Hace días ando con ganas de compartir con mis lectores lo que pienso de la propaganda que están haciendo los candidatos presidenciales en este arranque de campaña. Tengo una severa limitación: veo poca tele, y casi nunca escucho radio, de manera que no puedo decir que conozca toda la publicidad que haya salido. Pero con la que he visto es suficiente para darme una idea de por donde anda la procesión. He visto los anuncios televisivos de Oscar Arias, Otto Guevara, Antonio Álvarez Desanti, José Manuel Echandi y Otón Solís. Además, he visto la intensa campaña desplegada por el movimiento de Oscar Arias en La Nación. La propaganda del PAC (Otón Solís) ya la analicé en mi último post, así que les ahorro el sufrimiento.
Una advertencia: este no pretende ser un análisis profesional de la publicidad, sino que se basa en lo que le quedó en la memoria a un potencial votante: Dean CóRnito. Por ello, notarán mis estimables lectores, no hay precisión en la transcripción de los mensajes. Me parece, en todo caso, que a los candidatos y a sus asesores les debería interesar no lo que opina don “Gurú de los Medios”, sino lo que su publicidad transmite a un potencial votante.
La que menos recuerdo es la de Echandi, pero como de por sí este candidato va a hacer “PUN” el día de las elecciones, es irrelevante. Lo que recuerdo es que al final sale el candidato diciendo algo como “Si usted, como muchos otros, cree que Costa Rica necesita un cambio, entonces votará por mí”. Tal vez yo sea muy sensible, pero la frase tiene tono imperativo, y a mí no me gusta que un desconocido me diga lo que tengo que hacer; menos en materia electoral. Sobre todo un desconocido que lo que tiene es un rejuntado de resentidos del tristemente célebre PUSC, y del cual las pocas ideas que conocemos son puro populismo barato. Don José Manuel: Costa Rica necesita un cambio, pero usted no representa los ideales de ese cambio.
El anuncio de Antonio Álvarez Desanti me provocó caries (en los dientes; las del cerebro ya estaban ahí cortesía del sistema educativo costarricense) de tanta dulzura; me sacó una lagrimita de tanta ternura. Nos presenta una biografía de don Antonio, con imágenes de cuando era bebé, niño, adolescente, universitario, Ministro, etc., y fotos del papá, la esposa, y de una de las muchas fincas que tiene. Siendo un poco más serio, parece ser el anuncio de un candidato que desde ya se sabe derrotado pero que aprovecha para darse a conocer en esta ronda electoral, con miras a la siguiente. Y si ese es el objetivo, tal vez el anuncio no sea malo. Tal vez en el 2010 la gente lo sienta como un viejo conocido (¡si hasta fotos de cuando era mocoso hemos visto!) y entonces estarán dispuestos a escuchar sus ideas. Tal vez, entonces, en el 2010 se atreva a hacer una campaña de ideas, no de pura imagen como la actual. Es una lástima, porque por lo que pudimos ver en la entrevista que le hiciera Al Día y que en su momento comentáramos aquí, el hombre no anda para nada perdido. En conclusión, como parte de una estrategia publicitaria, el anuncio tiene sentido si se trata de una estrategia de más largo plazo, porque dudo que mucha gente se convenza de votar por él por la cara de su esposa o por la profesión de su papá.
El anuncio que vi de Otto Guevara es más un ataque directo a Oscar Arias que otra cosa. Pero como estrategia publicitaria me pareció muy efectivo, ya que se basa en la verdad (no como otros ataques que andan circulando que se basan en el engaño). Aparece una imagen de Oscar Arias prometiendo que Costa Rica será un país desarrollado para el año 2021, luego hacen un comentario donde el mensaje es más o menos “¿Cómo le vamos a creer?”, y luego aparece otra imagen de Oscar Arias cuando era candidato presidencial allá por 1985, prometiendo que Costa Rica sería un país desarrollado veinte años más tarde. Luego aparece Otto Guevara hablando de “no más impuestos”, y hay una escena final que dice algo más o menos como “Otto Guevara: hacia delante con decisión y firmeza”. Lamentablemente no dice gran cosa de lo que haría el Movimiento Libertario una vez en el poder, ni cuál es el camino por el que don Otto iría “hacia delante”.Y como ahora tenemos un “Nuevo Movimiento Libertario Light”, quisiéramos saber qué es lo nuevo y en qué ha moderado sus posiciones, porque el cuento de no más impuestos ya nos lo sabíamos desde hace muchos años.
