Se me frunce una parte del cuerpo – que no es exactamente el entrecejo – al decirlo, pero en los últimos días me ha dado por pensar en posibles escenarios de cara a las elecciones del 2006, y veo una aún pequeña pero creciente probabilidad de que el título de este post sea el titular (sin los signos de interrogación) de más de un periódico una fatídica mañana de lunes de marzo próximo.
Estamos claros de que Toledo es un genio. Sabemos también que los genios tienden a ser incomprendidos, y como el común de los mortales somos unas bestias, hemos de reconocer que tal vez no hemos entendido sus genialidades. Siendo genio, es muy probable que en el transcurso de la campaña llegue a encontrar la manera de conectar con todos nosotros, y que lo elijamos Presidente por abrumadora mayoría.
Bueno, está bien, lo reconozco: eso no es lo que quería decir, pero una vez escrito, no encuentro la manera de borrarlo. Así que dejemos ese parrafito ahí, y ahora si, en serio, entrémosle al análisis de tan aterrador titular.
Todo pareciera indicar que para las decenas de candidatos anunciados, las elecciones del 2006 serán una carrera por el segundo lugar y la esperanza de que Oscar Arias no llegue al 40% requerido para ganar en primera ronda. Si este escenario se llega a dar, las cosas se ponen harto interesantes para la segunda ronda. Mucho puede cambiar de aquí a febrero, pero aquí les va cómo veo las cosas hoy.
Arias va a quedar en primer lugar en las elecciones de febrero, pero las encuestas aún no nos indican con claridad si va a lograr la mayoría requerida para evitar la segunda ronda. El PUSC, tan venido a menos con los escándalos que han sacudido a sus expresidentes y otros partidarios, no es tomado en serio por nadie, y esa es una buena posición para alguien que quiere dar la sorpresa. Antonio Álvarez no parece querer gastarse toda la fortuna de su suegra en promover su imagen, y se va a quedar corto. Otón Solís está tan atragantado con su propia grandeza imaginaria, que no parece querer entrar en coalición con el montón de partidillos emergentes de izquierda que nos ofrece el menú a menos de que él sea proclamado candidato por unanimidad. La izquierda está tan fragmentada, que sin el PAC no representa una amenaza seria de llegar a ocupar la silla presidencial. Por último, Otto Guevara tiene tan alta probabilidad de llegar a la Presidencia que no se extrañen cuando un día de estos anuncie que, después de todo, y “a petición de sus partidarios”, aceptará la doble postulación como candidato a la Presidencia y a Diputado en el primer lugar por San José.
Los movimientos de fichas de las últimas semanas favorecen, en mi opinión de analista político empírico e inexperto, al amigo Toledito. Hace unas pocas semanas conjeturamos que Oscar Arias estaba asustado por la posible alianza de izquierdas. Pocos días después nos sorprendió el Comité Ejecutivo del PAC con un acuerdo para ir a las elecciones como partido, y no como parte de una coalición (parece que mejor solos que mal acompañados). Y como ya lo dijimos, una coalición de la izquierda retrógrada sin el PAC no tiene mucho futuro.
Con este panorama, el que de pronto tiene futuro es Ricardo Toledo. La ausencia de coalición de izquierdas deja la carrera por el segundo lugar abierta. Y aunque hoy el PUSC aparece, en el mejor de los casos, en quinto lugar en las encuestas, aparte de Oscar Arias con más de un 30% de intención de voto, todos los demás candidatos se encuentran en “single digits”, de manera que la diferencia entre quinto y segundo es perfectamente remontable. Mi temor es que con sus abelescas caballadas, su xenofobia y sus ofertas populistas, Ricardo Toledo pueda alcanzar el segundo lugar. Y de ahí a la Presidencia es un brinco: en una segunda ronda, los libertarios y los alvarez-desantistas probablemente se inclinarán por Arias, pero todos los demás se podrían ir con Toledo para hacerle a su aborrecido Palomo de la Paz la gran trastada.
Todos los comentarios que he escuchado y leído desde el infame discurso de las computadoras (incluyendo el mío propio) han criticado a Toledo por haber arrastrado hasta el fondo de la alcantarilla a la campaña presidencial que aún no arranca formalmente. Sin embargo, preguntémosnos seriamente: ¿qué ha cambiado en Costa Rica desde las últimas elecciones? Mi respuesta es que, fundamentalmente, nada ha cambiado. Es cierto que tenemos a tres expresidentes en la picota y que los supuestos y aparentes casos de corrupción nos han conmocionado. Pero electoralmente hablando, nada importante ha cambiado. Los votantes siguen siendo los mismos, con la misma educación cívica y la misma “necesidad” de paternalismo estatal de los últimos 50 años. Las leyes siguen siendo básicamente las mismas (excepto porque ahora se permite la reelección, pero este no es un aspecto fundamental). Las reglas de campaña no han cambiado, el financiamiento de los partidos sigue siendo el mismo. Nada ha cambiado que nos haga pensar que estas elecciones vayan a ser diferentes a las anteriores (excepto, tal vez, que en esta habrá mayor abstencionismo porque la desmotivación es palpable).
