Con el debido respeto a un merecido y digno campeón, y guardando las evidentísimas distancias, Costa Rica es a CONCACAF lo que España es a la UEFA. Es el equipo que, sin ser necesariamente peor que los demás, y muchas veces es mejor que sus competidores, rara vez llega a maximizar su potencial por cuestiones que más tienen que ver con la psicología y con la sociología que con el futbol. En esta Eurocopa España logró sacudirse todos sus complejos, jugando mejor que todos los demás, ganando merecidamente a todos sus rivales, ganando en la “fecha fatídica” del 22 de junio su pase a la semifinal, y superando ampliamente en la final, en calidad y volumen de juego aunque no en el marcador, al gigante teutón experto justamente en jugar finales. El futbol de Costa Rica podría aprender mucho de esta gesta española.
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El problema de España antes de esta Eurocopa ha sido que ni sus jugadores, ni sus técnicos, ni sus dirigentes se la han creído cuando han tenido la oportunidad de trascender. Conocida como la selección incapaz de superar los cuartos de final (en Mundiales y Eurocopas por igual), en ocasiones España perdió superando en calidad de juego a sus rivales porque a sus jugadores se los comían los nervios; en otras ocasiones perdió por presentarse a jugar con un esquema de juego defensivo poco natural a sus jugadores y ante equipos a los que podría superar jugando de tú a tú, y suponemos que en ocasiones fue simplemente por falta de suerte o porque fue superada en buena lid por sus rivales de turno. De una u otra manera, España no lograba superar esa barrera de los cuartos de final, como Costa Rica no ha logrado superar el techo de la segunda ronda de un Mundial.
Hace cuatro años España escogió como Seleccionador a un entrenador con más de 30 años de experiencia y exitosa trayectoria con algunos de los mejores equipos de la primera división española, ganando un trofeo de Liga, cuatro Copas del Rey, una Super Copa española, y una Copa Intercontinental (precursor del Mundial de Clubes). Un tipo tosco y polémico, con un estilo poco común, pero de quien nadie podía cuestionar sus conocimientos futbolísticos. En el Mundial de Alemania 2006 España fue eliminada en octavos de final, lo cual constituyó un fracaso para ese país. Sin embargo la federación española, entendiendo que dos años no eran suficientes para evaluar los resultados de un proceso, no se apuró a despedir al entrenador. Éste, más bien, reconociendo el fracaso, hizo una “limpia” en la selección, no volviendo a convocar a veteranos consagrados del calibre de Raúl González, el goleador indiscutible de la Selección y del Real Madrid, e iniciando una nueva fase con jugadores jóvenes que van a rendir sus frutos por muchos años más. Son muchos los que criticaron a Luis Aragonés por estas decisiones, pero hoy en la final de la Eurocopa demostró saber más que la bola de "periodistas" deportivos, blogueros “profesionales” y aficionados "expertos" que en diferentes momentos han pedido su cabeza.
¿Qué tiene que ver todo esto con Costa Rica? La respuesta corta: TODO. Costa Rica no es España, pero Estados Unidos no es Italia ni México es Alemania. Jugador por jugador, en general España no es peor que Alemania o Italia. Jugador por jugador, en general Costa Rica no es peor que México o Estados Unidos. Pero como conjunto, España, al igual que Costa Rica, es el que siempre quedaba en el camino. España ha llegado a un montón de Mundiales, por mérito propio, pero también porque Europa, por la indiscutible calidad de su futbol, tiene un montón de cupos asegurados para los Mundiales. Si Europa tuviera, como CONCACAF, 2 ó 3 cupos para cada mundial, no serían muchas las ocasiones en que España habría llegado. Costa Rica llegó a su primer mundial sólo cuando México fue castigado por hacer chanchullo con las edades de jugadores en algún campeonato de ligas menores. Y ha llegado a los últimos dos mundiales porque creció el número de cupos para la CONCACAF de dos a tres.
