martes, 23 de agosto de 2005

A propósito de las encuestas

El domingo 21 de agosto La Nación publicó una encuesta según la cual Oscar Arias tiene la preferencia del 62% de los votantes decididos a votar. El lunes 22, apenas un día después, Al Día publica otra encuesta según la cual Oscar Arias tiene el respaldo del 36.5% del padrón electoral. Los resultados son tan dispares, que muchísima gente habla de engaño, fraude, irresponsabilidad de las empresas encuestadoras, etc. Algunos lo hacen con malicia, otros, por ignorancia. Pero, ¿son en realidad tan diferentes los resultados?

La encuesta de La Nación la efectuó UNIMER Research International. Entrevistaron a 1,413 costarricenses de todo el país en edad de votar, con un margen de error del ±2.6%. Las entrevistas se efectuaron entre el 1º y el 10 de agosto. La encuesta de Al Día la realizó DEMOSCOPÍA. Entrevistaron a 1,200 costarricenses de todo el país en edad de votar, con un margen de error del ±2.8%. Las entrevistas se efectuaron del 5 al 16 de agosto. Hasta aquí vamos bien, porque las encuestas son muy parecidas. Algunas veces sólo se hacen entrevistas telefónicas (no es el caso aquí), y los resultados son sesgados por cuanto excluyen a quienes no tienen teléfono, que en promedio tienden a pertenecer a estratos sociales inferiores que quienes si tienen teléfono. Otras veces entrevistan únicamente habitantes del Valle Central (tampoco es el caso), lo cual también sesga los resultados. En este caso, ambas encuestas son metodológicamente similares.

Sin entrar en detalles muy técnicos (la forma de escogencia de las respectivas muestras, por ejemplo), en general hay diferencias en las encuestas en la forma en que plantean las preguntas (lo cual puede incidir en los resultados), y en el tipo de información que pretenden obtener. Por ejemplo, según lo publicado en ambos diarios, la encuesta de La Nación buscó mucho mayor detalle con respecto al nivel de decisión/indecisión de los votantes que la encuesta de Al Día. Pero más allá de todas estas posibles diferencias, recordemos lo que decía la niña Pochita cuando estábamos en la escuela: no se puede sumar naranjas y tacacos. Para poder sumar dos cifras, tenemos que tenerlas expresadas en la misma unidad de medida. Dos manzanas más tres naranjas no es ni cinco naranjas ni cinco manzanas. La solución es que lo expresemos en términos de frutas para usar la misma unidad de medida, en cuyo caso tendríamos cinco frutas.

De igual manera, para poder comparar dos encuestas, tenemos que estar seguros de poder hablar de la misma cosa. No es lo mismo el 62% de quienes ya escogieron candidato (que es la “unidad de medida” que usó el titular de La Nación), que el 62% del padrón electoral (que es la “unidad de medida” que usó el titular de Al Día). Dichosamente, Dean CóRnito algo entiende de estas cosas, y va a tratar de desenmarañar el asunto para sus estimables lectores. Para esto, vamos a hacer algunos cálculos no muy complicados.

Demoscopía/Al Día pregunta a la totalidad de su muestra por quién votarían si las elecciones fueran hoy. No les da chance de decir si están seguros de ir a votar o no, aunque es válido responder que están indecisos o que no votarán por ninguno. En ese escenario, el 19.5% responde que por ninguno (podemos asumir que se abstendrán de votar), y el 5.8 reconocen estar indecisos. Estos dos grupos representan, en total, el 25.3% de la muestra. Si los excluimos, la muestra se reduce a 896 votantes. El 36.5% de la muestra total que apoya a Arias corresponde a 438 votantes que, de la muestra reducida, representan el 48.9%. En otras palabras, sacando de la muestra de Demoscopía a los indecisos y a los que se abstendrán, Oscar Arias aparece con una intención de voto del 48.9% en esa encuesta. Recordemos que para ganar las elecciones se requiere el 40% de los votos válidamente emitidos, NO del padrón electoral. Si ha sido bien escogida, la muestra total representa a la totalidad del padrón.

Como decía más arriba, la encuesta de Unimer/La Nación encuentra que entre quienes están decididos a votar y ya saben por quién van a votar, el 62% van con Oscar Arias. Pero ese grupo es tan sólo el 15% de la muestra (y el margen de error es mayor conforme menor es la muestra. De hecho, para esta submuestra el margen de error es del 6.8%). La Nación después juega con varios escenarios, pero nos interesa el que resulte comparable con el ejercicio hecho por Demoscopía en la encuesta para Al Día. El segundo escenario de La Nación incluye al 15% anterior, más quienes están decididos a votar pero aún no escogen candidato. Este caso lo desechamos porque, al no saber cuántos de los encuestados por Al Día están totalmente decididos a votar, las muestras no son comparables. El tercer escenario que nos presenta La Nación incluye a los dos anteriores, y agrega un grupo de personas que piensan ir a votar pero no han decido por quién votar. Es decir, esta es gente que no está totalmente decidida a votar, pero piensa hacerlo. El cuarto escenario incluye, además de los tres anteriores, al grupo de gente que tiene fuertes dudas de ir a votar. Nos parece que el escenario más comparable con el de “Demoscopía-sin-indecisos-ni-abstenciones” es el tercero.