El punto es que la gente sigue respondiendo a los mismos patrones de conducta electoral. Hay una cierta nostalgia por un pasado supuestamente mejor (cuando los candidatos pegaban banderas y calcomanías por todas partes y prometían el oro y el moro en campaña, el Estado lo daba todo hecho y masticado a los ciudadanos, y la corrupción no sonaba tan fuertemente), y en esa añoranza, ¿qué nos hace creer que la gente – las masas, el pueblo – va a responder negativamente al populismo cibernético de Ricardo Toledo?
Si la opinión que tenemos de Toledo no es nada favorable, en La Suiza Centroamericana estamos dispuestos a creer que sus asesores son muy hábiles. Se nos ocurre pensar que también son unos desvergonzados capaces de vender el alma al diablo con tal de hacer a su títere Presidente, y a la larga hasta les sale bien el tiro.
Si esa resulta ser la triste realidad de una fatídica mañana de lunes de marzo, sálvese quien pueda.
Estamos claros de que Toledo es un genio. Sabemos también que los genios tienden a ser incomprendidos, y como el común de los mortales somos unas bestias, hemos de reconocer que tal vez no hemos entendido sus genialidades. Siendo genio, es muy probable que en el transcurso de la campaña llegue a encontrar la manera de conectar con todos nosotros, y que lo elijamos Presidente por abrumadora mayoría.
Bueno, está bien, lo reconozco: eso no es lo que quería decir, pero una vez escrito, no encuentro la manera de borrarlo. Así que dejemos ese parrafito ahí, y ahora si, en serio, entrémosle al análisis de tan aterrador titular.
Todo pareciera indicar que para las decenas de candidatos anunciados, las elecciones del 2006 serán una carrera por el segundo lugar y la esperanza de que Oscar Arias no llegue al 40% requerido para ganar en primera ronda. Si este escenario se llega a dar, las cosas se ponen harto interesantes para la segunda ronda. Mucho puede cambiar de aquí a febrero, pero aquí les va cómo veo las cosas hoy.
Arias va a quedar en primer lugar en las elecciones de febrero, pero las encuestas aún no nos indican con claridad si va a lograr la mayoría requerida para evitar la segunda ronda. El PUSC, tan venido a menos con los escándalos que han sacudido a sus expresidentes y otros partidarios, no es tomado en serio por nadie, y esa es una buena posición para alguien que quiere dar la sorpresa. Antonio Álvarez no parece querer gastarse toda la fortuna de su suegra en promover su imagen, y se va a quedar corto. Otón Solís está tan atragantado con su propia grandeza imaginaria, que no parece querer entrar en coalición con el montón de partidillos emergentes de izquierda que nos ofrece el menú a menos de que él sea proclamado candidato por unanimidad. La izquierda está tan fragmentada, que sin el PAC no representa una amenaza seria de llegar a ocupar la silla presidencial. Por último, Otto Guevara tiene tan alta probabilidad de llegar a la Presidencia que no se extrañen cuando un día de estos anuncie que, después de todo, y “a petición de sus partidarios”, aceptará la doble postulación como candidato a la Presidencia y a Diputado en el primer lugar por San José.
Los movimientos de fichas de las últimas semanas favorecen, en mi opinión de analista político empírico e inexperto, al amigo Toledito. Hace unas pocas semanas conjeturamos que Oscar Arias estaba asustado por la posible alianza de izquierdas. Pocos días después nos sorprendió el Comité Ejecutivo del PAC con un acuerdo para ir a las elecciones como partido, y no como parte de una coalición (parece que mejor solos que mal acompañados). Y como ya lo dijimos, una coalición de la izquierda retrógrada sin el PAC no tiene mucho futuro.
Con este panorama, el que de pronto tiene futuro es Ricardo Toledo. La ausencia de coalición de izquierdas deja la carrera por el segundo lugar abierta. Y aunque hoy el PUSC aparece, en el mejor de los casos, en quinto lugar en las encuestas, aparte de Oscar Arias con más de un 30% de intención de voto, todos los demás candidatos se encuentran en “single digits”, de manera que la diferencia entre quinto y segundo es perfectamente remontable. Mi temor es que con sus abelescas caballadas, su xenofobia y sus ofertas populistas, Ricardo Toledo pueda alcanzar el segundo lugar. Y de ahí a la Presidencia es un brinco: en una segunda ronda, los libertarios y los alvarez-desantistas probablemente se inclinarán por Arias, pero todos los demás se podrían ir con Toledo para hacerle a su aborrecido Palomo de la Paz la gran trastada.
