jueves, 19 de mayo de 2005

Abel no está en nada

Para un Presidente que casi desde el mismo día en que asumió el mando no ha parado de llorar por la supuesta falta de recursos para hacer obra e impulsar programas, y que consecuentemente se ha pasado casi tres años empujando una mal llamada Reforma Fiscal que lo único que hace es subir los impuestos desmedidamente y complicar el panorama tributario para todo el mundo – sin entrarle al problema de fondo, el del gasto “fijo” del Estado – salir ahora con que “las leyes no pueden ser por lo que cuesten sino por lo que signifiquen en cuanto a justicia” (La Nación, 18 de mayo del 2005) es una patética demostración de su incapacidad para entender lo que sucede a su alrededor.

Esa frase, por si sola, no parece tan ofensiva. Pero si la analizamos en el contexto apropiado nos damos cuenta de que es una barrabasada monumental. Desmenucemos la abelada y veamos:

1. “Las leyes no pueden ser por lo que cuesten...” O sea, que según Abel Pacheco está bien que los diputados aprueben leyes que generan importantes obligaciones al fisco, sin generar los recursos necesarios para hacerle frente a esas obligaciones, y sin importar si el fisco tiene los recursos necesarios. No importa que su propio Ministro de Hacienda ha informado que esa ley costaría 30.000 millones de colones, y que el fisco simplemente no los tiene. No importa que la plata ya de por sí no alcanza ni para reducir la pobreza ni para arreglar las calles. Ahora resulta que el Presidente que se opone a hacer un gasto para el cual la ley crea los recursos (como lo es el mantenimiento de carreteras con los fondos provenientes del impuesto único a la gasolina), está a favor de una ley que lo obligará a hacer un importante gasto (las pensiones juveniles de los maestros) sin generar los recursos para ello. Algún profesor de lógica que me explique esto.

2. “... sino por lo signifiquen en cuanto a justicia.” ¿Y cuál es la justicia de que 5.500 maestros se puedan pensionar más temprano y con mejores salarios que los demás maestros? ¿Cómo han de interpretar los demás maestros esa justicia? ¿Y los demás funcionarios públicos? ¿Qué tal los futuros pensionados de los regímenes de la Caja, a los que más bien les quieren aumentar el número de cuotas necesario para pensionarse? ¿Qué nos dice a las personas que hoy trabajamos y cotizamos sin saber ni a los cuántos años nos vamos a poder pensionar, ni si el sistema de pensiones va a tener dinero para pagarnos nuestra pensión?

3. Según La Nación, “Para el Mandatario lo que sí representaría la ruina del país es que quienes no tienen el mismo derecho de esos educadores se quieran aprovechar de la situación.” ¡N’hombré! ¿De veras? ?Qué come que adivina? ¿Y qué cree don Abel que va a pasar? Si los demás funcionarios públicos son medianamente racionales en la defensa de sus intereses – y lamentablemente para eso son muy eficientes mientras que para hacer bien su trabajo y servir al público no – son “momentos” para que empiecen a caer los demás sectores con demandas y peticiones similares. Cuidado y no hasta la Sala IV les da la razón con el argumento de que siendo iguales ante la ley, tienen iguales derechos. Ahoritica van a ser 170.000 funcionarios públicos exigiendo pensiones juveniles.

4. Según La Nación, don Abel dijo que algunos “diputados pensantes” le han dicho que este odioso privilegio aprobado para algunos maestros es caro pero justo. Aquí si que hay una noticia digna de ser anunciada a los cuatro vientos: existen diputados pensantes. ¿Dónde están, que no los vemos? Definitivamente, en el país de los ciegos, el tuerto es rey. Me pregunto cuáles serán esos diputados con los que habló don Abel. ¿Serán los varios maestros que hoy son diputados y que votaron a favor de las pensiones juveniles, con lo cual violaron la ley que les impide legislar en beneficio propio?


Señor Presidente, permítame hacerle una sugerencia, con todo respeto: ¡tome Ginkgo Biloba! ¡A ver si acaso se le aclara la mente! Y después siéntese a conversar con las personas pensantes de su gobierno (como el Presidente del Banco Central y el Ministro de Hacienda) para que le expliquen un poco sobre justicia y otro poco sobre lo que le pasa a un país cuando quiebra el sistema de pensiones.

2 comentarios:

  1. Y la novedad cuál es? Lo importante es que nos demos cuenta que no es por incapaz sino que es al propio, lleva 3 años bailándonos a todos amparado a la fama de inútil y al hecho de que él no se reelige y a que nadie en su sano juicio votaría por Richie el delfín elegido. Pero y la gente, qué hace? decir suspirando por dicha solo falta como un año... porque aunque nos arda, nos moleste o nos desconcierte, no hay nada que hacer al respecto. A menos que nos alcemos en armas compañero!... yeah right...

    ResponderBorrar
  2. No es el único presidente fuera de onda. Martín Torrijos (mi presidente) esta fuera de onda jejeje

    ResponderBorrar