diay, ese es el barrio... suena mejor que "chile'e perro"... esa foto la tomaste unos 100 metros al oeste del Colegio de Farmaceuticos...
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