Después de 12 años de haberse emitido la orden original, ayer finalmente el MINAE pudo desalojar un hotel ubicado en Punta Uva de Talamanca (Limón), construido dentro del Refugio de Vida Silvestre Gandoca Manzanillo. El atraso no es culpa del MINAE, sino de un largo vía crucis en los tribunales de justicia costarricenses. Aplaudimos la acción protectora del MINAE y el que se haya respetado el estado de derecho. Sin embargo, es muy grave que nuestras leyes permitan múltiples instancias de apelación, y que nuestros tribunales resuelvan los casos tan lentamente. Después de 12 años, cualquier posible daño ambiental causado por la presencia del hotel es probablemente irreversible. Y eso es imperdonable.
De cada diez niños que entran a la escuela primaria en nuestro país, sólo 8 la terminan, y apenas 4 concluyen la educación secundaria. Seis de cada diez niños están destinados a una vida de miseria. Por ello es que el 30% de los menores de edad en nuestro país viven en condiciones de pobreza, mientras que de la población general el porcentaje de pobres es de alrededor del 22% (hasta ahora). Anteayer hablamos de cómo la inflación carcome los salarios de los empleados, y más aún los de los más pobres. Señores y señoras: nada de esto es culpa del TLC. No le digamos NO a una herramienta que tiene potencial de generar empleos. Insistamos, por desidia y temor al cambio, en mantener la política inflacionaria, en no hacer nada por nuestra niñez, y en negar las posibilidades de crecimiento al país, y en poquitos años el nivel de pobreza nacional será del 30%, y la pobreza infantil andará por el 45%. Costa Rica necesita despertar a esta tragedia.
Hace unos días un buen amigo, a quien llamaremos Jack para los efectos de este blog, me comentaba su extrañeza porque, habiendo causado severísimos atrasos en Aduanas la implementación en Puerto Caldera de un nuevo sistema informático para el control aduanero (llamado TICA) , nadie había hecho un escándalo al respecto. Y por nadie se refería a que ni la prensa ni los gremios empresariales parecían haberle dado mucha importancia a los trastornos ocasionados por la entrada en operación del TICA. A mi buen amigo Jack, comerciante e importador, le retuvieron un contenedor más de un mes en aduanas, y la mercadería que había comprado para el Día de la Madre apenas le llegó el 14 de agosto (con lo cual se perdió las ventas de la temporada). Hoy La Nación reporta que la recaudación creció en un 38% desde el lanzamiento del TICA. Resulta que, según Aduanas, en los dos primeros meses de operación de este sistema informático, “el número de manifiestos procesados se duplicó (pasó de 53 a 132), se registraron casi 1.500 contenedores más y el número de barcos que llegaron a Caldera subió de 53 a 90”. Todo esto sucedió sin que el puerto colapsara por el “súbito” incremento (lo que colapsó fue Aduanas, pero ahora sabemos por qué). La directora de informática del Ministerio de Hacienda cree que antes no se registraban todas las operaciones; sospecha incluso que barcos enteros podrían haber ingresado al puerto sin haber sido registrados en Aduanas. De hecho, INCOP asegura que no registró incrementos en las operaciones en Caldera de la magnitud registrada por Aduanas. Querido Jack, aquí tenés tu respuesta: la gente con techo de vidrio no se atreve a lanzar piedras. Vos y yo, acostumbrados a hacer las cosas como se debe, no tuvimos la suspicacia suficiente para entender entonces el silencio gremial.
La diputada Aída Faingezicht presentó un proyecto de ley para rebajar en un 30% los impuestos a los combustibles por un año. No dudamos de las buenas intenciones de la diputada, pero no creemos que sea una buena idea. Con los precios por las nubes (el litro de gasolina ya va a llegar a los 500 colones), se me hace difícil seguir pensando así, pero es en estas circunstancias extremas cuando se pone a prueba la solidez argumental de los criticones como yo. La cosa es que, estando la gasolina tan cara, lo lógico sería que la sociedad empiece a disminuir su consumo. Si los precios internos de los combustibles bajan, eso más bien estimulará el consumo. Pero los precios internacionales no bajarán porque en Costa Rica rebajemos los impuestos. Entonces, la factura petrolera nacional no va a disminuir, y es más bien posible que aumente como consecuencia de un mayor consumo inducido por precios más bajos. En una coyuntura como la actual, las acciones gubernamentales y privadas deben de estar enfocadas a disminuir la dependencia de los hidrocarburos. Disminuir artificialmente los precios internos, más bien aumentaría la dependencia.
