Una piedra en el zapato. Un bocazas irredento. Un ayatolá tropical. Un repelente de votos. Frases que pueden ser utilizadas para describir a Ottón Solís o a Rodrigo Arias indistintamente. Aunque operan de maneras en apariencia diferentes, es mucho lo que comparten. Su presencia continuada en sus respectivos partidos es un obstáculo para la democracia.
Si Ottón Solís no estuviera dando clases en la Universidad de Notre Dame en Indiana, a 3.500 kilómetros de San José gracias a dios, la Alianza por el Directorio Legislativo no hubiera sido posible. Ni bien se había sentado Juan Carlos Mendoza – un diputado cuya ideología no compartimos, pero cuya sinceridad reconocemos y su estilo conciliador admiramos – en la silla presidencial del Parlamento, que ya estaba Ottón Solís desde Estados Unidos tratando de descarrilar la alianza que lo llevó al poder.
En su talibanismo natural, Ottón no dudó en calificar de personas de un currículo éticamente dudoso a los diputados del PUSC, como si todos los miembros de ese partido fueran necesariamente corruptos, y de ideológicamente incómodos a los diputados del ML, como si sus propios extremos no fueran ideológicamente incómodos para el 74,95% de los ticos que no votamos por él para Presidente en el 2010.
En su arrogancia ilimitada, no solo ofendió a los diputados de los partidos mencionados, sino que arremetió contra ese casi 75% de los costarricenses que no vemos en él a la segunda encarnación de cristo señor: “que le reclamen a Costa Rica por qué escogieron a personas con un currículo dudoso en lo ético”, dijo.
De Laura Chinchilla, una Presidenta que no se ha salvado de las críticas ácidas y a veces irreverentes de este autor, se dejó decir que “no recuerdo que tuviera luchas en nada en su vida y eso es lo que define a una persona”. Él, que nació en cuna de oro y fue alimentado desde su infancia con cucharita de plata, convertido ya no solo en juez supremo de lo que debemos considerar ético y lo que no – papel que de sobra le conocemos y ya harta – sino ahora también en juez único del verdadero carácter de las personas.
Doña Laura no ha hecho un buen primer año, en gran medida por las dificultades que la facción dominante de su propio partido le ha generado. Por eso, quien esto escribe vio con buenos ojos la conformación de la Alianza por el Directorio. Hemos criticado a la Presidenta (a veces muy fuertemente) y le hemos pedido que rectifique el rumbo cuando hemos discrepado, pero también le hemos reconocido su valentía cuando así lo ha ameritado. Criticar no es malo per se, y Ottón Solís tiene todo el derecho de hacerlo. Pero una cosa es decir lo que en su opinión se ha hecho mal, y otra muy distinta es limitarse a juzgar la fibra moral o la entereza de carácter de las personas. De lo primero pueden surgir debates interesantes y rectificaciones necesarias, de lo segundo únicamente resultan egos chimados y menor disposición al diálogo, tan necesario para la gobernabilidad.
En resumen, entre la entrevista que le hizo La Nación el miércoles 4 de mayo, y su artículo de opinión del 5 de mayo también en La Nación, don Ottón se peleó con sus compañeros de Alianza, con el pueblo costarricense, con el partido oficialista (PLN) y con la Presidenta de la República. Bonita forma de “tender puentes”.
Pero Ottón Solís siempre ha querido ser genio y figura hasta la sepultura. ¿Qué más podíamos esperar de él? Al menos, que sea consecuente con su palabra y cumpla con su promesa de no ser el candidato del PAC en el 2014. Si el experimento del Directorio de oposición resulta positivo para el país, esperemos que no vaya a cambiar don Ottón esa decisión.
Si Ottón Solís no estuviera dando clases en la Universidad de Notre Dame en Indiana, a 3.500 kilómetros de San José gracias a dios, la Alianza por el Directorio Legislativo no hubiera sido posible. Ni bien se había sentado Juan Carlos Mendoza – un diputado cuya ideología no compartimos, pero cuya sinceridad reconocemos y su estilo conciliador admiramos – en la silla presidencial del Parlamento, que ya estaba Ottón Solís desde Estados Unidos tratando de descarrilar la alianza que lo llevó al poder.