De Oscar Arias he visto un anuncio en televisión que nos dice que son más de mil personas las que están pensando en mi futuro. Antes de eso, había sido víctima del bombardeo de optimismo del “Sí, Oscar Arias”. He de confesar que algunos de esos anuncios de periódico – los que tenían más texto para ser leído – no los leí con mucho detenimiento. La campaña del Si la siento vacía, pero no por ello mala (como estrategia publicitaria). Creo que el votante promedio necesita que alguien le levante el ánimo, que alguien le diga que Costa Rica si puede avanzar. En ese sentido la campaña del Si me parece muy efectiva. No es una campaña que nos recuerde lo que el actual Presidente no ha hecho ni lo que otros candidatos no harán. Es una campaña basada en lo que Oscar Arias hará, o dice que hará, aunque los anuncios sean algo superficiales. He de confesar que la primera vez que vi el anuncio de que son más de mil personas las que están pensando en el futuro de Costa Rica, mi reacción fue: ¿Y a mi qué? ¿Qué frutas me importa cuánta gente esté pensando? ¡Lo que me importa es lo que estén pensando!
Con el paso del tiempo digamos que la campaña de Oscar Arias se ha encargado de ir llenando el vacío, ya sea a través de entrevistas concedidas a medios de comunicación o de discursos del candidato. Hay, por ejemplo, un reportaje en El Financiero de esta semana (24 al 30 de octubre), que demuestra que esas más de mil personas no sólo están pensando, sino que están preparándose para gobernar. El reportaje describe acciones específicas que un eventual gobierno de Oscar Arias tomaría, incluyendo una lista de decretos que serían firmados y enviados a La Gaceta desde el primer día para no perder el tiempo. En otras palabras, el diagnóstico ya está hecho; las soluciones – las compartamos o no – ya están pensadas, y este grupo de “más de mil personas” está preparándose para implementarlas desde el primer día. También está el discurso que dio don Oscar Arias hace dos días ante la Cámara de Comercio Costarricense Norteamericana (Am Cham), según lo reportó La Prensa Libre de ayer, en el cual el candidato detalló con abundante claridad las metas que tiene para un eventual gobierno suyo, aunque no dijo (o no lo reportó el diario) cómo lo logrará. En resumen, la publicidad de Oscar Arias me parece un poco vacía, superficial, pero efectiva por lo optimista. Lo más importante para ellos es lograr llenar el vacío haciendo llegar el mensaje de fondo al público. Esto se podría lograr si el candidato participara en más debates, por ejemplo, o impulsando reportajes como el de El Financiero en medios de comunicación más “populares”.
Bueno, ahí lo tienen, lo que pienso de la propaganda política. En algunos casos se trasluce lo que pienso de los candidatos, pero me adelanto a la lluvia de críticas y les pido un favor: no asuman que porque una campaña me parece mejor que otra, entonces apoyo a ese candidato. Dean CóRnito todavía tiene mucha información que procesar antes de comprometer su voto.
Una advertencia: este no pretende ser un análisis profesional de la publicidad, sino que se basa en lo que le quedó en la memoria a un potencial votante: Dean CóRnito. Por ello, notarán mis estimables lectores, no hay precisión en la transcripción de los mensajes. Me parece, en todo caso, que a los candidatos y a sus asesores les debería interesar no lo que opina don “Gurú de los Medios”, sino lo que su publicidad transmite a un potencial votante.
La que menos recuerdo es la de Echandi, pero como de por sí este candidato va a hacer “PUN” el día de las elecciones, es irrelevante. Lo que recuerdo es que al final sale el candidato diciendo algo como “Si usted, como muchos otros, cree que Costa Rica necesita un cambio, entonces votará por mí”. Tal vez yo sea muy sensible, pero la frase tiene tono imperativo, y a mí no me gusta que un desconocido me diga lo que tengo que hacer; menos en materia electoral. Sobre todo un desconocido que lo que tiene es un rejuntado de resentidos del tristemente célebre PUSC, y del cual las pocas ideas que conocemos son puro populismo barato. Don José Manuel: Costa Rica necesita un cambio, pero usted no representa los ideales de ese cambio.
El anuncio de Antonio Álvarez Desanti me provocó caries (en los dientes; las del cerebro ya estaban ahí cortesía del sistema educativo costarricense) de tanta dulzura; me sacó una lagrimita de tanta ternura. Nos presenta una biografía de don Antonio, con imágenes de cuando era bebé, niño, adolescente, universitario, Ministro, etc., y fotos del papá, la esposa, y de una de las muchas fincas que tiene. Siendo un poco más serio, parece ser el anuncio de un candidato que desde ya se sabe derrotado pero que aprovecha para darse a conocer en esta ronda electoral, con miras a la siguiente. Y si ese es el objetivo, tal vez el anuncio no sea malo. Tal vez en el 2010 la gente lo sienta como un viejo conocido (¡si hasta fotos de cuando era mocoso hemos visto!) y entonces estarán dispuestos a escuchar sus ideas. Tal vez, entonces, en el 2010 se atreva a hacer una campaña de ideas, no de pura imagen como la actual. Es una lástima, porque por lo que pudimos ver en la entrevista que le hiciera Al Día y que en su momento comentáramos aquí, el hombre no anda para nada perdido. En conclusión, como parte de una estrategia publicitaria, el anuncio tiene sentido si se trata de una estrategia de más largo plazo, porque dudo que mucha gente se convenza de votar por él por la cara de su esposa o por la profesión de su papá.
