miércoles, 9 de noviembre de 2005

Carta Abierta al Presidente Bush

Sr. George W. Bush
Presidente de los Estados Unidos de América


Estimado Sr. Presidente:

Le estoy escribiendo desde Costa Rica, una pequeña mancha de tierra en lo que se conoce como América Central. No, no desde Iowa. Quiero decir Centroamérica, el pedazo de tierra que está entre México y Colombia, no el centro de lo que usted llama América. Estoy seguro de que usted está muy ocupado, con su muy exitosa campaña en Irak y la injusticia de que sus más cercanos asesores hayan sido implicados en el caso de la filtración a la prensa del nombre de una agente secreta de la CIA. Por lo tanto le ruego perdonar mi osadía al escribirle desde un lugar tan insignificante en un momento tan inoportuno, pero esto es importante para mi país.

Resulta que usted conoció al Presidente de nuestro pequeño país en lo que debe de haber sido una muy aburrida reunión en Mar del Plata, Argentina, donde todos los otros tipos insistían en hablar en español a pesar de su presencia. Él era el bufón de la cara redonda con lentes bifocales de la década de 1980, que aparentemente le habló a usted acerca del hecho de que nuestro es el único país signatario del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana (TLC) que no lo ha ratificado. Ha sido reportado en la prensa local que usted dijo al Presidente Pacheco que se tomara su tiempo. Eso es exactamente de lo que le quiero hablar.

Nuestro país es tan pequeño e insignificante que durante un par de años usted no se molestó en enviar un Embajador aquí. Es comprensible. Estoy seguro de que cuando usted abrió el mapamundi sobre la mesa para encontrar donde diantres estaba nuestro país, la última vez que el anterior Secretario de Estado Collin Powell le mencionó el tema, una mosca se paró encima de Costa Rica y Dick Cheney le aconsejó bombardear el maldito insecto, después de lo cual el lugar de Costa Rica en el mapa fue reemplazado por un hueco negro y usted simplemente no pudo encontrar el país.

Lo anterior es relevante porque, de haber tenido usted un Embajador aquí, quizá le hubiera informado que lo único que Abel Pacheco ha hecho desde que asumió la Presidencia de Costa Rica ha sido tomarse su tiempo. De hecho, él toma tiempo para tomarse su tiempo. El problema es que él ha sido Presidente desde mayo del 2002. Le apuesto que usted no sabía eso, siendo que estaba tan ocupado liberando a Irak de Al Qaeda. Nada importa que para empezar Al Qaeda no estaba ahí. Ni que Al Qaeda estaba y aún está escondida en ese otro país que usted liberó de Al Qaeda, llamado Afganistán. Pero me estoy desviando del punto, que es que los costarricenses hemos estado esperando exactamente tres años y medio a que nuestro Presidente empiece a hacer algo que no sea tomarse su tiempo para pensar (si es que es capaz de esto último), y ahora viene usted y le dice que está bien que se tome su tiempo. No importa que sólo le quedan seis meses como Presidente de Costa Rica (y gracias a Dios que en este país no se permite la reelección consecutiva), o que todo lo que él está haciendo de todas maneras es dejar pasar el tiempo hasta que su sucesor sea elegido.

Querido W: yo le agradezco el que usted haya decidido no involucrarse en nuestros asuntos internos, a pesar de lo dañino que resultó su consejo al Sr. Pacheco. Usted no creería cómo reaccionó. Estaba tan feliz de que usted, el autoproclamado líder del mundo libre (el cual, por supuesto, incluye a Irak, Afganistán, y sus queridos amigos de Arabia Saudita) se dignó a hablarle, que no ha parado de hablar de eso y anda diciéndole a todo el mundo que está bien continuar dilatando la decisión porque usted se lo dijo.

Don George, por si acaso usted cambiase de opinión (y pareciera ser que ahora que Karl Rove está tostado a usted no le va quedar otra alternativa que cambiarla) y decidiera que si Costa Rica no avanza hacia la ratificación del TLC, entonces usted debería invadirnos y convertirnos en un estado libre asociado de los Estados Unidos, permítame aconsejarle que no lo haga. Como el Presidente Bolaños de Nicaragua sabe muy bien, nosotros tenemos las más fuertes y mejor entrenadas fuerzas armadas de la región, y estamos preparados para rechazar a su ejército en menos de lo que canta un gallo. Por si acaso no lo sabía, en Costa Rica tenemos 25 guardacostas que fueron entrenados por los “marines” de su país, y contamos con tres helicópteros Blackhawk. Ahora mismo ellos están ocupados preparándose para la eventual invasión de Nicaragua, pero si usted decidiera probar su suerte con nosotros, nuestros guardacostas no tendrán misericordia con sus soldados.

Buenas noches, y que Dios Bendiga a... mmm ... que Dios bendiga a... mmm... qué rayos: que Dios Bendiga al mundo.

Sinceramente,

Dean CóRnito


Aclaración: las opiniones expresadas en esta carta no necesariamente reflejan las opiniones de su autor.


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