jueves, 6 de octubre de 2005

Frases y hechos lamentables

Me informó una fuente confiable que el candidato presidencial del PAC, el señor Populistón Solís, se dejó decir la siguiente joyita durante un encuentro que tuvo con la Cámara de Industrias de Costa Rica el pasado 29 de setiembre:
“La ineficiencia de los servicios públicos es el costo que el sector privado debe aceptar para mantener la paz social”.
Y yo que creía que la ineficiencia de los servicios públicos es un lastre que retrasa el desarrollo, impide la creación de riqueza, y amenaza la paz social al conminar a miles de personas a una pobreza sin salida. Quedamos advertidos: si don Populistón resulta electo Presidente, nada cambiará en este país. Ni los servicios públicos mejorarán, ni la economía despertará, ni la inflación mermará. Porque ineficiencia – elemento necesario y aparentemente suficiente para mantener la paz social según Sir Otón – es sinónimo de derroche, desperdicio, despilfarro; todo lo cual se traduce en mayor gasto público y por ende en déficit fiscal, uno de los principales disparadores de la inflación.

Otra cosa que no cambiará en Costa Rica si Sir Otón alcanza la Presidencia será quien manda en el país: los dirigentes sindicales que únicamente se preocupan por defender sus privilegios. Un par de ellos, don Jorge Arguedas del ICE y don Rafael Mora del INS, fueron pre-candidatos a diputados por el PAC y suponemos que son dilectos asesores de Populistón.

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Yo se los dije desde hace cuatro semanas (Un alegrón de burro, 9 de setiembre del 2005): Abel Pacheco no tiene intenciones de enviar el TLC a la Asamblea. Después de dos años de insistir en amarrar el destino del Tratado de Libre Comercio al del paquete tributario que nos quiere recetar como regalo de “fin de curso”, a principios de setiembre el Presidente pareció cambiar de parecer y dijo entonces que se había dado cuenta de que había gente bloqueándole el paquete fiscal como estrategia para impedir la llegada del TLC a la Asamblea , y por lo tanto lo enviaría como lo debió hacer desde hace más de un año. Pero por supuesto puso condiciones: primero que le presentaran el informe de la Junta de Notables; segundo, que alguien con más de una neurona viva en el cerebro le explicara dicho informe; tercero, que había que organizar varios foros para discutir el informe y el TLC.

La confirmación de sus intenciones nos llegó hoy, cuando el egregio Presidente se mandó a poner nuevas condiciones para el envío del TLC a la Asamblea: que le aprueben las leyes del ICE y del INS y toda la agenda complementaria. El problema es que es el Poder Ejecutivo a quien corresponde proponer dicha agenda, y hasta ahora no ha cumplido con la totalidad. Entonces, ¿cómo le van a tener aprobadas cosas que él tiene que enviar y no ha enviado? Y, ¿cómo pretende que una Asamblea tan entrabada como la actual le resuelva esos temas álgidos con celeridad en plena campaña electoral?

Señores, mi loquero me ha dicho que está muy mal echar estas cosas en cara, pero hay una razón por la cual sigo visitándolo: aún no me he curado. Yo se los dije: Abel Pacheco es un mentiroso patológico y padece de pavor a los sindicatos. La conjugación de estos factores no le puede permitir poner el TLC en conocimiento de la Asamblea. Y, como lo dije hace ya varios meses, además de mentiroso es desalmado: nada le importa el destino de las miles de personas que podrían mejorar su “economía personal” con los trabajos que permitiría generar el TLC, ni tampoco el de los miles que podrían perder sus empleos cuando empresas que ya están en el país busquen un nuevo destino para sus plantas de producción.

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El Presidente de Nicaragua, don Enrique Bolaños, se dejó decir esta otra joyita digna de preservarse para la posteridad:
“De la vigilancia en el río se encargan nuestros militares y nuestros policías civiles”.
Si no es el río lo que los policías ticos vigilan; el río nadie se lo va a robar ni va para ningún lado. La razón por la que es necesaria la presencia policial tica en el río San Juan es para tratar de detener aunque sea un poco del influjo masivo de inmigrantes ilegales, para tratar de impedir el contrabando transfronterizo, y para detener criminales cuando intentan huir hacia Nicaragua después de haber cometido sus fechorías en Costa Rica. Pero esa es justamente la razón por la cual Nicaragua se opone tan rotundamente a los patrullajes ticos en el río: a los desgobernantes de ese atribulado país hermano no les sirve que se detenga la huída masiva de sus ciudadanos hacia nuestro país, y les importa un bledo las maldades que un puñado de sus compatriotas cometen en suelo costarricense y gracias a las cuales los miles de nicas que conviven pacífica y honestamente con nosotros son injustamente estereotipados. Si ni siquiera les importa el lamentable estado en que vive la inmensa mayoría de la población nicaragüense en Nicaragua.

8 comentarios:

  1. Dos cositas:
    - ¿Militares? ¿En dónde? Me avisan para tomarles una fotico...

    - Que le pasa a nuestros políticos...¿se les habrá olvidado como mentir?

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  2. Completamente de acuerdo con las tres cosas...

    1. Otón es un bombeta.
    2. A Abel, tras de soplas, le cantan las gallinas sindicalistas.
    3. El gobierno nicaragüense es más valeverguista que el mismito gobierno de nosotros.

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  3. Será que a Otón le entran todas las llamadas al celular y nunca se queda hablando solo?

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  4. La verdad... lo malo es que el despelote del río San Juan lo van a usar los políticos como gancho electoral para ganar unos votos... es ahora cuando más nos toca pensar con la sangre fría...

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  5. Ja, ja, ja! Qué bueno está ese dicho guanacasteco! No lo había oído nunca!
    Y sí Dean, al mismo! No me cabe cómo se le pudo ocurrir siquiera articular dicha barbaridad, let alone saying it outloud...

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  6. :S

    y de nuevo :S

    Sencillamente asombroso. Asusta leer que se diga que la mediocridad exponencial de pocos, debe ser pagada por muchos que trabajan y que sino, revuelta en el país.

    Le sobrarán los votos por ese camino.
    O como dice Derbez: "que alguien me explique?"

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