Plata mal gastada. Nuestro genial Presidente Legislativo tuvo la estupenda idea de presupuestar 245 millones de colones para “mejorar la imagen” de la Asamblea, mediante la creación de una oficina de radio y televisión en la Asamblea. Los 245 millones son para crear la oficina y dotarla de equipo; una vez que esté en funcionamiento requerirá de más dinero para pautar anuncios en los medios de comunicación, con la finalidad de divulgar “los asuntos positivos que ocurren en el Congreso”. ¿Cuándo se darán cuenta nuestros egregios politiquillos que la imagen se levanta con buenas acciones y no con publicidad falsa y engañosa? Pregúntenle a don Abel Pacheco, que a pesar de la mentirosa campaña publicitaria que nos ha bombardeado en los últimos meses, cada vez sale peor en las encuestas.
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De cada diez niños que entran a la escuela primaria en nuestro país, sólo 8 la terminan, y apenas 4 concluyen la educación secundaria. Seis de cada diez niños están destinados a una vida de miseria. Por ello es que el 30% de los menores de edad en nuestro país viven en condiciones de pobreza, mientras que de la población general el porcentaje de pobres es de alrededor del 22% (hasta ahora). Anteayer hablamos de cómo la inflación carcome los salarios de los empleados, y más aún los de los más pobres. Señores y señoras: nada de esto es culpa del TLC. No le digamos NO a una herramienta que tiene potencial de generar empleos. Insistamos, por desidia y temor al cambio, en mantener la política inflacionaria, en no hacer nada por nuestra niñez, y en negar las posibilidades de crecimiento al país, y en poquitos años el nivel de pobreza nacional será del 30%, y la pobreza infantil andará por el 45%. Costa Rica necesita despertar a esta tragedia.
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Hace unos días un buen amigo, a quien llamaremos Jack para los efectos de este blog, me comentaba su extrañeza porque, habiendo causado severísimos atrasos en Aduanas la implementación en Puerto Caldera de un nuevo sistema informático para el control aduanero (llamado TICA) , nadie había hecho un escándalo al respecto. Y por nadie se refería a que ni la prensa ni los gremios empresariales parecían haberle dado mucha importancia a los trastornos ocasionados por la entrada en operación del TICA. A mi buen amigo Jack, comerciante e importador, le retuvieron un contenedor más de un mes en aduanas, y la mercadería que había comprado para el Día de la Madre apenas le llegó el 14 de agosto (con lo cual se perdió las ventas de la temporada). Hoy La Nación reporta que la recaudación creció en un 38% desde el lanzamiento del TICA. Resulta que, según Aduanas, en los dos primeros meses de operación de este sistema informático, “el número de manifiestos procesados se duplicó (pasó de 53 a 132), se registraron casi 1.500 contenedores más y el número de barcos que llegaron a Caldera subió de 53 a 90”. Todo esto sucedió sin que el puerto colapsara por el “súbito” incremento (lo que colapsó fue Aduanas, pero ahora sabemos por qué). La directora de informática del Ministerio de Hacienda cree que antes no se registraban todas las operaciones; sospecha incluso que barcos enteros podrían haber ingresado al puerto sin haber sido registrados en Aduanas. De hecho, INCOP asegura que no registró incrementos en las operaciones en Caldera de la magnitud registrada por Aduanas. Querido Jack, aquí tenés tu respuesta: la gente con techo de vidrio no se atreve a lanzar piedras. Vos y yo, acostumbrados a hacer las cosas como se debe, no tuvimos la suspicacia suficiente para entender entonces el silencio gremial.