Al igual que España en Europa, Costa Rica es el equipo que llegada la hora de la verdad, no se tiene confianza y sale a jugar con planteamientos ultradefensivos o especulativos que ni siquiera han practicado y mucho menos le resultan naturales a los jugadores. Al igual que España antes de hoy, Costa Rica es la selección que se amilana ante ciertas camisetas, sin importar si el momento futbolístico les favorece y les da para jugar de forma más agresiva.
Desde el fracaso que sufrimos en el campeonato de Alemania 2006, he abogado en este blog por la reconformación de nuestra selección nacional con jugadores jóvenes, muchos de los cuales tienen valiosas experiencias en Copa Sudamericana, Campeonato Mundial de Clubes, campeonatos mundiales de futbol en varios niveles (no solo el mayor), y en equipos extranjeros que si bien no son Liverpool ni Real Madrid, al menos les permiten un roce internacional con un nivel de exigencia superior al del insulso torneo local. A eso he agregado tres elementos: contratar un entrenador de probada trayectoria y experiencia internacional, dejarlo hacer un proceso de largo plazo, sin estresarnos innecesariamente por los resultados en el corto plazo, y conseguirle fogueos en cantidad y calidad tales que exijan a la selección y le permitan hacer conjunto y absorber el esquema táctico que el entrenador pretenda.
Luego de quedar descalificados en primera ronda en Alemania, y antes del último partido de la Selección (contra Polonia), deseé que en ese partido de despedida se diera oportunidad a los jugadores jóvenes que fueron a Alemania de vacaciones, porque prácticamente no habían sido utilizados. Guimaraes, sabiendo que tenía los días contados en su puesto, prefirió dar la oportunidad a los vejestorios de despedirse de la afición. Si hubiese tenido la seguridad de que podría desarrollar un proceso, quizá hubiera tenido más valor para poner a jugar a los jóvenes que representaban el futuro de la selección, como lo hizo Aragonés una vez reconocido el fracaso en ese mismo Mundial.
Posteriormente contratamos a un entrenador inexperto, supuestamente para hacer proceso y llevar a Costa Rica al Mundial de Suráfrica, pero ahora se le despidió después de haber superado con éxito (aunque con mal futbol) la primera etapa de la eliminatoria. Si en Alemania cambiaran de técnico cada vez que el equipo jugaba feo, nunca hubieran sido campeones mundilaes. Pero en nuestro país, el proceso al carajo. Proceso en el que, de por sí, Medford aplicó la máxima tica de mejor viejo conocido que nuevo por conocer, prefiriendo a jugadores veteranos de más de 30 años de edad, ya con evidentes deficiencias resultado de su “avanzada” edad (para la práctica del futbol), que a esa generación de jóvenes futbolistas que requieren de oportunidades para poder acarrear con éxito el estandarte de nuestra selección.
Ahora se habla de la casi segura contratación de Rodrigo Kenton como seleccionador nacional. De Kenton tenemos una elevada opinión. Es un tipo serio, preparado, que ha participado en varios Mundiales (aunque siempre como asistente técnico), muy trabajador, y que ha sido evaluador de selecciones de FIFA. A diferencia de Medford, no es bocazas ni charlatán, prefiere demostrar su trabajo en la cancha de futbol y no en las columnas de los diarios ni en los pasquines desinformativos de las estaciones de radio o de TV. Pero, a ver quién me puede contestar: ¿Cuál es la experiencia de Kenton dirigiendo equipos de primera división? ¿Cuál es su experiencia dirigiendo selecciones mayores?
No estoy de acuerdo con la contratación de Kenton no porque no crea que es un profesional serio, sino porque quisiera creer que la selección de mi país no es un laboratorio para formar entrenadores. Pero si lo van a contratar, espero que no por la inminencia de la cuadrangular eliminatoria que se avecina se le obligue a conformar una selección geriátrica, y que tampoco lo haga por decisión propia. Si por limitaciones presupuestarias es lo mejor a lo que podemos aspirar como seleccionador nacional, entonces quisiera al menos que se le respete como persona y como profesional, y que se le permita desarrollar un proceso de largo plazo. Al igual que España, Costa Rica puede sacudirse de todos sus fantasmas. Querer es poder, con un poco de orden y de trabajo serio (cosas que Kenton puede aportar). Sin pobreciticos, ni espacios ganados en la Selección por lo hecho hace seis años, ni fogueos contra Belice, Asociación Deportiva Guanacasteca, o equipos de tercera división de Corea. A ver si esta vez lo logramos.