En su talibanismo natural, Ottón no dudó en calificar de personas de un currículo éticamente dudoso a los diputados del PUSC, como si todos los miembros de ese partido fueran necesariamente corruptos, y de ideológicamente incómodos a los diputados del ML, como si sus propios extremos no fueran ideológicamente incómodos para el 74,95% de los ticos que no votamos por él para Presidente en el 2010.
En su arrogancia ilimitada, no solo ofendió a los diputados de los partidos mencionados, sino que arremetió contra ese casi 75% de los costarricenses que no vemos en él a la segunda encarnación de cristo señor: “que le reclamen a Costa Rica por qué escogieron a personas con un currículo dudoso en lo ético”, dijo.
De Laura Chinchilla, una Presidenta que no se ha salvado de las críticas ácidas y a veces irreverentes de este autor, se dejó decir que “no recuerdo que tuviera luchas en nada en su vida y eso es lo que define a una persona”. Él, que nació en cuna de oro y fue alimentado desde su infancia con cucharita de plata, convertido ya no solo en juez supremo de lo que debemos considerar ético y lo que no – papel que de sobra le conocemos y ya harta – sino ahora también en juez único del verdadero carácter de las personas.
Doña Laura no ha hecho un buen primer año, en gran medida por las dificultades que la facción dominante de su propio partido le ha generado. Por eso, quien esto escribe vio con buenos ojos la conformación de la Alianza por el Directorio. Hemos criticado a la Presidenta (a veces muy fuertemente) y le hemos pedido que rectifique el rumbo cuando hemos discrepado, pero también le hemos reconocido su valentía cuando así lo ha ameritado. Criticar no es malo per se, y Ottón Solís tiene todo el derecho de hacerlo. Pero una cosa es decir lo que en su opinión se ha hecho mal, y otra muy distinta es limitarse a juzgar la fibra moral o la entereza de carácter de las personas. De lo primero pueden surgir debates interesantes y rectificaciones necesarias, de lo segundo únicamente resultan egos chimados y menor disposición al diálogo, tan necesario para la gobernabilidad.
En resumen, entre la entrevista que le hizo La Nación el miércoles 4 de mayo, y su artículo de opinión del 5 de mayo también en La Nación, don Ottón se peleó con sus compañeros de Alianza, con el pueblo costarricense, con el partido oficialista (PLN) y con la Presidenta de la República. Bonita forma de “tender puentes”.
Pero Ottón Solís siempre ha querido ser genio y figura hasta la sepultura. ¿Qué más podíamos esperar de él? Al menos, que sea consecuente con su palabra y cumpla con su promesa de no ser el candidato del PAC en el 2014. Si el experimento del Directorio de oposición resulta positivo para el país, esperemos que no vaya a cambiar don Ottón esa decisión.
Es un interesante artículo... Para mí el tema este del directorio tiene dos piezas claves la primera es que el cambio en la dirección del parlamento nos plantea una nueva vista de la política nacional, por lo menos para nuestras generaciones jóvenes, lo que pude repercutir, dependiendo del accionar de la alianza, en una visión más optimista. Por otro lado se sabe que lo que hizo Villanueva este primer año fue: Nada!!! De manera que el cambio puede mejorar o mantenerse en el peor de los casos. En relación con el tema de Solís me parece que el tiene un discurso claro y lo ha mantenido , por cierto no lo comparto, pero me parece que sí está claro, pero eso de criticar la ética de las personas o toda la moral social como si él fuera el designado para dictar las normas!! http://costaricamincolavitampugnat.blogspot.com/
ResponderBorrarDeberías comenzarte un librito al estilo de "Vidas Paralelas"...
ResponderBorrarVoy a ponerle un culito de candela a San Judas, a ver si acaso Ottón cumple su palabra y se queda quedito para la próximas elecciones... mi candidato es Macaya...
Interesante, pero cito: "Pero una cosa es decir lo que en su opinión se ha hecho mal, y otra muy distinta es limitarse a juzgar la fibra moral o la entereza de carácter de las personas."