Aquí viene lo interesante. Cuando la encuesta de La Nación “aísla” a este grupo de personas con altas probabilidades de ir a votar, encuentra que el 47% de ellos se inclinan por Oscar Arias. Por ser una submuestra menor que la muestra total, el margen de error es del 4%. Esto, para los que no lo entienden, quiere decir que el resultado real puede ser hasta 4 puntos porcentuales mayor o menor que el encontrado en la muestra. En todo caso, el resultado ajustado por nosotros de la encuesta de Al Día es del 48.9% a favor de Oscar Arias, para una diferencia de apenas 1.9 puntos porcentuales entre una encuesta y la otra, diferencia contenida con creces dentro del margen de error de cualquiera de las encuestas.

Y si mi estimable audiencia piensa que he escogido el escenario tercero de La Nación por ser el que mejor se ajusta a los resultados que quiero demostrar, lamento decepcionarlos. Tanto en el escenario segundo, como en el tercero y en el cuarto, la encuesta de Unimer/La Nación encuentra una intención de voto del 47% para Oscar Arias. Además, las diferencias entre encuestas en los resultados para Otón Solís también caen dentro del margen de error.

Dicen que para hablar y comer pescado, hay que tener mucho cuidado. Yo le agregaría que para interpretar y presentar los resultados de una encuesta, también hay que tener mucho cuidado. Analizadas ambas encuestas, la conclusión es que los resultados de ellas son muy cercanos entre sí, y que las diferencias en las publicaciones obedecen o a falta de entendimiento por parte de los redactores y editores de uno o ambos periódicos, o a intenciones ocultas de uno o ambos diarios. Siendo que ambos pertenecen al mismo grupo empresarial, resulta difícil sacar conclusiones ciertas. Mi tesis es que no hay errores serios en la elaboración de las encuestas, sino que cada periódico le dio énfasis a una cifra – si se quiere – extrema, dentro del rango de resultados e interpretaciones factibles de cada encuesta. La Nación usó la cifra más favorable a Oscar Arias (lo cual entendemos dada la clara preferencia de ese periódico por ese candidato), mientras que Al Día usó la menos favorable (lo cual no entendemos, insistimos, siendo que este diario pertenece al mismo grupo empresarial que el otro).

11 comentarios:

  1. Dean, celebro tu predisposición didáctica. Explicaste el asunto con suma claridad. Sobra comentario como no sea para resaltar que en efecto en innumerables ocasiones, y al igual que en muchas partes del mundo, somos víctimas no de la información, sino de la forma en que los medios escogen servirnosla.

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  2. Dean: que dicha que explicaste tan claramente que no existe contradicción entre las dos encuestas. Basta con saberlas leer para entenderlo asi. No se trata tanto de que nos pretendan engañar algunos medios (aunque la forma en que presentan la noticia es sugestiva) sino que que debemos leerlas con inteligencia. La tendencia es clara: Oscar Arias es el más probable triunfador de las próximas elecciones con casi un 50% (y yo no voy a votar por él).

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  3. Creo que las cifras usadas podrían ser para disimular... pero en el fondo, para los que no entendemos de encuestas, lo que da la impresión es que en efecto alguien está mintiendo y generan desconfianza de las empresas encuestadoras. Yo, quedo satisfecha de la explicada y feliz de que estaba hecho hasta para aquellos que somos nada duchos en matemática.

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  4. Dean,

    Oscar Arias, accionista de medios de comunicación. Eso ya es mucho que decir, parte de la politequería es vendernos un ganador y no demostrar la creciente abstinencia al voto.

    No dudo que las empresas encuestadoras hagan bien su trabajo, como dices es cuestión de enfoque.

    Muchas Gracias, como siempre es un placer ingresar a tu página.

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  5. Señores: no soy arista y quisiera que fuera otro el candidato vencedor, pero no nos engañemos diciendo que Oscar Arias va a ser presidente por las encuestas. La verdad es que, entre la oferta disponible, él es el que atrae más votantes. Si gana las elecciones es porque recibe el apoyo de la gente, no entusiasta, pero apoyo al fin. Hay que aceptar cuando se va perdiendo.

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  6. A ver Dean, que pasa con los votos en blanco en este ultimo escenario?

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  7. Dean: Y vos que pensas de que quede Arias?
    Parece que nadie lo quiere, pero a la vez pareciera que lleva las de ganar...