Todos los comentarios que he escuchado y leído desde el infame discurso de las computadoras (incluyendo el mío propio) han criticado a Toledo por haber arrastrado hasta el fondo de la alcantarilla a la campaña presidencial que aún no arranca formalmente. Sin embargo, preguntémosnos seriamente: ¿qué ha cambiado en Costa Rica desde las últimas elecciones? Mi respuesta es que, fundamentalmente, nada ha cambiado. Es cierto que tenemos a tres expresidentes en la picota y que los supuestos y aparentes casos de corrupción nos han conmocionado. Pero electoralmente hablando, nada importante ha cambiado. Los votantes siguen siendo los mismos, con la misma educación cívica y la misma “necesidad” de paternalismo estatal de los últimos 50 años. Las leyes siguen siendo básicamente las mismas (excepto porque ahora se permite la reelección, pero este no es un aspecto fundamental). Las reglas de campaña no han cambiado, el financiamiento de los partidos sigue siendo el mismo. Nada ha cambiado que nos haga pensar que estas elecciones vayan a ser diferentes a las anteriores (excepto, tal vez, que en esta habrá mayor abstencionismo porque la desmotivación es palpable).
El punto es que la gente sigue respondiendo a los mismos patrones de conducta electoral. Hay una cierta nostalgia por un pasado supuestamente mejor (cuando los candidatos pegaban banderas y calcomanías por todas partes y prometían el oro y el moro en campaña, el Estado lo daba todo hecho y masticado a los ciudadanos, y la corrupción no sonaba tan fuertemente), y en esa añoranza, ¿qué nos hace creer que la gente – las masas, el pueblo – va a responder negativamente al populismo cibernético de Ricardo Toledo?
Si la opinión que tenemos de Toledo no es nada favorable, en La Suiza Centroamericana estamos dispuestos a creer que sus asesores son muy hábiles. Se nos ocurre pensar que también son unos desvergonzados capaces de vender el alma al diablo con tal de hacer a su títere Presidente, y a la larga hasta les sale bien el tiro.
Si esa resulta ser la triste realidad de una fatídica mañana de lunes de marzo, sálvese quien pueda.
Dean, ¿puede ahora en C.R. postularse a presidenciales un ex-mandatario? (perdona mi sorpresa, en mi caso la ignorancia y la distancia van de la mano). // ¿Crees que Toledo me cambie la compu por un televisor de plasma si le boto la basura de su casa?
ResponderBorrarYuré, creo que el año pasado o el anterior la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia declaró inconstitucional la prohibición de la reelección presidencial, de manera que hoy en día rige la ley vigente al momento de la reforma que prohibió la reelección. La ley vigente permite la reelección no consecutiva.
ResponderBorrarCon respecto a Toledito, con tal de ganarse un voto, creo factible que te de el televisor de plasma. Es más, si lo sabés plantear bien, le sacás la pantalla de 72 pulgadas y sin tener que limpiarle la casa. ;-)
Yo, por ejemplo, no he visto a nadie de los que componen la audiencia de A todo dar o Pasión de Gavilanes ni ninguno de esos programas con ratings de más de treinta puntos (que es lo que ve la misma gente que le puede dar la mayoría a un candidato en una votación) quejarse del insulto de tratar se comprarlos con computadoras...
ResponderBorrarBuena perspectiva de un eventual negro futuro.
ResponderBorrarEstoy convencido de que las mayorías suelen equivocarse, sólo que con ese panorama que dibujás, la cuestión sería si la mayoría decidirá equivocarse eligiendo a Oscar Arias, o equivocarse eligiendo a Toledo. En ambos casos, se trata de días temibles.
Si difiero de tu opinión sobre la calidad de los asesores que pueda tener Toledo, al menos los que ha tenido hasta hoy. Sin embargo, las agencias de publicidad de nuestro país ya han demostrado que pueden hacer milagros en campaña. Basta con recordar la genialidad de campaña que puso en el poder al tan enclenque presidente que tenemos hoy. Sin ideas, sin propuestas, sin soluciones, sin realidad. A puro abrazo.
Interesante "predicción" la de Beto. Hace poquitos años (en la época del Combo ICE) yo pensaba que estábamos a punto de un socollón político, y hasta que era necesario; ahora no lo se. Habrá que ver si esa carambada es cíclica.
ResponderBorrarXtian, es difícil culpar a las mayorías cuando las opciones son tan malitas; escogen lo que creen menos malo y a veces les sale el tiro por la culata. Pero confirmo tu "intuición", en mi opinión las elecciones del 2006 serán entre lo menos malo de Oscar Arias y el que se logre colar de segundo. Tough choice. Por último, no se a quiénes tiene Toledo de asesores, pero por unos instantes me pareció que lo de las computadoras y la xenofobia fue una "genialidad" en el sentido publicitario, en el contexto de como explico las cosas en el post.
Una Costarricense más que se une al desconcierto y la trsiteza de ver los candidatos a la presidencia en nuestro país. Dean...será que Abel está de presi, xq los ticos creyeron que al menos no era un mal hombre? A mi opinión no hay ni un solo candidato que valga la pena...
ResponderBorrarMi criterio está en que mucha gente no votara (será la mayoría) Arias y Toledito..que tal!! xq Otto sería peor que una calamidad, Otón perdió fama y los demás minoritarios son una trsiteza... Veremos que pasa en CR...