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El problema de España antes de esta Eurocopa ha sido que ni sus jugadores, ni sus técnicos, ni sus dirigentes se la han creído cuando han tenido la oportunidad de trascender. Conocida como la selección incapaz de superar los cuartos de final (en Mundiales y Eurocopas por igual), en ocasiones España perdió superando en calidad de juego a sus rivales porque a sus jugadores se los comían los nervios; en otras ocasiones perdió por presentarse a jugar con un esquema de juego defensivo poco natural a sus jugadores y ante equipos a los que podría superar jugando de tú a tú, y suponemos que en ocasiones fue simplemente por falta de suerte o porque fue superada en buena lid por sus rivales de turno. De una u otra manera, España no lograba superar esa barrera de los cuartos de final, como Costa Rica no ha logrado superar el techo de la segunda ronda de un Mundial.
Hace cuatro años España escogió como Seleccionador a un entrenador con más de 30 años de experiencia y exitosa trayectoria con algunos de los mejores equipos de la primera división española, ganando un trofeo de Liga, cuatro Copas del Rey, una Super Copa española, y una Copa Intercontinental (precursor del Mundial de Clubes). Un tipo tosco y polémico, con un estilo poco común, pero de quien nadie podía cuestionar sus conocimientos futbolísticos. En el Mundial de Alemania 2006 España fue eliminada en octavos de final, lo cual constituyó un fracaso para ese país. Sin embargo la federación española, entendiendo que dos años no eran suficientes para evaluar los resultados de un proceso, no se apuró a despedir al entrenador. Éste, más bien, reconociendo el fracaso, hizo una “limpia” en la selección, no volviendo a convocar a veteranos consagrados del calibre de Raúl González, el goleador indiscutible de la Selección y del Real Madrid, e iniciando una nueva fase con jugadores jóvenes que van a rendir sus frutos por muchos años más. Son muchos los que criticaron a Luis Aragonés por estas decisiones, pero hoy en la final de la Eurocopa demostró saber más que la bola de "periodistas" deportivos, blogueros “profesionales” y aficionados "expertos" que en diferentes momentos han pedido su cabeza.
¿Qué tiene que ver todo esto con Costa Rica? La respuesta corta: TODO. Costa Rica no es España, pero Estados Unidos no es Italia ni México es Alemania. Jugador por jugador, en general España no es peor que Alemania o Italia. Jugador por jugador, en general Costa Rica no es peor que México o Estados Unidos. Pero como conjunto, España, al igual que Costa Rica, es el que siempre quedaba en el camino. España ha llegado a un montón de Mundiales, por mérito propio, pero también porque Europa, por la indiscutible calidad de su futbol, tiene un montón de cupos asegurados para los Mundiales. Si Europa tuviera, como CONCACAF, 2 ó 3 cupos para cada mundial, no serían muchas las ocasiones en que España habría llegado. Costa Rica llegó a su primer mundial sólo cuando México fue castigado por hacer chanchullo con las edades de jugadores en algún campeonato de ligas menores. Y ha llegado a los últimos dos mundiales porque creció el número de cupos para la CONCACAF de dos a tres.
Al igual que España en Europa, Costa Rica es el equipo que llegada la hora de la verdad, no se tiene confianza y sale a jugar con planteamientos ultradefensivos o especulativos que ni siquiera han practicado y mucho menos le resultan naturales a los jugadores. Al igual que España antes de hoy, Costa Rica es la selección que se amilana ante ciertas camisetas, sin importar si el momento futbolístico les favorece y les da para jugar de forma más agresiva.