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La diputada Aída Faingezicht presentó un proyecto de ley para rebajar en un 30% los impuestos a los combustibles por un año. No dudamos de las buenas intenciones de la diputada, pero no creemos que sea una buena idea. Con los precios por las nubes (el litro de gasolina ya va a llegar a los 500 colones), se me hace difícil seguir pensando así, pero es en estas circunstancias extremas cuando se pone a prueba la solidez argumental de los criticones como yo. La cosa es que, estando la gasolina tan cara, lo lógico sería que la sociedad empiece a disminuir su consumo. Si los precios internos de los combustibles bajan, eso más bien estimulará el consumo. Pero los precios internacionales no bajarán porque en Costa Rica rebajemos los impuestos. Entonces, la factura petrolera nacional no va a disminuir, y es más bien posible que aumente como consecuencia de un mayor consumo inducido por precios más bajos. En una coyuntura como la actual, las acciones gubernamentales y privadas deben de estar enfocadas a disminuir la dependencia de los hidrocarburos. Disminuir artificialmente los precios internos, más bien aumentaría la dependencia.
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Plata mal gastada. Nuestro genial Presidente Legislativo tuvo la estupenda idea de presupuestar 245 millones de colones para “mejorar la imagen” de la Asamblea, mediante la creación de una oficina de radio y televisión en la Asamblea. Los 245 millones son para crear la oficina y dotarla de equipo; una vez que esté en funcionamiento requerirá de más dinero para pautar anuncios en los medios de comunicación, con la finalidad de divulgar “los asuntos positivos que ocurren en el Congreso”. ¿Cuándo se darán cuenta nuestros egregios politiquillos que la imagen se levanta con buenas acciones y no con publicidad falsa y engañosa? Pregúntenle a don Abel Pacheco, que a pesar de la mentirosa campaña publicitaria que nos ha bombardeado en los últimos meses, cada vez sale peor en las encuestas.
El derecho al berreo (concepto tico por excelencia) se ha degenerado al punto que todo mundo reclama por todo, hasta lo que no tiene sentido, hasta lo que sabe no es correcto; y para rematar las leyes dan soporte a esta reclamadera cansona, reiterativa y (la mayoria de las veces) fuera de logica.
ResponderBorrarEducacion gratuita my ass! (perdona mi frances...), aunque quieran pintarla de rosa, el pobre no tiene como ir a la escuela, menos al cole. Y sin educacion como progresar? Como salir de la pobreza? Es un circulo vicioso.
Con respecto a lo del "canalete legislativo", en vez de botar ese millonada porque no mejor contratan a Alejandro Rueda para que cubra con propiedad los asuntos y pleitillos que se echan los distinguidos diputados de nuestra A.L.? Saldria mas barato...
Lo del Hotel de Limón, lo peor es que no sólo pasa con este sino con cientos, pero como en CR la plata es la que habla :( en unos años pagaremos el altísimo precio que nos pasará el turismo... y entonces, ya no tendremos que enseñarle a nuestros turistas y la mayor fuente de divisas del país, simplemente morirá.. ¿la razón?
ResponderBorrarfalta de planificación, falta de visión, ambición desmedida, irresponsabilidad, falta de compromiso ambiental, ignorancia.
Y la imágen de los diputados... mmm... ni mandandolos a poner nuevos... ¡descarados!
Bienvenida, Analu. Yo no haría una "condenatoria general" del turismo, pero reconozco que en su nombre se ha hecho muchas tonteras y se ha cometido mucho abuso. El turista que más disfruta Costa Rica (y el que más le conviene a nuestro país) es el que más apreciaría que tuviéramos la dignidad suficiente para decir "en X, Y y Z no vamos a permitir hoteles, para preservar aquello que los turistas quieren ver".
ResponderBorrarPero, para colmo de males, después de un via crucis legal de 12 años, en que el asunto pasó por tres juzgados diferentes (según el artículo de La Nación citado en este post), resulta que el empresario todavía tenía otra instancia más de apelación: la Sala IV. Y dice el periódico de hoy que ya acudió a ella, y la Sala ordenó suspender el desalojo mientras estudia el caso. Yo creo que este debe de ser el único país del mundo donde el mismo tema se puede conocer en cuatro estrados judiciales diferentes. Por eso estamos como estamos. Este es un tema serio que también afecta la contratación pública (licitaciones, concesiones, etc.).
Dean.... jeje gracias por la bienvenida, aunque paso por acá muy a menudo, difícilmente comento porque hay veces que no me siento calificada para comentar así que mejor me quedo callada.
ResponderBorrarY si, yo creo que somos el único país donde cualquier hace lo que le dá la gana, y la justicia es casi cualquier cosa menos justicia.
Saludos