ResponderBorrarEs un poco lo que usted hace en este artículo. Se siente al leer su opinión que usted odia a Ottón, pero las justificaciones no son lo bastantemente fuertes para su resentimiento. Un abrazo, es nada mas una crítica de buena onda y lo que sentí al leer. Pero me gusta tu mente crítica. abrazo!
Walter, si bien el primer año de la AL bajo el mando de Villanueva fue bastante ralito, no es para personalizar la culpa. Lo que 56 no quieren, uno solo no lo logra. Eso no quiere decir que había que reelegirlo. Al contrario, si no tuvo el poder de convencimiento, era necesario abrirle el espacio a otro para que intente destrabar las ruedas de la carreta. Vamos a ver si puede.
ResponderBorrarTerox, ahí te mando toda una provisión de candelas para que el altar no se quede sin su llamita.
Anónimo, cuando escribí este artículo estaba plenamente consciente de que me abría a una crítica como la que usted plantea, que considero totalmente válida. Decidí igual publicar mi opinión después de hacer varias consideraciones, entre las cuales figuró la de que hay una diferencia fundamental entre ser un bloguero aficionado y ser un político profesional.
Yo puedo ser un bloguero irrelevante y hacer las críticas en cualquier formato, y los 4 gatos que me leen sabrán si premiarme con elogios, enfrentarme con su crítica, o castigarme dejando de leerme. O puedo escoger ser un político de alto perfil, en cuyo caso tengo una responsabilidad que va más allá de la crítica, e incluye ayudar a encontrar soluciones. Cuando el político profesional se limita a la crítica, y muestra una marcada preferencia por el ataque ad hominem, no solo no contribuye a encontrar soluciones, sino que se convierte en corresponsable de la crisis de credibilidad política que afecta a un país como el nuestro.
En otras palabras, yo no le ando pidiendo votos a nadie (ni para mi ni para terceros), y eso hace que las reglas que se me aplican sean diferentes de las que debemos de hacer respetar a los políticos. Este blog, en todo caso, no se limita a la crítica; también hacemos propuestas. Pero siendo que tenemos una audiencia limitada (menos de 300 seguidores confesos), termina siendo irrelevante si proponemos o solo criticamos.
Debo aclarar, eso si, que yo no odio a Ottón Solís, a quien ni siquiera conozco en lo personal (ni en lo profesional). Pienso que sus propuestas de política - cuando las hace, que no es muy a menudo - son nocivas para el país, y al respecto hay algunos artículos en el blog, sobre todo de cuando analicé los programas de gobierno de los partidos durante las dos últimas elecciones. Creo, además, que su "estilo" de descalificar a todo el que no sea un santulón inmaculado como él, también es nocivo para el país y es parcialmente causante de esa crisis de credibilidad que mencioné un párrafo arriba.
Volviendo al principio para poder terminar, creo que la crítica que me hace el Anónimo amigo es absolutamente válida y digna de consideración, y por ello estas explicaciones. Se agradece su llamado de atención, y lo invito a seguir participando con sus opiniones y comentarios.
Don Otton deberia disfrutar mas clases y el buen clima, fiel a su promesa de salirse de la vida politica o al menos no pretender la silla para el 2014. Ocuparse en otras tareas que venir a levantar mas polvo en un momento que necesitamos comunicacion y respeto, gobernabilidad.
ResponderBorrarNunca antes habia visto este pais tan parecido a una pulperia.
Ojalá de verdad se quede por allá dando clases un buen rato, porque aún si cumple su promesa de no lanzarse en el 2014, su mera presencia en el país sería un obstáculo para el PAC - con esa habilidad que tiene para embarrialar la cancha aún estando en la gradería.
ResponderBorrarEn cuanto a la pulpería, yo se que los hechos de ayer (condena a RACF, motín en la Reforma, nombramiento del nuevo jefe de fracción del PLN) la noticia del encuentro entre Laura Chinchilla y el Directorio Legislativo pasó desapercibida. Pero fue bastante interesante y potencialmente productivo. Mientras las partes se mantengan abiertas al diálogo y anuentes a trabajr en conjunto, las cosas pintan bien. Recordá que nunca se pone más oscuro que antes de amanecer.