Desde el fracaso que sufrimos en el campeonato de Alemania 2006, he abogado en este blog por la reconformación de nuestra selección nacional con jugadores jóvenes, muchos de los cuales tienen valiosas experiencias en Copa Sudamericana, Campeonato Mundial de Clubes, campeonatos mundiales de futbol en varios niveles (no solo el mayor), y en equipos extranjeros que si bien no son Liverpool ni Real Madrid, al menos les permiten un roce internacional con un nivel de exigencia superior al del insulso torneo local. A eso he agregado tres elementos: contratar un entrenador de probada trayectoria y experiencia internacional, dejarlo hacer un proceso de largo plazo, sin estresarnos innecesariamente por los resultados en el corto plazo, y conseguirle fogueos en cantidad y calidad tales que exijan a la selección y le permitan hacer conjunto y absorber el esquema táctico que el entrenador pretenda.
Luego de quedar descalificados en primera ronda en Alemania, y antes del último partido de la Selección (contra Polonia), deseé que en ese partido de despedida se diera oportunidad a los jugadores jóvenes que fueron a Alemania de vacaciones, porque prácticamente no habían sido utilizados. Guimaraes, sabiendo que tenía los días contados en su puesto, prefirió dar la oportunidad a los vejestorios de despedirse de la afición. Si hubiese tenido la seguridad de que podría desarrollar un proceso, quizá hubiera tenido más valor para poner a jugar a los jóvenes que representaban el futuro de la selección, como lo hizo Aragonés una vez reconocido el fracaso en ese mismo Mundial.
Posteriormente contratamos a un entrenador inexperto, supuestamente para hacer proceso y llevar a Costa Rica al Mundial de Suráfrica, pero ahora se le despidió después de haber superado con éxito (aunque con mal futbol) la primera etapa de la eliminatoria. Si en Alemania cambiaran de técnico cada vez que el equipo jugaba feo, nunca hubieran sido campeones mundilaes. Pero en nuestro país, el proceso al carajo. Proceso en el que, de por sí, Medford aplicó la máxima tica de mejor viejo conocido que nuevo por conocer, prefiriendo a jugadores veteranos de más de 30 años de edad, ya con evidentes deficiencias resultado de su “avanzada” edad (para la práctica del futbol), que a esa generación de jóvenes futbolistas que requieren de oportunidades para poder acarrear con éxito el estandarte de nuestra selección.
Ahora se habla de la casi segura contratación de Rodrigo Kenton como seleccionador nacional. De Kenton tenemos una elevada opinión. Es un tipo serio, preparado, que ha participado en varios Mundiales (aunque siempre como asistente técnico), muy trabajador, y que ha sido evaluador de selecciones de FIFA. A diferencia de Medford, no es bocazas ni charlatán, prefiere demostrar su trabajo en la cancha de futbol y no en las columnas de los diarios ni en los pasquines desinformativos de las estaciones de radio o de TV. Pero, a ver quién me puede contestar: ¿Cuál es la experiencia de Kenton dirigiendo equipos de primera división? ¿Cuál es su experiencia dirigiendo selecciones mayores?
No estoy de acuerdo con la contratación de Kenton no porque no crea que es un profesional serio, sino porque quisiera creer que la selección de mi país no es un laboratorio para formar entrenadores. Pero si lo van a contratar, espero que no por la inminencia de la cuadrangular eliminatoria que se avecina se le obligue a conformar una selección geriátrica, y que tampoco lo haga por decisión propia. Si por limitaciones presupuestarias es lo mejor a lo que podemos aspirar como seleccionador nacional, entonces quisiera al menos que se le respete como persona y como profesional, y que se le permita desarrollar un proceso de largo plazo. Al igual que España, Costa Rica puede sacudirse de todos sus fantasmas. Querer es poder, con un poco de orden y de trabajo serio (cosas que Kenton puede aportar). Sin pobreciticos, ni espacios ganados en la Selección por lo hecho hace seis años, ni fogueos contra Belice, Asociación Deportiva Guanacasteca, o equipos de tercera división de Corea. A ver si esta vez lo logramos.