miércoles, 22 de junio de 2005

Epsy Campbell y el Plan Fiscal

Por lo general, cuando un diputado hace una declaración pública de principios, lo que quiere decir es: Por favor alguien negocie conmigo, esto es lo que estoy dispuesto a sacrificar a cambio de otros favores que me puedan hacer. En La Suiza Centroamericana creemos sinceramente que doña Epsy Campbell NO es esa clase de diputado. Por eso, nos alienta mucho que haya hecho públicas sus dudas con respecto al mamotreto en que se ha convertido el Plan Fiscal a su paso por la Comisión Legislativa que analiza las mil seiscientas y pico mociones de modificación que presentaron los diputados. Pero no nos atrevemos aún a soltar las campanas al vuelo, no vaya a ser que doña Epsy nos decepcione.

Aunque ideológicamente es mucho lo que nos separa de doña Epsy, siempre hemos admirado su honestidad intelectual, y siendo ahora diputada, el hecho de que es consecuente con su pensamiento. En el tema del Plan Fiscal, para mencionar uno, no hemos estado de acuerdo. Ella no lo sabe, pero yo si. (Aunque pensándolo bien, ahora que también los amigos del PAC están monitoreando La Suiza Centroamericana desde que el domingo pasado puse un post no muy favorable a Otón Solís, tal vez también por ahí se han dado cuenta de cuál es mi posición al respecto).

Doña Epsy, pretendía que “la aprobación de nuevos tributos se acompañara con medidas para controlar y hacer más eficiente el manejo de los recursos públicos” y en eso estamos totalmente de acuerdo. La situación fiscal es el resultado de la relación entre ingresos y gastos. Un Plan Fiscal así con mayúsculas es un plan que arregla ambas partes de la ecuación; si sólo sube los impuestos, no es más que un paquete impositivo. En mi opinión, este país necesita un Plan Fiscal de verdad; lo que la Asamblea tiene en conocimiento no es más que un paquete de impuestos.

Ella creía que con la creación de una junta de notables para verificar el cumplimiento de las estipulaciones del Plan Fiscal se iba a lograr mayor transparencia y eficiencia en el gasto. Yo ya he sido harto claro de lo que pienso de las juntas de notables, así que no me voy a extender aquí. Baste con decir que en eso no concuerdo con la diputada Campbell.

Fiel a sus creencias y siempre bien intencionada, doña Epsy ha llegado a la conclusión de que con las modificaciones que ha sufrido el Plan Fiscal en comisión, se han desvirtuado los objetivos iniciales del mismo. Yo había llegado a la conclusión de que ni siquiera la versión inicial del Plan cumplía con sus propios objetivos, tal como estaban descritos en la Exposición de Motivos del proyecto. Que una cosa es decir que se pretende controlar y hacer más eficiente el gasto, y otra muy diferente es efectivamente hacerlo. El Plan Fiscal nunca lo hizo.

Pero las diferencias ahora no son importantes. Lo relevante es que doña Epsy, que hasta ahora ha sido una de las principales impulsoras de este Plan Fiscal, finalmente se ha dado cuenta de que si no se hace un esfuerzo significativo por reestructurar el gasto, no es prudente subir los impuestos. Esperamos que ahora que ha sido tan valiente para poner los puntos sobre las íes, no ceda al cálculo político de otros en su partido.

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