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  8. YO creo que es obvio que lleva las de ganar... pero más que todo por lo ralos que están los demás. Porque Oscar Arias gasta millones de millones de colones diarios en paginitas a color en el periódico con su fotito y un "sí" gigantesco. De los demás vemos y oímos poco. Yo soy anti-arias y espero que todos nos unamos para NO votar por él, pero igual es una batalla difícil de vencer. Qué triste esa gente que vota por "el que va ganando" según los estudios... cómo hay gente tan bruta que sacrifica su criterio acerca del futuro del país sólo por "no quedar mal" escogiendo al perdedor???

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  9. Para los que quieran consolarse un poco: www.ariasno.com

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  10. Muchas gracias a todos por sus comentarios, insisto que es un placer entrar y ver que la gente le ha puesto atención a lo que uno hace y sobre todo, que lo que uno hace fomente un poco de discusión civilizada.

    Oscar, concuerdo plenamente, no somos víctimas de la información (que nunca puede hacernos daño), sino de la forma en que escogen servirla (y eso si puede provocar daño). Y gracias por el comentario, me alegra saber que el espíritu del profesor universitario que fui hace unos años aún subsiste en mi.

    Anonymous #1, creo que a veces es difícil leer las encuestas "con inteligencia" si te las presentan tan sesgadamente como en este caso, sobre todo si el lector no tiene las herramientas o el conocimiento técnico necesario.

    Sole, coincido en que las que quedan mal son las empresas encuestadoras, pero la falta no es de ellas, que no tienen injerencia en cómo va a publicar o manipular un periódico la información que la encuesta genera.

    Tugo, yo no creo que el por qué de las encuestas sea mover al rebaño. Las encuestas son herramientas muy útiles para obtener información. Cierto que a veces los partidos las tratan de manipular para efectos de convencer a la gente, pero no creo que sean muy efectivas para eso. Una cifra como el supuesto 62% de Arias más puede servir para que mucha gente diga "no es necesario que vaya a votar" que para convencer al indeciso.

    K@ren, yo no conozco cuál es el nivel de involucramiento de Oscar Arias en La Nación ni en Monumental. Te puedo decir que La Nación vende acciones al público, y el hecho de tenerlas te da derecho a recibir dividendos y supongo que participar en una asamblea anual donde repartirán caviar y langosta, pero no te da ningún derecho sobre la conducción del periódico. Así que creo que el famoso cuento del supuesto peligro de que Oscar Arias sea dueño de medios de comunicación no es más que "aire caliente".

    Anonymous #2, coincidimos: Oscar Arias no va a ser Presidente por las encuestas sino por los votos que reciba, aunque sea por lo que dice Mariana, que los demás candidatos están ralitos. Pero tampoco perdamos de vista que faltan cinco meses y las cosas pueden cambiar radicalmente en ese tiempo. Les recomiendo ver este post de JD Clarke sobre los cambios en los resultados de las encuestas de un período de medición a otro.

    Bandido, los votos en blanco se suman al ganador, así que eso le conviene a Arias. Si alguien quiere emitir un voto de protesta, le recomiendo mejor anular su voto.

    Floriella, no soy Arista y mucho tendría que cambiar él en temas que son importantes para mi para empezar a considerar votar por el hombre. No voté por él en 1986, y tampoco lo haré en el 2006. Por ahora se perfila como el ganador, pero es muy temprano soltar las campanas al viento.

    Mariana, como dije arriba, yo no creo que sea mucha la gente que vota por el que se perfila ganador. Que los hay, los hay, pero no son muchos. Creo que hay que darle más crédito a la gente, no caer en la arrogancia de los retrógradas sindicalistas que consideran que sería una equivocación del pueblo elegir al Palomo. Podemos no compartir la decisión del pueblo, pero no faltarle al respeto. Solo el tiempo dirá, como en el caso de Abel Pacheco, si es un error (¿verdad, Tugo?).

    Iván, yo espero encontrar de aquí a febrero algún candidato con espíritu de Chapulín Colorado que nos pueda defender. Otra cosa diferente es si tendrá posibilidad de ganar :-(

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  11. Dean, vos crees que aparezca alguien de aqui a las proximas elecciones que podamos decir: "Pucha, ese compa si seria un buen presidente!" Yo lo dudo. En las pasadas elecciones vote por Oton, porque me parecio diferente su propuesta. Pero luego se dio toda la bronca dentro del PAC (no son buenos los extremos, repito) y me quede dudando otra vez.
    Cuando "Rodriguitos" pense que talvez, por ser el un "gran economista", nos encaminariamos un poquito mas derechos en ese aspecto. Ya vimos como aplica la economia de exito el Mr. R!
    Ahora estoy convencida de que el mejor presidente es el que menos roba, por lo que deberiamos crear un "robometro presidencial" para calificarlos, en vez de medir su popularidad. Un recurso extremo talvez, pero diay, que le vamos a hacer? Si no puedes vencerlos...

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