El anuncio que vi de Otto Guevara es más un ataque directo a Oscar Arias que otra cosa. Pero como estrategia publicitaria me pareció muy efectivo, ya que se basa en la verdad (no como otros ataques que andan circulando que se basan en el engaño). Aparece una imagen de Oscar Arias prometiendo que Costa Rica será un país desarrollado para el año 2021, luego hacen un comentario donde el mensaje es más o menos “¿Cómo le vamos a creer?”, y luego aparece otra imagen de Oscar Arias cuando era candidato presidencial allá por 1985, prometiendo que Costa Rica sería un país desarrollado veinte años más tarde. Luego aparece Otto Guevara hablando de “no más impuestos”, y hay una escena final que dice algo más o menos como “Otto Guevara: hacia delante con decisión y firmeza”. Lamentablemente no dice gran cosa de lo que haría el Movimiento Libertario una vez en el poder, ni cuál es el camino por el que don Otto iría “hacia delante”.Y como ahora tenemos un “Nuevo Movimiento Libertario Light”, quisiéramos saber qué es lo nuevo y en qué ha moderado sus posiciones, porque el cuento de no más impuestos ya nos lo sabíamos desde hace muchos años.
De Oscar Arias he visto un anuncio en televisión que nos dice que son más de mil personas las que están pensando en mi futuro. Antes de eso, había sido víctima del bombardeo de optimismo del “Sí, Oscar Arias”. He de confesar que algunos de esos anuncios de periódico – los que tenían más texto para ser leído – no los leí con mucho detenimiento. La campaña del Si la siento vacía, pero no por ello mala (como estrategia publicitaria). Creo que el votante promedio necesita que alguien le levante el ánimo, que alguien le diga que Costa Rica si puede avanzar. En ese sentido la campaña del Si me parece muy efectiva. No es una campaña que nos recuerde lo que el actual Presidente no ha hecho ni lo que otros candidatos no harán. Es una campaña basada en lo que Oscar Arias hará, o dice que hará, aunque los anuncios sean algo superficiales. He de confesar que la primera vez que vi el anuncio de que son más de mil personas las que están pensando en el futuro de Costa Rica, mi reacción fue: ¿Y a mi qué? ¿Qué frutas me importa cuánta gente esté pensando? ¡Lo que me importa es lo que estén pensando!
Con el paso del tiempo digamos que la campaña de Oscar Arias se ha encargado de ir llenando el vacío, ya sea a través de entrevistas concedidas a medios de comunicación o de discursos del candidato. Hay, por ejemplo, un reportaje en El Financiero de esta semana (24 al 30 de octubre), que demuestra que esas más de mil personas no sólo están pensando, sino que están preparándose para gobernar. El reportaje describe acciones específicas que un eventual gobierno de Oscar Arias tomaría, incluyendo una lista de decretos que serían firmados y enviados a La Gaceta desde el primer día para no perder el tiempo. En otras palabras, el diagnóstico ya está hecho; las soluciones – las compartamos o no – ya están pensadas, y este grupo de “más de mil personas” está preparándose para implementarlas desde el primer día. También está el discurso que dio don Oscar Arias hace dos días ante la Cámara de Comercio Costarricense Norteamericana (Am Cham), según lo reportó La Prensa Libre de ayer, en el cual el candidato detalló con abundante claridad las metas que tiene para un eventual gobierno suyo, aunque no dijo (o no lo reportó el diario) cómo lo logrará. En resumen, la publicidad de Oscar Arias me parece un poco vacía, superficial, pero efectiva por lo optimista. Lo más importante para ellos es lograr llenar el vacío haciendo llegar el mensaje de fondo al público. Esto se podría lograr si el candidato participara en más debates, por ejemplo, o impulsando reportajes como el de El Financiero en medios de comunicación más “populares”.
Bueno, ahí lo tienen, lo que pienso de la propaganda política. En algunos casos se trasluce lo que pienso de los candidatos, pero me adelanto a la lluvia de críticas y les pido un favor: no asuman que porque una campaña me parece mejor que otra, entonces apoyo a ese candidato. Dean CóRnito todavía tiene mucha información que procesar antes de comprometer su voto.